domingo, 27 de mayo de 2012

FANTASMAS (Y) MUJERES. CUENTOS DE SAMUEL OMAR SÁNCHEZ

La hermosa y temida "Sayona" es la fantasma más afamada del Llanp
(archivo del IACEB)

Los cuentos de fantasmas dan esencia a la cultura llanera
(archivo de Prensa -VIPI) 



CUANDO LA LLORONA ASUSTÓ 
A DON BENITO ANTONIO ESPINOSA
Me aclaro la garganta y me persigno para contar esta historia que es la purísima verdad y los santos me iluminen.
Corría el año de 1.972, en la ciudad de San Carlos, ya florecían las calles asfaltadas que le daban belleza a esas casas coloniales testimonios de nuestra Independencia y el aporte de nuestros héroes cojedeños a esa gloriosas lucha por la libertad de Venezuela.
Para mayo, cuentan las personas mayores, que es mes de las flores, pero también de esas apariciones de los caminantes fantasmales de la noche, se les ve recorrer las inmensidades de los Llanos, de los estados, los pueblos y caseríos, asombrando a esas personas que se atreven a salir por esos caminos.
Don Benito Antonio Espinosa, una persona trabajadora, y con mucho esfuerzos y sacrificios levantó una familia, le disfrutaba divertirse con sus amigos, jugando unas partidas de dominó o de bolas criollas, al compás de una canción llanera.
Para un lunes, por cierto; día de las Animas del Purgatorio, Don Benito, se llevó a su hijo Juan Espinosa, este tendría como 7 años de edad, lo acompañó al recordado Club Familiar “Mutuo Auxilio”, ubicado en la calle Sucre, se encontró con su amigo y compadre Ángel Izaguirre conocido con el apodo de “Pollo Maneao”, esa noche jugaron y ganaron varias partidas de dominó y de bolas criollas, Juancito, aprovechó para comer sandwid de jamón y queso amarillo hasta más no poder y refresco.
Son casi las 2 de la mañana, cuando deciden abandonar dicho sitio, Don Benito junto con Juancito, deciden acompañar a su amigo “Pollo Maneao”, hasta su casa, se vienen caminando poco a poco por la calle Sucre, echando cuentos, lo dejan en su casa ubicada en la Av. Ricaurte diagonal a la escuela Básica “Carlos Vilorio”, está más prendido que lámpara de carburo, padre e hijo llegan a la esquina de la calle Democracia, desde ahí son tres cuadras que tienen que caminar hasta la calle Figueredo, donde está su hogar en el sector “El Chuchango”. En ese momento oyen en la lejanía el llanto de una mujer, que la brisa lo trae ¡ummm! En un espabilar de ojos, el llanto estaba más fuerte, los perros ladran asustados y mire ¡Camarita! Se les ve corriendo por esas calles desoladas, dice Juancito ¡Papá! Y ese llanto que es; Don Benito, fruñe las cejas y responde; -hijo no se asuste, eso es el llanto de la Llorona-. Al oír eso ¡ummm! se eriza todo, al verlo así exclamó -!Virgen del Carmen, protégenos de esta aparición!-.  Reza un Padre Nuestro y un Ave María, le dice: -“agárrame bien las manos, no mire para atrás y camine rápido”- En ese momento la luna se asusta y en veloz estampida se va a ocultar en unas nubes, dan varios pasos y oyen el grito del llamado pájaro de mal agüero el "Chupa Hueso”, ahí sienten el celaje de algo que les pasa por un lado y oyen el llanto, Don Benito ahora sí está asustado, siguen caminando rápido y el grito detrás de ellos, nadie se veía por esa calle, Juan, le comenta a su papá: -“Qué raro; tenemos caminando un buen rato y no hemos avanzado nada, parece que la casa quedara a varios kilómetros”-. Los pasos no le rendían a Don Benito, le dice: -“no vea para los lados y siga caminando” seguían escuchando el llanto y están los dos realmente asustados, al fin llegan a la casa Don Benito, no encontraba las llaves y vuelve a pasar el celaje, acompañado con el llanto de la Llorona, tocan la puerta de madera y le abre Doña Ángela María de las Mercedes conocida partera de la ciudad y todos le decían “Mamá Ángela”, la abuela de Juan y dice viejo: “-¿Qué estás haciendo de madrugada por esas calles y con el nieto, no ves que por ahí anda suelta la Llorona?”-. Le responde Don Benito: -“Sí, vieja, nosotros la oímos y nos viene carrereando, desde la esquina de la escuela Carlos Vilorio”-. Doña Ángela, dice: -“Viejo, estamos en el mes de mayo y ahí aprovechan para asustar, tengo rato rezando la oración de La Magnífica para que se aleje"-…y así fue.
Al día siguiente Don Benito le dice a su compadre “Pollo Maneao”, que la Llorona los había asustado y a pie;  más nunca lo acompañaron. 
Cuento de Samuel Omar Sánchez Terán, basado en el relato oral de Juan Espinosa.
San Carlos, 25 de abril de 2011.

