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sábado, 29 de agosto de 2020

César Seco. Poemas y relámpagos

 

Un nuevo saludo llanero al maestro César Seco. Imagen en el archivo de Barbuquejo





De La playa de los ciegos (Ediciones Imaginaria. 2014)


PLAYA

El único paisaje es aquí la respiración entrecortada de cuatro casas

que se alinean frente al mar.

Las sombras insisten con nudillos

de aire sobre los pomos.

En alguna parte hablan y nadie escucha

lo que las olas traen.

Alguien estuvo limpiando y dejó aciago

sudor en el piso.

Ese alguien ya no está.

El mar comenzó a hablar

de lo que el presentimiento trajo.

Comencé a leer lo que decía la lluvia.

Apilé los libros a la ventana.

La lluvia duró cuanto la noche duró.

La única costumbre que tuve fue conocerme.

Me quedé a vivir en los escombros.

 

 


BORRADOR

Este lugar ya no es

ni volverá a ser lo que era.

Entre esta gente, su grave honra

y sus alegres vicios, labré mi palabra

y penetró hasta donde le hubo sido dado.

Aquí por esta calle caminando llegó

mi primer verso desprovisto de ruido.

Una súbita luz lo acercó a mis ojos

sin significado alguno.

Locura pasaba a recoger a su pasajero.

Mi maleta de adjetivos y símiles

fue insuficiente al relámpago

que nubló mis pupilas.

Supe que aquello no era más

que el dolor fronterizo de mi nada.

Allá en aquella otra calle que borró el alud,

bajo la ruma asfixiante de las piedras,

la noche me sirvió su plato de estrellas

que supuse último antes de esto y no lo fue.

La poesía es vagabunda.

Encuentra siempre lugar en la voz de otro,

en su silencio.

 


·

BECKETT ENTRE ESCOMBROS

Ahora que el payaso se borra la risa

con su mano.

Ahora que el actor principal dice:

-Mi papel es la esencia de mi vida y,

ésta, quien soy una vez despojado

de la máscara.

El payaso ríe de la muerte y,

fría y brutal la carcajada que obtiene

por respuesta.

El actor prefiere no hacer su personaje

y lo que deja en escena es un grito mudo.

El payaso consuela al actor:

-Culpamos al diablo y él nos mira:

niño regañado por no aprender la lección-.

El actor ríe y se va poniendo serio

hasta sus facciones igualar

las del payaso que le espeta:

-Todo lo que ahora hiede es nuestro

vestuario enterrado bajo el lodo.

 


 

CASTILLETE 

Armando dispuso todo a manera

de bóveda astral.

Un bejuco fajado a su cintura

separaba cielo y tierra.

Tres niveles, un sótano, un solo acceso.

Su abuela lo construyo pensando

en un piano para sus manos,

y trinitarias sembradas alrededor.

Cada noche acudía desnudo

al farallón que ya no está.

Descendía como quien viene o va

a donde no se vuelve.

Su sangre de vino vertía en azogue.

Se miro atravesar la pared, salto,

abrazo a su mono y volvió a ser.

El casco de un toro escarbaba su cabeza.

La felpa de las muñecas,

la esperma vertida, el loro disecado,

la botella.

Lo que vino a dar aquí volvió por donde vino.

Tras la montaña el mar aguardo.

Su sombra la decapito la luz.

Nada dice que algo estuvo aquí.

 



                       Del poemario  NADIE y NINGUNO

 

NADIE

Volveré por esa calle donde nadie

me recuerda y todos me conocen.

Caminaré por esta otra donde me

ignoran y ninguno sabe nada de mí.

Atravesaré aquel callejón oscuro y

tal vez el ojo que me sigue sólo vea

la sombra que la escasa luz de ese

poste fija en la esquina pensando

a dónde ir. Estaré allí esperando

nada o esperando todo. Acaso sea

la calle contigua la que me lleve a

ese otro lugar distinto a donde iba

y no llegué. La vida no se detiene

a esperar a nadie. Sólo puede mirarme

de reojo mientras paso, pero no es

su ojo lo que anhelo, lo que persigo

es el olvido que no aparece mientras

sigo, aunque lo presienta caminando

adelante distraído o sospeche ya que

no existe porque no me ha visto.

