Llaneros de humilde casta se ha convertido en nobles defensores de la libertad
que, también reflejan sus poemas y cuentos.
Imagen en el archivo de Ofelia Rodríguez Pérez
Certamen organizado por la Coordinación de Cultura
de la UNELLEZ-VIPI, en San Carlos, Cojedes.
VEREDICTO DEL I CONCURSO DE POESÍA “LETRAS Y HOMBRES LIBRES”
Nosotros, Isaías Medina López, Willian
Ramírez y Carlos Muñoz, miembros del jurado del I Concurso de poesía “Letras y Hombres Libres”, reunidos en San
Carlos, Cojedes, una vez leídos y
analizados todos las obras presentadas a este certamen, hemos decidido, otorgar
el primer premio establecido por las bases, al texto titulado “Tierra de
Cerámica”, de la autoría de José Leonardo Albizu, Profesor de la UNELLEZ-VIPI,
por expresar de acuerdo a los parámetros del poema y con un lenguaje abreviado
y estético, imágenes épicas y heroicas relativas a la figura de Ezequiel Zamora
y de nuestros héroes patrios en tierras cojedeñas; de igual manera, determinamos
otorgar el segundo lugar al poema “Mujer,
Tierra, Viento y Ezequiel” de la autoría de Yessica Mercedes Aguirre Morales, Profesora
de la UNELLEZ- VIPI, y el tercer lugar al texto titulado “Zamora el valiente”, cuya
autora es Dariannys Liseth Mercado Aponte, Estudiante del Primer Semestre,
Contaduría de la UNELLEZ- VIPI, quienes
también demostraron méritos en el ejercicio del género, apegándose todas las
obras al propósito con el cual fue concebido este certamen literario, inspirado
con el deseo de avivar el espíritu zamorano en nuestra más antigua Alma Mater
cojedeña, la UNELLEZ.
TIERRA
DE CERÁMICA (José Leonado Albizu)
Fueron
las fuerzas de los combatientes
que
iluminaron las batallas
desde
Taguanes a la Carmelera
gritos
en las sabanas.
Tierra
de guerreros
que
empuñaban libertad entres sus armas
desde
una mirada en los caminos españoles
gritos
de virtud entre camaradas.
importantes
visitas a esta tierra amada
que
Bolívar entre sus calles engalana
importantes
fechas que sus historias marcaban
gritos
desesperados de Zamora entre la campana.
Tierra
de fuerza indígena
que
se vio con el yugo cara a cara
desde
los principios parió libertadores
gritos
de esperanzas "tierra de hombres y mujeres libres".
...la
victoria eterna camaradas...
MUJER, TIERRA, VIENTO Y EZEQUIEL (Yessica Mercedes
Aguirre Morales)
A Ezequiel, la tierra
Tierra que acaricia y mancha
tierra de nuestro color
no me mancha pues soy negra
viendo bien negra no soy
si me miro de cerquita
me doy cuenta soy marrón.
Soy marrón, soy marroncita
ese es un bello color
no me mancha pues la tierra
se mezcla con mi piel hoy
y se seguirá mezclando
hasta el día del perdón
Pues yo de la tierra vengo
hija de la tierra soy
me acaricia y no me mancha
como mancha a aquel patrón
que me esclaviza y me explota
y me exige sin perdón.
Da la vida cuerpo y alma
por dos doblones de sol
si yo de la tierra vengo
de la tierra pues yo soy
no me digas que es tu tierra
por papel letra y color.
