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domingo, 3 de enero de 2016

Cuentos de Arrieros y del Antiguo Llano (4) El Gallo que vino de Apurito

Mujer llanera en oficios de arreo. 
Imagen en el archivo de  Walter Mancipa



EL GALLO QUE VINO DE APURITO 
(Ramón Villegas Izquiel)

Mi pueblo, El Baúl, está situado en la margen derecha del rió Cojedes, por lo cual vale decir que nací y pase gran parte de mi infancia asomado al espejo de sus aguas, sumergiéndome en su frescura i arrullados mis sueños por el suave rumor de su corriente entre arrecife i manglares. Es muy bello en verdad vivir a orillas de los ríos. Nos arroba contemplar las frondas ribereñas reflejadas en la luna de sus aguas con serena profundidad, Sobre todo en las horas lánguidas de los atardeceres cuando el crepúsculo diluye en ellas sus nubes de almagre. Oír los contrapuntos de los pájaros en los amaneceres i en el silencio de la noche, el salto de algún pez sobre la superficie o el grito asustado de un ave, sorprendida quizá por algún depredador furtivo en la tranquilidad de su sueño aspirar las humedad emanaciones de sus brumas o sumergirnos en el para que el agua nos envuelva con sensual caricia de mujer amante luego la brisa nos enjuaga con sus casi impalpables debitos de ángel. Aunque peligrosa como mujer hechicera, lo es también la serenidad de los ríos llaneros, sobre todo en las crecidas, lentas, pero inexorables en la expansión de sus aguas. Al influjo de estos ríos i al de las sabanas abiertas atribuyo de halla tanta poesía en el alma del llanero, que si no la escribe la canta y si no la canta la siente, alimentado espiritualmente por las interminables travesías del espinazo del caballo en las fluviales embarcaciones.
Ya está dicho que los ríos son caminos que andan i con ellos andan también los hombre y sus consejas.
El nuestro fue en una época exclusiva ruta durante la estación lluviosa para comunicarnos con otras poblaciones de la llanera región. Por tal motivo muchos bongos entraban i salían en los embarcaderos de la población y la actividad bongueril era de la mayor importancia entonces.
Los bongueros, por su parte eran gente disipada, bebedora, aficionados a los fustanes y amigos de contar con grueso gracejo las propias y ajenas peripecias y calamidades, así como leyendas de aparecidos y encantamiento en los parajes de sus andanzas. Es decir, que estos cristianos en muy poco tiempo se diferenciaban de sus congéneres marinos, pues tal como ellos y en una propia escala, sufrían las penurias i sobre saltos de la navegación, así como las abstinencias por largos periodos de la añorada ternura femenina.
Por esta última razón, cuando llegaba alguna flotilla desde San Fernando de Apure, un tío mió quien me referiré, mas adelante, se paseaban por el corredor de su casa frente a la playa i gritaba con picardía: “¡ Mujeres, carajo, a forrarse en hojalata que llegaron los apureños!”.
Este pariente era tan bien bonguero, por lo cual poseía la misma carga espiritual de abnegación y arrojo, así como la desbordada efusión característica para compensar entre copas y catres los largos silencio e interminables privaciones en las dilatadas soledades de sus viajes.
Parece ser que este señor, mi tío, era más apegado a los besos que a los vasos por que recuerdo bien los interminables rezongos de mi celosísima tía Pastora, los cuales una vez se referían a la gamberra del Pueblo Arriba, como a la gamberra del Pueblo Abajo, o de La Manga, o de Las Queseras. De ahí infería yo muy pequeño aún para entenderle sus galimatías, que deberían ser varias las tales gamberras, o la propia “Sayona”, entre infernal que, según las consejas populares, se ocupaba de acompañar a los noctívagos mujeriegos.
A propósito de ello, voy a referir una anécdota atribuida a mi conspicuo pariente la cual se ha quedado engarzada en la tradición familiar y no quisiera yo que se diluyese en el olvido como otras tantas sabrosas croniquillas borradas de la memoria de los pueblos.
