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jueves, 30 de junio de 2016

El Cazador y El Diablo. Leyenda llanera - Versión original completa. (Rafael Martínez Arteaga, El Cazador Novato)


Mujer llanera en el archivo de Santos Quiroga



Imagen en el archivo de "Llano Adentro"


Rafael Martínez Arteaga (El Cazador, declamador; C); Dámaso Figueredo (El Diablo; D); Marlene López (Mujer del Cazador); José Ramón Rondón (Narrador)

Declamador: Pasaje I- Pregón
Llano viejo; amigo mío,
cuna de mis abuelos son tus pampas
centauro magestral que dolorido
has botado un baúl lleno de cartas.
Yo, sin embargo, con mi pluma quiero
divulgar las costumbres de tu raza,
que llenas de dolor y desespero
se fueron de tus lares con las garzas.
Oh, Llano, mal pagado, envejecido
que no has tenido compasión ni patria,
que tu gloria y tu mundo es el olvido
 como un plebeyo que no tuvo taita.
Te pido, Llano mío, que en lo que escribo
me des la inspiración y la confianza,
que tu consejo con honor recibo
en el umbral sombrío de la ignorancia.
¿Cuántas veces bajó el sol de abril
se han llenado tus montes de fragancia?
Donde se esconde el cazador sutil
en campo ensoñador de la distancia.
¿Dónde vas, Llano mío, ya envejecido?
Buscas alivio acaso en la mudanza,
tantos caminos con tus ríos crecidos
donde la gratitud no se remansa
si donde no hay compasión no existe abrigo
ni se encuentra consuelo en la tardanza
por el contrario, cansado de estar vivo
te marcharás con tu dolor de casta.

Pasaje II- El Cazador:
Solitaria y escondida
en el mundo de la nada
hay una casa atractiva
como esos cuentos de hadas,
hay un ave cantarina; 
advierte sin decir palabras,
mil notas suaves y finas
sobre la tierra araucana,
allí la luna se inclina
para decirle a la palma:
“Si tu arrogancia domina
el sendero de las aguas,
cuida bien la campesina
que su mano no es mezquina
ni su corazón  engaña
y ella con amor y vida
riega la flor del alba”.
La estrella Polar camina
por los esteros del alma
un verso tras la neblina
sale de un pecho que calla
tantas penas y heridas
del ser que sufre y aguarda
y en tenebrosa estampida
se pierde por la sabana
sí, es el Cazador que anda
cuando  la noche está oscura,
que en medio de la llanura
contrapuntea con las ánimas,
hombre que entre copla y copla
se inspira cuando cabalga
cuando le trae la llovizna
olor a tierra mojada.
Sí, es él; el que se aproxima
con rumbo hacia la posada
que es una casa sencilla
donde su mujer lo aguarda,
el fogón va consumiendo
la leña recién cortada
el olor del café hirviendo
se riega por la enramada
canta el gallo pasionero
y un perro sale corriendo
de la cocina a la sala
algarabía de chenchenas
se escuchan en la cañada
porque el cazador se empeña
en llevarse la curiara
y ellas son las centinelas
de esa laguna encantada
guardianes de su destino
de los secretos que guarda
y así los guaitacaminos
despiden la madrugada
entristeciendo los trinos
de las aves levantadas
que abandonando los nidos
revuelan de rama en rama.
El Cazador: ¡Buenos días, vieja! ¿Cómo te ha dío? (Se escuchan cantos de gallos)
Mujer: ¡Mira chico, este es el colmo! ¡Desde ayer te fuiste y ésta es la hora ´e llegá! ¿Dónde estabas metío?
El Cazador: Tábamos cazando con mi compadre Pancho, pero no juegue perdí tos los tiros que hice; yo creo que los muchachos me le están jurungando con el deo las heridas de los últimos animales que he matao. 
Mujer: No hombre, déjate de está creyendo en agüeros, lo que pasa es que el mejor tiro se pierde. 
El Cazador: ¿Y los sutes, cómo están?
Mujer: Juan, con una aventazón que vuela; María, no durmió en toa la noche, con unos sabañones; Miguel Antonio, por ´ta sacando los cochinos del conuco se le zampó un hueso ´e sapo en un talón, los demás tan´ hay, más o menos.   Y “yo” con el dolor de muela, verdad, porque tú no estabas conmigo.  Viejo, es que me jaces mucha falta.
El Cazador: Y tú a mí, no juegue, anoche ni dormí.
Mujer: Pensando en “yo”, ¿verdad?
El Cazador: No, chica, la plaga que casi me come vivo.
Mujer: Vamos a dormí, debes de venir cansao.
El Cazador: Bien seguro, pero amor con hambre no dura, voy a ver si es verdad, que hoy se me va escapá el venao ése, resabiao que se la pasa comiendo en La Calceta del Muerto, ese muérgano como que sabe le y escribí. La otra vez me lo jayé, me le metí bien escondío por detrás de un matapalo gacho y cuando lo tenía a tiro, desapareció como por arte de magia, parece que se lo hubiera tragao la tierra.
Mujer: Ten cuidao con ese bicho, mira que no es la primera vez que el pecao malo se les ha presentado a los cazadores en forma de animal.
El Cazador: Esos son cuentos regozaos chica, más arriesga el venao que él que lo tira.
Mujer: Bueno pues más vale que te cuides; guerra avisá no mata soldao, y si lo mata es por descuidao.
El Cazador: Dame otro guayoyito, búscame la cajeta del chimó porque me voy, barco parao no gana flete.
Mujer: ¡Cónchale, vale! ¿Y te vas a dir asina? ¿Y las vacas, quién las va a ordeñá? Ahí tan en el corral, más afaná que un chingo chupando caña.
Narrador: El bramar de las vacas se confunde con el berrido de los tereritos, que en coro piden su alimento y la ansiada libertad de juguetear en la orilla del estero. El Cazador alista el rejo y la totuma, y queriendo saber la audacia y facultad de su hijo como becerrero le dice al compás de la tonada del ordeñador:

Cazador: En medio de la laguna
se sacude, y aletea
sin temerle al aguacero
al viento ni a la marea
jala vieja, Yaguazo.

Hijo del CazadorYaguazo, Yaguazo
ahí le va pa´ que se divierta.

Cazador: Por muy catira que seas
no le temas al carbón
que en la cocina se quema
cuando ´ta junto al fogón
póngasela vieja, póngase.

Hijo del CazadorLimpion, Limpión;
coge papa pa´ que se arrope y sude
y sígame hablando por señas
aunque no soy sordomudo.
Narrador: El grito del becerro, el canto del ordeñador, los relinchos del caballo en el potrero, el tropel de los burros en el paradero y el arrullo del chorro al caer en la totuma, forman un cuadro típico mañanero del llanero legendario y así el Cazador termina su faena rutinaria. Con paso acelerado, el Cazador, en compañía de su perro chucuto y zato, bordea las orillas de los callados montes. Cruza el caño por El Paso de Las Ánimas y prosigue en busca de La Calceta del Muerto, una figura flotante acaricia las copa de los árboles, es la figura que uno ve en las pasadillas y que parece que lo abrazan; Era la figura del sol veranero, que se proponía surcar de lado a lado el lienzo embrujador de la inmensa llanura. Diademas de garzas y corocoras pintaban un jardín de mil colores en el movible mundo de las nubes, a sus espaldas se divisa no muy lejos su casita de palma, mecida por el horizonte, resguardando bajo su techo el primer y único amor de su vida; A Cupertina. Poseído por el embrujo de los campos silvestres se interna en el corazón oscuro y tembloroso de los montes, unos ruidos extraños le hacen detener la marcha y los fuertes quejidos le erizan todo el cuerpo, el perro con la cola entre las piernas y aullando emprende en veloz carrera el regreso a casa. El Cazador pone los cinco sentidos en espera de los acontecimientos. Los quejidos se oyen cada vez más fuertes, parece que brotaran por la planta de sus pies, al fin su mirada sutil, como ave de rapiña, descubre el autor de tales hechos; es un venado, un venado negro que hecha chispa por los ojos, que la asadura le arrastra por el suelo, recogiendo con ella las hojas que el verano ardiente ha depositado en los rastrojos. Su valor es más fuerte que la sombra. Se lleva la escopeta al pecho, pero hay una voz que le dice:
El Diablo: ¡No me mates, Cazador! 
Narrador: Al buscar la mira para afinar la puntería es tanto el nerviosismo que el disparo sale antes del tiempo. El animal se detuvo a poco pasos, y con voz de ultratumba lo amenaza:
El Diablo: ¡Criminal! Hoy ha llegado el día de pagar tus deudas y saber el dolor que trae la muerte.
Narrador: Olor a cacho, a cacho quemado. Esto condujo al cazador a un sueño misterioso y al despertar se encontraba en un viejo castillo invadido de lechuzas y murciélagos, aullar de perros, gemidos de dolor se oían en contorno de la mansión macabra.
El Cazador: Esta no es la tierra en que yo pensaba morirme.
El Diablo: Pues no se muera. Soy el Diablo y te he traído a  mis dominios para que hagamos un trato; a cambio de tu alma te haré el más rico y poderoso de la tierra, pero antes, tenemos que poner ciertas condiciones. Primero el documento deberá ser escrito con la propia sangre de tus venas, y la piel del hijo que lleva tu mujer en el vientre, tienes que matarla, desuella al crío y te devuelves.
El Cazador: No, no eso nunca. ¡Ay, Dios mío! Padre Nuestro, Dios te salve, María, creó en…
El Diablo: Cállate blasfemo, o te mato ya.