LA COSTURERA
Es un relato oral de los tantos de la población de El Baúl, del estado Cojedes, bello pueblo con aires de Llano, para esa época había casas de bahareque y las imponentes casas de altos, sus calles de tierra, sus habitantes vivían en sana armonía.
A una cuadra de la calle principal, en una casa con frondosas matas de mangos y un lindo jardín, vive la señora Josefina Cruces, de oficio costurera, así se gana la vida nunca le faltaba trabajo, se le ve sentada frente a su vieja máquina de pedal conocida como la “Negrita” de marca Singer; se ganó el respeto de la población. Era su costumbre coser de lunes a lunes, en horas de la noche, tarde se quedaba, la gente decía que ella sabía todo lo que sucedía en dicha población.
Cosía cerca de la ventana, la cual tenía abierta; cuando escuchaba algo en la calle, se levantaba para asomarse a ver,  ya que desde ahí tiene una gran visión de todo ese sector. Sus amigas decían: -“Josefina, deja de estar pendiente de los demás, cuidado te asustan por estar de averiguadora”. Ella, se reía diciendo: -“Lo hago de noche porque en el día estoy ocupada en los quehacer del hogar, además me gusta tener la ventana abierta para que entre buena brisa”.
Sucedió que Josefina, pasó todo el día en diligencias. A las 7 de la noche, se sentó a coser, tenía que entregar varios encargos en la mañana, está abierta la ventana, prepara un poco de café porque había algo de frío, varias veces se levantó para mirar, son las 11.30, se asoma porque creyó escuchar gritos lo ve solitario, se extrañó. Vuelve a meterse de lleno a su costura, de repente siente que un pequeño silbido en su oreja estremece todo su cuerpo, en ese instante alguien toca la ventana diciendo: -“Buenas noches señora”- . Le responde: -“Sí, señor, ¿qué se le ofrece a estas horas?”-. El hombre contesta: -“Me la recomendaron; mañana voy a viajar a Carúpano, traje 4 pantalones para que les arregle el ruedo". Ella, se levanta sin ninguna malicia y ve al señor que tiene como 60 años de edad, de piel blanca, lo notó algo delgado y le dice: - “Está bien, pero tengo varios encargos que entregar en la mañana”. El anciano responde: -“No se preocupe, señora, le pago el doble, pero por favor téngalos listo a primera hora”. La mujer dice: -“Está bien démelos por la ventana porque no abriré la puerta”-. El visitante le insiste: -“No se preocupe y le pasa una bolsa de color negro, lo agarra en sus manos y se le cae al suelo levanta la mirada para ver el señor no está, revisa el paquete y para sorpresa en vez de pantalones, contenía unos huesos, pega un grito de asombro, lo agarra y lo lanza por la ventana, cerrándola de inmediato.
De ahí en adelante la señora Josefina, dejo de coser de noche y menos de estar pendiente de la vida ajena de los demás.
Testimonio oral de Nancy Yasdey Cisnero.

LA APARICIÓN EN “EL CHUCHANGO”
Esto es uno de los relatos tradicionales del barrio “El Chuchango”, ubicado en San Carlos Estado Cojedes. Sucedió para el año de 1955, donde aun se respiraba el aire de campo en las barriadas cojedeñas, sus calles de tierras con sus polvaredas en verano y en invierno barrial, los escasos alumbrados, dio a que muchas personas fueran asombradas por esos caminantes nocturnos de las noches.
Don Domingo Garcia, hombre venido de El Baúl, llegó al sector “La Morena”, a una casa ubicada en la calle Federación, entre las esquinas de la Alegría y Madariaga, le gustaba mucho jugar barajas en especial las caídas y el tute. Muchas veces iba a una casa cercana donde vivía la señora Teresa Sánchez y se pasaban horas jugando con otros vecinos.
Les gustaba salir a visitar unos amigos por los lados del Cerro San Juan y sobre todo por donde quedaba el recordado negocio “El Pilón de Juan Bimba” de Marcos Vilera. Una noche, del día miércoles de un mes de abril, salió de su casa como a las 8 en punto, se puso un pantalón de color blanco y una camisa color kaki, unas alpargatas de suela se dirige hacia el sector del Cerro San Juan, al llegar se ponen a jugar unas partidas de barajas en especial de caídas, se entretienen con unos deliciosos jugos de piña, están unas vecinas animando, porque Don Domingo junto a otros compañeros le han puesto varios zapatos al otro equipo, cuando se despiden es la una de la mañana, le dicen: -“Domingo, ten cuidado recuerda que a estas horas sale una mujer que espanta”. Les responde -“Tranquilo; aquí va un llanero con guáramo”. Se ríe y se viene hacia al sector “La Morena”, nota que los perros están ladrando asustados, un viento helado viene bajando desde el cerro, cuando está llegando cerca de la iglesia Santo Domingo, ve una mujer que no sabe de donde salió, la ve vestida con una bata totalmente blanca, un pelo negro que le brilla en la claridad de la noche, siente un escalofrío no le para y sigue su caminata en toda la esquina de la Iglesia esta desaparece, ahí él se pone nervioso se persigna, reza un Padre Nuestro, apura el paso en la cuadra siguiente siente unos pasos detrás,  voltea y ve que es la mujer,  pero ahora esta envuelta en una negrura, él casi se desmaya del susto, se acuerda que dentro del pantalón lleva un caja de chimó, lo saca y toma una pella, como puede camina más rápido siente la brisa de la mujer que lo lleva coleado..., siente que le falta la respiración ya está a media cuadra de su casa, como puede pega una carrera, una fuerte brisa se convierte en ventarrón trata de envolverlo. Ya frente de su hogar como puede abre la puerta y cerca está la imagen de la Virgen del Carmen la abraza y le pide que le aleje esa aparición, en ese momento la mujer pega un grito aterrador que la sangre se la heló del miedo y por obra de Dios, la mujer se fue, como pudo cierra la puerta y se fue acostar del susto lo hizo con todo y ropa.
A la mañana siguiente se supo como a Don Domingo Garcia, por andar jugando cartas en el Barrio San Juan, la Llorona lo asustó.
Cuento  de Samuel Omar Sánchez Terán, basado en el relato oral de mi padre Samuel Elías Sánchez.
San Carlos,  13 de abril de 2011.