Era costumbre de nuestros bongueros que el dueño o encargado de la embarcación se adelantara a esta en la última jornada del viaje de regreso. Es decir. El penúltimo día pernoctaba en la costa del rió, pero el siguiente continuaba por tierra por lo cual ganaba considerable ventaja puesto que los bongos cargados, impulsados por sus bogas a fuerza de palancas, eran sumamente lentos, sobre todo cuando remontaban corriente arriba.
Por este motivo y por no quedar tan lejos del poblado, el tenía un nido de amor en el sitio denominado La Regina, penúltima parada de sus viajes antes de llegar de nuevo a su casa. Se llamaba Pancha y diz que era muy hermosa, pero de un carácter tan fuerte que le dio tanta fama como sus propios atractivos, por cuyos defectos hasta mi propia tía le había advertido que esa mujer en cualquier momento iba a terminar ocasionándole un grave problema.
Ojos grandes y expresivos, boca carnosa, larga cabellera negra al gusto de entonces, senos túrgidos y opulentas ancas, acostumbrada a esperar a su amante después de bañada, y perfumada, peinándose la mata de pelo como sensual incitación al suave inicio de las eróticas caricias fielmente ansiadas.
Exactamente así lo hizo la tarde de esta historia, cuando los aguardaba procedente de Apurito, lejana población ribereña del rió apure.
Cuando ya el sol comenzaba a declinar oyó la guarura con que los banqueros anunciaban sus proximidad de horas, y el retumbar característicos de sus talones de su querido Fabriciano sobre la peneta de la embarcación, pues cada quien tiene su propio estilo para hacerse reconocer desde lejos.
Montó en seguida un sancocho de gallina, calculando  que, la lentitud de la canoa daría tiempo para que estuviera listo cuando él llegase. Después se bañó, se perfumó, arregló la alcoba i engalanó la cama con una sábana olorosa a sándalo, de una maderas orientales que guardaba en el baúl de la ropa limpia.
Cumplidos todos estos preliminares, sentóse en el corredor frente al barranco a peinarse pausadamente, en espera del hombre para el momento por tantos días añorados.
Llegó el bongo i los prácticos se encargaron de las correspondientes maniobras del atraque antes de comer i acostarse a dormir cerca del cargamento del cual eran responsables.
Mi tío, por su parte, después de acariciar a la mujer i entregarle el cariñoso obsequio que siempre le traía de sus viajes, comió, colgó la hamaca en el corredor para aprovechar la brisa de río i se acostó a descansar un rato.
La mujer recogió los trapos de la cocina, paso al dormitorio, se desvistió, empólvose de nuevo i se tendió en la cama voluptuosamente desnuda en inflamada expectativa… i esperando la rindió el sueño, porque mi tío cumplió su jornada de un solo tirón, pues involuntariamente se quedó dormido sin despertarse toda la noche.
Clareó la mañanita i los gallos estaban apuraditos enrollando la madeja de sus cantos, cuando los bingueros, caliente el buche por el trago de café colado por ellos mismos, arrancaron río arriba.
-¿Con quién vamos?
-Con Dios.
- I la Virgen.
Pancha se levantó con un pañuelo amarrado en la cabeza, su insignia guerrera cuando amanecía pletórica de reprimida ira.
El hombre comprendió, pero se hizo el loco tomándose el pocillo de café traído con desgano i observando con languidez mañanera que las gallinas se tiraban del árbol donde dormían i el gallo las recibía en el suelo haciéndoles solemnemente la rueda, sin cubrir ninguna.
La mujer –muda por tanta soberbia- observaba también la escena. Pero de repente, no pudiendo contenerse más, cogió un rolo de leña y se lo lanzó violentamente al gallo: “Toma, gallo del carajo, porque tú también como que llegaste de Apurito anoche”.
Quien me contó esta historia no podía precisar si al fin se realizaría el combate que Pancha estaba provocando. Aunque él así lo creía, pues don Fabricio, bizarro campeador de estas lides, se apareció al otro frente de batalla abierto ya en su propio hogar, cuando los loros despedían la tarde i mucho, muchísimo tiempo después que la gente de la casa había tenido que recibir la carga de la embarcación.

