Mujer llanera. Archivo de Canal Llanero
SERENATA LLANERA
En esta noche serena,
bajo la luna plateada
te canto mi bien
amada
con las coplas de mi
tierra.
Van estas coplas
mujer
envueltas en la
dulzura,
va diciendo mi querer
que me des el alma
tuya.
Por ser tus ojos
luceros
que en mis noches
tristes brillan
alumbrando los
senderos
los caminos de mi
vida.
Por eso mujer te
canto
mi serenata llanera
prendado de tus
encantos
muchachita sabanera.
EL ESPANTO ENAMORADO
En tiempos de antaño era costumbre que todos los llaneros cantaran y declamaran sus más sentidos cantos a la mujer de sus sueños. Estas musas (y mozas) les esperaban en el descanso de un ventanal en el que oían a viva voz versos de cortejo y de admiración viril. Aunque esos días terminaron les dejamos este testimonio lírico del gran poeta de Tinaquillo, Félix Monsalve, datadas hacia 1951 y que esperamos nos hagan revivir aquellos hermosos anocheceres románticos.
SERENATA LLANERA
En esta noche serena,
bajo la luna plateada
te canto mi bien
amada
con las coplas de mi
tierra.
Van estas coplas
mujer
envueltas en la
dulzura,
va diciendo mi querer
que me des el alma
tuya.
Por ser tus ojos
luceros
que en mis noches
tristes brillan
alumbrando los
senderos
los caminos de mi
vida.
Por eso mujer te
canto
mi serenata llanera
prendado de tus
encantos
muchachita sabanera.
SERENATA
(DILIA)
Abre, Dilia, tu ventana
para que escuches mi
copla,
para que sientas mi
alma
diciéndote tantas
cosas.
Te hablaré de la
sabana
de la luna y los
luceros.
Abre, Dilia, tu
ventana
para ver tus ojos
negros.
Para ver tu caballera
cayendo sobre tu
espalda,
y enredar entre sus
hebras
pensamientos y
palabras.
Abre, Dilia, tu
ventana
para que mires el
cielo
que parece una sabana
donde retoñan
luceros.
Para ver tu lindo
cuerpo
de palmera tropical
y aspirar el dulce
aliento
de tu boca virginal.
Para ver cómo se
asoman
las perlas con tu
sonrisa
y sienta que te
enamora
mi voz cuando te
acaricia.
Abre, Dilia, tu ventana
y deja ver tu silueta
para que rompas la
calma
de esta noche tan
desierta.
Para que veas el
camino
que en la soledad se
pierde
y esperándote,
conmigo,
en el silencio se
duerme.
Para que escuches mi
canto
de enamorado coplero,
para que no sufran
tanto
mis ojos con el
desvelo.
Abre, Dilia, tu ventana
que ya está saliendo
el sol,
que ya viene la
mañana
y estoy muriendo de
amor.
En la noche así
cantaba
el amor que llevo adentro
y me respondió el
silencio
de la ventana
cerrada.
COPLAS I
Silbando pasó la
brisa
meciendo suave la
palma,
así tu amor en mi
vida
acariciando mi alma.
Los caminos de mi Llano
todos los he
recorrido
buscando lo más
querido
y no he podido
encontrarlo.
Ya va saliendo la
luna
cabalgando por los
cerros
recuerdo con amargura
aquellos ojitos
negros.
Yo moriré en la
sabana,
moriré con tus
recuerdos,
me alumbrará la
mañana
me velarán los
luceros.
COPLAS IV
En dónde estará el
olvido
que no llega hasta mi
alma
con el soplo de su
calma
que jamás he
presentido.
A cambio de tu maldad
yo te pago con
cariño,
es imposible olvidar
lo que tanto se ha
querido.
COPLAS V
Cuando se fue tu
cariño
que triste quedó el
palmar,
mi alma no encuentra
alivio
que amarga es la
soledad.
Soledad que me
tortura
porque me trae tu
recuerdo,
y el dolor de esta
amargura
va destruyendo mis
sueños.
Dicen que fueron
fingidos
los besos que ayer me
diste,
mas no creas que he sufrido
al saber que me
mentiste.
Sigo mi canto a la
vida
pero no como has
creído.
Ya se ha borrado la
herida
de aquellos besos
fingidos.
Si es verdad que tú has fingido,
muy grande es mi corazón
para sufrir con dolor
por quien no lo ha
merecido.
Ya no cantarás los
versos
de tus amores
fingidos,
seguiré por los
caminos
recordando aquellos
besos.
EXTRAÑO MAL
Ven a curar este mal
que me quema las
entrañas.
Es tan extraño este
mal
que me está matando
el alma.
No me lo curan
doctores
ni los que saben mil
mañas,
ni haciéndome
operaciones
ni dándome de cien
ramas.
A todos los que
pregunto
si conocen un
remedio,
me dicen con mucho
susto:
el amor está en el
medio.
Ese mal que no lo
cura
sino la muerte y el
tiempo,
y a veces que mucho
dura
ese terrible tormento.
Ahí no valen
oraciones
a la Virgen ni al Señor,
ni que cantes ni que
llores,
eso está en el
corazón.
Y si quieres un
alivio
que te calme la
pasión,
dile a ese ser tan
querido
que te sirva de
doctor.
Con la savia de sus
besos,
sangre de su corazón,
con el brillo de sus
ojos
y de su piel el
color.
Dile que te haga un
remedio
y que te lo de ella
misma,
y verás que en un
momento
ese dolor se te
alivia.
EL ESPANTO ENAMORADO
Fueron falsas las
palabras
que aumentaron mis
tormentos,
mentiste cuando me
amabas
fue falso tu
juramento.
Por eso vago por la
llanura
buscando alivio a mi
amargura,
con mi guitarra, con
mi caballo
voy recorriendo
caminos largos,
a ver si olvido la
que aquel día
me dijo alegre que me
quería.
¡Ay!...Dice mi copla,
dice mi canto
¿Por qué me olvidas
si te amo tanto?
¿Por qué no vuelves a
ahogar mi llanto?
Y las notas de mi
canto
se las va llevando el
viento,
regando por esos Llanos
mis quejas y mis
lamentos.
Vivo soñando como los
niños
sufro la ausencia de
tu cariño,
de las caricias que
ayer nos dimos,
bajo la sombra de las
palmeras
tu voz cantaba cosas
tan bellas
y yo besaba tu boca
tierna.
¡Ay!...Dice mi copla,
dice mi llanto
¿Por qué me olvidas
si te amo tanto?
¿Por qué no vuelves y
ahogas mi llanto?
Voy perdido en la
llanura,
de las garzas y de
los montes,
bajo este sol que me
alumbra,
persiguiendo el
horizonte.
Vino la lluvia, bañó
la tierra,
y del camino borró
las huellas
de aquel que un día
partió tras ella,
diciendo triste
quizás no vuelva,
quizás me maten mis
grandes penas.
Y ahora en el llano
sale un espanto
que va diciendo en su
triste canto:
¿Por qué me olvidas
si te amo tanto?
¿Por qué no vuelves y
ahogas mi llanto?
4 comentarios:
que preciosidad de poemas, a cual mas bonito.Bss
Hermosas las coplas llaneras, como hermosa la tierra de quién las creó. Un abrazo.
Son preciosas estas coplas, muy musicales. Un saludo!
Muy bonitas Isaías.
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