Imagen en el archivo de la Pedro José Guacoba
EL ORIGEN ANCESTRAL DEL PUEBLO PEMÓN (Etnia Pemón)
Cuando pequeño, en la nochecita estábamos
acostados en el chinchorro y mi mamá nos contaba muchos cuentos. Y entre esos,
recuerdo, los relacionados a que hubo un
tiempo atrás. Para decir “tiempo atrás” el Pemon dice Penadapto, en aquellos
tiempos, tiempos pasados. Uno no sabe cuánto es ese Penadapto, puede ser muchos
años y quizás siglos.
Y a eso se refiere cuando el indígena comienza
a contar cosas antiguas. Ella nos contaba muchas cosas. Por ejemplo yo
me recuerdo que de repente nos decía: Mira, al principio los pájaros, los
animales eran seres humanos, que se entendían con el hombre.
Por ejemplo,
el kavanaru, el Gallito de la Sierra
tenía una novia. La novia se escondía en los cerros, entraba en el Roroimo
(Roraima). Se abrían los cerros y ahí entraba. El kavanaru la perseguía.
Subía nuevamente, se escondía en otro cerro, y
así. Hasta que un día la novia de kavanaru se esconde en el cerro Weytupu
(weitepuy) ubicado en la región de Wonken y Kavanayen. Un cerro que se ve de
forma triangular. Pero también hay otro Weytupu en el triángulo entre
Guayana, Brasil y Venezuela, por la
cabecera de Arawopo y también cuentan que ahí entró la novia y el novio. Con
tan mala suerte que en el mismo momento que la novia va a cerrar la puerta del
cerro kavanaru metió la cabeza y se le aplastó. Y es por eso que tiene la
cabeza aplastada y quedó así este gallito de sierra.
También nos contaba que el acure tiene en la
parte trasera la piel así como chamuscada, ella nos decía que eso era debido a
que penadapto cuando se inundó el Universo, como ya los animales estaban
avisados de aquella gran catástrofe el acure hizo su pequeña embarcación de
cera, más o menos calculando su propio tamaño.
Cuando comenzaron los grandes torrenciales
aguaceros y comenzó a inundarse el universo, entonces él se escondió en ese
espacio que había fabricado de cera. Él había metido su leña y, como tenía frío
prendió detrás de él una pequeña fogata.
El espacio eran tan pequeño y él siempre
estaba en esa posición. Ese día tenía frío y terminó echándole un poco más de
leña, y desde esa fecha fue que quedó chamuscado.
También nos contaba que Penadapto, después que
habían cesado las lluvias y el universo volvía a su estado normal, Nüá- el que
fabricó una embarcación grande para meter toda las especies de animales – llamó
a la garza y le dijo: Mira, vaya a ver si ya la tierra esta seca para poder
salir con todos esos animales.
Entonces la
garza se fue volando. Encontró muchos peces muertos, podridos, medio vivos, y
comienza a comer a esos peces que están regados por toda la sabana en lagunas y
ríos. Y mientras está comiendo, también había otros que tenían hambre. Las hormiguitas
comienzan a comerle las piernas y ella no se dio cuenta, porque llevaba mucho
tiempo en el barco, seguía comiendo, comiendo y no sentía el dolor. Y cuando se
dio cuenta esas hormiguitas ya le habían comido las dos piernas y se quedó
flaquiiita de las patas.
Ya de adulto, cuando comencé a investigar qué
es el Taren, los ensalmes, que yo
mencioné anteriormente, le pregunté una vez ¿Y que es Pía, mamá? Bueno, son los
primeros animales, vegetales y hombres… el primero que inició los animales, que
inició al hombre, son los Pia.
De 1982 para acá comencé a averiguar ¿cómo es
el asunto del Pía? ¿No será el origen nuestro? Me entró esa curiosidad. Y
comencé a preguntar por donde quiera que efectuara asambleas, reuniones, en las
comunidades indígenas, Uriman, Kamarata, La Periquera, Kavanayen, Santa Elena,
Waramansen. ¿Cómo empezamos nosotros? Y tuve la suerte de conseguirme uno que
me explicó. Él era un dirigente tan joven que yo conocí al abuelo de él.
El abuelo de
él lo conocí en Kavanayen cuando yo tenía 17 años y estaba recién casado.