LA APARICIÓN EN EL BARRIO PAN DE HORNO
Este relato es uno de los tantos de la tradición oral del barrio Pan de Horno, situado en San Carlos, estado Cojedes. Pan de Horno como es conocido este sector, hace muchos años ahí funcionó el viejo cementerio, quizás por eso está lleno de una aureola de misterios y muchos aparecidos que a más de uno, mire compa, los han asombrado.
Este testimonio es la purita verdad, sucedió que para el año de 1989. Luis Alfredo López, es del caserío El Potrero, pero está viviendo en el sector Pan de Horno, en casa de su tía Teléfora López, para un 30 de diciembre había un espectáculo de música en frente de la Plaza Miranda; son casi las 2 de la mañana Alfredo, decide venirse y cuando va llegando a la casa donde viven actualmente la familia Fazzi; anteriormente ahí estaba una enorme mata de mango era tan grande que casi tapaba la calle, la noche está como asustadiza el aire se empieza a sentir pesado otro detalle no se ve un alma en la calle a pesar de que es diciembre, cuando empieza a sentir unos pasos detrás de él; voltea por curiosidad para ver quien lo sigue y vaya sorpresa distingue la figura de una bella mujer que anda totalmente vestida de blanco, tiene el pelo negro y largo que le llega casi a las caderas que la hace ver misteriosa; Alfredo, se pone remolón y apura el paso y viéndola que cada vez la tiene más cerca al llegar al frente de la casa de la señora Ana García, existe un callejón y cerca la casa de su tía, ahí la mujer está a su lado al sentirla voltea viéndole el rostro totalmente desfigurado y nota que de la boca le brotan dos colmillos muy feos este pega un grito de miedo... que retumbó en la soledad de ese sector y la mujer se esfumó, como puede corre hasta llegar a su casa, no encuentra las llaves y toca la puerta como un desesperado, su tía lo oye que está gritando abre la puerta al hacerlo lo ve pálido, sudando, este quiere hablarle pero no puede;  esta casi ahogado porque le falta el aire, se tiró al suelo enteramente asombrado, casi desmayado, su pulso y corazón laten aceleradamente, su tía se asusta y trata de preguntarle ¿Qué te pasó, muchacho? No le puede responder, ella va rápidamente a su cuarto y trae una botella que contiene agua bendita, le da a beber un poco, ahí este empieza a decir palabras incoherentes, asustado de verdad. Su tía enciende una vela de La Candelaria y le reza unas oraciones. Alfredo, se empieza a recuperar y llorando le cuenta que una mujer de cuerpo bello se le apareció y de golpe su rostro se le transfiguró de una manera horrible y se esfumó en su presencia.
Así se supo como a Luis Alfredo López, tuvo una aparición en el Barrio Pan de Horno, lo más increíble es que esto sucedió un 30 de diciembre del año 1989 y el 4 de enero del año 1990, viniendo con un amigo de la ciudad de Acarigua, falleció en un trágico accidente vial.
Cuento de Samuel Omar Sánchez Terán, basado en el relato oral de Freddy García. San Carlos, 13 de julio de 2011.

