domingo, 30 de octubre de 2011

Altagracia de Orituco: un suceso de Fantasmas


Dama gracitana en el archivo de Beto Mirabal




ALTAGRACIA... Y RULFO (Kotepa Delgado)


"Acababa de fallecer el súper – escritor mexicano Juan Rulfo. Con sólo dos libros “Pedro Páramo” y “El llano en llamas” conquistó la inmortalidad.

Incineraron sus restos pero su espíritu fue a vivir en el pueblecito de Comala, escenarios de las hazañas de su héroe Pedro Páramo, una historia de muertos y de vivos, en la cual hasta el lector teme ser un fantasma.

En una humilde casa llanera sucedió todo 
(Archivo de  Argenis Agüero)

Ahora Juan Rulfo acompaña a Pedro Páramo cuando éste, al pánico de la media noche, rompe el silencio de Comala, atravesando el pueblo, con prepotencia de terrateniente sojuzgador, en un caballo desbocado.

En tiempo de Gómez, cuando aún no había luz eléctrica en los poblados, contaban numerosas historias de fantasmas. Como aquella de Pedro Ramírez, un agente viajero que descendió a las 7 de la noche del único autobús que hacía la travesía de los Llanos. En la plaza del entonces semioscuro pueblecito de Altagracia de Orituco, trataba de conseguir una posada. Cuál no sería su sorpresa al encontrarse con su antiguo condiscípulo de la universidad, Rafael Inojosa.

- Chico, no busques posada, te vas a dormir en mi casa.

Caminaron dos cuadras e Inojosa abrió las puertas de una pequeña vivienda. Cenaron y se acostaron en dos hamacas a recordar con saudades de estudiantes fracasados, sus alegres tiempos universitarios. De repente, Inojosa, sin que Ramírez pudiera evitarlo, se incorporó de la hamaca y de allí, frente a un espejo, se degolló con una navaja barbera.

Ramírez acomodó en el suelo el cadáver de su amigo y salió en carrera para la jefatura civil en solicitud de su auxilio. Al llegar encontró a una señora que también estaba demandando ayuda. Era la madre de Rafael Inojosa.

- Mi hijo acaba de degollarse; vamos a mi casa para que lo vean.

Ramírez porfiaba que se había suicidado a dos cuadras de allí y la señora sostenía que había sido en su casa que quedaba al frente.

Los policías y Ramírez acompañaron a la señora y efectivamente en su propia casa estaba Rafael Inojosa degollado.

Ramírez fue con los funcionarios a la otra residencia y encontraron las dos hamacas, el espejo y la navaja barbera, pero allí no se había suicidado nadie..."

Nota 1. Kotepa Delgado: Seudónimo de Francisco José Delgado, nacido en Duaca, estado Lara en 1913 y fallecido en 1988. Junto a Miguel Otero Silva funda el célebre impreso humorístico El Morrocoy Azul y en 1941 el diario Últimas Noticias.

Nota 2. El presente texto fue publicado en "El Llano en voces: Antología de la narrativa fantasmal cojedeña y de otras soledades" , publicación de la UNELLEZ-San Carlos (2007). Compilación de Isaías Medina López y Duglas Moreno. 






















3 comentarios:

Unknown dijo...

Efectivamente se trata de una historia de fantasma ya que, todo es un misterio que no se resolvio y quede a la inquietud de los lectores y la historia misma del llanero.

Unknown dijo...

Una historia de miedo y de oscuridad, admiro realmente a las personas que se dedican a los relatos, cuentos y todo lo relacionado a la Literatura Venezolana. Que bonito es apender las historias de nuestra Venezuela.

Unknown dijo...

Buena historia. Corrección,cito: «En tiempo de Gómez, cuando aún no había luz eléctrica en los "pablados"». ¿pablabados / o poblados?, saludos.