viernes, 1 de enero de 2016

Cuentos de Arrieros y del Antiguo Llano (3): Los dos llantos

El Antiguo Llano vive en su gente (archivo de Eduard Franco) 

LOS DOS LLANTOS (Ramón Villegas Izquiel)

Estoi cansado por dentro i por fuera. Vale decir de cuerpo i alma. I no es para menos. Son las cinco de la tarde de un día largo i lánguido como laguna sin pájaros i acabo de llegar del cementerio donde dejamos enterrada la semilla humana del compadre Jacinto, mi mui apreciado vecino junto con su esposa Deogracia, desde hace mucho tiempo. Por ello los busqué de padrinos para un hijo mío.
A mi comadre le ha pegado mucho, digamos que por partida doble, la muerte de su esposo. Está inconsolable. De cuando en cuando le oigo unos de los llantos por su doble pena.
Sí, así es ella. Ella, con la del compadre, está sintiendo el golpe morocho de dos pérdidas dolorosas a un mismo tiempo i como cada una tiene un eco sentimental totalmente contrapuesto al de la otra, adecua sus lloros a la evocada en el momento respectivo.
Cuando su llanto es sonoro i desgarrador, se trata de la desgracia principal. Pero si son sollozos contenidos, como machacando caña, es porque entonces está dominada por la otra pérdida, también mui lamentable, aunque exigente de ciertos recatos en sus manifestaciones exteriores.
Pero lo mejor, lectores amigos, voi a echarles la historia completa de estos entretejidos quebrantos.
Jacinto Cornejo fue siempre un hogareño esposo. Ningunos trasnochos, tragos moderados, paseos domingueros i, en fin, todas las cualidades aplicables a quienes las cotorras denominan “un marido fundamentoso”.
Llevaban varios años de casados i eran mui apegados el uno al otro, pues por razones innatas aportadas al tálamo por ella misma, no pudieron tener descendencia ni quisieron adoptar a un hijo ajeno.
Diligente trabajador, mantenía su hogar decorosamente al volante de un camión, con el cual comerciaba entre esta población de su residencia i algunas localidades no tan lejanas para poder regresar los viernes por la tarde a su casa.
Bastante bien le estaba yendo con sus habilidades de comerciales, a pesar de los malos tiempos que corren desde cuando el mundo es mundo i a alguien se le ocurre preguntar cómo está la situación.
Hasta se consiguió una carricita en uno de los puntos de su itinerario, la cual le hacia más llevadera la ausencia excitante del lecho hogareño.
Todo andaba tranquilo también en este aspecto, hasta que el Diablo lo supo i llegó de entrépito, en forma de chisme, a las orejas de la comadre.
Desde ese mismo instante comenzó a remontar el bregador esposo en cada regreso de sus semanales periplos, “la cuesta de los disgustos”, para hablarles en camionero.
Jacinto sufría su cuesta resignadamente, pues amando a Deocracia como la amaba, aún después de haberla bajado de la idealidad de la novia a la materialidad de la esposa, doleríale también soltar la tierna pieza cazada ya con su sol de los venados a cuestas i de cuya proeza sentíase, masculinamente,  orgulloso sobre unos cuantos mozalbetes del mismo lugar de ella, pero sin la “nota” que da un camión por aquellas lejanías.
En permanentes dimes i diretes venían amargándose la existencia mis caros compadres desde hacía más de un año, cuando ocurrió un hecho mui grato, capaz de limar asperezas i devolver la alegría a esa resentida pareja: Jacinto acertó en el 5 y 6 un cuadro de apenas 8 ocho bolívares, con un substancioso dividendo, el cual les daría la oportunidad de satisfacer mui sentidos anhelos de viajes y de confort. Sin embargo este halago de la fortuna vino más bien a servirle al maligno para encender con su fuego siniestro una malhadada idea en el magín del esposo.
“Lo que soi yo -pensó el compadre- aprovecharé está oportunidad para aplacar a Deocracia. Abriré con la mitad de esta plata una cuenta de ahorros transitoria a nombre de Mariita. (Ya ustedes sabrán de quién se trataba). I le exigiré a Deo que mientras no me deje en paz no pasaré ese dinero para la cuenta nuestra. Pura pantalla. De todos modos los reales son míos i yo me reservaré la libreta. Nada se pierde con ensayar.”
Cuando la esposa lo supo (él se las arregló para hacerle llegar la noticia), ardió Coro, La vela i parte de Paraguaná, al decir del viejo refranero criollo. I comenzó un largo pugilato de:
-Tráete esos reales para nuestra cuenta. Esa mujer no es tu esposa i ese juego es mui peligroso.
-Si me dejas en paz.
-¡Pues no te dejaré no te dejaré tranquilo hasta que no abandones a esa bicha!
-¡Ella no es ninguna bicha! Es una buena muchacha i nunca se ha metido contigo.
-¡Pues entonces me iré de esta casa donde ya mi aprecio no tiene cabida!
-¡Me la traigo a ella para acá, pues yo no estoi dispuesto a quedarme solo por esos celos estúpidos tuyos!
-¡Bueno, pues, entonces me mato! ¡Ya que tienes hasta previsto mi reemplazo!
-Eso lo resuelves tú, pero te advierto que sería mejor para ella, pues así entraría a disfrutar de todo lo mío por completo. ¡Recuerda que no tenemos herederos!
-¿Con que así es la cosa? -¡Yo también puedo buscar la manera de acabar contigo de algún modo! ¡I yo sí soi tu heredera, aunque te pese!
-¿Así que hasta ahí estamos llegando? –respondió él mostrándole la libreta del banco. Ahora si voi a dársela a guardar a ella, pues aunque está a su nombre, la tengo en poder mío, como lo estás viendo. -¡I vamos a ver si te atreves a cumplir tu amenaza! I lo hizo. Le dio a Mariita la tenencia completa de un dinero para cuyo logro no había tenido participación en absoluto. Todo, como ya hemos visto para ablandar la resistencia de la señora en beneficio de su apasionado capricho.
Pero sigan leyendo que ahora viene lo peor. Volvió el diablo a molestar de nuevo a este noble matrimonio, pues habrían transcurrido tres meses desde esa curiosa resolución de mi amigo, cuando -¡zas! Lo fulminó un infarto del miocardio, motivo por el cual vengo llegando en este momento del camposanto, como les dije al principio.
Comprenderán ahora, caros lectores, por qué es doble la aflicción de mi comadre. Por ello i como una sola modalidad de llanto no le cubre ambos extremos, es por lo que aplican dos: El estridente i conmovedor destinado a proclamar su inmenso dolor por la pérdida de su esposo amado. I el sollozante, amenazador más bien, como resuello de fiera acosada, en contra de la memoria del propio marido i para calmar sus ansias de estrangular a la maldita oportunista que acaba de arrebatarle la mitad de una fortuna que sólo ella i nadie más que ella tiene perfecto derecho a disfrutar íntegramente por históricas, amorosas i legales razones.
-¡Tantos planes, Dios mío, que habíamos hecho por si llegábamos a pegar algún día un buen cuadrito…!

