Con el corazón en la mano recibimos a este gran poeta. Creación pictórica de Amilcar Alejo
PERFECTO
AMOR
¡Ay ¡
qué amor
tan perfecto, nos va amando,
vino
como el tiempo, sin olvido
¡Ay ¡
¡Ay ¡ ¡Ay!
vive sin
amnesias como el sol.
sólo con
la certeza de ser nido.
Me
sorprende sentir, que en otros cuerpos
sobreviven
los pájaros que fuimos
el goce
de ser palabra y sentimiento
la
ternura perenne de sentirnos.
el goce
de ser palabra y sentimiento
la
ternura perenne de sentirnos.
¡Ay ¡
qué amor
tan perfecto, nos va amando.
Vive
como la brisa, sin receso,
¡Ay ¡
¡Ay ¡ ¡Ay!
tibio
como bufanda de la luna
para que
nunca tenga frio, nuestro beso.
Con tu
nombre en mis labios, nada temo
asumo
con justicia mi destino
militando
en la paz de tu caricia
jamás se
oscurece mi camino.
militando
en la paz de tu caricia
jamás se
oscurece mi camino.
¡Ay ¡
qué amor
tan perfecto, nos va amando.
Vive
haciendo milagros, como Dios
¡Ay ¡
¡Ay ¡ ¡Ay!
Vive en
mi guitarra y va cantando
inmortal
en la distancia y el adiós.
DEUDA
ETERNA
A Linda
Blanchard
No
acates las leyes de la soledad,
consulta
en el árbol
la
jurisprudencia de los trinos.
El
mutismo
es
delito para el alma,
injuria
genital a todo sueño.
Deja que
el ave te defienda
que
abogue en tus oídos.
Infringe
peca
vuela
Indúltate
con
dialectos de ángel:
las
vendimias del verbo
que
cosechan las cosas
y entre
todos cantamos.
(Ensálmate
en el ave)
No
vendrá la muerte,
sus
lúgubres sordinas,
a
desolar la fiesta
que
tienen tus palabras.
Le debes
a la vida
un
trillón de adjetivos.
Que no
venga el vacío
a
sabotear tu canto.
Yo tengo
ternura suficiente
para
pagar esa deuda
beso a
beso.
HA
PERDIDO SU MEMORIA EL GAVILÁN
Ha
perdido su memoria el Gavilán
ya no se
reconoce en las alturas
que
festejaron sus cantos y sus vuelos.
Ha
perdido su memoria el Gavilán
trae en
el alma el principio de la noche,
y aunque
siempre, sobrevuela el medio día
no logra
apartar sus garras
de las
negras carroñas del silencio.
Sus alas
ondulan como banderas rotas
sus
presas ya no temen el puñal de sus garras;
cada
rumbo suyo lo enfila hacia la muerte
mas no
se muere y vuela
y su
canto varia:
se mira
en los espejos
pero no
se sorprende
que
donde hubo zarpas
le
aniden colibríes
que en
su temible pico
se
confiten estrellas.
Vuela
sobre la lealtad
de otros
cristales
y
confirma sin miedo
que en
todos sus contornos
se
columpia el vacío.
Si su silencio
anhela
guitarras
y violines
se
engulle mil gardenias
y una
rosa gitana.
Si
quiere soledades
visita a
sus paisanos
si
quiere compañía
rapiña
algún lucero.
Con la
caligrafía
que
aprendió de los ángeles
escribió
sus dolores
en la
piel de la brisa.
Perdió
su memoria el Gavilán
el amor
hizo estragos
en su
cielo del sur,
ahora
vuela hacia poniente
buscando
las presas del ocaso.
Los
otros gavilanes
sentenciaron
su ruina:
Ese
Gavilán que perdió la memoria
tendrá
que morirse de pura fantasía.
De Los
Gerundios del Olvido / 2009
PRÓLOGO
Para no
andar con rodeos
vuelvo
al dogma.
Me
bastan
tres
actos de fe
—trinidad
de la palabra—
para
afirmar mis eternas conclusiones:
MI ALMA
ES MAMÍFERA
de la
misma especie
de dios
y del silencio.
Por su
parte,
MI
ESPÍRITU ES OVÍPARO
siamés
de lo que vuela
y lo que
repta.
Mientras
que,
presa de
acordes y fragancias,
HERBÍVORA
ES MI SANGRE
Un río
que indaga en los follajes
la
sonora heredad
que
rumia mientras florece
en la
guitarra.