Narrador: Lo vio amenazante, enfurecido, orejas puntudas, uñas largas y una cola que le arrastraba.
El Diablo: Mira, mundano, quiero que sepas que esta tierra es mía, que la tengo sembrada de fantasías y muerte, esos coros que se oyen son mis almas; que el crimen, la ambición y el vicio hacen que cada día aumenten  mi rebaño. Tú estás en mi poder, me has desafiado y sólo tu facultad te salvará.


Diablo: Coplerito del ayer
llegaron los malos tiempos
y antes del amanecer
pa´ mí ya eres hombre muerto.
Cazador: No creo que pueda correr
la agua más fuerte que el viento
tampoco debiera ser
la muerte sin sacramento.
Diablo: Si me vas a responder
sin arrogancia y talento
me vas hacer enfurecer
porque yo no como cuento.
Cazador: Yo sé lo que debo hacer,
no se impaciente, maestro, 
tan sólo con mi mujer
le tengo miedo a los pleitos.
Diablo: Comprende que a Lucifer 
le sobra el entendimiento 
como enemigo; sulfuro,
y yo no tengo sentimiento.
Cazador: Yo no he podío conocer
quién me domine en el verso
ni el pecado que al nacer
no se borre con el rezo.
Diablo: Si me vas a responder
con palabras o con hechos
le va a tocar que perder
el chivo con el cabestro.
Cazador: Usted, debiera saber
que el coplero es un violento
que al cumplir con el deber
peca en el arpa redimiendo.
Diablo: Le voy hacé una pregunta, 
cantador falta ´e respeto
¿Por qué la luna se ajunta
de noche con el silencio?
Cazador: A mí ninguno me asusta
si me preguntan contesto
sé que a la luna le gusta
andar sola, por supuesto.
Diablo: Ya que tú eres cazador
me vas decí al momento
y el animal más veloz
que en la montaña es subiendo.
Cazador: El conejo a lo mejor
duerme con el ojo abierto
pa´ que diga el tirador
que el conejo ´ta despierto 
Diablo: Vas llegando cazador
al sitio de los tormentos
donde se extingue el amor
y se quema el argumento. 
Cazador: Mientras yo sea cantador
y el Llano me dé su aliento
no hay condición ni temor
porque yo lo represento. 
Diablo: Coplero que sin decoro
canta a pie del instrumento
no sabe  dírsele a un toro
ni pegá un lazo violento. 
Cazador: El Diablo se volvió loco,
está vencido y molesto
vencer un toro es un robo
y el caballo es el pretexto.
Diablo: ¿Cuál es el río más potente,
que a pesar de los tiempos
va llevando la corriente
al lugar del nacimiento? 
Cazador: Y agua abajo van los ríos
sin ningún presentimiento
pero el mar embravecío
guarda lo que llevan dentro.
Diablo: Si naciste aprendido
contéstame con el verso
¿Cuál otro ser ha podido
dominar el universo?
Cazador: Y el señor que está en el cielo
su padre que fue el maestro
nos dieron para consuelo
un alma dentro del cuerpo.
Diablo: Con ese vocabulario,
fanfarrón y deshonesto
ni que reces un rosario
se va a salvar del tormento.
Cazador: Si con palabras lo agravio 
 y hasta la muerte merezco
Jesús murió en El Calvario,
sufriendo, pero contento.
Diablo: Ya que te las da de viejo 
y te crees el más perfecto
¿Dígame cuál es el modo
de salir de este aposento?
Cazador: Sabe que si me dispongo
sabiendo donde me encuentro
que me voy y le respondo
rezándole un Padre Nuestro; 
“Padre Nuestro, que estás en el cielos, santificado sea tu nombre; venga tu reino,  hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo; danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal; Amén”. 
Narrador: Y dice la leyenda que la mansión macabra se la tragó la tierra; que el Diablo, persiguiendo al Cazador corrió como diez leguas y que la misma aurora lo salvó del infierno, cuando extendió su canto el gallo pasionero.