Ahorita mismo acaba de pegar un leco. Es el llanto público. Seguramente algún conocido ha llegado a darle el pésame.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Poemas a San Miguel Arcángel (algunas fotografías y audio musical completo)


Nuestro Padre San Miguel: protector infalible de las almas en fe
(archivo de Maritza Torres)

Devota del arcángel, desde su adolescencia
le consagró la niña la flor de su existencia.
Vivía horas de éxtasis, en fervoroso afán,
delante de su magnífico lienzo donde fulgura
el Paladín Alado, de esplendente hermosura,
con la espada en la diestra y el pie sobre Satán.
Elías David Curiel 



San Miguel con las pesas de la justicia   (archivo de Félix Vera)



La tierra feliz estaba
alejada de las penas
gozaba de vida plena
San Miguel se preparaba,
pero el Maligno se hallaba
preparando la traición;
disfrazado de varón
de conducta cristalina
escondía  daga  asesina
de la total perdición. 

"San Miguel dame tu escudo /tu rejón y tu puñal";Versos de Florentino y el Diablo 
que se vuelven leyenda en la voz del legendario José Romero Bello.

Orgulloso se sentía
el Maligno en su tarea
por el mundo se pasea
dueño de noches y días
muy poco él presentía 
la batalla por llegar;
viene en su raudo volar 
con armas de fina ley
el glorioso San Miguel
su reinado a terminar.

Fiestas llaneras de San Miguel en El Baúl, Cojedes, tributadas 
por incontables y famosos arpistas (archivo de Luis Guillermo Mendoza)

Coplero "listo" para las fiestas de San Miguel 
(archivo de Franklin Guevara") 

Sus alas son pura seda 
tejidas con las estrellas
como si fuesen doncellas
rosales de la arboleda 
fragancia de nueva era.
El Diablo logra entender  
que quien le va a reprender  
su gobierno tan inmundo
es el guardián de este mundo
el glorioso San Miguel. 

San Miguel reprendiendo al maligno
(archivo de Luis Guillermo Mendoza)

San Miguel es bien amado
guerrero de buena estirpe
y protector de los humildes
que mi Dios nos ha mandado
a libertar al esclavo.
San Miguel decir  tu hazaña
si es que mi no se empaña
yo le pido a mi Señor.
Eres justo salvador
a tu luz nadie le engaña. 


Milagrosa y  venerada imagen del Patrono en Caracas (Archivo de Miguel Márquez)

Debido a que San Miguel les "defiende contra la peste que ataca siembras y rebaños" 
el llanero le rinde valiosas ofrendas 

Enemigo de la peste
que asola las cosechas
y acaba las nobles bestias
tu atención quiero que prestes
San Miguel de la gran Hueste.
Es fatal a Dios no ser fiel
del mismo modo también
el vivir en la injusticia
o rendirse a la avaricia
nos revela San Miguel.
   
Representación de San Miguel en San José de Guaribe, Guárico. 

San Miguel es sentimiento
San Miguel es poesía
que alegra la vida mía
a quien le canto contento
amparado en su portento. 
San Miguel es el escudo
fuente del amor puro
San Miguel en este altar
te he venido a venerar
con lo que mi alma pudo. 

Disfrute de este canto de música llanera 

San Miguel de Cunaviche - en la voz de Argenis Salazar en


lunes, 30 de julio de 2012

El Velorio de los Santos Aparecidos (Julio César Arenas Bravo)

La devoción en calles y hogares por los santos aparecidos 
es de gran valor en la cultura llanera

ESTADO ACTUAL Y DIFERENCIAS DE LA TRADICIÓN ORAL-RELIGIOSA DE VELORIOS DE SANTOS APARECIDOS EN LOS MUNICIPIOS SAN CARLOS Y GIRARDOT DEL ESTADO COJEDES (Julio César Arenas Bravo /Tutor: Isaías Medina López)



RESUMEN
El objetivo del trabajo actual es revisar el estado actual de la tradición oral-religiosa de velorios de santos aparecidos, asumiendo las diferencias de producción y ejecución en los municipios San Carlos y Girardot del estado Cojedes. En primer lugar se refieren una serie de conceptualizaciones y posturas teóricas que refieren el desarrollo de estas manifestaciones culturales y sus características más relevantes en cada municipio. El desarrollo del trabajo se elaboró apoyado en las teorías de Martínez M. (2006) y Álvarez Muro (2007), basado en ideas del método cualitativo documental (UPEL, 2006), utilizando necesariamente posturas del Análisis de Contenido (Hernández Sampieri et al, 2006) y del Análisis del Discurso (Bolívar, 2007). A lo largo de las exploraciones se investigaron 10 velorios en ambos municipios, determinando la práctica continua con presencia de creyentes de diferentes edades, asumiendo la necesidad de difundir y promocionar la práctica de velorios como elemento clave y necesario de la cultura popular regional y nacional.
Palabras Clave: Tradición Oral, Cantos de Velorios, Velorio de Santos Aparecidos



INTRODUCCIÓN
La literatura llanera, es sin duda alguna, una fuente inacabable de manifestaciones culturales y literarias orales que forman parte de las distintas costumbres tradicionales de este medio cultural, sin embargo estas tendencias tradicionales presentan alteraciones en sus ejecuciones y prácticas constantes, además de correr el riesgo de pérdida total de las mismas por falta de ejecución, promoción y práctica, en ese sentido se presenta una revisión de los velorios de santos aparecidos en los municipios San Carlos y Girardot del estado Cojedes, aprovechando las características de literatura oral que se ponen de manifiesto en los mismos con la finalidad de difundirlos y promocionarlos como parte esencial de la literatura y cultura tradicional venezolana.


PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Los velorios de santos aparecidos representan una de las mayores expresiones socioculturales de la tradición oral-religiosa de los Llanos del estado Cojedes, en su realización convergen una serie de actividades que sintetizan la creencia y la elevada fe que caracterizan las costumbres de la comunidad llanera, tales como: ritos, oraciones, bailes y cantos que solo el llanero, en su amplio conocimiento popular, conoce, practica, produce e identifica dentro del ámbito de una cultura popular tradicional que se ha visto debilitada producto de la ausencia de los principales precursores de estas manifestaciones socioculturales. Sobre este particular Honorat Aguesy en cita de García (s.f.) indica que:


"La cultura tradicional siempre está emergiendo, desapareciendo y reapareciendo. Es sinónima de actividad, no de pasividad. No es una cosa transitoria y pasajera como la moda. Esto y solo esto caracteriza una cultura y la distingue de las restantes. La tradición no es la repetición de secuencias idénticas en periodos diferentes, no es la fuerza de la inercia o del conservadurismo invariablemente concluyendo en los mismos gestos físicos y mentales,...la tradición no es una parálisis intelectual que impide la innovación."


Asumiendo el sentido cambiante a la que está expuesta la cultura tradicional, donde indudablemente los velorios de santos aparecidos son parte esencial de ella, es proporcional debido a la ausencia de estudios vinculados a la temática, revisar el estado actual de los velorios de santos aparecidos en dos de los municipios más representativos del estado Cojedes: San Carlos y Girardot, debido a la cantidad de manifestaciones orales y religiosas que se ejecutan en el desarrollo de dichas actividades y en situación de riesgo por falta de promoción y ejecución, representando en esa medida una perdida a la identidad y raíces socioculturales autóctonas del sentir llanero en el estado Cojedes, por ello se considera oportuno abordar dichas prácticas culturales con la finalidad de caracterizar y divulgar sus propiedades en la necesidad de facilitar su comprensión y practica como elementos necesario para su estudio y difusión.
Estos índices autóctonos son de una decisiva eficacia en el estudio de nuestra historia: además de ser poderosos e indelebles recursos mnemotécnicos, la mayor parte poseen un contenido humano, histórico interesante y útil. Decía Rojas: “Narremos cuanto sepamos acerca de los variados incidentes de épocas ya hundidas en el polvo del olvido. Vamos a salvar los materiales del Folklore venezolano” (González: 1939, p. 31)



OBJETIVO GENERAL
Revisar el estado actual de la tradición oral-religiosa de velorios de santos aparecidos, asumiendo las diferencias de producción y ejecución en los municipios San Carlos y Girardot del estado Cojedes.

MARCO TEÓRICO
La tradición nace espontánea desde el momento en que una experiencia se repite idéntica a sí misma en igualdad de circunstancias; pasa del individuo al grupo y de éste a la muchedumbre y a la Historia; tiene debe los caracteres de la certeza y no halla obstáculos para el asentimiento (González: 1939, p. 4). En relación a ello las tradiciones de los llanos venezolanos de Cojedes, comprenden una serie de eventos, pese a que la estructura de la ejecución puede presentar variantes propias de la creatividad o devoción de la persona o grupo social que asume esa tradición, las cuales son desarrolladas como actos de creencia y fe a lo que Pinto (2007) indica: “Este elemento, clave de la unidad y de la cohesión del pueblo llanero, no es otro que la religión, y hablando de manera más general, la creencia, la fe” (P. 131).
Las tradiciones orales en un sentido más amplio se concibe como la presencia de variaciones de una misma manifestación cultural debido al condicionamiento que han efectuado histórica y tradicionalmente los habitantes de determinados pueblos, bajo ese objeto se mueven los velorios de santos en los municipios San Carlos y Girardot con distintos diferenciadores motivados por cultos ancestrales.
Los velorios de santos son parte indiscutible de la creencia y cultura tradicional del gentilicio llanero, Hernández quien refiere que los mismos son “el cumplimiento de devoción de una promesa después que el devoto ha recibido un milagro, por parte de un santo de su veneración”. (s.f. p. 03), y es que el llanero practica su devoción por los velorios como efecto profundo mediante diferentes tipos de velorios, entre ellos los de velorios de Cruz y el de Santos, aunque:
"El velorio en honor de los santos difiere del de la cruz en su aspecto temporal, pues puede ser efectuado en cualquier fecha del año. Es una manifestación estrictamente familiar, pues siempre lo organizan los devotos del santo y dentro de sus casas…y casi puede decirse que las características del velorio de santo son más profundamente religiosas que lo que demuestran los velorios de cruz” (Rivera, p. 61-62: 1990)
En el entendimiento preciso de los velorios de santos deben referirse que en su accionar prevalecen rasgos literarios orales que ponen de manifiesto los poetas populares, quienes realizan una serie de cantos y oraciones que evocan en el más amplio sentido de compromiso a lo sagrado como gracia a favores concedidos, tal y como lo ejemplifica el siguiente verso de Cruz Zapata:

Oh, San Francisco, bendito
que estás escrito en el cielo
dámele salud, mi santo
a todito el mundo entero
y me das la sanidad
yo te prometo que te quiero
que te quiero, que te quiero
que te prometo, que te quiero (Fuente: Zapata, A. 2011)

El aspecto relativo de literatura oral revela la creatividad del sentir llanero y es que “La literatura oral es un factor clave para entender la literatura venezolana y nuestra nacionalidad en general y sus fallas informativas deben asumirse con suma responsabilidad” (Tovar, 2009, p. 12). En esa función y en virtud de la ausencia de estudios que indaguen sobre las características de los velorios de santos, que refieren dentro de sus características creaciones poético-populares vinculadas directamente a la nacionalidad y literatura venezolana es necesario difundir rasgos propios de la literatura oral cojedeña representados en la ejecución de los velorios de santos.
El velorio de santo es una verdad de fe ligada directamente a la poesía popular llanera, la cual está representada en la participación perenne de cantores debido que a estos cuestionamiento que Medina López (2007) amplia refiriendo que “los poetas orales llaneros por igual obedecen a eventos de la cultura de la religiosidad popular, como al celebraciones más profanas” haciendo expresión de gratitud mediante cantos poéticos de agradecimiento mediante la implementación de diferentes estilos modos al cantar, sobre este aspecto Torres (2007) establece “Estos juglares anónimos son capaces de improvisar extraordinarias glosas, décimas, tórtolas y tonos para recordar día a día sus alegrías, penurias y su inquebrantable fe” (p. 133)

METODOLOGÍA
La metodología adoptada fue de carácter etnográfico, basada en las teorías de Martínez M. (2006), Álvarez Muro (2007), tomando ideas del método cualitativo documental (UPEL, 2006), ocupando posturas del Análisis de Contenido (Hernández Sampieri et al, 2006) y del Análisis del Discurso (Bolívar, 2007). El diseño intenta describir, oportunamente, los rasgos asociados al estado actual y diferencias notables del tema seleccionado, dado a su constante cambio y riesgos notables en falta de práctica y ejecución, además de que se espera sea útil a lectores e investigadores de la cultura y tradición oral-religiosa popular. En cuanto a las unidades de análisis y estudio, estuvieron integradas por 06 velorios de santos en el municipio Girardot y 04 velorios en el municipio San Carlos.

