Desde Letras de Cojedes presentamos saludos llaneros a estas autoras.
Imagen en el archivo de Barbuquejo
LA
POESÍA (Celluz Celeste Luz)
La
poesía
es
el único analgésico
que
calma
estas
arremolinadas aguas.
Su
obscuro pozo.
Su
imparable necesidad
de
llegar a lo más profundo.
Espacio
para hurgar
hasta
desvencijar el alma
buscando
la dosis perfecta
en
el verbo que anida
con
fervor en la sangre.
La siguiente compilación (primera entrega) es una pequeña muestra de las contribuciones de la poetas, o poetisas como a otros les gusta llamar, presentadas en el portal del maestro César Seco, sitio que goza de una enorme visualización y prestigio nacional e internacional.
Gracias por su visita. Isaías Medina López.
POEMA DE HANNI OSSOTT
a
Celsa
No bastaba mirarte en el espejo
con el vestido de mamá para conocerte.
El pozo azul de tus ojos ahogó
a la niña en la extrañeza inalcanzable
de la Noche.
La niña ríe suspicaz porque la fiesta
es siempre difícil como el ojo ciego
de Dios.
El rumor de lo inentendible es tu voz
y el país de la pena un barco,
un barco encallado en el mar
que nunca duerme.
El corazón un horno que no se apaga,
una luz maltrecha al final del túnel,
un circo derruido bajo la sombra
de la Luna.
Flor iluminada en la redondez
de sus pétalos.
Con la palabra no preferida aún
saliendo de tus labios y de tu risa,
contenida en su nada irreprochable.
Tus anillos, tus manos en espera de eso, lo desconocido, la
enfermedad,
la Noche, eso a lo que no se habla.
Y miedo no hay cuando bailas
ante el espejo con el vestido puesto.
Poema de Gladys Ramos
Mi madre me dice que dentro del cuarto
rondan los pecados
por eso puso una cruz de palma bendita
detrás de la puerta
Y cosió una bolsita de alcanfor
debajo de mi almohada para el “líbranos
de todo mal”
Mi madre me dice que tengo
un Ángel de la Guarda que sube y baja
en mi cama
para espantar los malos pensamientos
Yo por si acaso me pongo antes de dormir
una ramita de eucalipto detrás de la oreja
y me echo dos gotas de corneciervo
entre los senos
Mi madre no sabe que mi Ángel se marcha
esta noche
Yo lo llamo: No te vayas, ángel
tengo fiebre, por favor, no te vayas
Te necesito para que me ayudes
A librar batallas con “él no me dejes caer
en la tentación”
Mi ángel de la Guarda no me hace caso
Está entretenido ensayando el vuelo
EL DESEO (María Cristina Solaeche Galera)
Visceral estruendo torrente
interior late y asciende late y desciende un vértigo placentero El deseo dibuja
desdibuja sendas que estremecen con la piel aferrada por las cuerdas de la vida
¡De repente! Se desgajó encima la alcahueta luna con sabor a mandarina No nos
soltemos amor Extrañaríamos nuestros sabores nuestros agridulces deseos.
Poema de
Yesenia Castillo López
No se
encanten por mis harapos están viejos y desgastados.
No me
iluminen con sus ojos sin saber de mí.
Soy lo
opuesto a sus intereses...incolora.
No
aguanten mi ausencia por decencia, olvídenla.
Saberme
es un acertijo aburrido y al describirme incierto.
Si
quieres creer lo que ves no beses mis ojos ni sujetes mis manos.
Ahuyenta
mi alma con color gris para que no desprenda arcoiris.
Lo que
se me ofrece no es entrega del karma, ni del universo,
ni mucho
menos divino , sino lo que respiro.
Mi
silencio es el sonido de mi sonrisa.
La única
idea me lleva a la desubicación de mis pies.
Mis ojos
es guerra interna desde que nací.
Y mi
pensamiento es el hedor de la miseria humana.
Espero
como todos la muerte.
Toda
la mañana ha hablado el viento por nosotros.
Enhebrando
pesares y desaciertos
Del
poeta incomprendido y expulsado
Como
si estuviera maloliente o enfermo,
Errabundo
siempre como las abejas.
