Por un mujer llanera le dieron la muerte a Kirpa. Imagen en el archivo de Santos Quiroga
Fuente y elenco: José Vicente Rojas (Aprendiz, Maestro Viejo y Declamador). Daniel Bustamante (Nieto Daniel, interpretando a Negro Aragüeño). Antonio Sosa Mejías (Nieto Antonio, interpretando a Kirpa). Conjunto: Natalio Flores (arpista), Carlos V. del Nogal (cuatrista), Eduardo R. del Nogal (maraquero) y José Ignacio García (bajista).
Imagen en el archivo de "Hábleme de Puro Llano, Compa"
Aprendiz: Mirá, viejo, me han contao que,
usté, fue arreador de ganao, cabrestero
en to´ ese Llano, que perdió la cuenta de las veces que cruzó las selvas
de San Camilo con mil y pico ´e novillos por delante, que se topaba con los
espantos de la sabana ca´ rato y con los tigres cebaos en mitad de los caminos
y a los bien mañosos los coroteaba pa´ torcerles la penca ´el pescuezo, y a los
caimanes de cinco cuartas de trompa les daba con el chaparro en el jocico en
esos caños corrientosos de toa la llanura,
y que fueron muchas las noches oscuras y de aguaceros venteaos de esos
que llaman “tumba araguatos” que le clavó la cabeza a Escoterito, a Buría, a Guaritico, La Guada, a Setenta, a Terecay, Caicara, a Arauca Viejo, a Orichuna, po´ el
Paso de La Concepción, y tantos bien peligrosos que se consiguen po´ el Llano
apureño, en Barinas, Cojedes, Guárico y Portuguesa. Usté, también ique arreó ganao del Alto al Bajo Apure, con
tripulaciones de ochenta hombres, con rumbo a Villa de Cura, a Tocorón, ganado
que llevaban pa´ los mataderos del Centro. Mire, pero algo que le quería pedí
que me contara -porque usted, ique andaba con el llanerazo que mentaban
Kirpa- la noche que lo, que lo mataron en Güiripa en una parranda, cuando
estaba contrapunteando con un cantador de esos lugares.
Maestro Viejo: Sí, es verdad, muchacho, to´
eso que tú has dicho, que te han contado de mí, de estos cuatro huesos que ya
no sirven sino para echar lavativa, tenía tiempo que no
jallaba con quién conversá de esos años cuando yo era mozo; hombre de
caballo y soga; cuando había ganao cimarrón de
comején en el cacho en esos
chirivitales de la sabana; cuando uno andaba a caballo con la pata pelá
y no embotao, como andan esa cuerda ´e panga-panga de camisas de cuadritos
medias maliciosas en esas mangas, limpiando rabo en esas mangas de jierro de
esos pueblos. Cuando se pasaban días y noches en la pata ´e una camoruca,
bailando y contrapunteando golpes y joropos tramaos, no como esos que yo
escucho ahora que parecen un solo llorío y echándoles maldiciones y insultos a
una mujé.
Ponele cuidao, camarita, a este corrío que le
sacaron al cámara Kirpa la vez esa que lo mataron malamente, por ahí donde llaman Güiripa, por envidia,
porque allí le tenían mala voluntad a nosotros los llaneros; porque nosotros
parrandeábamos con churupo en los bolsillos y cargábamos buen caballo y buena silla, buen sombrero pelo é guama
“Alón” y a la mujer que le echábamos los perros de atrás pa´ alante o corría o
se encaramaba, porque si se paraba era más seguro que dale un tiro al suelo,
que en el anca del caballo de capotera de alguno de los viajeros se venía, pero
mejor voy a llamar a mis nietos, Daniel y Antonio, pa´ que con el arpa de
Natalio y el cuatro que toca Carluchito y los capachos de su hijo se lo canten
como yo se los enseñé.
Declamador: ¡Ah tiempo, cuando era tiempo!
¡Ah Llano cuando era Llano!
de cruzá esas soledades
sobre el lomo de un caballo
de salí pa´ la sabana
con puro café colado
de hacé una sola comía
después de haber encerrado
como a las nueve ´e la noche
en el corral el ganado
después se escuchaban “cachos”
en el chinchorro acostado
y el cuatro y el pasajito
en el caney empalmado
¡Ah Llano de enlazadores!
de jinetes bien forjados
a punta de cimarrones
mañosos y bien formados
que durante varios días
cruzaban pueblos y Llanos
y pasaban esos ríos
corrientosos abordados
por hombres buenazos de agua
de esos bien acostumbrados
a resistir corrientazos
de tembladores cebados
y a conocer el aguaje
de la raya y del pescado
de no temerle a los tigres
en los caminos plantados
de zumbársele a los ríos
a las lagunas y caños
con la silla en la cabeza
y en una mano el chaparro
para espantar los caimanes
sin importar de tamaño.