LOS PASOS DEL MÁS ALLÁ
Este relato es de la tradición oral de San Carlos. A la comunidad de “Los Malabares”, llegó, hace tantos años que ya no me recuerdo,  una señora matrona que venía de Arismendi, con un cargamento de sueños y de ilusiones de echar para adelante, mujer trabajadora, de unos 45 años de edad, piel blanca y contextura mediana: Doña Nicolasa Martínez conocida como Doña Nico, compró una casa en dicho sector, junto a sus hijas.
Era muy servicial con sus vecinos, empezó por hacer unos ricos dulces para la venta, ni hablar de los famosos pan de horno que elaboraba artesanalmente en su hogar para eso habían hecho un horno de barro en el patio, temprano se agotaban. Igualmente cocinaba para los ángeles; por cierto su nieta Nancy, heredó de ella su sinceridad y amistad al igual que cocina para chuparse los dedos.
Otra faceta de Doña Nico era que tejía unos chinchorros de primera;  lo aprendió de sus abuelos en Arismendi, así le entraba un dinero extra, Se le recuerda en el fondo del patio en su labor de tejer, muchas noches se quedaba haciéndolo, sus hijas le decían, que no trabajara tan tarde porque era malo, ella respondía: -“Tranquila hija, soy una mujer del Llano, además de noche trabajo mejor, así paso el tiempo”.
Una noche, estando tejiendo,  eran como las 11, siente unos pasos cerca, se dijo: -“¿Será una de mis hijas? A lo mejor que se levantó a tomar agua". No reparó en esto y siguió en su labor, pero  volvió a percibir los pasos, pero ahora la acompañó un frío que la heló por unos momentos, la noche se puso asustadiza que hasta la luna se perdió, se extraño y en un parpadear de ojos, de pronto ve la sombra de una persona pasar cerca de ella, se asustó porque no era de la casa, esta sombra se dirigió por un topochal que tenía en el fondo del patio, de golpe una ráfaga de viento le tumbó el chinchorro. Ahora si Doña Nicolasa, tenía miedo y en un dos por tres recogió todo y se metió a la casa.
En la mañana le cuenta a sus hijas lo que le pasó la noche anterior, desde ahí en adelante ya no tejía tarde de la noche. Así se supo como a Doña Nicolasa Martínez, unos pasos en el fondo de la casa la asombraron.

Cuento  de Samuel Omar Sánchez Terán, basado en el relato oral de Francisca Ávila; conocida como Doña Pancha. San Carlos, 16 – 09 – 2011.





viernes, 13 de abril de 2012

Leyendas Llaneras de Gigantes (Cancionero del Llano)

Ropajes de gigantes (archivo nuestro)

La afición del llanero por narrar historias sobre los gigantes constituyen una fuente para el estudio de las leyendas llaneras y para el entendimiento general de esta cultura. 

Parte de la famosa "cadena gigante", con eslabones de 60 kg. 
cada uno, cerca de El Baúl, Cojedes. 

Presentamos aquí cuatro muestras de tan notable registro literario, adscritas al humorismo poético-fantástico llanero: 

Estatuilla del Festival de Música Llanera El Silbón, 
el gigante más famoso del Llano (archivo de Ángel Zapata, Cojedes)


EL VENADO QUE YO MATÉ 
(Letra e interpretación de Ricardo Cuba)


Aaaaayyytralailay
Señores voy a contarles
lo que a mí me sucedió
un domingo en la mañana
yo salí de cacería
con una buena morocha
que mi papá me prestó
me fui para una sabana
donde habían muchos venados
y me monté arriba de un cerro
y miré un caramerú
tenía veinticuatro puntas
y era de cuerpo pelú
media como quince metros
le largué una cuatro tres
lo apunté bien apuntao
de un palo me arrecosté
le jalé los dos gatillos
los dos tiros le mandé
y caí patas arribas
y sin sentido quedé,
señores, maté al venado,
pero que susto pasé.


Aaaaayyytralailay
Para seguir con el tema
del venado que maté
yo salí para mi casa
tostado y muerto de sed
a buscar unos amigos
para que fueran por él
mis amigos me dijeron
eso sí no puede ser
ellos eran como quince
conmigo eran diez y seis
cuando trajimos el bicho
el cuero yo le saqué
lo mandé pa´ Maracaibo
y en un barco lo embarqué
después le saqué la carne
y al Gobierno le entregué
comieron dos batallones
y fue de lo que yo dejé.


Temblador o Anguilla gigante, El Pao, Cojedes
(archivo de Argenis Agüero) . 


HA VUELTO MI GAVILÁN
(Letra e interpretación de Nelson Morales, “El Ruiseñor de Atamaica”)

Ha vuelto Mi gavilán,
ha vuelto Mi gavilán
de nuevo a sus correderos
ya lo han visto por el Llano,
ya lo han visto por el Llano
paseando de pueblo en pueblo
persiguiendo las muchachas
que salen para el colegio
solteras y comprometidas
también se lleva en el vuelo
y me dicen los que lo han visto
que pelea hasta con los suegros.