A
lo lejos el rumor dulce del río
Le
contesta con la oración del peregrino
Sacándole
una sonrisa de los labios
Como
sacar un pañuelo blanco del bolsillo
En
la piedra el poeta escribe
No
sabemos si su epitafio
O
una nueva carta de amor
Que
no entregó, que no llegó a tiempo,
No
se atrevió lanzar al río sus palabras de poeta
No
vaya a ser que se le devolviesen
Como
un eco, como el bumerang
Y
terminen de apedrearlo
Como
gato montés.
PIEL
LACERADA (Argelia Malaver)
Látigo
que lacera
a
la espera de una respuesta
que
no existe
Dulce
niña
que
contempla al pájaro cantar
mientras
el látigo descansa
Sólo
espera que comience el día
para
soñar con lo que hoy es
Unturas
en el cuerpo
que
callan la culpa y mitigan el dolor
de
ser sólo una niña
despierta
al eco de la vida
Ella
busca en los cajones
su
mundo encantado,
su
refugio de una verdad
que
la asombra,
la
despierta
y
la hace volar
volar
hasta
borrarse en el aire
LA
INSOMNE DEL TIEMPO (Marvella Correa)
Soy
la insomne del tiempo
que
sin tiempo
vivía
Soy
remedo de un Sueño
que
en el ojo
se
anida
Soy
del Tiempo la forma
soy
la línea
que
gira
Soy
el nudo en la cuerda
invisible
sentida
soy
instante y silencio
que
en palabras
respira.
PÁJARO
NARANJA (Luz Marina Almarza)
El
pájaro naranja
al
alba
alza
el vuelo.
Busca
la luz
el
azul y blanco
del
horizonte
El
riego del labriego
la
espiga de arroz
Solo
tiene sus alas
y
el trino
Cansado
espera
ver
de lejos el sol,
el
ocaso
que
le recibe
de
regreso.
VISITANTE (Atala Uriana)
Allí estabas
presente en la cita
con un mundo viviente,
impregnado del azote
de siglos amontonados.
Respondías al encuentro inexorable
de una tierra húmeda de sol.
Joutai* te mecía en media luna
con resplandores de arco iris,
eras arrullado por Palaa**
y alumbrado por estrellas.
Palaa con sonorosa voz,
te hablaba, te cantaba,
no sé si lo escuchabas
no sé si lo entendías,
cuando te decía que sus opacos ojos
seguían figuras óseas,
deslizarse entre quejumbrosos cujíes.
Eran los Seyuu*** de los ancestros
que en ciertos momentos fugaces
te rodeaban con escrutadoras miradas.
*= viento /
**= mar /***= espíritu bueno
Poema
de Fernanda García García
...porque
hemos decidido
que
ninguna de nuestras palabras
cuando
busquen al otro
se
habrán de quedar en el camino
tal
vez en la espera
pero
habrán de llegar
Poema
de María Alejandra Rendón Infante
Te
da bronca esa mujer
que
olfatea mentiras incertidumbres
empuña
cuchillos
predice
el
escalón falso de tu cuerpo
La
que sabía besar y morder antes que tu boca y dientes aparecieran
tocar
más allá del espejo de tus ojos
leer
versos con humo en la garganta
segura (siempre) de golpear primero
No
estás listo
para
la desnudez
que
esta mujer
se
procura con sus dedos
hasta
palpar el punto
de
la agonía
tomarte como sorbo a fondo blanco
No
estás a gusto con su manía de nombrarse a secas
aferrada
por instinto al apellido de la madre
al
zurrón de culpas echadas al patio convertidas en jardines
Te
intimida esa mujer
que
invoca fuerzas terrenales
y no
sabe jurar
ni
quiere
aún
así
cumple
promesas
abraza tus noches
espanta
la soledad y
te
sobrepone de los escalofríos
Te
abochorna su seña procaz
su
atuendo que obliga la constante excomunión
su
ruido incontestable
su zancada
de garza entre los juncos
Te
asusta esa mujer
ojos
de cuarzo ahumado
el
brillo de sus cuencas
el
raudal de voces que sale de su boca
sus
manos de hormigón
despuntando
la alborada
Te
encandila esa mujer
límpida
que
no logras ver
aunque
abra brecha en tus entrañas
como
sol a mediodía.
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