Él se
vino a Kavanayen porque los nietos de él habían matado un kanaimo (Canaima) de
nombre Chankon. Vivía en los alrededores del río Kama, afluente del Apanwao,
afluente a su vez del Caroní. Este Kanaimo hacía maldad a los indígenas. Había
matado unos familiares que vivían en San Francisco de Yuruani. Entonces los
muchachos conservaban aquel recuerdo, y un día lo encontraron a él, a su mujer
y a su hijo, y los liquidaron. Las autoridades de Santa Elena, cuando se
enteraron, les echaron guante. Los llevaron a los tribunales y lo trajeron a
Ciudad Bolívar presos, donde pagaron su condena. A raíz de eso, el abuelo del
que liquidó al kanaimo Chankon,
llegó a Kavanayen a pedirme un favor. El favor era que él quería hablar con las
autoridades venezolanas, si era posible a nivel de Caracas, para explicarles
por qué su nieto había liquidado a ese kanaimo que hacía tanta maldad al pueblo
Pemón.
Tomado de
Pataamunaanü´nin: Nuestras Tierras son de nosotros (Etnia Pemón). Carlos
Figueroa. Ediciones El Pueblo. Ciudad Bolívar. (2005)
EL MÁS ALLÁ DE LOS YUKPA (Etnia Yukpa)
Dicen los ancianos que, cuando la vida de un
yukpa termina, el momento de morir, su espíritu, Okatu, realiza un largo viaje.
Llega a orillas de un mar inmenso, Kunwatupe, o un ancho río, kunyapo. El
espíritu del muerto no puede cruzar esas aguas sin ayuda. Atravesando el rio o
el mar, llega entonces a él un perro y le pregunta.
_ ¿Tú, quién eres?
_ Soy
el Okatu del yukpa... - es la respuesta.
Si la persona que ha muerto amó y protegió a
los perros durante su vida, él la ayuda a pasar el rio trasportándola a la otra
orilla.
_ Sube
en mi lomo, yo te llevaré.
Pero si por el contrario se trata de un yukpa
que maltrataba a los perros, el animal lo abandonará:
_ Arréglatelas como puedas. Yo no te ayudo a
pasar porque tú me has despreciado a lo largo de tu vida.
También pueden presentarse el pauji, el
cachicamo y el perico. Hacen la misma
pregunta.
Si en vida la persona los ha tratado bien lo
ayudan; si ha sido cruel con los animales, no lo hacen.
Cuando no encuentra a nadie que lo quiera
llevar, el espíritu cae al agua y se pierde.
Por eso los yukpa aman tanto a los animales,
especialmente a los perros, no solo porque son sus inseparables amigos en la
cacería, sino también porque saben que cuando mueren los ayudan a pasar las
aguas.
Es posible que para subsistir hayan matado
algunas aves, por ejemplo, la pava, para comerla. Esta seguramente, si los
encuentra, no querrá darles apoyo. Pero llega entonces el perro, con el cual
los yukpa fueron buenos que intercede por ellos o los lleva el mismo.
Una vez en la otra orilla a la cual solo
puede llegar con la colaboración de los animales, el espíritu se encuentra
frente a varios caminos y debe escoger por su propia voluntad el que va a
seguir.
En cualquiera que escoja hallara alguna de
esas criaturas, que lo interrogara sobre las habilidades que adquirió en su
vida. Por ejemplo, pueden preguntarle si sabe tejer el Menure o cesta. Si dice
que si le darán el material para que teja una, y tendrá que hacerlo bien y
rápidamente.
También pueden preguntarle si sabe hacer
Wuani, es decir trenzas y, especialmente a las mujeres si saben hilar y
preparar la comida.
Por eso, cuando nace un varón, el padre le
enseña todos los trabajos propios del hombre: cultivar el conuco, hacer los
arcos y las flechas, fabricar las hamacas, tejer. A las mujeres, la madre las
enseña a tejer, hilar, cocinar los alimentos, preparar la chicha.
Generalmente el animal que le hace la primera
prueba a los espíritus es Kopitcho, el sapo, quien se burla de ellos porque,
siendo el animal más repugnante de todos, saben que le tienen asco.
Si el yukpa no demuestra alguna habilidad y
no supera las pruebas a las que lo someten,
su Okatu se pierde.
Pero si logra superarla, encuentra otros
espíritus que lo juzgaran: si fie generoso con los animales y habilidoso en sus
oficios, Katu, el espíritu bueno, lo llevara
más arriba de las nubes.
Si no fue bueno con ellos, se pierde en el
agua, y si no aprendió a hacer nada,
ira al fuego junto con Karawe, el espíritu
malo.
