Sé que enciendes una hoguera
para abrirnos sin prisa la hora del primer pan
y lo que esperas hoy del cielo
Sé del jardín que está marcado por lunas y lluvias
previstas en tu calma
que aturde tras la puerta y nos llena de esperanza
Sé que eres café y aroma bajo la sombra del tiempo
esa risa blanca en la ventana
Sé que por nosotros has bebido largamente
los sorbos del tropiezo
Sé que eres mi madre y sabes que te amo.
PAISANO
Cuando ajustes el
cinturón principal de tu equipaje
cuando dispongas los enseres
que sumaran viejas memorias acechadas de tiempo
Cuando entregues
Cuando entregues
al nuevo huésped de tu habitación la llave de la puerta
advirtiéndole además sobre ese hábito particular
que heredan los objetos de su antiguos dueños
Cuando dejes la última avenida
Cuando dejes la última avenida
y leas por vez final el letrero que demarca
lo que es tuyo y lo que no te pertenece
piensa, paisano, que muchos otros
quisieron regresar y no pudieron.
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