jueves, 8 de septiembre de 2011

El fantasma enamorado. Serenatas y coplas de amor llanero (Félix Monsalve)

Mujer llanera. Archivo de Canal Llanero

En tiempos de antaño era costumbre que todos los llaneros cantaran y declamaran sus más sentidos cantos a la mujer de sus sueños. Estas musas (y mozas) les esperaban en el  descanso de un ventanal  en el que oían a viva voz  versos de cortejo y de admiración viril. Aunque esos días terminaron les dejamos este testimonio lírico del gran poeta de Tinaquillo, Félix Monsalve, datadas hacia 1951 y que esperamos nos hagan revivir aquellos hermosos anocheceres románticos. 


SERENATA LLANERA


En esta noche serena,

bajo la luna plateada

te canto mi bien amada

con las coplas de mi tierra.


Van estas coplas mujer

envueltas en la dulzura,

va diciendo mi querer

que me des el alma tuya.


Por ser tus ojos luceros

que en mis noches tristes brillan

alumbrando los senderos

los caminos de mi vida.


Por eso mujer te canto

mi  serenata llanera

prendado de tus encantos

muchachita sabanera.



SERENATA
(DILIA)
Abre, Dilia,  tu ventana
para que escuches mi copla,
para que sientas mi alma
diciéndote tantas cosas.

Te hablaré de la sabana
de la luna y los luceros.
Abre, Dilia, tu ventana
para ver tus ojos negros.

Para ver tu caballera
cayendo sobre tu espalda,
y enredar entre sus hebras
pensamientos y palabras.

Abre, Dilia, tu ventana
para que mires el cielo
que parece una sabana
donde retoñan luceros.

Para ver tu lindo cuerpo
de palmera tropical
y aspirar el dulce aliento
de tu boca virginal.

Para ver cómo se asoman
las perlas con tu sonrisa
y sienta que te enamora
mi voz cuando te acaricia.

Abre, Dilia,  tu ventana
y deja ver tu silueta
para que rompas la calma
de esta noche tan desierta.

Para que veas el camino
que en la soledad se pierde
y esperándote, conmigo,
en el silencio se duerme.

Para que escuches mi canto
de enamorado coplero,
para que no sufran tanto
mis ojos con el desvelo.

Abre, Dilia,  tu ventana
que ya está saliendo el sol,
que ya viene la mañana
y estoy muriendo de amor.

En la noche así cantaba
el  amor que llevo adentro
y me respondió el silencio
de la ventana cerrada.

COPLAS I
Silbando pasó la brisa
meciendo suave la palma,
así tu amor en mi vida
acariciando mi alma.

Los caminos de mi Llano
todos los he recorrido
buscando lo más querido
y no he podido encontrarlo.

Ya va saliendo la luna
cabalgando por los cerros
recuerdo con amargura
aquellos ojitos negros.

Yo moriré en la sabana,
moriré con tus recuerdos,
me alumbrará la mañana
me velarán los luceros.

COPLAS IV

En dónde estará el olvido
que no llega hasta mi alma
con el soplo de su calma
que jamás he presentido.

A cambio de tu maldad
yo te pago con cariño,
es imposible olvidar
lo que tanto se ha querido.


COPLAS V

Cuando se fue tu cariño
que triste quedó el palmar,
mi alma no encuentra alivio
que amarga es la soledad.

Soledad que me tortura
porque me trae tu recuerdo,
y el dolor de esta amargura
va destruyendo mis sueños.

Dicen que fueron fingidos
los besos que ayer me diste,
mas no creas que  he sufrido
al saber que me mentiste.

Sigo mi canto a la vida
pero no como has creído.
Ya se ha borrado la herida
de aquellos besos fingidos.

Si es verdad que tú has fingido,
muy  grande es mi corazón
para sufrir con dolor
por quien no lo ha merecido.

Ya no cantarás los versos
de tus amores fingidos,
seguiré por los caminos
recordando aquellos besos.


EXTRAÑO MAL

Ven a curar este mal
que me quema las entrañas.
Es tan extraño este mal
que me está matando el alma.

No me lo curan doctores
ni los que saben mil mañas,
ni haciéndome operaciones
ni dándome de cien ramas.

A todos los que pregunto
si conocen un remedio,
me dicen con mucho susto:
el amor está en el medio.

Ese mal que no lo cura
sino la muerte y el tiempo,
y a veces que mucho dura
ese terrible tormento.

Ahí no valen oraciones
a la Virgen ni al Señor,
ni que cantes ni que llores,
eso está en el corazón.

Y si quieres un alivio
que te calme la pasión,
dile a ese ser tan querido
que te sirva de doctor.

Con la savia de sus besos,
sangre de su corazón,
con el brillo de sus ojos
y de su piel el color.

Dile que te haga un remedio
y que te lo de ella misma,
y verás que en un momento
ese dolor se te alivia.


EL ESPANTO ENAMORADO


Fueron falsas las palabras
que aumentaron mis tormentos,
mentiste cuando me amabas
fue falso tu juramento.

Por eso vago por la llanura
buscando alivio a mi amargura,
con mi guitarra, con mi caballo
voy recorriendo caminos largos,
a ver si olvido la que aquel día
me dijo alegre que me quería.

¡Ay!...Dice mi copla, dice mi canto
¿Por qué me olvidas si te amo tanto?
¿Por qué no vuelves a ahogar mi llanto?

Y las notas de mi canto
se las va llevando el viento,
regando por esos Llanos
mis quejas y mis lamentos.
Vivo soñando como los niños
sufro la ausencia de tu cariño,
de las caricias que ayer nos dimos,
bajo la sombra de las palmeras
tu voz cantaba cosas tan bellas
y yo besaba tu boca tierna.

¡Ay!...Dice mi copla, dice mi llanto
¿Por qué me olvidas si te amo tanto?
¿Por qué no vuelves y ahogas mi llanto?

Voy perdido en la llanura,
de las garzas y de los montes,
bajo este sol que me alumbra,
persiguiendo el horizonte.

Vino la lluvia, bañó la tierra,
y del camino borró las huellas
de aquel que un día partió tras ella,
diciendo triste quizás no vuelva,
quizás me maten mis grandes penas.
Y ahora en el llano sale un espanto
que va diciendo en su triste canto:
¿Por qué me olvidas si te amo tanto?
¿Por qué no vuelves y ahogas mi llanto?

4 comentarios:

Isaboa dijo...

que preciosidad de poemas, a cual mas bonito.Bss

amar la poesia es amar la vida dijo...

Hermosas las coplas llaneras, como hermosa la tierra de quién las creó. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Son preciosas estas coplas, muy musicales. Un saludo!

Ivan de Entusiasmado.com dijo...

Muy bonitas Isaías.