 


 

PECADO

              "Hijitos míos estas cosas os escribo

              para que no pequéis..."

                                                         1 JUAN. 2.1


No es lo que nombra sino lo que hace.

Con el caminas de espalda y la flácida

campana colgante de tu garganta baila.

Paso candado y se encerró contigo y el

para hacer triza la ventana y lo que se

imputa a su inclinada aguja de reloj. Lo

que toca desangra en el limpio mantel

que te precias ahora esconder debajo.

<No es lo que comete sino lo que él no

evito> Rótulo que no es nube alrededor

del cuello sino el lazo y su cordón. Lo

que concediste a lo oscuro en el cuarto

que a tientas te llamo. La cortina que no

quisiste levantar para ver bien. El doble

cartón que puso para que no pasara por

una hendija el aire fresco que tuvo en el

venir advertirlo en su trama. Teniendo

la lucia bandeja del poder en las manos

las dio al lodo de ese incurso brillar, el

suyo, sin que dijese 'esto no es mío' por

que lo voy a tomar con todo del plato,

asir pocillo o copa, que se inviertan, tal

se dan vueltas cosas sin saber a quien

van arrastrar. No es su nombre sino su

rostro lo que lo hace reconocible, porte o

no mascarilla antiviral. La riqueza del que

peca es la huida del Rey, la espada: ser el

mismo su primer juez. El Enemigo es un

sobrado pecador desde el principio. No

es el hecho que le nombra sino el acto

de contristar el Corazón Mayor de quien

le mira esperando no venga con cuento.

Él te condona si te arrepientes de veras,

sin amago de religión, en la sola paz de

su intimidad. Dios sabe por qué esto va

y envuelve al que incurre y al que le niega

perdón. Solo que sabe es gema cuando

a un lado y otro de la mano está.

 


 

CALLES

                "Un poema es un espejo que camina

                 por una calle desconocida".

                                   Lawrence FERLINGHETTI


Esta viene por donde termina aquella.

La siguiente estuvo al inicio de otra y

la contigua es una prolongación de la

avenida cuando esto era el centro. Me

doy a internarme en sus vericuetos y

dar con sus escondrijos viejos. Soy

uno más, no el que ven entrar en aquel

edificio que se está borrando, lento.

Hablo en la caries del asfalto y en la

cicatriz de las aceras van resonando

mis huellas o, de súbito, las creo ver

aparecer en el polvillo que paciente

el hombrillo aloja riendo. Dibujo el

recorrido que pueda alcanzar lo que no

recuerdo. No hay lugar que no aviste y

guarde el día en que estemos solos, sin

mas Nadie en la cabeza que Ella inclinada

buscando monedas. Las calles, ovillo

que mis ojos desenhebran. Unas salen

por donde otras entran, trozos de papel

tras ese alguien que la brisa paso a paso

lleva. Algunas vienen solas. En la bruma

insospechada del sueño te encuentran.

Abriendo ventanas y cerrando puertas.

Las calles se devoran unas a otras.

Transeúntes de sí mismas se abrazan en

las esquinas. De callejones sin salida

vuelven al lugar a donde siempre llego.

Donde cada una desaparece delante de

mi vista.

 

 


SUEÑO

              "El sueño es el momento en el que

               el sabio y el loco que están dentro

               de nosotros se cuentan sus secretos".

                                               Marie-Paule BELLE


Nunca se escribe el sueño tal como se tuvo.

Lo que se cree fue sueño es lo que se escribe.

No hay sueño escrito en la medida del sueño.

Al despertar, el sueño es un resto de sombra.

De súbito se alumbra una esquina del sueño.

No es la calle esta la que borraba a oscuras.