La tierra me pertenece
pues, esta tierra yo soy
la surco con sutileza
la modelo con amor
la lleno de sabrosura
y la bailo cual danzón
Tanto le alegra a la tierra
si zapateo un
joropón
que me rodea y se levanta
cual polvo en excitación
bailando también conmigo
no se pierde una canción
Si la mojo con semillas
generosa me da dos
tres, cuatro, cinco ocho veces
generosa tierra sos
Si la oigo en el silencio
me grita a todo pulmón
historias de mundo y llano
que en su seno ella acuñó
lo que ocurrió en el pasado
que inmutable ella observó
Grita el viento susurrando
¿porque la sangre brotó?
pregunta y tierra contesta
el hombre por mi luchó
y veo que sigue luchando
lucha y sangra por la hoz
si hay mucho de
mi pa´ todos
dice la tierra en clamor
De una semilla doy mucho
hombre que inconforme sois
que me hierres, me maltratas,
me ensucias con ese hedor
químicos y cosas de esas
pura contaminación.
Tú me compras con papeles
ni si quiera verdes son
y eso que le llamas hojas
de árboles muertos son,
Grita así la tierra al viento
Que no comprende razón
Pero el hombre que la pisa
No escucha esa bella voz,
Voz de la tierra que es madre
de la tierra que es mi amor
pues la tierra no me ensucia
pues de la tierra yo soy
tierra es Ezequiel lo digo
la tierra me lo contó.
La tierra no es mía ni tuya
ni de aquel que la compró
pues que de la tierra somos
pregúntaselo al creador
que al final de nuestro tiempo
tierra somos sí señor.
ZAMORA EL VALIENTE (Dariannys Liseth Mercado Aponte)
I
Ezequiel Zamora general del pueblo soberano
héroe de sangre venezolana el que luchó con honor,
Desde muy temprana hora.
Guía del Pueblo Soberano, moriste por la traición
y al morir tu ser humano, murió la Federación.
II
En Miranda naciste pero en San Carlos moriste
Un diez de enero de mil ochocientos setenta
Uno de los ciudadanos más valientes
de nuestra tierra Venezuela.
III
A manos de una traición,
un disparo de fusil
que entró por su ojo derecho,
mató al que valía por mil
y oprimió todos los pechos.
IV
El destino ha sido cruel contigo
Zamora el valiente gran venezolano
que inocente se murió,
siendo su propio cuñado,
el hombre que lo vendió.
VEREDICTO DEL I CONCURSO DE CUENTOS “LETRAS
Y HOMBRES LIBRES”
Nosotros, José Gregorio Salcedo, Gladys
Vásquez y Efraín García, miembros del jurado del I Concurso de Cuentos Breves
“Letras y Hombres Libres”, reunidos en San Carlos, Cojedes, una vez leídos y
analizados todos los cuentos presentados a este certamen, hemos decidido,
otorgar el primer premio establecido por las bases, al texto titulado “El
misterio de San Juan”, de la autoría de María Renata Jiménez Balza, estudiante
de la carrera de Contaduría de la UNELLEZ - VIPI, por expresar de acuerdo a los
parámetros del cuento y con un clásico y acertado lenguaje, una llamativa y
nueva versión sobre la muerte del General del Pueblo Soberano Ezequiel Zamora;
de igual manera, hemos determinado otorgar el segundo lugar al cuento titulado “El caballero de la
igualdad” de la autoría de Adrián José Linares Chirinos, también estudiante de
la carrera de Contaduría de la UNELLEZ - VIPI, y el tercer lugar al relato
titulado “Un Sueño con Zamora: El Académico”, cuyo autor es Jesús Octavio
Pacheco Cañas, Profesor jubilado de la UNELLEZ VIPI, quienes también
demostraron méritos en el ejercicio del género, apegándose todas las obras al
propósito con el cual fue concebido este certamen literario, inspirado con el
deseo de avivar el espíritu zamorano en nuestra más antigua Alma Mater
cojedeña, la UNELLEZ.
EL MISTERIO DE SAN JUAN (María Renata
Jiménez Balza)
Se estimaban lluvias a comienzos de
aquel año, cabalgaban bajo el manto de la noche una caravana de 7 hombres cuyo
cabrestero, un hombre mayor del que destacaba su tupido bigote negro y sus ojos
fieros reflejantes de sus pensamientos liberales. La caravana anduvo por el
llano hasta arribar a un campamento iluminado a poca luz de vela, en donde los
esperaba un hombre.