Viudas y recién casadas,
viudas y recién casadas 
ya todas le tienen miedo
porque no respeta nada
se las trae  del cementerio
así anden con el difunto
acompañado el entierro
no las salva ni Mandrake
ni Achaguas el Nazareno
cuando el extiende las alas
no hay santo que atienda ruego.

Ayer venía don Cipriano,
ayer venía don Cipriano
en su mulo zaino negro
traía su señora en la anca,
traía su señora en la anca
y dos botellas de añejo
pero cuando iba pasando
por debajo de un uvero
venía el gavilán volando
de un salto le cayó en pelo
y le quitó a la señora
y se lo mandó a San Pedro.

Ya la gente no lo aguanta,
ya la gente no lo aguanta
por lo guapo y camorrero
se la pasa en los corrales,
se la pasa en los corrales
velando a los ganaderos
que dejen el corral sólo
pa´ comerles los becerros
como no pueden cazarlo
porque es grande en el Gobierno
nunca salen a buscarlo
ni lo han hecho prisionero.

HILARIÓN
(Letra e interpretación de Dionisio Garrido)

Aaaaayyyy
Los Caros está de luto
y toda esa población
porque se fue para siempre
el propio guachamarón
familia Hilario Rodríguez
que apodaban Hilarión
ese hombre ´onde él  se paraba
le prestaban atención
negro de semblante fuerte
con el pelo chicharrón
la nariz como araguato
y el pecho igualito a un león
con un liquiliqui blanco
lo veían sobre un potrón
nunca se puso alpargatas
era demasiao patón
calzaba cincuenta y ocho
sin mucha exageración
según cuentos en final
que este hombre tenía oración
a veces se volvía jumo
o se convertía en troncón
de noche por la sabana
lo veían como visión
sus puños se asemejaban
a una mano de pilón
y sus venas igualitas
a guayas de alta tensión
a cualquier burro tumbaba
con un solo manotón
sacaba un palo ´e  raíz 
a diente  y a pescozón 
el sudor le jedía a guache
y a sustancia de limpión
con espantos en las noches
ique jacía reunión
bailaba con la Sayona
tomaba con el Silbón
emborrachaba a las ánimas
julepeaba al Carretón
y enamoraba a las brujas
cantándole una canción.

Aaaaatralaylalay
Sigo con mi letanía
agarrao del diapasón
en honor a un personaje
que es digno de admiración
conuquero cien por ciento
y con un gran corazón
los gallos y un baile de arpa
eso era su devoción
perro bravo que jallaba
lo ponía jabú y velón
como andaba a pie pelao
se le cuareteó el talón,
con el barro de chiquero
se curaba el sabañón
ni chiquichiqui ni robla
le causaban infección,
en donde ponía las patas
se esboronaba  terrón
las piedras se volvían polvo
cuando sentían el pisón
ni guaica, clavo, ni grapa
le jacían perforación
tan sólo la puya ´e raya
le daba era comezón
alborotá una africana
lo tenía de diversión,
si un cascabel lo mordía
no le daba ni hinchazón,
las ramas de guaritoto
la usaba como jabón,
cuando peliaba gozaba
y se divertía un porción,
una vez un mulo loco
lo patió cerca el mentón
que lo hizo rodá diez metros
como si fuera un balón
y se paró muerto ´e  risa:
“¿Quién me dio ese pellizcón?”
Él se crió en una montaña
desde que estaba pichón
de las tetas de una danta
obtuvo su mantención
que Dios te tenga en la gloria,
paisano negro Hilarión.

LA GUABINA
(Letra e interpretación de José “Catire” Carpio)

Para una Semana Santa,
para una Semana Santa
pescadores de sardina
por allá en el río Orinoco
pescaron una guabina 
el anzuelo fue un ancla
de carnada una novilla
y la sacaron jalando,
y la sacaron jalando
cuatro bueyes en madrina
con una guaya del grueso,
con una guaya del grueso
de un cabrestos  de Manila.
En tres días la escuartizaron, 
en tres días la escuartizaron
con cuatro hombres encima
la carne que le sacaron
la mandaron pa´ Argentina
con otro poco comió
un ejército ´e Medina
exportaron las escamas,
ay, las escamas
para hacer casas en China
de las aletas hicieron,
de las aletas hicieron
varios remos y espadillas
arpones, lanzas y flechas,
arpones, lanzas y flechas
hicieron con las espinas
la manteca la vendieron
pa´  fabricar medicinas
la camisa la incendiaron
en la Capilla Sixtina
con las vísceras hicieron,
con las vísceras hicieron
una fiesta campesina
y había cinco mujeres,
y había cinco mujeres 
atendiendo a la cocina.
Ni una persona de allí,
ni una persona de allí
se quedó sin su comida
anda, Tenepe, 
ni una persona de allí,
caramba vale,
se quedó sin su comida
uno de los pescadores,
uno de los pescadores
capitán de la marina
un globo de pasajeros,
un globo de pasajeros
fabricó con la vejiga.
Y le pusieron de nombre,
y le pusieron de nombre
el de la Virgen Divina,
ay, Teresita,
y le pusieron de nombre,
verdad, mi vida,
el de la Virgen Divina 
y todos sus compañeros,
y todos sus compañeros
se le montaron encima
y despegaron volando,
y despegaron volando
de una cercana colina.