NotaEsta leyenda fue tomada del Trabajo de Investigación; ANÁLISIS DE FIGURAS ESPECTRALES EN EL CORRÍO Y LEYENDAS DEL   CANTO LLANERO TRADICIONAL de Isaías Medina López, Duglas Moreno y Carlos Muñoz. Aprobado en la UNELLEZ y OPSU

miércoles, 29 de junio de 2016

La leyenda de Kirpa. Versión original completa. (José Vicente Rojas)


Por un mujer llanera le dieron la muerte a Kirpa. Imagen en el archivo de Santos Quiroga


Fuente y elenco: José Vicente Rojas (Aprendiz, Maestro Viejo y Declamador). Daniel Bustamante (Nieto Daniel, interpretando a Negro Aragüeño).  Antonio Sosa Mejías (Nieto Antonio, interpretando a Kirpa). Conjunto: Natalio Flores (arpista), Carlos V. del Nogal (cuatrista), Eduardo R. del Nogal (maraquero) y José Ignacio García (bajista).


Imagen en el archivo de "Hábleme de Puro Llano, Compa"


Aprendiz: Mirá, viejo, me han contao que, usté, fue arreador de ganao, cabrestero  en to´ ese Llano, que perdió la cuenta de las veces que cruzó las selvas de San Camilo con mil y pico ´e novillos por delante, que se topaba con los espantos de la sabana ca´ rato y con los tigres cebaos en mitad de los caminos y a los bien mañosos los coroteaba pa´ torcerles la penca ´el pescuezo, y a los caimanes de cinco cuartas de trompa les daba con el chaparro en el jocico en esos caños corrientosos de toa la llanura,  y que fueron muchas las noches oscuras y de aguaceros venteaos de esos que llaman “tumba araguatos” que le clavó la cabeza a Escoterito,  a Buría, a Guaritico, La Guada, a  Setenta, a Terecay,  Caicara, a Arauca Viejo, a Orichuna, po´ el Paso de La Concepción, y tantos bien peligrosos que se consiguen po´ el Llano apureño, en Barinas, Cojedes, Guárico y Portuguesa. Usté, también  ique arreó ganao del Alto al Bajo Apure, con tripulaciones de ochenta hombres, con rumbo a Villa de Cura, a Tocorón, ganado que llevaban pa´ los mataderos del Centro. Mire, pero algo que le quería pedí que me contara  -porque usted,   ique andaba con el llanerazo que mentaban Kirpa- la noche que lo, que lo mataron en Güiripa en una parranda, cuando estaba contrapunteando con un cantador de esos lugares.
Maestro Viejo: Sí, es verdad, muchacho, to´ eso que tú has dicho, que te han contado de mí, de estos cuatro huesos que ya no sirven sino para echar lavativa, tenía tiempo que  no  jallaba con quién conversá de esos años cuando yo era mozo; hombre de caballo y soga; cuando había ganao cimarrón de  comején en el cacho  en esos chirivitales   de la sabana;  cuando uno andaba a caballo con la pata pelá y no embotao, como andan esa cuerda ´e panga-panga de camisas de cuadritos medias maliciosas en esas mangas, limpiando rabo en esas mangas de jierro de esos pueblos. Cuando se pasaban días y noches en la pata ´e una camoruca, bailando y contrapunteando golpes y joropos tramaos, no como esos que yo escucho ahora que parecen un solo llorío y echándoles maldiciones y insultos a una mujé.