-General Zamora, bueno que llega.- la
caravana bajó de los caballos atendidos por el caballicero.-Teniente Tiberio,
¿cómo ha estado?- dijo Zamora, acompañando al joven de rango bajo a través del
lodazal y el ruido de los trabajadores.
-El trabajo en las trincheras ha avanzado,
algunos andan alunaos, pero hemos parado la obra; ¡un guarapo ´e caña pa´l
general y los compadres!-. Gritó a un joven mientras camina en dirección al
rancho de su propiedad, seguido por
Zamora, quien caminaba a paso ligero.
-Se notan los avances. Y dígame Compa, además de los enfermos, ¿qué era aquello por lo que con tanto ímpetu me pidió venir? –Dijo al entrar a la casucha.
-Se notan los avances. Y dígame Compa, además de los enfermos, ¿qué era aquello por lo que con tanto ímpetu me pidió venir? –Dijo al entrar a la casucha.
-Mi General, mientras se hacían las
labores, 5 ´e mis hombres se estaban en el cerro y lo que encontraron señor,
será mejor que sean ellos los que les digan.- con un gesto de mano se admitió
la entrada a los jóvenes. Entre la lumbre de las velas aparecieron 4 muchachos
caratos de pies a cabeza. -General- habló el más alto de ellos, que con un
gesto del teniente prosiguió a contar –Tábamos ayer trabajando en el cerro San
juan, abrimos ahí un hueco pa´l pasadizo de la trinchera, pero Eladio se dio
cuenta de que había una pare´ de abajo e nosotros, le abrimos una zanja pa´ ve
que era, le lanzamos un mecate y nos entramos los 5 con una vela pa´ alúmbranos.
Entonces, ¿que encontraron? Interrumpió
Zamora, con escepticismo. -Mi general, era túnel, cambiamos 2 amorochaos, los
demás iban atrás. Estaba hecho e piedra, y hedía a mapurite. Caminamos y
conseguimos un promontorio e huesos, se nos espelucó el cuerpo y nos fuimos a
regresar pero se nos apagó la vela y a ahí la vimos- dijo aterrorizado, rucio
como caballo. -¡Termine de hablar!, el general no tiene toda la noche. Solo
cuéntele lo que me contó a mí –solicito
el teniente. –Mi señor, entre la oscuridad dos ojos grandes de pajuía que
aturdían cómo ve el sol, nos encaramamos
a subí el mecate pero la cuaima se le lanzó a Argenis y de un zarpazo le comió
la pierna, lo jalamos entre todos; encaramos arriba lo intentamos subí con el mecate pero la cuaima
lo jaló. Tapamos la zanja con una ñasca y le vinimos a contar a todos.
-Pero, ¡¿Me dice que una culebra le
comió la pierna de un solo mordisco?!- refutó el general.
- ¡Y se lo hubiera jartao completo señor!- habló otro de los jóvenes.
Zamora pensativo se levantó de su asiento y dando unas vueltas alrededor indicó con un gesto que deseaba intimidad entre mayores. Ya solos, habló:
–Había yo escuchado rumores sobre túneles construidos por el teniente Juan José Veloz hace ya muchos años, el encargado de la construcción de la iglesia de San Juan, en un intento por elaborar una vía de escape en ocasión de guerra; algunos llegaron a decir que los túneles poseen un guardián. Esto lo oí yo de buena fuente. -¿General y cree que allí haya tal animal?-
Con una expresión neutra respondió: -Pues no permitiré que interfiera con nuestra batalla, ¡Ningún espanto, o criatura logrará evitar que esta tierra o estos hombres sean libres!–
- ¡Y se lo hubiera jartao completo señor!- habló otro de los jóvenes.