Textos tomados de: ANÁLISIS DE FIGURAS ESPECTRALES EN EL CORRÍO Y LEYENDAS DEL   CANTO LLANERO TRADICIONAL de Isaías Medina López, Duglas Moreno y Carlos Muñoz (Trabajo de Investigación aprobado en la UNELLEZ-VIPI)





miércoles, 7 de marzo de 2012

LA LEYENDA DE LA MULA MANIÁ DE LA MATA CARMELERA

Las leyendas llaneras gozan de gran aceptación por incluir cantos y bailes y, 
cualquier mula blanca así, la monte una mujer llena de sospechas a la gente- 
(archivo de Alba Meche) 





Ninguna historia comienza sin que antes tenga otras que le antecedan, pero lo que le pasó a Nicolasino el mismo lo originó. Andaba yo por Cojeditos, tierra plana de Cojedes, cuando lo miré avisorao, nos saludamos como siempre, pero no me aceptó el chimó, cosa rara, pero ni modo. Le pregunté, en chanza, notando una maletica que llevaba en mano, qué si era que el cura lo había echao de la iglesia donde era monaguillo, “Voy pá Mata Carmelera”, clarito me respondió. Yo me puse cabezón, porque allí sale un espanto que no pela en los meses de verano, Nicolasino como leyendo mis pensares me soltó esta cantaleta:
                                  
Dos veces ya me ha patiao

esa mula tan condená.

Le juro que voy restiao

tengo esa espina clavá.

A lo que el sin esperar mi contesta, se persigna y me lanza otra copla que mucho me atemorizó:


Yo ahora soy hombre santo

y por el cielo mandao.

Ahora no temo a espantos

ni a seres endemoniaos.

Guárdese todo quebranto,

compadrito del Cacao,

esa mula está penando

por tós los que ha matao.


Pensativo igual salí para mi troja, sin sacarme, siquiera, un rato de la cabeza la leyenda de aquella mula blanca que desbarataba a los hombres para sacudirse la maldición echada por su propio amo, el presidente Joaquín Crespo, cuando Luis Loreto Lima, lo hiriera de muerte en la Mata Camelera. Dicen que un faculto conjuró a la bestia al quererse Crespo escapar. Y así maniá por un brujo y maldita por el moribundo, quedó vagando por siempre. Buscando ya las maneras de dormirme, llegó a mi mente el recuerdo de unos versos que recitaba mi viejo:


Qué tendrá la oscurana

que arrastra a todo llanero;

bien sea hoy o sea mañana

él persigue los misterios.

La noche que se engalana

con los rápidos del trueno,

al llanero cómo llama

espantos en los esteros.


Meciéndome en mi hamaquita caí como por gracia divina en un sueño muy profundo; me veía yo arriba de una nube, desnudo,  pero contento, una santa, muy hermosa, se venía acercando de a poquito hacia donde yo la esperaba, musiúa la muy catira, con los ojos como de miel y los cabellos en una brillante cascada; al momento en que la santa me tiende los brazos para darme la bienvenida y yo también los estiro mi esposa me toca en el hombro y me dice; “Levántate Anselmo, que hoy no te espera aguinaldo”. ¿ Qué me quiso decir? Más tarde lo averiguaría, igual agarro yo mi camaza y llego hasta el ojo de agua a levantarme la murrunga, en eso siento una voz familiar que me canta desde el monte:


Llegándose a Apartaderos

verdadera es La Sayona,

el Viejo Matón Hachero

te espera con La Llorona.

En la finca de La Leona

aturden las maldiciones,

porque la mula campeona

asesina a los peones.


Volteo y no veo a nadie, ni pajaritos siquiera, busco la ropa y no la encuentro, veo hacia el ojo de agua y se empieza a poner turbio, el cielo de golpe se enfría y cuando ya me estoy hincando para invocar a las ánimas llega otra de nuevo mi mujer, pero esta vez para salvarme, “Anselmo apúrese que lo tá esperando el Gobierno”. El jefe de la comisión me dice; “Apersónese en la Medicatura, para que nos confirme la historia de un moribundo que conseguimos anoche mismo, ese quedó como si le hubiese pasado una montaña de  piedras por encima”. En el camino, el segundo del pelotón comienza a cantar con chanza:

No valieron hoy los rezos

menos la envalentoná;

a Nicolasino por eso

lo tienen que sepultá.

Doble cascos la emboscá

primero sobre los sesos

pá callar la novedad,

otros duros en los huesos

no se fuera a levantá,

el último como un beso

más debajo de la quijá.

