Pese a su fama de mujeriego, sus verdaderos amores son un secreto.
Imagen el archivo de Maritza Torres Cedeño
Esta versión se tomó de: “Análisis de Figuras
espectrales en el Corrío y Leyendas del Canto
Llanero Tradicional”, de Isaías Medina López. Duglas Moreno y Carlos
Muñoz Lamas, publicado en Caracas (2018),
por la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU), del
Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior, Ciencia y Tecnología
–Consejo Nacional de Universidades.
EL SALVAJE DE LA SIERRA (Dionisio Garrido)
Aaaaayyyyyy
Voy a contar una historia
que no son cuentos ni juego
de un hombre que fue salvaje
en los Llanos cojedeños
nunca le gustó escopeta
ni le gustaba criá perro
confiaba mucho en su pulso
porque era muy buen lancero
vivía bajito en lo claro
cazaba arriba en el cerro
de Las Galeras del Pao
se apoderó como dueño
en noventa años de vida
nunca compró colgadero
no le gustaba chinchorro,
cobija ni mosquitero
en el tarro ´e la cabeza
tenía que juntarse cebo,
porque con la agua y el sol
se le había caído el pelo
En los tiempos de veranos
se acostaba en un hojero
y si era tiempo de invierno
tendía ramas en el suelo
cualquier animal del monte
que se arrimara a guelelo
aullaba o se espelucaba,
y enseguida estaba ciego,
los leones lo respetaban
los tigres le tenían miedo,
los tigres le tenían miedo
puños de gusano ´e monte
se le morían en el cuero
fue picao de cascabel,
mapanare y terciopelo
y ni siquiera se hinchaba,
a él no le entraba veneno
y cuando estaba chiquito
su padre le hizo remedio
sudor de burro mojino
con lo sucio del suadero
cuando el mango está maduro
lo tumba cualquier murciélago,
el año setenta y cuatro
como muy bien lo recuerdo
taban empezando a caé
los primeros aguaceros
y entre mayo, junio y julio
se perdió José Quintero.
Aaaayy
Un cazador en el monte
es como el que anda en la guerra
siempre procura cargar
por lo menos un arma buena
Quintero cargaba contras
dentro de su faldisquera
un frasquito colorao
bien tapaíto con cera
un corazón de paují,
un colmillo y una muela
por eso nunca esperaba,
que un bicho se lo comiera,
este hombre ´onde se paraba
no se le miraban huellas
se embojotaba las patas
con unos tacos de cera
por caminos de ganao
en tiempo de polvareda
marcaba el trapo un dibujo
que decía “Pa´ que no muera”;
si va siguiendo a Quintero
mejor es que se devuelva”
del Tinaco hasta El Baúl
el andar son treinta leguas
por ahí va el camino real
que atraviesa La Galera
por ahí a Pedro Farfán
lo encuentran por donde quiera
con un morralón terciao
un fósforo y un cabo ´e vela
pero es pa´ disimular
que anda castrando colmena
ese toda la semanas
se come una res ajena
como es esdientao de a´lante
le gusta es pura becerra
un día ´taba bostezando
sentao arriba
una piedra
el ganao taba enmatao
y él deseaba que saliera
cuando un becerro berriaba
le brincaban las orejas
como era un chirivital
llegó y le metió candela
se fue por lo quemaíto
como el
vendedor de ñema
allá abajo en un arrollo
encontró una calavera
y una lanza encabá
en la boca de una cueva
se recordó que Quintero
tenía una sortija negra
la vio en un chiscano ´e deo
casi volviéndose tierra
ahí sí se fue apuraíto,
pa´ la casa a la carrera
a avisarle al comisario
pa´ que viniera y lo viera
el comisario era un mudo
y mocho de las dos piernas
enjarmó un buey araguato
se fue derecho por fuera
a la capital San Carlos
pa´ que el forense viniera
este llegó por la noche
y toda la junta médica
además de hacer justicia
el médico no se pela
supieron de que murió
lo mató una robelera
dicen que se le pegó
en una cabeza ´e vena
lo mató fue la infección
y una hemorragia interna
y así sucedió la muerte
del Salvaje de La Sierra.
Disfrute del audio musical de este poema en:
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1 comentario:
Tenia mas de 30 años que no escuchaba esta canción. Cuando por primera la oí fue en una emisora de San Carlos (Cojedes), era yo en ese momento estudiante de 5 grado en el colegio Miguel Palao Rico. Gracias por dejar huella electrónica, que dan posibilidad a tener base tangible a mis recuerdos intangibles
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