Zamora pensativo se levantó de su asiento y dando unas vueltas alrededor indicó con un gesto que deseaba intimidad entre mayores. Ya solos, habló:
–Había yo escuchado rumores sobre túneles construidos por el teniente Juan José Veloz hace ya muchos años, el encargado de la construcción de la iglesia de San Juan, en un intento por elaborar una vía de escape en ocasión de guerra; algunos llegaron a decir que los túneles poseen un guardián. Esto lo oí yo de buena fuente. -¿General y cree que allí haya tal animal?-
Con una expresión neutra respondió: -Pues no permitiré que interfiera con nuestra batalla, ¡Ningún espanto, o criatura logrará evitar que esta tierra o estos hombres sean libres!–
A la mañana siguiente con el pecho
inflado de valor el general y sus hombres, seguidos de los 4 trabajadores
subieron por el cerro, a escasos metros del hoyo distinguieron lo que parecían
partes humanas, sin miedo avanzaron pero la tierra bajo sus pies temblaba,
¿terremoto? Pensó el general y preparándose a lo peor desenvainó su espada. De
la tierra una serpiente de 15 metros con afilados colmillos arremetió contra el
grupillo devorando a 2 de un solo mordisco, los disparos empezaron a hacer eco
por el pueblo, pero nada llegaba a hacerle a la gruesa piel del animal. En un
intento por evitar la muerte de sus camaradas con una estocada certera logró
llamar su atención, ya más cerca con una elocuente ida y venida del sable
arrebató un ojo del animal, este se revolcó por el cerro hasta caer al
campamento.
-¡Teniente tengo una estrategia para
eliminar a la bestia!, -Grito Zamora- ¡Corra con un fusil hasta la torre de la
iglesia y ya allí espere a tener un buen ángulo de tiro- confiando en su
general el hombre corrió a hacer su trabajo. Aun con el ojo en su sable Zamora
bajó corriendo el cerro. En las trincheras, cadáveres dejaba el paso de la
serpiente, se oía el terror de los hombres y
ahora el ferroso olor de la sangre invadía el aire. ¿Cómo en tan poco
tiempo la tragedia se adueñó del panorama?, era una guerra contra el animal a
quien por supuesto pensaban ganarle. La serpiente detuvo su sanguinario
desplazamiento al ver de nuevo su ojo, se lanzó de arremetida contra el
General. En una estrategia improvisada corrió lo más fuerte que pudo en
dirección al santuario, en vano su esfuerzo ya que la cuaima más veloz le
alcanzó antes, intentó engullirlo, Zamora se resistió y para no ser tragado
clavó su sable en la cuenca del ojo pudiendo salir de sus fauces con la
desgracia que su cuerpo interrumpió el tiro del teniente al animal, acabando
así con la vida del valeroso general Zamora. La serpiente recuperando la parte
mutilada de su cuerpo y oliendo la muerte de su contrincante regresó a
custodiar sus túneles. Para no armar zafarrancho, la serpiente y los túneles
fueron omitidos de la historia oficial, al igual que el teniente y todo lo
pasado aquel día, pero siempre recordaron al General Zamora como un héroe.
EL CABALLERO DE LA
IGUALDAD (Adrián José Linares Chirinos)
Había una
vez un joven
llamado Ezequiel, un joven
de carácter aventurero, heroico,
humilde y sencillo que pasó por mucho intentando
conseguir la igualdad para todos los
campesinos y esto lo convirtió en un
luchador incansable, luchando
contra grandes tropas; Ezequiel poco
a poco fue
consiguiendo su cometido.
Aproximándose el día
en que tenían que salir de la lucha Ezequiel preparó a sus hombres para la batalla
aquella batalla que quizás el no sabía pero que acabaría con
su vida. Ya partiendo hacia la lucha Zamora -como se apodaba Ezequiel y le
decían sus colegas más allegados- se
dirigió hacia su tropa diciéndoles palabras de aliento pues lo que les esperaba
no era nada bello.