Lo vienen a traer por eso

en parihuela montá,

estirao como un tiesto

y la Mula enrisotá.


En esos nos quedamos de una sola pieza, era el propio Nicolasino que andaba, eso sin caminar, flotando el muy ladino como plumas en el aire; Ave María. El comisario pregunta “qué asunto traes, ño muerto”, a lo que en la brisa responde:


Encontré la primavera

la propia felicidad.

Lo que buscaba yo era

monta a la Mula Maniá.

Yo dejé la rezadera,

ya pacté con Satanás,

en La Mata Carmelera

Hoy se le escucha mandá.


Y así como lo escucha; la Mula de la Mata Carmelera, consiguió un nuevo dueño. Él mismo la guía por las noches de verano y cuando alguien, se le envalentona a la bestia, es Nicolasino quien la conduce para que ella no se equivoque y nadie se le vaya liso.


Informante: Isaías Medina López (compilador), nativo de San Carlos. Edad 46 años. Fecha de la muestra 27 de junio de 2004.


Este relato fue publicado en:  El Llano en voces. Antología de la narrativa fantasmal cojedeña y de otras soledades, editado por la Universidad Nacional Experimental de Los Llanos Occidentales "Ezequiel Zamora" (San Carlos, 2007), bajo la compilación de Isaías Medina López y Duglas Moreno.

domingo, 4 de marzo de 2012

Glosa del Amor Ligero y otras querencias (Carmen Pérez Montero)

Imagen en el archivo de Tulio Hernández


Imagen tomada del archivo de Carlos González


GLOSA DEL AMOR LIGERO
Tu sonrisa es como un manto
que cobija mil antojos
y en el jagüey de tus ojos 
se va inspirando mi canto.(W. Vizcaya)

En aquel hermoso encuentro

que se perfiló en la tarde
hiciste perfecto alarde
de llevar camino adentro
tu poesía como centro
de tus penas y tu llanto
y sin un leve quebranto
al descuido más ligero
me dijiste muy sincero
tu sonrisa es como un manto.

Asustadiza quedé
con tu audaz afirmación
y mi loco corazón 
casi lo paralicé,
pues de una vez me paré
y te malquerí en mis ojos
para hacer con mis enojos
una trampa a tu querencia
donde el amor es la ciencia
que cobija mil antojos.

Tú no puedes comprender
que después de ese momento
ha estado mi pensamiento
en un solo recorrer
y sin dormir y sin comer,
triste rogando de hinojos
y si un nuevo rumbo escojo
me lleva en su terquedad
a bañarme en tu ansiedad
y en el jagüey de tus ojos.

Nunca supe de tus pasos
la sabana te hizo ausente
y te busqué entre la gente
para hundirme en esos brazos
y estrechar mejores lazos
con este amor porno y santo, 
pero sufrí el desencanto
de ver que fue una ilusión
y hoy en esa sin razón 
se va inspirando mi canto.



YO NO SÉ DE DÓNDE VENGO
Vengo de antes y de nunca, 
vengo de siempre y ahora, 
vengo del tiempo infinito
de las piedras y las olas. (Facundo Cabral)

Yo no sé de dónde vengo
pero sé que estoy aquí
que un camino recorrí
y la experiencia que tengo
no es por suerte de abolengo
ni por una ilusión trunca,
si no que la vida busca
enfrentarnos al dolor
para decir sin error
vengo de antes y de nunca.

Siempre he querido pensar
que vengo de un sitio ignoto
donde todo lo remoto
se recoge en un cantar
que lleva en su galopar
el recuerdo que enamora
para que al llegar la aurora
me traiga en su claridad
la respuesta hecha verdad:
vengo de siempre y ahora.

Yo no sé dónde nací
no he podido adivinarlo
y aunque quiero imaginarlo
la interrogante está aquí
sólo sé que para mí
la existencia es como un mito
es un regalo exquisito
de las manos de El Creador
y digo con mucho amor
vengo del tiempo infinito.

Vengo de todo y de nada, 
del beso y de la ilusión,
del verso de una canción
que germinó en la quebrada
en una bella alborada
soy un reflejo de aureolas, 
pistilo de mil corolas, 
vengo del viento y del río
del tropel de un amorío
de las piedras y las olas.


SOY ASÍ
Yo vengo de todas partes
y hacia todas partes voy
arte soy entre las artes
en los montes, monte soy. (José Martí)

Yo me voy a definir 
como una mujer sencilla,
no soy una maravilla, 
pero te voy a decir
que si lo bueno repartes
no lo hagas trece, ni martes,
no cometas desatino
ni preguntes mi destino
yo vengo de todas partes. 

De todas partes yo vengo,
eso tenlo por seguro
mi pensamiento es muy puro
y por eso te prevengo
mira todo lo que tengo
y llena de luz estoy
dueña de tu amor soy
y no me coloques lazo
porque salto de tus brazos
y hacia todas partes voy.