Entre esos hombres famosos
de ese Llano tan nombrado
se hallaba el moreno Kirpa
que era coplero rajado
no respetaba contrarios
cantando versos rimados
después de haber encerrado
en el corral el rebaño
se iba pa´ esas cantinas
a jugar bajara y dado
y a cantá en la pata el arpa
golpes de esos bien tramados
y a seguir una porfía
que le plantara el contrario.
Una vez llegó a Güiripa
remontao y acompañado
y alguno ´e sus compañeros
todos llaneros bragados
con ganas de divertirse
entre mujeres y tragos
y allí se encontraba un hombre
un negro mal encarado
que lo reto pa´ cantar
un contrapunteo tramado.
En ese rincón de Aragua
no eran muy bien aceptados
los llaneros que venían
hablando siempre gritado
y alardeando de coraje
y de sus hechos probados
y con la faja repleta
de dinero bien ganado
cuando reventó el joropo
en los bordones cuereados
se arremolinó la gente
con el oído parado
atentos y maliciosos
risueños pero callados
se escuchó el tañío del Negro
y su tema acostumbrado.
Negro Aragueño: Soy nacido en estos valles
que mis taitas habitaron
y conozco sus peligros
desde que estaba mediano
y aprendí a cantar joropo
como ellos también cantaron
y a no reconocé a nadie
porque viniera a caballo
con sombrero y buena silla
con franela o emblusao
y en vez de jalá machete
fuera arriador de ganao
y le brillara el acero
de plata y cuero cromao
esta noche amigo mío,
con usté, estoy empeñao
a cantar hasta mirarlo
en la sala arrinconao
no lo llamo por su nombre
porque no se ha presentao.
Kirpa: Horizonte dame campo
llanura que ando inspirao
vengo del Apure inmenso
sendero que he trajinao
bordones no se arrochelen
capacho suena acoplao
y ese cuatro sordo y viejo
debe de sonar pausao
para que mi voz de Llano
como un potro desbocao
recorra este verde valle
en mi cantar arrendao
en el corcel de esta música
que yo siempre he jineteao
y como la conozco tanto
por lo mismo la ha amansao
yo soy el moreno Kirpa
que del Apure ha llegao
sin alardes de machura
ni de hombre acaudalo
buena remonta si cargo
porque siempre me ha gustao
y unos cuantos centavitos
pal
ajiley y el dao
y para el trago de caña
y pa´ el cariño comprao
aunque el cariño mi hermano
siempre me lo han regalao
salga pa´
que brague un cacho
que aquí me tiene plantado.
Negro Aragueño: Cuando me llaman respondo
porque soy hombre educao
y por las malas me porto
igual a un toro plantao
no respeto cantador
cuando estoy emparrandao
y a muchos copleros guapos
he puesto a pedir cacao
unos vienen por los aires
volando muy encumbraos
y después los veo en el suelo
paciticos y desplumaos
y por los aires que pegan,
usted, cojea de ese lao.
Kirpa: Si cree que soy jactancioso
está muy equivocao
porque yo soy más sencillo
que un fuerte en medio esgranao,
si usté,
está hablando de alardes
y de coraje sobrao
por lo tanto, amigo mío,
los que aquí le han escuchao
podrán muy bien darse cuenta
quién de los dos más ha hablao
pero le voy a advertir
Negrito de po´ estos lados
que a muchos faramalleros
mi chaparro le he sonao
y le he dejao las costillas
igual a un pescao rayao
del color de una batata
los ojos bien moreteaos
sepa pues a qué atenerse
antes de hablarme gritao.
Negro Aragueño: Para, usted, sobarme a mí
tendrá que hallarme rascao
con una pea de tres días
y en un chinchorro acostao
y tomo aguardiente ´e caña
sólo pa´ está entabanao
y aclararme la garganta
cuando estoy estrasnochao
despiértese de ese sueño
si es que, usted, se ha imaginao
que conmigo va a lograr
todo lo que haya deseao.
Kirpa: Si dice “Topo señor”
deje que maraqueé el dao
pa´ echales cuatros y cenas
para dejarlo resteao
soy hijo del Llano inmenso
como el palmar intrincao
navegador en curiara
en caño y ríos desbordaos
lanzador de tigre y león
me llaman “el Amaestrao”
soy el potro cimarrón
que nunca lo han amansao
el toro fuerte y bravío
que jamás lo han enlazao
porque
cuando ni becerro
nunca estuvo enchiquerao.