Su penumbra viene a despertarnos untada

en paredes y alcanzada es por la claridad en

la página del día en que estamos. En vuelo

nos perdemos desnudos o una suave música

nos regresa a donde no sabemos. Era otra, o

está cerrada la habitación a donde íbamos

se ha ido o hay en demasía luz para distinguir

rostros y cuerpos familiares que se alejan y,

sus pasos, no dejan huellas. Lugar sin techo,

cueva sin piso debajo. Saltamos ese muro y

caemos en nada. O bien, la sombra de Uno

nos siguió o la de Otro nos estuvo esperando,

ahí donde no lo vemos y somos El, callado.

Un trozo olvidamos del inicio, y de lo que

pudo ser el final nada queda. Nunca estuvo.

¿Lo hubo para que digamos esto? El sueño

nos vuelve al lugar donde una vez fuimos

polvo rociado en la mesa extensa del cielo.

Nos apaga una vela al fondo nuestro.

 


 

ACTOR

            "El teatro es una ilusión y tratar de

          definirlo con palabras, es un fraude".

                                            Nacha Guevara

 

Ando sobre la piel del día en que

me espero sentado en la puerta

de la casa con el cuaderno abierto

en la página donde nada escribo.

Lo que ha de ocurrir sucederá en

un instante. Alguien que no soy

me ocupa y dice lo que no diría yo.

Llega y no puedo apartarme. Solo

escucha si hablo de él, si no lo

hago entiende que debe hacerlo

sin aguardar. Ya. Sabe que estuvo

ocurriendo. La escena ha de quedar

bien ante el ojo luminoso que nos

proyecta en la pared de un sueño.

Ahora. Una bala viniendo directa y

se aloja en mi antes de verme caer.

La puerta se va cerrando al mismo

tiempo que las nubes desaparecen.

Enseguida, en la ventana, recobra

su silueta. Estoy hablando de nada

a Nadie en ninguna parte. 


                            Otros textos de César Seco:

 

De la más reciente poesía falconiana (César Seco)

http://letrasllaneras.blogspot.com/2013/01/de-la-mas-reciente-poesia-falconiana.html

 

Vanguardia y Política en la Poesía Venezolana Contemporánea (César Seco)

http://letrasllaneras.blogspot.com/2012/10/vanguardia-y-politica-en-la-poesia.html

 

Poetas venezolanas en el Portal de César Seco (primera entrega)

http://letrasllaneras.blogspot.com/2020/08/poetas-venezolanas-en-el-portal-de.html

 

Poetas venezolanas en el portal de César Seco (segunda entrega)

http://letrasllaneras.blogspot.com/2020/08/poetas-venezolanas-en-el-portal-de_24.html

 

Poetas venezolanos en el portal de César Seco

http://letrasllaneras.blogspot.com/2020/08/poetas-venezolanos-en-el-portal-de.html

 

Muchas gracias por su visita 

Isaías Medina López (Coordinador)


viernes, 21 de agosto de 2020

Néstor Rojas. Poemas y prosas

 

Imagen en el archivo del maestro Néstor Rojas


*Uno escribe de lo que conoce y desconoce, de lo que intenta atrapar, inútilmente, con las palabras. Uno escribe de lo que lleva adentro y no sabe qué es: a veces, eso que podemos asir con la palabra, se descubre como alma al borde del abismo, pero también a veces se revela como un silencio profundo que no tiene fondo y que se parece -por su inmensidad- al universo

 

 

UNIVERSOS PARALELOS

Aquello que existe más allá de los ojos

late en los resquicios de una tachadura

Respira en la marea más alta del resplandor

De su luz inmortal sale el alma que faltaba para que alguien existiera

Aquello que no existe ha abolido todas las costumbres

Yo tenía una tierra donde andaba descalzo

Tenía el mar y la blancura, una ciudad a la orilla de un río,

unas piedras alrededor de unos árboles donde el viento cantaba

Tenía un país lleno de granos, un patio de arenas y ciertos lagartos

Un chaparro lleno de pájaros

Tenía una mariposa del lado del corazón que de noche brillaba

Una envoltura cruzada con arrugas y lunares

Todo eso ya no existe

Pero la llama que palpita en el fondo del recuerdo existe

Todo lo demás que se extinguió en otra parte existe

El universo no lo inventó quien heredó la ceguera

 


*Uno cae de otro mundo con los ojos atados al amanecer. Sólo sabe del cielo –del azul con su nube y su tormenta- y de la oscuridad. Llega uno a la tierra sin saber de la vida. No conoce las cosas, ni las cruces en los caminos. A poco tiempo da un paso adelante y se cae y vuelve a levantarse. Entonces conoce la agonía. El dolor de estar vivo. Pronto pasa la infancia, la juventud y llega a la edad de los camellos. Entonces se acerca a la tumba; luego conoce el misterio y al poco tiempo el olvido, esa verdadera eternidad y la única muerte.