No me acomplejo por nada
Canto y declamo bonito
me tomo mi wiskysito,
pero bien acompañada
no me gustan las veladas
que salen por todas partes
esas de ven y compartes
porque soy muy exigente
gente soy entre las gentes 
arte soy entre las artes.

Y no es que sea pretenciosa,
eso creo que lo has notado
lo que pasa es que me enfado
con la gente misteriosa,
de conversación tediosa
y de ésa que abunda hoy
y para ellos estoy
siempre fuera del montón
diciendo en tono dulzón:
en los montes, monte soy.



ENTRE AGUA Y FUEGO
¿Quién es por fin quien se queja?
cuando el fuego lame el agua, 
el agua porque se quema
o el fuego porque se apaga.(Alberto Arvelo Torrealba)

Ayer nació la esperanza
entre signos de agua y fuego
y de pronto un hasta luego
partió el destino en su andanza
para quedar la añoranza
de aquella boca bermeja
y la otra que semeja
un rubí que eleva un ruego
por saber entre agua y fuego
¿Quién es por fin quien se queja? 

Se quedó la interrogante
guardada como un pañuelo
y la ilusión alzó el vuelo
dejó triste al amante
que comprendió en ese instante
que su amor en la piragua
fue ardiendo como una fragua
para no sentir la pena
que nos corre por las venas
cuando el fuego lame el agua.

Y es que ese dolor profundo
se mete en el corazón
y nos dice la razón
que da dulzura a este mundo
y ese andar tan errabundo
que es del el soñador el lema
y lo convierte en emblema
para llorar con pesar
como solloza en el mar
el agua porque se quema.

Pero quedó un solo rezo
que en los labios se palpaba
y una boca que anhelaba
el colorido de un beso
para con ese embeleso
saber cual deuda se paga
si es por esta ilusión vaga
que la tarde de azul se viste
o soy yo la que está triste
o es el fuego el que se apaga.




GLOSA DEL ÚLTIMO ADIÓS
Yo quiero cuando me muera
sin patria; pero sin amo, 
tener en mi losa un ramo
de flores y una bandera.(José  Martí)

Cantarle a esta Cuba bella
en nombre de Venezuela
con el calor de una escuela
donde la patria se sella
y regalarle una estrella
que alumbre por donde quiera
el camino que nos diera
aires de revolución
dejar esta condición
yo quiero cuando me muera.

Y quiero también dejar 
el ejemplo combativo
que como mujer he sido
difícil de subyugar
y en mi canto universal
es libertad lo que clamo
y cuando impotente exclamo
muy lejos quiero partir
es porque quiero vivir
sin patria pero sin amo.

Porque amo la libertad
como al pueblo americano
y todos son mis hermanos
de sentimiento y lealtad
y sé que con la ansiedad
que los latinos llevamos
hacia la conquista vamos
de los ideales que admiro
y de recompensa pido
tener en mi losa un ramo.

No he elegido los colores,
ni la forma, ni el perfume, 
sólo quiero que se esfumen
con mi muerte los dolores
y que el pueblo no me llore
y si la luna se entera,
que no me ponga en espera
si no que mande una estrella
cargada de cosas bellas, 
de flores…y una bandera. 


IMPRECISIÓN

Para tu vida imprecisa
soy como agua del jagüey
que se escapa de la mano
sin poderla detener. (Carmen Pérez Montero)

El camino de la piel 
jamás permite el regreso
y en la senda del progreso
te deja seguir tropel
para que avances por él
al compás de tu sonrisa
que se pierde entre la brisa
y marcha por tiempos idos
buscando amores fingidos
para tu vida imprecisa.

Eres inquieto celaje,
eres rumor de molienda,
caña dulce que en mi senda
creció con amor salvaje
y eres en aquel paisaje
perfume de Araguaney
que revelo en el caney
que en mi posesión de nada
soy cauce de la quebrada
soy como agua del jagüey.

Soy por gracia redentora
un pedacito de gloria
que se quedó haciendo historia
en la mente soñadora
y como un ave cantora
disfruto todo el verano
como cirio en el arcano
con su tristeza vital
viendo el sueño de cristal
que se escapa de la mano.

Así creció mi ilusión
con tu presencia abonada
presencia que es marejada
bordada de imprecisión
y con esta condición
del aire pertenecer
prefiero ser la mujer
que se dibujó en la bruma
y se esfumó entre la espuma
sin poderla detener.

CARMEN PÉREZ MONTERO.  Poetisa y profesora titular universitaria jubilada. Nació en Tinaquillo en 1944. Goza de un merecido reconocimiento como docente, escritora, y líder de gremios literarios en el estado Portuguesa, donde reside por motivos laborales. Tiene cuatro poemarios publicados y dos libros de ensayos. 
Estos poemas fueron tomados de la Antología de la Décima Popular en el Estado Cojedes (Compilación de Isaías Medina López), editada en San Carlos por la UNELLEZ-VIPI (2007)