Negro Aragueño: Óigame,
moreno Kirpa,
usté, lo que está es tostao
se está creyendo marrano
y no lo veo embarrialao
y no jose mucho al suelo
que ese ta´ bien pisoneao
porque es mucho el zapateo
que sobre él han repicao
si se vuelve un cimarrón
lo enlazo tarabiteao
y lo pongo suavecito
de boca y bien arrendao
tengo callo en las canillas
de tanto haber jineteao
y si se resiste mucho
lo puedo trae nariceao.
Kirpa: Entre transitar mi Llano
hermoso y destincholao
arpa, guitarra y capachos
y músicos inspiraos
no dejaré de cantar
joropo barajustao
y rebusco en mi cerebro
a ver que tiene guardao
nunca me podrán callar
cantando bien acoplao
y mucho menos un hombre
que se la pasa encerrao
en estos valles corticos
y de quebradas cercao
de tanta montes tupidos
y de cerros encumbrao
que apenas ven cien novillos
y se quedan abismaos
y cuando escuchan un arpa
sin un cuatrista a su lao
dicen que no respetan
ni al “Catire Coronao”
cuando escriben cuatro décimas
se creen poetas laureaos.
Negro Aragueño: Yo creo que de tanto andar,
usted, se siente cansao
de vagar en sus llanuras
de terronales tostaos
y de tragar tanto polvo
la voz se le ha resecao
en cambio yo en este valle
que, usté, siempre ha despreciao
lo recorro poco a poco
en mi trajinar pausao
y el aroma de su flora
su frescura me ha brindao
y me siento más lozano
que un niño recién bañao
como poco me ajetreo
me siento más conservao
si me
viene con mucha bulla
me va a encontrar preparao
y le voy a echar más palo
que a un burro viejo atoyao.
Kirpa: Señores abran gallera
mi paciencia se ha agotao
dejen que salga este Negro
color de caldero ahumao
que le voy a demostrar
cómo amanso a los malcriaos
para quitarle esa maña
que lo tiene resabiao
de meterle pura caña
zoquetes y confiao
pero como soy llanero
no creo en muertos paraos
ni en tullíos pegando brincos
ni bailando zapateao
échenlo pa´l paradero
para darle
su tallao
pa´ que se acuerde de Kirpa
mientras viva este pelao.
Maestro viejo: Así fue, muchacho, la gente le
abrió gallera como Kirpa pidió en el contrapunteo, pero, tú sabes que el
llanero no es traicionero y no le gusta pelear sino es a puño
limpio y el negro el carrizo era más bellaco que el “Santo ´e Guadarrama”, como
dicen por ahí, se hallaba más armao que un chorrosco en madre vieja con una mastranta
´e cuchillo, de esas que llaman “mata guate”, que le había
comprao a un guate de po´ allá de los lados del Cantón.
En lo que le echaron a Kirpa se le empechó y le echó la primera embestida, lo cogió abajo,
el Negro peló po´ el piazo ´e cuchillo y lo ensartó de abajo pa´ arriba, cuando Kirpa
dijo “me mató este muérgano” y se puso la mano en la herida como pa´ atajase el
bochinche de sangre, se barajustó el gentío, unos vaineros decían “Por aquí se
fue derecho, compita”; ahí se metió el
guitarrero a cobrar la sangre del compañero y ahí mismito estaba patas arriba en
el suelo, herido también. Así fue la cosa, camarita, a los tiempos, un
músico, que no sé cómo se llama, compuso ese joropo tan sabroso que se llama
como el finao Kirpa y los poetas copleros le han hecho varias composiciones
donde mientan la tragedia.
Aprendiz: Sí, viejo, como una letra que es muy popular que canta Loyola que dice
así:
-Declamado: “Apure lloró en silencio
mientras el arpa se oía
porque en el Llano se supo
que Kirpa se moriría
su nombre quedó en Güiripa
su voz quedó en el palmar
su pensamiento en la brisa
su apellido en el cantar
yo no sé por qué en Güiripa
no querían a los llaneros
allí mataron a Kirpa
e hirieron al guitarrero”.
Nota: Esta leyenda fue
tomada del Trabajo de Investigación: ANÁLISIS DE FIGURAS ESPECTRALES EN EL
CORRÍO Y LEYENDAS DEL CANTO LLANERO
TRADICIONAL de Isaías Medina López, Duglas Moreno y Carlos Muñoz. Aprobado en
la UNELLEZ y OPSU
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