Frente
al espejo, coincido
con lo
que dicen que soy
UN
MINERAL SALVAJE
un fauno
de piedra
que de
tanto amar
devino
médano
y
deambula como párrafo perdido
en las
enciclopedias
de la
memoria y el olvido.
He aquí,
lo que voy siendo:
Sibarita
de símbolos y amores
Un dogma
que urde
los
mitos del instante
en la
trama de ese epilogo inconcluso
que es
el tiempo.
Busco
insumos
para
saciar la gula
de la
página en blanco,
para que
este poema
-mamífero,
vegetal y mineral—
llegue a
tus ojos y a la vida
como una
réplica del espejo
que voy
siendo.
EPILOGO
A todo
esto lo llamo POESÍA
PERPETUO
SOCORRO
A Ingrid
Chicote
Cuando
mi abuela
adivinaba
alguna de mis tristezas
de la
mano me llevaba a su altarcito
y le
prendíamos una
lamparita
de aceite
a la
Virgen del Perpetuo Socorro.
y una
brisita alegre
como
aletear colibríes
aventaba
mis congojas
a un
lugar incierto y abisal.
Siempre
recuerda, me decía,
que el
socorro está en el vuelo…
aunque,
no basta aletear
ni tener
plumajes de pavo real
para ser
digno de alegrías..,
Vuela
pensando
—siendo
en vuelo—
con
rumbo fijo
como una
ráfaga de viento
que
desata su misericordia
en la
rama más triste
de un
íngrimo árbol.
Habla y
calla
como si
oraras
sólo la
plegaria
ilumina
las palabras:
votivo
amor
que
colma
de
bengalas
tu
memoria
Cuando
te azoten
las
oscuranas del instante
enciende
tu lámpara
y
tendrás luz propia
como la
luciérnaga.
Ahora
que mi abuela
señorea
mi santoral mayor
la busco
en la brisa,
en mi
alma de cóndor
donde
ella encendió
la
lámpara votiva
que
perpetuamente
me
socorre.
EL OTRO
Retiré
los pronombres del asunto
para
ocultarme del otro
que me
habita…
¿Y que
pasó?
Nada,
Resulté
siendo Nadie.
Un
pronombre dejado al azar
en el
efímero espejo
del río
que somos todos.
Un
pronombre
que
prosigue a la deriva
sin mi
rostro.
Alguien
que usurpa lo inasible
Alguien,
que me roba el albedrío
y
deviene sinónimo de mí
disfrazado
de mí
siempre
de ti
o
viceversa.
Alguien
que, sin mi anuencia,
se erige
vicario de mi alma;
como si
fuese un diácono perpetuo
que
descifra y oficia
los
dialectos de la siamesa sombra
que voy
siendo:
sangrino
viento y compasiva piedra,
para
quienes
yo no
soy una abstracción
sino el
mismo corazón del habla,
el
hígado de la escritura
la
sonora sangre del silencio.
DE TODA
LAYA
Un
escaparate
es lo
más parecido
a un
diccionario.
Pero
¡ojo! ¡cuidado!
si das
un paso en falso
puedes
abrir
el
cuarto de los chécheres.
No vale
que te hagas el loco
o
pienses que son exageraciones.
De sobra
sabes
que la
belleza nos vigila,
tanto
como el tiempo
o el
asombro.
Es fácil
comprobarlo…
En cada
tilde hay un espejo.
Cada
letra viene al mundo
con un
vestuario prodigioso,
cosméticos
para todo
tiene el
verbo,
perfumes
de toda laya
el
adjetivo.
Convéncete:
Las
palabras se reparen la prestancia
por eso
—excepto
que estés enamorado—
es
verdaderamente difícil
ser
hermoso.
CON LOS
VIENTOS
A José
Antonio Yepes Azparren y
Ana Carolina Saavedra
De tanto
silencio
sabe
como es
la cosa y a qué vino.
¿Mejor
espectáculo?
no
existe. ¿para qué?
Nadie le
gana
en el
arte de ser libre;
ni mucho
menos
en el
sonoro afán
de
enmendarle la plana
a lo que
sufre.
Como
todo pájaro
se
levanta con vientos,
se
acompaña
con lo
que va cantando lo lejano
—y en
última instancia—
con él
mismo.
No lo
aflige el estigma
de
trovar. Ni modo,
sabe que
su vida
es
albedrio
—ad
honorem—
expiación,
—purito
aleteo—
goce
eterno.
Nadie
vendrá a eximirlo
—y peor
aún—
nada
podrá evitar
que lo
desangren
las
soledades,
los
embelesos,
los
tormentos
que puso
el mundo
en su
garganta.
Muchas gracias por su visita
Isaías Medina López (Coordinador)
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