Imagen en el archivo de Carlos González
AMANTES
(Eugenio Montejo)
Se amaban. No estaban solos en la tierra;
tenían la noche, sus vísperas azules,
sus celajes.
Vivían uno en el otro, se palpaban
como dos pétalos no abiertos en el fondo
de alguna flor del aire.
Se amaban. No estaban solos a la orilla
de su primera noche.
Y era la tierra la que se amaba en ellos,
el oro nocturno de sus vueltas,
la galaxia.
Ya no tendrían dos muertes. No iban a
separarse.
Desnudos, asombrados, sus cuerpos se tendían
como hileras de luces en un largo aeropuerto
donde algo iba a llegar desde muy lejos,
no demasiado tarde.
Imagen en el archivo de Carlos González
Versos de LUZ MARINA ALMARZA
dejarte sitio
en ese lugar estrecho
que tú hurgas,
en mi lado feliz
para que llegues,
donde no hay permiso de enojarte,
de cansarnos
de cansarnos
ESPERA (Pío Tamayo)
Abandonada
novia que desde aquella estrella
me
has enviado una pálida, vaga sonrisa rubia
sombra
triste de la otra clara sonrisa bella
en
mi aridez llovida con frescura de lluvia.
Novia
que al otro lado de los mares bravíos
al
horizonte miras con huraño rencor
sollozando
enojada con los fuertes navíos
porque
un día te robaron, atrevido, mi amor.
Samaritana
novia que me diste a beber
en
la cántara enana de tu boca el placer,
no
solloces creyendo que no vuelvo jamás.
Procura
no olvidarme: espera nada más
pues
agua de tus labios regresaré a tomar
para
lavar mis labios de estas aguas del mar.
Mar
de Darién, agosto de 1926.
Versos de María Cristina
Solaeche Galera
“Amante entrecierra el
velo de madera…
los sortilegios me traen
cargada de flores de apamate
ceñida de libertad
cierra tu rosa de taracea…
quebremos el ritmo de los
pasos
dancemos en nuestro propio
fuego”
NO ME PREGUNTES (Juan
Villaquirán Páez)
No
me preguntes
por
qué volví
Pregúntate
por qué
no
me esperabas
Los
caminos se hicieron
para
el regreso
El
tiempo
para
olvidar
Poema de María Elena Beltrán
Lee con tus manos sobre mi cuerpo
como si fueras un hombre ciego
que busca la verdad en esa lectura,
en este cuerpo que tantas cosas quiere
decirte,
y otras tantas enseñarte.
Imagen en el archivo de Emy Salas
Poema de Faver Páez
El vaso vacío
al lado de la cama
recoge las gotas
de la noche
tú duermes (¡tan hermosa!)
mientras yo escucho alucinado
el gotear del misterio
Poema
de Gabriel Mantilla Chaparro
Este
pájaro roto que soy
Este
sol ciego por la angustia
Que
sólo se calma en tu mirada
Que
al sentir tu mano y tu caricia
Salgo
hacia tus brazos
Como
surgido de la maleza
Soy
el animal que huye
Desde
la pesadilla y abre sus ojos
Para
que no lo roce el murciélago
De
la derrota
Y
sueña que brilla más allá del mar
Y
de toda montaña
Estás
aquí, testiga enamorada
Para
ayudarme a recorrer
La
última distancia, a saciar mi última sed
A
dar el último paso
Ante
tu mirada infinita
En
esta estación de solitarios
Parados
en silencio
Dibujamos
La
última sombra.
Poema de María Eugenia
Fuenmayor
Qué afán
de llegarme a tu piel
y volver
abrevada de amarte.
Qué sed
de naufragar en tus humores
y tocar tierra
finalmente
en un recodo del cuerpo tuyo,
de mi confianza.
LA COSTURERA (Juan Chávez
López)
La
costurera cosió mi corazón herido
tejió
la manta para mis brazos fríos
zurció
la tela de mis palabras rotas.
Arregló
mis sombreros, mis camisas
y
los pañuelos que traje del olvido.
La
costurera hilvanó a su cuerpo mis sentidos
adornó
con flores y botones su vestido
y
luego nos fuimos de paseo por la vida
remendando
juntos los caminos.
ENVÍO (Tarcila Reyes de
González)
Vete
libro mío
vete
por la vida.
Anda
a paso firme
con
tu ropaje tenue.
Con
esa voz estoica
dile
a todo el que te encuentre,
que
tú llevas mis sueños
tornados
en poemas.
LLEGAS (Enriqueta Arvelo
Larriva)
Llegas.
Tus ojos vienen firmes.
Gallardos,
con las armas de los internos fuegos.
Yo
quiero ser sencilla como el hilo sin perlas,
ágil
como en la copa es la gota del borde.
Yo
quiero ser sencilla, pero tú me complicas
alzándome
a una estrella trémula e invisible.
Yo
quiero ser sencilla. Y me colmo de quiebras,
y
soy un laberinto y mi clave se pierde.
Quiero el ritmo sereno y mi inquietud florece.
Y
la flor indecisa, con hojas asustadas,
desploma
tu firmeza.
Y
descanso en la fuga de tus ojos vencidos.
Y
soy ligera y simple, como el hilo sin perlas;
ágil
como la gota del borde.
DEL AYER (Francisco M. Arias)
Con dolor infinito triste añoro
el grato ayer en el confín arcano,
en que sentí la seda de su mano
de aquel amor que en mi existencia
lloro.
Oh, virgen pura de mi amor ya ido
para siempre al país de la Quimera,
desbandado el hogar, deshecho el nido
sólo quedó de la ilusión primera.
Ensueño fugitivo de mi vida,
lampo fugaz que se esfumó en mi cielo,
tuviste la visión de un casto anhelo
dejando mi vida sola y abatida.
Líricas, blancas rosas desecadas
que guardo en mis recuerdos, sin
aromas,
¡vosotras sois las bíblicas palomas
que vuelan en mi huerto desoladas...
Imagen en el archivo de Leonora Montañez
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