 


ORACIÓN PARA DORMIR TRANQUILO

Señor:

Tú que apagas la sed de todos los sedientos,

das el pan para todos los hambrientos

Y ofrendas la luz, pero también la oscuridad.

Tú, que eres el dueño de los milagros,

señor de la mañana y de la noche,

dueño de los secretos,

que abres la puerta

por donde entra el sol

y cierras la puerta por donde el sol se va.

Tú que alivias las dolencias de los tristes

Y consuelas a los adoloridos.

Tú que dibujaste el cielo, las estrellas, las constelaciones,

inventaste el tiempo, las horas, los días, las semanas,

los nombres, los caminos, el laberinto, la encrucijada,

los recuerdos, el olvido, el extravío, las palabras,

la poesía, el arte de escribir un poema

y los libros que cuentas todas las historias

desde Adán y Eva hasta nuestros días.

Tú que creaste a los dioses, los dinosaurios, a los hombres,

la alegría, la tristeza, la soledad y el silencio

Tú que bebes las lágrimas de todos los ojos

dame otro día

y el sueño para dormir tranquilo,

a la espera del sol.

 

*Burbujas de cielo, pasando, deslizándose. Burbujas de agua que corren llevadas por la corriente, absorbidas por el devorador de las formas. Algún mundo paralelo transcurre por debajo de ese espejo que refleja las nubes, que vuelan arriba y abajo. Algún agujero se engulle las volutas, las flores y hojas caídas, las pelusas y plumas de cigüeñas que la pequeña borrasca abate contra el suelo.

El Ojo observa, fotografía lo que ve y graba. Oblicuo se ubica invisible en el espacio. Y revela las dos realidades: la que sucede hacia el este,de donde viene esa luz amarilla, resplandor de ocaso, que ilumina los árboles y todo lo que se mueve o semeja estar quieto; y la otra realidad transcurriendo y traspasando la energía que se piensa ficticia, imaginada, o más real que que la que suponemos moverse como reflejo de la otra. Ambas se conectan en mis ojos. Pasan como flujos entre mis pensamientos.

 


CRONOS EN LA BARCA DE CARONTE

Llueve

en las copas de los árboles

el sol

parece despertar

La noche termina

entre las fauces del dragón

que nos devora

El agua lava las calles

Nada vuelve

a su lugar

La hojarasca del jardín

terminó en otra parte

Mañana

otro día borrará la piedra

el camino

El día nos vuelve transparentes

 


*En esta pared de piedra y barro que el tiempo descolora y roe sin ninguna compasión, en su oficio cotidiano de carcomer y devorar todo cuanto toca, las vi imponerse, tan bellas como frágiles, como dos rosas perfectas de la misma sangre, de la misma tierra bendita por Dios. Sobre ellas, haciéndose como una mancha con ojos redonditos y cabellera en forma de pico de pájaro, vi al ser que la noche anterior había atravesado los cielos de la imaginación para meterse como una comadreja del cielo en la covacha de mis pensamientos. Desde ahí me dicta los poemas que nunca escribiré.

