Joven cojedeña en el archivo de Carlos González
TE VOY A REGALAR UN BOLERO
(Álvaro Montero)
Te
voy a regalar un bolero para que no me olvides
Te
voy a embrujar, te lo juro. Te voy a embrujar
para
que bailes ese bolero que te voy a regalar conmigo
Te
voy a regalar un bolero
y
con él te voy a regalar la noche
que
lo cobija y el amanecer
Te
voy a dar el aroma del bolero que te entrego
para
que te embriagues
y
para que vengas siempre que mi corazón te necesite
En
fin
te
voy a regalar un bolero
para
que te lo pongas en el pecho
y
salgas con él y me esperes allá
donde
te lo pueda cantar para que nunca me olvides.
De Anita Mendoza:
Y
no hay reposo para ti, única almohada, donde puede mi cabeza reposar, tu hombro
amable, cálido resguarda tanta alma que pueden convertir todo en una charla
brillante, el hombre que desean hasta sentir frío algún rostro obsesivo que
insiste, insiste, pero ellas saben tanto sobre el amor, tanto... el verdadero
amor y el aplastante domingo que hay que atravesar en los días de espera, por
venir, ausencias...
Versos de AMANDA
REVERÓN
Para
que no se inmole la noche
ofrezco
mi cuerpo
que
era una página en blanco
donde
la lujuria
era
un paisaje desconocido /con aliento de agua
sin
púas en el torso /aún vulnerable
Ahora
solo
un puñado de pájaros
sin
pudor
apareándose
/ fuera del nido
DE MIS LABIOS (Deibi Díaz)
Son
el límite que conduce
a
la ternura insospechada
del
deseo más sereno.
Aquí
aprendiste el paraíso
la
vida
el
riesgo
Imagen en el archivo de Marycarmen Bocaney
Poema de Ana María del Re
Necesidad
de tenerte a mi lado
en la penumbra
de una habitación
intacta
Uno en el otro
uno soñándose
en el otro
mientras sigue
la noche
BEBERME EL AIRE
(Melisa Juana Toro)
No debí beberme el aire.
No debí poner la piedra sobre tu deseo.
No debí tan siquiera mirarte.
No debí correr en sentido contrario.
Jamás. Jamás por ti ni contigo.
Por ahora no queda nada qué decir ni hacer. Ya lo
entendí.
Por ahora sólo queda el sabor al aire que corre entre
\ nuestro
destino.
CULTIVAMOS EL AMOR (Francisco Javier Frías Vilera)
Cultivamos
el amor
en
el único surco
creado
por los dos.
Conserva
esta semilla
que
se encuentra en ella
el
aliento fecundo por ambos.
LABERINTO (Víctor Valera
Mora)
Yo
he bebido aguas de oro de la mujer amada
Yo
he bebido sangre sudor y lágrimas
de
la amistad de la mujer amada
Vapuleado
por los celos y las incomprensiones
he
bajado a los dos infiernos y he visto
una
gran sombra y una puerta secreta
Imagen en el archivo de Copleros de la Llanura
NO HAY REGRESO (Mharía
Vázquez Benarroch)
Lavar
el pelo
limpiar
los dientes
vestir
la intemperie de mi cuerpo
desarmo
pedazo a pedazo
la
cotidianidad de no tenerte
Poema de Nieves Clemente
De los deseos de un ciego
buscando nuevos placeres
un maestro de ellos eres
cuando enciendes a mi ruego.
Siente la piel aquel fuego
que al vicio va convidando.
sigue de la noche amando
llegando hasta la locura
en caballo de armadura
desnuda voy galopando.
Versos de Gustavo Pereira
Buscamos la poesía como se busca el cuerpo
de la amante en las sombras
y la encontramos en el cuerpo de la
amante en las sombras.
Versos
de Ana C. Saavedra
Entre la palabra de amor y de guerra
la mínima distancia del asombro.
Yo creo en tu piel desnuda
en tu grito de siglos
Eso es Dios para mí después de todo.
Imagen en el archivo de Angello Jesmy Chiguire García
NINGÚN AMOR CABE EN UN
CUERPO SOLAMENTE (Eugenio Montejo)
Ningún
amor cabe en un cuerpo solamente,
aunque
abarquen sus venas el tamaño del mundo;
siempre
un deseo se queda fuera,
otro
solloza pero falta.
Lo
sabe el mar en su lamento solitario
y
la tierra que busca los restos de su estatua;
no
basta un solo cuerpo para albergar sus noches,
quedan
estrellas fuera de la sangre.
Ningún
amor cabe en un cuerpo solamente,
aunque
el alma se aparte y ceda espacio
y
el tiempo nos entregue la hora que retiene.
Dos
manos no nos bastan para alcanzar la sombra;
dos
ojos ven apenas pocas nubes
pero
no saben dónde van, de dónde vienen,
qué
país musical las une y las dispersa.
Ningún
amor, ni el más huidizo, el más fugaz,
nace
en un cuerpo que está solo;
ninguno
cabe en el tamaño de su muerte.
Al
Lado del Olvido (fragmento. Leisie Montiel)
He escuchado tu cuerpo
Y no me pertenece.
La distancia se agota en la memoria
Esperando que existas.
Y aguardo que sigas llegando
Y no me reconozcas.
Mañana—me digo—
Tu boca.
1 comentario:
Maravilhosos poemas
Excelente publicação/blog
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