ANÁLISIS Y DISCUSIÓN
Perfil de los velorios: se asumen como velorios de santos propios del municipio Girardot los ofrendados a La Virgen de la Candelaria, San Miguel Arcángel, la Santísima Cruz de Mayo, San Francisco Aparecido, San Antonio y la Virgen de la Caridad, asumiéndose otros velorios de intimidad familiar como los realizados al Santo de la Cabeza, Ánima del Sagrado Rostro y el Ánima de la Clineja. En relación al municipio San Carlos se establecen como velorios practicados el Velorio de Cruz de Mayo, Velorio de San Juan Bautista Niño, Velorio de la Virgen del Carmen y el Velorio de la Virgen de las Mercedes realizado en la comunidad de Mango Redondo.
El ritual: el estado actual de los velorios de santos en San Carlos ha sido afectado en cuanto a su horario de realización, los cuales se realizan durante la tarde, mayoritariamente solo hasta la medianoche, pero en Girardot el inicio es después de haberse ocultado el sol hasta las 6: am. Una característica común entre ambos municipios es el inicio del velorio con la persignación de la cruz ante el altar como una forma de destacar la superioridad de Dios ante todas las cosas, mientras que la manifestación del rosario se realiza de manera diferente en ambos municipios; en el municipio Girardot se emplea el tradicional rosario rezado mientras que en la capital del estado se ejecuta el rosario mixto, que es desarrollado en forma de canto, guiado generalmente por una mujer acompañada por un coro, compuesto por los asistentes presentes en el velorio, acompañados generalmente con la implementación del uso del cuatro como instrumento musical. La terminación del rito es otro aspecto característico de cada municipio, mientras que en la capital del estado el velorio se cierra con el pago de ofrendas, pedimento de favores y cantos de décimas en el municipio Girardot se concluye con el Baile de la Marisela, baile que está acompañado con el rezo del rosario.
Modalidad del canto de velorio: en el municipio San Carlos generalmente los cantos de velorios están caracterizados por el empleo de tres voces llamadas tonos llavejeros, integrados por tres personas: 1) La Guía o Saludo (Voz original), 2) Tenor o Segunda, 3) Tercero o Contra alto, estos a su vez divididos en igual número de partes que son 1) Tono de Rompía, 2) El Verso y 3) La Batalla. En Girardot se emplea solo el canto de Tonos, ejecutado por uno o varios solistas, acompañados por un coro que integran los asistentes y además el afamado canto de “Batalla”, sobre esta particularidad se refiere que en San Carlos dicha manifestación es empleada como versos continuos emitidos por los cantantes presentes, sin embargo en el municipio Girardot se caracteriza por ser una especie de contestación, similar al contrapunteo llanero, emitido en versos rimados, generalmente expresados en décimas.
Velorios colectivos y velorios familiares: En relación a los velorios en ambos municipios, se observa que en los velorios colectivos, se da una participación masiva de pobladores en ambos municipios, perdiendo su carácter primigenio y forman parte de procesiones o festividades públicas, tal es el caso de la Virgen de la Candelaria en el municipio Girardot y el de San Juan Bautista Niño en el municipio San Carlos, ellos sin dejar obviar algunos casos donde el velorio es realizado de una manera más selectiva por parte de creyentes y devotos que lo realizan en la intimidad de los hogares. El velorio familiar es una acción de gracia que generalmente se realiza producto de la devoción de una familia especifica por la continua creencia o pago de una promesa, a este caso le corresponden los velorios del Santo de la Cabeza, Sagrado Rostro, San Antonio Aparecido y San Francisco en el municipio Girardot, sin dejar de mencionar el tradicional Velorio de la Virgen de la Caridad realizado en la parroquia Sucre del mismo municipio el cual está a cargo de las hermanas Sánchez, quienes lo realizan el día Sábado Santo de cada año, como pago de promesas y por ser el patrono de la finca “La Laguna” propiedad de esta familia. En el municipio San Carlos aún conservan las características de velorios tradicionales, los realizados a favor de la Cruz de Mayo y el realizado en honor a la Virgen de las Mercedes en la comunidad de Mango Redondo en casa de Don Fulgencio Urbano.
Coincidencias indiscutibles: en todo velorio, indiferentemente del municipio existen tres coincidencias habituales de característica llanera, ellos son: la devoción continua (practica), la creencia (convocatoria) y la fe (manifestación).

PALABRAS FINALES
Es indiscutible la fluidez con que el gentilicio llanero logra mezclar la creencia y fe por sus devociones con la creación literaria oral, muy cierto es, que la realidad indica que muchas de esas tradiciones se están perdiendo, por ello vale la pena recopilarlas en la posibilidad de difundirlas y así dejar huellas de lo que un día fuimos, como garantes de una tradición ancestral con varias centurias a cuestas en nuestra región llanera.
Cierto es que los santos no hablan con voz pero actúan…aprendamos a creer, empecemos a difundir.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Álvarez Muro, A. (2007). Textos Sociolingüísticos. Mérida: Universidad de los Andes.
Bolívar, A. (comp.) (2007) ¿Por qué y para qué) Caracas: Los Libros de el Nacional.
García, J. (s.f.). Barlovento Nuestro Patrimonio Cultural. Documento en PDF.
González, E. (1939). Curso Sobre Folklore. Datos de Psicología Colectiva. Caracas: Instituto Pedagógico Nacional.
Hernández, M. (s.f.) Arte Literario y Musical de la Cantauría de Velorio a los Santos en el Estado Lara. Documento en pdf.
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domingo, 15 de julio de 2012

Poemas de Amor llanero y otros versos de la sabana

Imagen en el archivo de Santos Quiroga 


Poemas de Amor llanero y otros versos de la sabana
Ramón Villegas Izquiel 

EL SORTILEGIO
Con arcana sonrisa, amuleto
con que proteges tu oriental prestancia,
llegaste, i al entrar llenó la estancia
el magnetismo de gentil secreto.

Fue para mí alma sensitiva un reto
la breve inspiración de tu fragancia.
Es por ello que rindo a tu arrogancia
el clásico homenaje del soneto.

I activado mi mal de escribir versos
por el embrujo de tus labios tersos
i su rara sonrisa que requema.

Prescindir de la pluma me provoca
i en el mágico libro de tu boca
dejar en besos y mejor poema.


"Fue para mí alma sensitiva un reto
la breve inspiración de tu fragancia".
(Archivo de Endrina Muñoz)


VINO ERÓTICO
Esta noche tengo mucha sed de vino
 libarlo sensualmente me provoca,
cual refinado esteta florentino,
en el vaso delicado de tu boca.

Esta noche tengo mucha sed de vino,
pero quiero beberlo a sorbos plenos,
como triunfal i jocundo paladino,
en las copas rotundas de tus senos.

Esta noche tengo mucha sed de vino,
tanta que me abraso en las hogueras
de una fiebre que me lleva al desatino.

 La que sólo apagarme tú pudieras,
 no con el vaso ni las copas, sino
 con el ánfora total de tus caderas.