 

 

ORINOCÁNDOME

Solía llegar a la orilla del río,

a la hora del crepúsculo

Atravesaba antiguas callejuelas,

algunas empedradas, o abiertas entre las rocas

Pasaba por la plaza, seguía hasta llegar al muelle

A veces me detenía en lo alto y lo miraba pasar,

solemne hacia el mar

Su belleza era un temblor que me erizaba

Vivía intensamente esa puesta de sol,

ese rojo encendido como constelación

Allí, sin moverme, extasiado,

veía encenderse las lámparas del malecón,

aparecer las primeras estrellas

Creo que fue el amor lo que me llevó hacia él,

mi soberbio Orinoco

 


*Soy apenas la forma de un caracol de tierra. Desde aquí, en el mismo vergel del Topo que ha taladrado la tierra ahora reverdecida, veo el cielo transcurrir entre las hojas, moviéndose en víspera de la tormenta que se avecina.

Hace unos días comenzó el verano, el calor, pero las flores, entre las más vistosas las hortensias y petunias, compiten por el certamen natural de belleza que este año nuevamente promueve el ayuntamiento de los pájaros y los soles escarlatas.

Desde aquí, desde el huerto que acicala como buen jardinero todos los días el poeta Tomás el tocayo, el más alto en Veguellina del río Orbigo, te mando estas postales, argonauta de los cielos y vuelos paralelos

 

 

*Pregúntenle a las piedras cuántos giros ha dado la tierra, cuántos años lleva el viento girando de lo mismo al asombro sin sombrero, del minuto al salto de la garra.

Pregúntenle a los pájaros si la luna se acuesta del lado de la sombra, o si es la misma sombra ese lunar de linares que doblega la luz cuando el poniente es el cuándo que no dice el reloj. Que se luzca el zumbido que viene de allá, de más lejos del vuelo de la mosca que engulle la chispa, la sobra del bocado, de más lejano que el brillo apagándose de las huellas de las manos que siguen el movimiento de lo que antaño se movía, antes que el tiempo comenzara, antes que todo se iniciara sobre el lomo curvilíneo del instante, se movía y se sigue moviendo.

Pregúntenle a las alas por las vueltas de las horas, por las volteretas de las nubes, pregúntenle a las flores por aquello que no sé, que viene y que vuelve,

como el polvo, como el tiempo.

 


*Mientras bajas los brazos, casi vencido, alguien se está muriendo dentro de ti. Aunque pudieras hacer algo, en realidad no sabes qué hacer para que ese alguien dentro de ti no se siga muriendo.

Mientras bajas los brazos, casi derrotado, alguien dentro de ti vuelve a tomar fuerzas para no desmayarse. Trata en vano de juntar todas sus fuerzas y recuerdos. Intenta de nuevo surgir de sus cenizas, levantarse. Pero hay algo dentro de ti, como una tierra oscura que se hunde, que no lo deja subir, que se opone a sus intentos para sobreponerse. Tu pesimismo lo aplasta.

¿Y si ese alguien, que dentro de ti batalla para no morir, fueras tú, dejarías que se muriera, sin hacer nada para que no se muera?

¿Y si dentro de ti realmente hubiera alguien que en verdad se estuviera muriendo, te negarías a salvarlo, a sabiendas que eres tú mismo el que se muere?

A mí no me preguntes si quiero ser salvado. Dentro de ti ya estoy muerto.

 


*Nosotros, mortales, vivimos a duras penas, con apremios y trabajos. Pocas cosas nos consuelan.  Casi sin respiro, hacemos el esfuerzo de vivir el instante, que no vuelve. Aunque pasan lentos los días, nos apresuramos en la búsqueda de la felicidad que a veces llega.



*Una semilla de ceiba

flota alegre en las manos del cielo

Si acercaras tus ojos a los copos que tiemblan en el aire,

antes de caer,

mirarías la eterna belleza de las pequeñas cosas

Si caminaras por esa alfombra de terciopelo amarillo

que hacen en el suelo las flores de ese Araguaney que se desgrana,

sentirías bajo tus pies el temblor del ciclo eterno

Si oyeras los trinos diversos de esas aves del río

que transmigran hacia la selva donde el tiempo se ha perdido,

oirías el sonido del reloj que nunca se detiene

Allí, entre ramas y ojos feroces que espían el movimiento,

no verás el blanco de las nubes que bordean el tepuy,

el velo de agua que cae de lo más alto del salto del ángel,

ni la nieve que alumbra los picos de las altas montañas,

al otro extremo, donde el frío es más cercano,

sino el verde lorquiano en todos sus tonalidades

En cada hoja, en cada pétalo, en cada piedra, en cada pluma,

podrás leer nuestro propio destino

Mires donde mires dentro del parque más antiguo

siempre es primavera

La tierra no sólo nos ha dado la vida,

sino también la muerte



*Día lluvioso, algo triste. Amaneció garuando. Olfateo la lluvia que salpica los vidrios de la ventana. Cielo encapotado. Menos negro que el alma del dictadorzuelo colombiano que hace sufrir a mi pueblo.