Partieron hacia
la batalla en sus caballos
pura sangre galopando
hacia donde quizás
fuese su último destino,
en el camino
se encuentran a
una bella dama
que iba por
el mismo sendero
que ellos, la
dama cansada de
andar les pide
ayuda y un
poco de agua, Ezequiel que va
de primero guiando a la tropa se detiene a escasos metros de donde esta ella y
con aquella voz dulce de hombre valeroso le pregunta.
-¿Oh bella dama qué hace tan semejante
hermosura por estos senderos tan solos?
A lo que la dama le responde con
voz desesperada -¡Solamente he salido a
comprar algunas cosas! Ezequiel vuelve y le pregunta -¿Has salido sola? La dama responde -¡Sí pero me han robado mi caballo y mis pertenecías por favor ayúdeme!
Ezequiel da la voz de
mando a la tropa para tomarse un descanso y luego continuar con su rumbo, él
junto a sus soldados le brindan ayuda a la dama tranquilizándola, dándole un poco de comida y agua. Ezequiel no
pierde el tiempo y se le acerca a la dama preguntándole su nombre.
-¿Cómo te llamas?
Dice Ezequiel con voz susurrante, ella le responde -mi nombre es Viviana, -¡Oh Que bello nombre! Exclama Ezequiel un poco atontado por la belleza de Viviana, aquella noche duraron hablando por un
rato largo. Al día siguiente ya pasada la noche Ezequiel se levanta y se
da cuenta que Viviana ya no está por lo
que él se preocupa y sale a buscarla camina unos escasos pasos y a lo lejos ve
a Viviana arrodillada junto a un pequeño
charco de agua rodeado de bellas flores.
Ezequiel le pregunta
-¿Oye que te pasa? Ella con sus ojos un
poco llorosos le dijo -¡Nada! solo recuerdos que me invaden la mente, mi
hermana y mi madre murieron trágicamente en un accidente dentro de mi casa, un
feroz incendio ocurrió de manera imprevista llevándose consigo la vida de las
dos eso dejó un gran vacío en mi por eso cada vez que recuerdo eso no puedo
evitar llorar.
Ezequiel la toma de
un brazo la levanta se acerca y le da un cálido abrazo le dice con suave voz -
tranquila eso poco a poco dejara de doler el tiempo será quien te ayude a
sanar.
Juntos se levantan y
vuelven donde está la tropa, Ezequiel da la voz de mando para volver a retomar
el camino, como todo hombre caballeroso el sube a su caballo y le dice a
Viviana -ven sube conmigo, juntos en el
mismo caballo comienzan de nuevo su rumbo;
cabalgando por los senderos solitarios desde lejos ven un pequeño
pueblito y dice Viviana -¡Oh es ahí donde vivo! Poco a poco llegan al pueblito
donde se detienen.
Ezequiel baja del
caballo junto a Viviana y ella le dice al oído, no encuentro como agradecerte
valiente hombre, se acerca y le da un beso ardiente, Ezequiel confundido por
aquel beso le susurra -¡Oye a que se ha debido ese beso¡ Ella alegre le
responde, porque he comenzado a sentir algo más por ti que solo admiración. A Ezequiel
-asombrado por aquella respuesta- se le ponen los ojos aguados pues él en el
fondo sentía lo mismo que Viviana y también sabía que quizás no volvería a ver
a la mujer que lo hizo sentir que tenía corazón ya que hace rato no sentía
nada.
Casi llorando se
despide de Viviana diciéndole que luchará con todo su coraje para poder volver
a salvo con ella, con un beso de despedida Ezequiel sube a su caballo y da la
voz de mando a su tropa para continuar, pasan los días y las noches y todavía
no llegaban a su destino pero estaban muy cerca.
Al fin llegaron al
campo de batalla y se encontraron con un ejército armado hasta los dientes con
armas pesadas trincheras y demás, Ezequiel detiene a su tropa llega y hace
una pequeña plegaria, vuelve alza su
fusil y grita a toda voz “Tierra y
hombres libres”.