Ponele cuidao, camarita, a este corrío que le sacaron al cámara Kirpa la vez esa que lo mataron malamente,  por ahí donde llaman Güiripa, por envidia, porque allí le tenían mala voluntad a nosotros los llaneros; porque nosotros parrandeábamos con churupo en los bolsillos y cargábamos buen caballo  y buena silla, buen sombrero pelo é guama “Alón” y a la mujer que le echábamos los perros de atrás pa´ alante o corría o se encaramaba, porque si se paraba era más seguro que dale un tiro al suelo, que en el anca del caballo de capotera de alguno de los viajeros se venía, pero mejor voy a llamar a mis nietos, Daniel y Antonio, pa´ que con el arpa de Natalio y el cuatro que toca Carluchito y los capachos de su hijo se lo canten como yo se los enseñé.
Declamador: ¡Ah tiempo, cuando era tiempo!
¡Ah Llano cuando era Llano!
de cruzá esas soledades
sobre el lomo de un caballo
de salí pa´ la sabana
con puro café colado
de hacé una sola comía
después de haber encerrado
como a las nueve ´e  la noche
en el corral el ganado
después se escuchaban “cachos”
en el chinchorro acostado
y el cuatro y el pasajito
en el caney empalmado 
¡Ah Llano de enlazadores!
de jinetes bien forjados
a punta de cimarrones
mañosos y bien formados
que durante varios días
cruzaban pueblos y Llanos
y pasaban esos ríos
corrientosos abordados
por hombres buenazos de agua
de esos bien acostumbrados
a resistir corrientazos
de tembladores cebados
y a conocer el aguaje
de la raya y del pescado
de no temerle a los tigres
en los caminos plantados
de zumbársele a los ríos
a las lagunas y caños
con la silla en la cabeza
y en una mano el chaparro
para espantar los caimanes
sin importar de tamaño.
Entre esos hombres famosos
de ese Llano tan nombrado
se hallaba el moreno Kirpa
que era coplero rajado
no respetaba contrarios
cantando versos rimados
después de haber encerrado
en el corral el rebaño
se iba pa´ esas cantinas
a jugar bajara y dado
y a cantá en la pata el arpa
golpes de esos bien tramados
y a seguir una porfía
que le plantara el contrario.
Una vez llegó a Güiripa
remontao y acompañado
y alguno ´e sus compañeros
todos llaneros bragados
con ganas de divertirse
entre mujeres y tragos
y allí se encontraba un hombre
un negro mal encarado
que lo reto pa´ cantar
un contrapunteo tramado.
En ese rincón de Aragua
no eran muy bien aceptados
los llaneros que venían
hablando siempre gritado
y alardeando de coraje
y de sus hechos probados
y con la faja repleta
de dinero bien ganado
cuando reventó el joropo
en los bordones cuereados
se arremolinó la gente
con el oído parado
atentos y maliciosos
risueños pero callados
se escuchó el tañío del Negro
y su tema acostumbrado.