En el vientre de la casa huele a café recién colado, aunque casi llega el minutero a la hora del cenit.

Sigue el silencio, allá fuera. Aquí, como sumergido en la burbuja de la tristeza, el piano desgaja sus acordes, rompiendo la quietud. Yo escribo, como siempre.

El mes de las flores, pero pareciera que fuera invierno. Eso lo sabe el alma, que calla.

 


          Tres poemas del libro  "Alguien enciende una luz"


*La rutina de los años fue pintada en colores pasteles

Las tazas de porcelana china que mi madre guardó bajo llave

recuerdan otros tiempos que juegan a esconderse

Hay otra vida en la vitrina, no tan añeja,

que se mueve extraña a nosotros

Hay un viaje minúsculo de objetos

y reflejos que bajo la claridad desaparecen

y se deslizan en la ceniza que dejan los años

Hay un indecible paisaje que pocos ven,

una flora microscópica,

entre utensilios de cocina que nadie usa

y parecen dormir bajo los cendales de las horas

Bajo velos transparentes fluye la tarde

y la noche es una sustancia viva

que corroe, susurra y forja exiguas complicidades

con los aparecidos y los rumores del follaje

 

**Debajo del mantel amarillento, desgastado por el tiempo,

el polvo estelar se funde con los recuerdos,

dentro de mí inquebrantables

Ahí, debajo de esa tela solar tejida por las manos de mi abuela

ya muerta,

las huellas familiares andan,

palpitan como almas que se resisten a morir

Todos esos detalles cuentan una historia que el olvido devora

poco a poco

También dentro del armario de cristal otros organismos efímeros,

que aborrecen las máscaras,

viven y jadean acosados por el calor

Es como si detrás del vidrio estuviera ocurriendo

(muy lento y parsimonioso) un mundo olvidado,

ajeno a nuestros ojos, casi siempre ciegos

Una constelación de seres lúcidos y quejumbrosos,

una población de criaturas fantasmales,

se levanta y se echa a andar por la casa

Es la vida inexplicable de pequeñísimos seres

que se envuelven con nuestras sábanas

y se alimentan de nosotros mismos


***He aquí tus aproximaciones,

la madeja de imágenes disolviéndose,

los objetos de otro tiempo que oigo deslizarse

como si regresaran de un largo viaje dentro de mí,

o dijeran adiós mientras se borran

No es fácil soñar todo eso y menos escribirlo

cuando la angustia es soga que aprieta

Somos criaturas literarias en las aguas del sueño,

figuras de ilusiones que van y vienen. Fascina lo indecible,

el incomprensible dolor que no se borra

Algo más profundo, que no sabemos qué es, labra

nuestras superficies interiores y oculta las evidencias

de vidas anteriores tras la capa de la razón

Subir hacia el lugar de los ojos

y encontrarse son verbos transitorios

que conocemos cuando cruzamos la otra orilla

La envoltura que cubre lo que vuela

no es muro que el tiempo ha levantado: Puedes ver una flor

que ya existió en la mesa del cuarto, dos copas vacías

manchadas por los labios apagados de mi madre

Entre los muebles antiguos,

los indicios de otros tiempos que están en mí se revelan

(Todo eso en realidad no existe)

Los puntos del espacio anterior se desvanecen sólo cuando dudo

La piel no me separa de aquello que viví, me acerca

Mi pasado reciente late como cuerpo vivo

entre vendajes de bruma 



Muchas gracias por su visita 

Isaías Medina López (Coordinador)