Se lanzó contra
aquella horda de hombres buscando igualdad pero fue en vanó pronto una bala le
atraviesa su ojo derecho ocasionándole la muerte, cayendo de su caballo en un baño de sangre.
Allí quedó aquel hombre tendido en el suelo el mismo que por buena obra buscaba
la justicia de los campesinos.
La guerra continuó y se extiende durante 3 años
convirtiéndose en un conflicto armado donde murieron miles de hombres así fue
como un 10 de enero de 1860 murió
Ezequiel Zamora conocido
también como “El general del Pueblo
Soberano”.
UN SUEÑO CON ZAMORA: EL ACADÉMICO (Jesús
Octavio Pacheco Cañas)
Corren los días 08, 09 de Diciembre del
año 1859, anteriores a la gran batalla
de Santa Inés, todo es movimiento para los preparativos de ese encuentro armado
de las tropas de Ezequiel Zamora con las tropas republicanas que están
gobernando a Venezuela, y dentro de esa
tropa están presentes personas que
provienen de diferentes partes de territorio nacional y entre algunos de ellos
se da el siguiente dialogo:
Cámara Macanilla, ya tenemos 8 días desde que llegamos de San
Carlos, invitados para luchar por la causa del General Zamora y todo ha sido
movimiento estratégico de todas las personas con las que hemos tratado.
Si cámara Riquiti, yo también estoy
dispuesto a dar todo de mí para que esta revolución siga avanzando.
Es así que tenemos que dar todo para
ayudar al General Zamora que es el único que se ha mostrado defensor de
nosotros los campesinos analfabetos y asalariados de terratenientes.
Si eso es mañana 08 de Diciembre a las 3
de la tarde en plena sabana del hato donde estamos descansando.
Bueno nos vemos mañana para oír el
discurso.
Al día siguiente todo era carreras en el
sitio, para oír el discurso del general.
Frente a unos 400 hombres en su mayoría
campesinos de toda la zona llanera; se acerca imponente el general Ezequiel
Zamora a un mesón improvisado y dio comienzo al discurso:
“Camaradas y amigos, bienvenidos a uno
de los principales retos de nuestra revolución, como es el encuentro armado del
día de mañana, gracias por su asistencia, pues es difícil convencer a la gente,
pero yo necesito tener batallones obedientes para poder vencer y sobre todo
aplicar una táctica en las trincheras de Santa Inés que ya tengo estudiada en
el sitio; pues les digo camaradas ¡levántense, levántense carajo¡ aquí no hay
esclavos. Amigos quiero que está conversación esté enfocada al incentivo de la
educación, pues muchos de ustedes viven en la oscuridad al no saber leer y
escribir, por lo que se debe estudiar y trabajar, trabajar y estudiar; porque
debemos prepararnos para los retos que se avecinan; empecé mi formación en la
Escuela de Las Primeras Letras de
Caracas de la mano de mi maestro Vicente Méndez, pero tuve siempre la inquietud de leer y
escribir nociones elementales de Gramática y Doctrina Cristiana alimentadas por
la sapiencia del Dr. José Manuel García.
Camaradas, debemos instruirnos, ¿Por qué
si todos somos hijos de Dios, por qué tengo que ser el sirviente de mi prójimo?
Transformémonos cada uno en una escuela y preparémonos para la práctica de la
política de la igualdad, pues tengo que hablar siempre con ustedes que son el
pueblo y escucharlos siempre, debemos manejar el eslogan de Tierra y hombres
libres, gracias camaradas por estar presentes”.
400 hombres contestaron: “¡Tierra y
hombres libres, Tierra y hombres libres!”.
Macanilla despierta que estás dando
gritos, ahí dormido.
Buenos días Riquiti es que estaba
soñando con una batalla por los lados de Barinas y tú y yo estábamos entre los
soldados que iban a pelear, pero lo bueno de todo fue el discurso del General
Ezequiel Zamora referido sobre todo a las personas que no sabemos leer y
escribir incentivándonos a prepararnos para el futuro.