Negro AragueñoSoy nacido en estos valles
que mis taitas habitaron
y conozco sus peligros
desde que estaba mediano
y aprendí a cantar joropo
como ellos también cantaron
y a no reconocé a nadie
porque viniera a caballo
con sombrero y buena silla
con franela o emblusao
y en vez de jalá machete
fuera arriador de ganao
y le brillara el acero
de plata y cuero cromao
esta noche amigo mío,
con usté, estoy empeñao
a cantar hasta mirarlo
en la sala arrinconao
no lo llamo por su nombre
porque no se ha presentao.

KirpaHorizonte dame campo
llanura que ando inspirao
vengo del Apure inmenso
sendero que he trajinao
bordones no se arrochelen
capacho suena acoplao
y ese cuatro sordo y viejo
debe de sonar pausao 
para que mi voz de Llano
como un potro desbocao
recorra este verde valle
en mi cantar arrendao
en el corcel de esta música
que yo siempre he jineteao
y como la conozco tanto
por lo mismo la ha amansao
yo soy el moreno Kirpa
que del Apure ha llegao
sin alardes de machura
ni de hombre acaudalo
buena remonta si cargo
porque siempre me ha gustao
y unos cuantos centavitos
pal  ajiley y el dao
y para el trago de caña
y pa´ el cariño comprao
aunque el cariño mi hermano
siempre me lo han regalao
salga pa´  que brague un cacho
que aquí me tiene plantado.

Negro AragueñoCuando me llaman respondo
porque soy hombre educao
y por las malas me porto
igual a un toro plantao
no respeto cantador
cuando estoy emparrandao
y a muchos copleros guapos
he puesto a pedir cacao
unos vienen por los aires
volando muy encumbraos
y después los veo en el suelo
paciticos y desplumaos 
y por los aires que pegan,
usted, cojea de ese lao.

KirpaSi cree que soy jactancioso
está muy equivocao
porque yo soy más sencillo
que un fuerte en medio esgranao,
si usté,  está hablando de alardes
y de coraje sobrao
por lo tanto, amigo mío,
los que aquí le han escuchao
podrán muy bien darse cuenta
quién de los dos más ha hablao
pero le voy a advertir
Negrito de po´   estos lados
que a muchos faramalleros
mi chaparro le he sonao
y le he dejao las costillas
igual a un pescao rayao
del color de una batata
los ojos bien moreteaos
sepa pues a qué atenerse
antes de hablarme gritao.

Negro AragueñoPara, usted, sobarme a mí
tendrá que hallarme rascao
con una pea de tres días
y en un chinchorro acostao
y tomo aguardiente ´e caña
sólo pa´ está entabanao
y aclararme la garganta
cuando estoy estrasnochao
despiértese de ese sueño
si es que, usted, se ha imaginao
que conmigo va a lograr
todo lo que haya deseao.

KirpaSi dice “Topo señor”
deje que maraqueé el dao
pa´ echales cuatros y cenas
para dejarlo resteao
soy hijo del Llano inmenso
como el palmar intrincao
navegador en curiara
en caño y ríos desbordaos
lanzador de tigre y león
me llaman “el Amaestrao”
soy el potro cimarrón
que nunca lo han amansao
el toro fuerte y bravío
que jamás lo han enlazao
porque  cuando ni becerro
nunca estuvo enchiquerao.

Negro AragueñoÓigame,  moreno Kirpa,
usté, lo que está es tostao
se está creyendo marrano
y no lo veo embarrialao
y no jose mucho al suelo
que ese ta´ bien pisoneao
porque es mucho el zapateo
que sobre él han repicao
si se vuelve un cimarrón
lo enlazo tarabiteao 
y lo pongo suavecito
de boca y bien arrendao
tengo callo en las canillas
de tanto haber jineteao
y si se resiste mucho
lo puedo trae nariceao.

