Fachada del templo donde descansa en Tinaquillo, Cojedes- Archivo de Argenis Agüero
Argenis
Agüero
Los
santos aparecidos. En el contexto de la religiosidad popular
venezolana existe la figura de los “santos
aparecidos”, representaciones iconográficas de algún santo que, según la
creencia popular se le ha “aparecido”
a algún devoto o creyente, aparición que puede manifestarse en una pequeña
roca, un trozo de madera, u otro material (nácar, hueso), pasando entonces ese
devoto a ser propietario de dicha
imagen, convirtiéndose así en un privilegiado en su comunidad, ya que se vuelve
una especie de sacerdote no oficial. Este tipo de manifestaciones religiosas
tuvo gran auge durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, época en la que muchas comunidades crearon
sus propias anclas religiosas al margen de la institucionalidad clerical, pero
dentro de la base teológica del catolicismo.
Usualmente, en la devocionalidad en torno a
los “santos aparecidos”, se les rinde
culto mediante la realización de velorios, una especie de festividad realizada
entre rezos y cantos de alabanzas, acompañada de comidas y bebidas,
especialmente las alcohólicas. Estos velorios duraban toda la noche y eran de
carácter itinerante, llevándose a cabo según la solicitud previa de algún
promesante que quería pagar al santo los favores recibidos.
La
Virgen del Socorro aparecida de La Guamita: su origen. “La Virgen del Socorro aparecida de La
Guamita” es una pequeña pieza (de nácar o marfil) que tiene grabada la
imagen de la Virgen del Socorro, y se ha dicho por tradición oral que la misma
fue encontrada por una señora, casual y “milagrosamente”,
en un lugar denominado “el pozo de las
garrapatas”, ubicado en la “Quebrada
de La Guamita”, también conocida como “Quebrada
de Guabinas”, cercana al caserío de La
Guamita, al suroeste de Tinaquillo. Se desconoce exactamente cuando ocurrió
el hecho y el nombre de la señora que la encontró, pero tuvo que ser antes de
1829, pues el 14 de septiembre de ese año dos habitantes de La Guamita, Antonio Hidalgo y Gervasio
Veloz, asentaron en un documento en el Registro Subalterno de Tinaquillo su
ofrecimiento de entregar una novilla a la Virgen del Socorro, en pago de un
favor recibido. Esta viene a ser la referencia documental más antigua de esa
imagen.
La
Virgen y el gobierno de Guzmán Blanco. No se tienen otras
referencias de la Virgen aparecida hasta 1879, cuando en abril de dicho año se
suscitaron unos hechos que quedaron asentados en los libros de protocoles del
Registro Principal de la ciudad de San Carlos. El propietario de “La Virgen del Socorro aparecida de La
Guamita” era un labriego analfabeta cuyo nombre era Eugenio Mireles, el
cual al parecer que tenía sentimientos políticos adversos al régimen político
que dominaba al país en esa época, cuya máxima figura era el General Antonio Guzmán
Blanco, conocido historiográficamente como el “autócrata civilizador”, y fue el mandatario que persiguió a la
Iglesia en Venezuela y hasta expulsó al Arzobispo de Caracas.
