miércoles, 14 de noviembre de 2018

Glosas de Amor Llanero. Poemas de Edgar Graterol Chinchilla (1)


Dama llanera en el archivo de Johana Jesulma López, de San Carlos, Cojedes



ENTREGA
No te salgas de mis brazos
sigue echada así en la hierba
quiero andarte paso a paso
recorrerte como hiedra.  (Manuel Alejandro)
I
Noche de oscuros reflejos,
luna cubierta de tul,
luce un resplandor azul
el camino desde lejos.
Como aves (como azulejos)
recorremos sus retazos,
nuestro amor da centellazos
de luz desde el infinito
y en mi pecho se ahoga el grito:
no te salgas de mis brazos
II
La luna nos ve y suspira
sigilosa entre las ramas,
se desliza en las caramas,
nos comprende y se retira;
el ambiente amor respira
y el ánimo se exacerba.
Deja que mi pecho hierva,
mujer, en fuego de amantes;
por favor no te levantes
sigue echada así en la hierba.
III
Quiero destilar tus besos,
quiero descifrar enigmas,
quiero romper paradigmas,
quiero inspirar embelesos,
quiero ver mis labios presos,
quiero ser agua en tu vaso,
quiero ser alba y ocaso,
quiero ser pasión errante,
quiero ser un navegante
quiero andarte paso a paso.
IV
Al fundirnos piel con piel:
yo baile, tu bailarina;
yo cielo, tu golondrina;
tú la rosa, yo el clavel;
tu barca, yo timonel;
tú el camino, yo la piedra;
tú pasión que no desmedra
mi eterna metamorfosis;
yo quiero, en esa simbiosis,
recorrerte como hiedra.

AUSENCIA
Otro día, mi amor, sin verte
sin escuchar tus palabras;
cómo quisiera ser viento
para viajar donde vayas
I
Llegaste como la brisa
que peina los pastizales
y me envolviste a raudales
con tu voz y tu sonrisa.
Hoy no aguanto ni en la misa
este deseo de tenerte.
Creo que antes de conocerte
mi corazón te quería,
por eso triste sería
otro día, mi amor, sin verte.
II
Eres un sueño liviano
que atraviesa mi conciencia,
eres luz, incandescencia
que se toca con la mano;
y mi espíritu mundano
quiere que tu alma me abras;
traigo mil “abracadabras”
para lograr que así sea,
porque mi vida es muy fea
sin escuchar tus palabras
III
Sobre el potro del encanto
volaron mis emociones,
se encendieron mis pasiones
cobijadas por tu manto.
La tristeza y el quebranto
se esfumaron un momento;
quedó mi pecho sediento
de aquel instante tan tierno.
Para mojarme en tu invierno
cómo quisiera ser viento
IV
Viento libre, viento fuerte,
viento alegre y lisonjero;
viento de un mes veranero
que trashume para verte.
Viento que para quererte
arranque desde las playas,
que asalte mil atalayas
para estrellarse en tus brazos,
para arrullar tus ojazos,
para viajar donde vayas

MÍA  
Tú sigues siendo tan mía
como del rumbo la huella;
vive en el pozo la estrella
desde su azul lejanía. (Ernesto Luis Rodríguez)
I
Cambiaron las estaciones,
todo volvió a su balance,
se desdibujó el romance,
se fueron las ilusiones,
se marchitaron canciones
con su letra y melodía,
se añejó mi poesía,
la vejez llegó a destiempo
y, a pesar de tanto tiempo,
tú sigues siendo tan mía.
II
Eres mía como mi cuita,
mi paz, mi angustia y mi sueño;
flor de mi mundo pequeño,
luz en mi agonía infinita.
Eres lo inmenso que habita
en el astro que destella.
Mi piel dice que eres de ella
como la savia de el sauce,
como los ríos de su cauce,
como del rumbo la huella.
III
Mi corazón es un pozo
que el universo refleja.
Allí el recuerdo se añeja
entre la pena y el gozo.
Y, aunque no queda ni un trozo
de aquella armonía tan bella,
como un cráter de centella,
como una gota baldía,
del amor que te tenía
vive en el pozo la estrella.
IV
Potentes rayos de luz
atraviesan los confines,
se internan como delfines
dentro de un pozo andaluz
y, al regresar, el trasluz
en mágica travesía
me anima con su energía:
el reflejo es tu presencia.
Tu estrella ejerce su influencia
desde su azul lejanía.

ME VOY A MORIR DE AMOR
Me voy a morir de amor
aunque de amor nadie muere
¡me estás matando, mi amor!
habiendo tantas mujeres.
I
De tus recuerdos al caño
mi angustia a beber se inclina,
a ver si en esa cortina
de humo al corazón lo engaño. 
De diminuto tamaño
un pececillo en primor
es cada beso traidor
que ante mis ojos desfila
y mi lamento destila:
me voy a morir de amor
II
El aguaje de tu encanto
golpea el labio de mi angustia
y ante esa caricia mustia
casi que me suelto en llanto.
Un ave y su triste canto
hacen que me desespere;
como quien quiere y no quiere
me instan en mi pena a hundirme
casi al punto de morirme
aunque de amor nadie muere.
III
Flor del agua y flor de bora
se abrazan ante mis ojos,
como enlazo mis antojos
con el antes y el ahora;
se abraza el sol con la aurora,
muere la noche anterior
y, como muere la flor,
abrazada con su igual,
en un éxtasis letal
¡me estás matando, mi amor!
IV
Al escuchar la canción
del agua en su cauce triste
mi paz de agonía se viste
con adornos de obsesión.
Siento que habla el corazón
en grises atardeceres
y con mágicos poderes
hace que en mi alma anochezca
para que por ti enloquezca
habiendo tantas mujeres.

DESPEDIDA
El día de tu despedida
me quedó un dolor inmenso,
cuando vi que te alejabas
lloré con gran sentimiento. (Félix Funes)
I
Perder un pedazo de alma
de allá de lo más profundo,
quedar huérfano en el mundo,
en la eternidad, sin calma;
quedar el cielo sin palma,
llevar sangrando una herida,
quedar viviendo sin vida,
tener el cuerpo deshecho.
Algo así sentí en mi pecho
el día de tu despedida.
II
Cien caballos en tropel
corrieron sobre mi anhelo,
lo dejaron en el suelo
sufriendo dolor muy cruel.
Con esa suerte de Abel
y con la vida en suspenso
sentí el ambiente más denso
–el peso del caminante-
y de único acompañante
me quedó un dolor inmenso.
III
Cielo gris y tarde amarga,
grito ahogado en el silencio,
dulce luna que aquerencio
y se va una noche larga,
honda tristeza que embarga,
bella estela que dejabas.
A otro sueño te aferrabas
desde tu fibra sensible;
y el dolor fue indescriptible
cuando vi que te alejabas.
IV
Una vez que caí en cuenta
que era verdad que te ibas
puse fin a las diatribas
con que el alma se atormenta.
Mas, qué tarde uno solventa
la real historia del cuento;
para qué arrepentimiento,
ya la suerte estaba echada
y escondido en la enramada
lloré con gran sentimiento.

Edgar Graterol Chinchilla (Guanare, 1974) Docente, Cantautor y Poeta. Licenciado en Educación Integral. Creador de la Música del Himno del Municipio San Genaro de Boconoito (2005). Autor e Intérprete de la Canción Oficial de los XVII Juegos Deportivos Nacionales Llanos 2007, Ha grabado Tres Trabajos Discográficos: “El Brujo de Sipororo” (2007), “Hoy voy a guindar la hamaca” (2010), “Así piensa un hombre criollo” (2013). 

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