KirpaEntre transitar  mi Llano
hermoso y destincholao
arpa, guitarra y capachos
y músicos inspiraos
no dejaré de cantar
joropo barajustao
y rebusco en mi cerebro
a ver que tiene guardao
nunca me podrán callar
cantando bien acoplao
y mucho menos un hombre
que se la pasa encerrao
en estos valles corticos
y de quebradas cercao
de tanta montes tupidos
y de cerros encumbrao
que apenas ven cien novillos
y se quedan abismaos
y cuando escuchan un arpa
sin un cuatrista a su lao
dicen que no respetan
ni al “Catire Coronao”
cuando escriben cuatro décimas
se creen poetas laureaos.

Negro AragueñoYo creo que de tanto andar,
usted, se siente cansao
de vagar en sus llanuras
de terronales tostaos
y de tragar tanto polvo
la voz se le ha resecao
en cambio yo en este valle
que, usté, siempre ha despreciao
lo recorro poco a poco
en mi trajinar pausao
y el aroma de su flora
su frescura me ha brindao
y me siento más lozano
que un niño recién bañao
como poco me ajetreo
me siento más conservao
si me  viene con mucha bulla
me va a encontrar preparao
y le voy a echar más palo
que a un burro viejo atoyao.

KirpaSeñores abran gallera
mi paciencia se ha agotao
dejen que salga este Negro
color de caldero ahumao
que le voy a demostrar
cómo amanso a los malcriaos
para quitarle esa maña
que lo tiene resabiao
de meterle pura caña
zoquetes y confiao
pero como soy llanero
no creo en muertos paraos
ni en tullíos pegando brincos
ni bailando zapateao
échenlo pa´l paradero
para darle  su tallao
pa´ que se acuerde de Kirpa
mientras viva este pelao.
Maestro viejo: Así fue, muchacho, la gente le abrió gallera como Kirpa pidió en el contrapunteo, pero, tú sabes que el llanero no es traicionero y no le gusta pelear sino es  a  puño limpio y el negro el carrizo era más bellaco que el “Santo ´e Guadarrama”, como dicen por ahí, se hallaba más armao que un chorrosco en madre vieja con  una mastranta  ´e  cuchillo,  de esas que llaman “mata guate”, que le había comprao a un guate de po´ allá de los lados del Cantón.
En lo que le echaron a Kirpa  se le empechó y  le echó la primera embestida, lo cogió abajo, el Negro peló po´  el piazo ´e cuchillo y  lo ensartó de abajo pa´ arriba, cuando Kirpa dijo “me mató este muérgano” y se puso la mano en la herida como pa´ atajase el bochinche de sangre, se barajustó el gentío, unos vaineros decían “Por aquí se fue derecho,  compita”; ahí se metió el guitarrero a cobrar la sangre del compañero y ahí mismito estaba patas arriba en el suelo, herido también. Así fue la cosa, camarita, a los tiempos, un músico, que no sé cómo se llama, compuso ese joropo tan sabroso que se llama como el finao Kirpa y los poetas copleros le han hecho varias composiciones donde mientan la tragedia.
Aprendiz: Sí, viejo, como una letra  que es muy popular que canta Loyola que dice así: 
-Declamado: “Apure lloró en silencio
mientras el arpa se oía
porque en el Llano se supo
que Kirpa se moriría
su nombre quedó en Güiripa
su voz quedó en el palmar
su pensamiento en la brisa
su apellido en el cantar
yo no sé por qué en Güiripa
no querían a los llaneros
allí mataron a Kirpa
e hirieron al guitarrero”.


Nota: Esta leyenda fue tomada del Trabajo de Investigación: ANÁLISIS DE FIGURAS ESPECTRALES EN EL CORRÍO Y LEYENDAS DEL  CANTO LLANERO TRADICIONAL de Isaías Medina López, Duglas Moreno y Carlos Muñoz. Aprobado en la UNELLEZ y OPSU


LA LEYENDA DE KIRPA (Original)
https://www.youtube.com/watch?v=fFFZDLu7TyM&hd=1