Detalle de la imagen aparecida (archivo de Argenis Agüero)
Mireles no ocultaba su posición
antiguzmancista y lo manifestaba públicamente, especialmente en los concurridos
velorios que le realizaban a la Virgen de su propiedad, razón por la que fue
denunciado a las autoridades, originándose la correspondiente intervención del
Jefe Civil y Militar del Departamento Falcón, Sr. Guillermo Tovar, quien
calificó a Mireles como “enemigo notorio
de la Revolución Reivindicadora y su digno jefe, el General Antonio Guzmán
Blanco”. Tovar acusó a Eugenio
Mireles de valerse de la fe de los habitantes para “hacerle daño a la voluntad popular” haciendo proselitismo político
en contra del gobierno; seguidamente Tovar, apoyado en el Juez del Departamento
Falcón, Sr. Jesús María Muñoz, le prohibió a Mireles seguir llevando a cabo sus
actividades religiosas con la Virgen, para ello el Jefe Civil usó la figura jurídica
de “Delito de estafa y sacrilegio”,
afirmando que el dueño de la imagen hacia comercio con esta. Pero Mireles no se
amilanó y continuó realizando los velorios a la Virgen, razón por la que las
autoridades actuaron en su contra y el 12 de abril de 1879, a las 11 de la
noche, el Jefe Civil se presentó en la casa del señor Manuel Torrealba (donde
se efectuaba un velorio) acompañado de los policías Antonio Gudiño, Domingo
Piñero y León Herrera, además de otras 28 personas que usó como testigos. Allí
se practicó el procedimiento legal contra Eugenio Mireles y se le decomisó la
imagen de la Virgen, mientras que el dueño de la misma fue conducido prisionero
a la cárcel de Tinaquillo; la imagen fue entregada en custodia al Presbítero
Gaspar Yánez, el mismo sacerdote que prestó los últimos auxilios espirituales
al General Matías Salazar antes de ser fusilado en Tinaquillo, siete años antes
y gestionó la fábrica del nuevo templo de Tinaquillo.
Mireles designó como su defensor a Bonifacio
Franco, quien hizo una solicitud de amparo ante el Tribunal en procura de su
libertad y pidió la devolución de la Virgen. Dicha solicitud fue presentada el
22 de mayo ante el Tribunal de Primera Instancia en lo Criminal, en San Carlos,
el cual emitió un fallo en contra de Mireles el 27 de junio, por esa razón
Mireles apeló a la Corte Superior del Estado, a cargo de Carlos Marvez. Este
tribunal acogió la solicitud del imputado y el 14 de julio de ese mismo año
ordenó al Juzgado Departamental de Tinaquillo que le fuese devuelta la imagen
de “La Virgen del Socorro aparecida”
a su legítimo dueño, Eugenio Mireles, lo cual se cumplió el 22 de julio, y
ordenó su libertad.
Pudiera pensarse que lo ocurrido en este caso
fue un verdadero milagro, ya que ese humilde guamitero analfabeta se enfrentó
al poder omnímodo del General Antonio Guzmán Blanco, dueño y señor del poder en
Venezuela desde 1870 hasta 1892, quien además fue el caudillo que hostigó a la
iglesia católica venezolana en esa época, cerrando conventos y centros
religiosos, llegando al extremo de expulsar al Arzobispo de Caracas, máximo
jefe de la iglesia católica en el país, sin embargo el labriego Eugenio
Mireles, dueño de “La Virgen del Socorro
aparecida” lo enfrentó, salió en libertad y continuó cumpliendo sus
actividades religiosas.
La
pelea por la posesión de la imagen. El 5 de mayo de 1910 Simeón
Mireles demandó ante las autoridades a Juan Sandalio Mireles (su primo)
reclamando la posesión de “La Virgen del
Socorro aparecida de La Guamita”, sin embargo luego de un Litis el Tribunal
Departamental este le concedió dicha posesión al demandado.
Un año después, en 1911, “La Virgen del Socorro aparecida” vuelve
a ser noticia en Tribunales, al producirse un hecho violento el 8 de octubre de
ese año, causado por la lucha por la posesión de la misma, en ello se vieron
envueltos nuevamente Juan Sandalio Mireles y Simeón Mireles.