Tomado de “El mundo mágico de los yukpa”,
Marisa Vanini y Javier Armato, Caracas: Monte Ávila Editores Latinoamericana (2005)
LA CREACIÓN DE LOS ESPAÑOLES (etnia Piaroa)
Buoka observaba escondido a su hermano
Wajari. Quería que Wajari le creara familia a él también. Habló también con su
suegro sobre esta cuestión de que si quería familia él también. Puruna le
respondió afirmativamente. Buoka es el amigo de los guajibo, mientras que
Puruna lo es de los blancos. El jefe Wajari creó a los blancos por el parake,
junto a las montañas que se alzan en el territorio del Sipapo. Allá había un
lago donde pescaba los peces para crear tanto a los hombres, como a los piaroa.
Puruna le pidió a Wajari que le preparara
hombres a él también. Buoka le preguntó a Wajari que si podía ver cómo era que
creaba a los blancos. Wajari dijo así: —No te preocupes, todo ocurre igual que
antes.
Pero Buoka dijo que él pensaba que iba a ser
distinto, y por eso quería verlo: —Hermanito, quisiera ver cómo es que preparas
a nuestros amigos. Quisiera ver cómo pescas y cómo creas a los hombres. Pero
Wajari respondió así:
—No hermano, si los dos observamos, los peces
apenas morderán y no habrá hombres suficientes. Wajari conjuró un dique al lago
y así los peces destinados a los piaroa fueron a parar a un lado y los
destinados a los blancos a otro. Conjuró un nombre de un gran animal que los
piaroa nunca habían visto. La tarea de este animal era la de asustar a los
blancos y hacer peligrosa la selva para ellos. Wajari conjuró también la dirección
de los blancos: preparó una figura para el centro del lago. Por eso es que los
blancos tienen idea de los hombres y los animales. La figura la hizo en base de
su hermano Buoka: Chubuo Buoka, Aruttu Buoka, Avika Jawikwo, Tsañaka Buoka.
Luego Wajari hizo desaparecer de la mente de
Buoka el recuerdo de cómo había sido la creación. Luego le ordenó a Buoka que
se fuera para la casa y cuidara sus asuntos. —Vete y observa mi churuata y
luego verás a los hombres.
Y se pudo dar a la tarea de la creación de
los blancos sin que Buoka se fijara. Wajari reunió todo tipo de alimentos:
arroz, café, frijoles, para poder pescar. (Por eso es que los blancos comen
arroz y frijoles y toman café). De esta manera preparó un anzuelo de dos
puntas.
Con el pez pescado con la punta hecha de
café, preparó a los hombres; y con el pez pescado con la punta hecha de
frijoles, a las mujeres. Wajari solamente pescó dos peces y no más para hacer a
los blancos.
Al igual que en el caso de los piaroa se puso
a hacer huesos, dientes, cabellos, narices, ojos. Luego conjuró los peligros de
los blancos. Señaló lo que significaba peligro. Habló sobre el cabello rizado
de los blancos, sobre los matices de sus cabellos. Les sopló tamaño y
fortaleza. Luego los puso en agua, pero se hundieron. Wajari dijo que él no
tiene la culpa de esto. —Tenía que haber creado hombres para mi hermano de la
misma manera que creé a los piaroa.
Así los sacó del río y sus cabezas salieron
del agua. Y fue entonces cuando pudieron respirar. Wajari arrancó una flor con
la que pescó a los hombres.
Vino Buoka y preguntó si los había creado de
la misma manera. —Sí –respondió Wajari–, ven a ver.
Buoka dijo: —Tenemos que decidir dónde van a
vivir. Buoka también dijo que le
gustaría que intercambiaran territorios,
viviendo los piaroa en la sabana y los blancos en la selva. Wajari estuvo de
acuerdo y fue donde su hermana Tchejeru y su esposa Kwawañamu a preguntarles si
actuaba correctamente o no. Le respondieron: “¡No!”.
Por eso hoy en día viven los piaroa en la
selva y los blancos en las sabanas.
Tchejeru le preguntó a Wajari: —¿Por qué
quieres mandar a los piaroa hacia abajo, en dirección de Caracas?
Wajari respondió que no fue él quien quiso,
sino su hermano Buoka. —¿Él pidió el cambio? No puede hacerlo. Los piaroa le
pertenecen a la selva –dijo Tchejeru.
Así Wajari fue a hablar con Buoka a
preguntarle si así estaban las cosas en orden. Wajari movió la figura en el
lago y ya no miró hacia abajo en dirección a Caracas. Así todo se aclaró. Luego
le dijo a Buoka:
—Fíjate para dónde está mirando la figura.
Allá tienen que vivir los blancos. Buoka estuvo de acuerdo: —Mi familia blanca
vivirá por Caracas, bajo el Orinoco superior.
Tomado de: Cuentos y mitos de los piaroa.
Lajos Boglár Fundación Editorial El
perro y la rana (Caracas, 2015).
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