FANTASÍA DE MAR I LLANO
Por la influencia de tus ojos bucaneros
se enardece la intención i me convoca
al pillaje de los besos marineros
que navegan en la risa de tu boca.

Ya mi atávico centauro dese desboca,
cascos de espumas crines y luceros
por enlazarte en el tallo los llaneros
horizontes leves que tu mar evoca.

Esa hermosa afinidad de nuestros lares 
ha forjado en mis poéticos soñares
recurrente imagen de marinos trazos.

La sabana es como el mar i tú un velero 
que impulsado por el ritmo cabrillero,


viene  a fondear en la rada de mis labios.


JOSEFINA…FINA…FINA
                                      Ojos de noche serena,
                               mejillas de amanecer,
                               boca ardiente de sol bravo,
                               ojeras de atardecer.

                                Senos de mangos maduros
                               olorosos a mujer,
                               en talle de caña dulce
                               que tu andar hace mover
                               para goces de la brisa
                               i apetencias de mi ser.

                               Josefina… fina… fina,
                               Ai, quién fuera tu querer!

                                Semerucas de dulzura
                               con juguito de placer,
                               yo te diera, Josefina,
                               si quisieras guarecer
                               mis pobres besos realengos
                               que se me quieren perder,
                               al calor de tus ojeras
                               en un suave atardecer.
                               Jugo de tus mangos tiernos
                               me les dieras a beber
                               i el arrullo de tu talle
                               los hiciera enardecer
                               hasta que se consumieran
                               en tu boca rosicler…

                                     Josefina… fina… fina,
                               dime que soi tu querer…!


AMANECER POBLANO
Las casitas se arrebujan
entre sábanas de niebla,
tiritando con el frío
Sabanero que las hiela,
i en su largo bastidor
un tapiz de sombras leves,
con hebras de aurora rosa
el río, mañanero, teje.

      Con la brisa retozona
un rumor de hojas despiertas
corre en las calles del pueblo,
vacías i soñolientas.
El monte nos llena el pecho
con olor de savias nuevas
i la voluntad nos baña
la mañana en su agua fresca.

       Hilo impalpable de cantos
los gallos van recogiendo,
mientras claman por sus madres,
impacientes los becerros
i finas flautas entonan
entre el samán i el uvero
una tierna sonatina
despidiendo a los luceros.

   Un crepúsculo de almagre
en la humedad se disuelve
i pinceladas de luz
de la paleta de oriente,
que traspasan el cendal
de sereno que la envuelve,
a la Iglesia solitaria
le van dorando la frente.

 Las casas abren sus bocas
en perezosos bostezos
i el aliento que despiden
de chicos dicharacheros :
con sus gritos, con sus chistes
i sus baldes i sus perros,
hacen trizas el silencio
i el sueñito mañaneros.

       Pero, señera en la plaza,
como maestra del pueblo,
les muestra una chaguarama
con su índice verde i tieso
el centro de gravedad
de este claro día nuevo.
…………………………………
       Cuánta música, Samán…!
Cuántos arrullos, Uvero…!
En la nostalgia hoy les canta
- viejo turpial - mi recuerdo.


  GLOSA
Guayabita sabanera
seca ya por el verano,
fue tarde cuando llegué
sobre la flor de tus años. (Manuel Díaz Moronta)

Era una noche de enero
tu pelo con el rocío,
cuando tornabas del río
en el trajín mañanero.
Casi ni acordarme quiero
cuando por la vez primera,
por detrás de una tranquera
te probé con ansia loca:
dulce me quedó la boca,
GUAYABITA SABANERA.

Voi desenrollando, triste,
el ovillo del camino;
lo que de tu amor me vino
lo escondí cuando te fuiste.
Ni una lágrima me viste
al estrecharte la mano,
porque me han vuelto secano
tanta distancia i espera,
como laguna llanera
SECA YA POR EL VERANO.

Del horizonte remoto
donde la paja se azula,
de traje lo que modula
mi cuatro, de ti devoto.
Era el más preciado voto
que para ofrendarte hallé,
mas la copla desgarré
con una pena de niño
al ver que ante tu cariño
FUE TARDE CUANDO LLEGUÉ.

Morena, planta campera,
sin una flor de esperanza…
lo que la dicha no alcanza
con mi canta lo quisiera…!
Vivo en infinita espera,
como en verano los caños,
i por destinos huraños
en un volar sin sosiego,
mi verso es pájaro ciego
SOBRE LA FLOR DE TUS AÑOS.


                                      
A SAN CARLOS  DE AUSTRIA
 Detengo mi corcel junto al sendero
 que exorna tu serena gallardía,
 para rendirse, villa, en este día
 mi espada i mi blasón de caballero.

 Aguas del Tirgua i sal de Andalucía
 que trajo en sus alforjas el ibero,
 te otorgó el piadoso misionero
 para darte cristiana jerarquía.

 Empero, tu fervor republicano
 fue confirmado por la propia mano
 del genial taumaturgo caraqueño.

Ciudad de mi cariño i mi respeto,
brindo por tus mujeres mi soneto
i, en ellas, por mi fe de cojedeño.