El 9 de octubre el Comisario Mayor del
caserío “Guamita Abajo”, Sr. Martín Casadiego, denunció ante la Jefatura
Civil de Tinaquillo que Juan Sandalio y Simeón Mireles habían reñido en el
camino real que desde el vecindario “La
Aguadita” conducía hacia el caserío “Guamita
Abajo”, resultando herido Simeón, poniendo entonces a disposición de esa
Jefatura a ambos implicados y las armas que portaban en esa riña: “un chopo y sus municiones, un cuchillo cacha
blanca, un machete rozador y una peinilla en su funda”. Inmediatamente
fueron citados a declarar los testigos Santana Moreno, Rafael Moreno y Miguel
Castillo, quienes por vivir cerca del lugar presenciaron el pleito. Al ofrecer
su testimonio Santana Moreno afirmó:
“Yo venía en compañía de Juan Sandalio
Mireles, con la Virgen del Socorro, de La Aguadita, de casa de Luis Barrios,
donde estaban velando la imagen; al llegar al alto de Franco moreno, como a las
diez de la mañana, Simeón Mireles que estaba emboscado nos salió de golpe y le
dijo a Juan Sandalio: ni Cristo pasó de la cruz ni Ud. pasa de aquí sin
entregarme la Virgen, y le disparó un tiro, tan cerca que Juan Sandalio pudo
librarse apartando el chopo con la peinilla, entonces Simeón botó a un lado el
chopo y se le fue adentro con un machete en la mano: Yo salí corriendo a dejar
la Virgen y a darle aviso a la autoridad: Salí en compañía de esta a capturar a
Simeón y lo alcanzamos en Guabinita, donde se entregó”.
Detalle de la imagen aparecida (archivo de Argenis Agüero)
En la declaración de Juan Sandalio Mireles
ante el Tribunal este expuso:
“Para mí no hay más motivo que la resolución
de este mismo Tribunal anteriormente, en la cual se me nombraba representante
celoso de la Virgen del Socorro aparecida, perteneciente a la sucesión Mireles,
nietos de Felipa Veloz. Simeón hace tiempo viene bravo conmigo por estar la
Virgen en mi poder”.
Pasado el sumario al Juez de Primera
Instancia en lo Criminal (San Carlos) este confirmó la detención de los
indiciados y ordenó el depósito de la Virgen. Ambos fueron trasladados de
Tinaquillo a San Carlos, en calidad de prisioneros, por el Capitán Rosendo
Díaz.
El Fiscal consignó cargos contra Simeón
Mireles por el delito de homicidio frustrado y el Tribunal de Primera Instancia
lo condenó a 8 años y 8 meses de prisión; este apeló a la Corte Superior del
Estado quien lo absolvió, sin embargo el Fiscal elevó el caso a la Corte
Suprema del Estado Cojedes y esta ratificó la sentencia de 8 años y 8 meses
para Simeón. Juan Sandalio no fue acusado. Se desconoce si Simeón Mireles
cumplió dicha condena.
La
compra-venta de la imagen. En 1931 la controversial imagen de la “Virgen del Socorro aparecida de La Guamita”
fue vendida por la sucesión Mireles al señor Santiago Díaz (casado con
Hermógenes Mireles, una de las condueñas) por la cuantiosa suma de un mil
cuatrocientos veintidós bolívares con veinticinco céntimos (Bs 1.422,25). La
compra se efectuó fraccionada en virtud a que se trataba de muchos condueños,
los cuales se presentaron en tres grupos para ejecutar la consabida transacción
mercantil. Por un lado, el 15 de mayo lo hicieron Juan Aular Mireles, Julia
Aular Mireles, Tiburcio Mireles, Sixta Mireles y Ana de Jesús Mireles, quienes
en el documento de venta declaran:
“Hemos dado en venta pura, perfecta e
irrevocable al Sr Santiago Díaz (…) todos los derechos y acciones en una imagen
conocida como la Virgen del Socorro aparecida de La Guamita, con todos sus
accesorios y un local o capilla destinado para rendirle culto, edificado en el
lugar denominado Guamita Abajo, en terrenos pertenecientes al Sr Julio
Villegas. La venta la hemos celebrado por la cantidad de cuatrocientos (400)
bolívares. Los derechos que vendemos nos pertenecen del modo siguiente: a Juan
Aular Mireles y Julia Aular Mireles por herencia de su legitima madre Ramona
Mireles; y a Sixta Mireles, Tiburcio Mireles y Ana de Jesús Mireles por
herencia de su legítimo padre Luis Mireles”-
Luego en otro documento del 20 de mayo, María
de Lourdes Aular, José Isaac Aular, Pablo José Aular y Otilio Aular declaran:
“Cedemos en venta pura, perfecta e
irrevocable al Sr Santiago Díaz todos los derechos y acciones que nos
pertenecen en una imagen denominada la Virgen del Socorro aparecida de La
Guamita (…) hemos celebrado esta venta por la cantidad de 222 Bs con 25
céntimos. Los derechos vendidos nos pertenecen de este modo: a María de Lourdes
Aular por herencia de su madre Quintina Aular Mireles; de José Isaac Aular por
herencia de su madre Matía Aular Mireles; y a Otilio Aular por herencia de su
madre Josefa Aular Mireles”.
Por último aparece registrada la venta
realizada por José Antonio Hurtado como representante de sus menores hijos José
y Blanca, e igualmente lo hacen Manuel Pérez y José Silvano Pérez. Hurtado
vendió los derechos de sus hijos quienes los heredaron de su madre Bárbara
Mireles de Hurtado (su esposa ya fallecida), mientras que los Pérez lo hacen
por herencia de Aureliana Sandoval de Pérez, esposa de Manuel y madre de
Silvano. La venta la realizaron por la suma de ochocientos (800) bolívares, lo
que sumado al resto de las otras ventas da un total de 1.422,25 bolívares.
Años después la Virgen quedó en posesión de
la señora María Díaz Mireles de Mercado, hija de Santiago Díaz y Hermógenes
Mireles; María era la esposa del Sr Tomás Mercado (ex gobernador de Cojedes);
finalmente los esposos Mercado Díaz la entregaron a la parroquia Nuestra Señora
del Socorro el 9 de febrero de 1957, lo cual se hizo con toda solemnidad, tal
como lo reseña el libro de gobierno N° 4 de la parroquia Nuestra Señora del
Socorro:
“El día nueve de febrero de 1957 fue
trasladada al templo parroquial la sagrada reliquia de Nuestra Señora del
Socorro Aparecida. Dicha diminuta imagen representa Nuestra Señora del Socorro
de Valencia. Fue autorizado su culto por Monseñor Salvador Montes de Oca, pero desde muchos
años atrás había estado en posesión de la familia Mercado de esta población. A
las 10:30 am trasladose pues el párroco a dicha casa acompañado por gran
cantidad de pueblo y por los alumnos del grupo escolar José Antonio Anzoátegui.
Hicieron finalmente acto de presencia los alumnos del colegio Agustiniano
Monseñor López Aveledo y las muy Rvdas. H H Agustinas. Llegados todos a la
iglesia fue incensada la sagrada imagen mientras se cantaba una Salve, permaneciendo
luego expuesta a la veneración de los fieles”.
Una semana después, el 18 de febrero, le fue
mandado a hacer un relicario a dicha imagen, a un costo de Bs 250, que es el
mismo en el que se encuentra actualmente.
La imagen permaneció expuesta al público
durante mucho tiempo, sin embargo el 18 de julio de 1981 la reliquia fue robada
del templo, pero afortunadamente una semana más tarde esta fue entregada al
sacerdote de la parroquia Tocuyito, Pbro. Iván Mestre, quien la hizo llegar a
Tinaquillo a través de la joven Tita Parra, integrante del grupo juvenil de
Tinaquillo; desde entonces la imagen permanece en resguardo y es exhibida en
actos litúrgicos tales como la celebración de su festividad.
Nota: En el pleito de 1911 Juan Sandalio
Mireles alega, como razón de peso, el hecho de ser nieto de Felipa Veloz, lo
cual motiva el surgir de una interrogante: ¿Sería esta señora Veloz la persona
que encontró la imagen de la Virgen en el denominado pozo de las garrapatas?
Argenis Agüero, nació en Tinaquillo, Cojedes, en 1954. Antropólogo y Magister en Historia de la Universidad Central de Venezuela. Tiene numerosos artículos publicados de Historia Regional en distintas publicaciones especializadas. Su primer libro "Rasgos Biográficos del Coronel Fernando Figueredo", data de 1992.
Argenis Agüero, nació en Tinaquillo, Cojedes, en 1954. Antropólogo y Magister en Historia de la Universidad Central de Venezuela. Tiene numerosos artículos publicados de Historia Regional en distintas publicaciones especializadas. Su primer libro "Rasgos Biográficos del Coronel Fernando Figueredo", data de 1992.
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