Gabán en pleno vuelo
(archivo de Ángelo Jessmy)
Tomado de
“MUNDOS POSIBLES DEL GABÁN”
de Yorman Tovar
“El gabán
Pionío”
En esta composición el poeta Eduardo Hernández Guevara,
en voz de Juan Izaguirre (2003 Trak 4), menos agresivo e insinuante sobre la
persecución loyoleana, describe a “El gabán Pionío”, refiriéndose a la
reproducción biológica del ave, puesto que “El gabán”, como macho que es, no se
anida para parir, pero su gabana sí.
1). Gabán no pare en montaña
ni hace su nido en el cerro.
Como nace en la sabana
le pregunta a los garceros.
2). Yo tuve un gabán pionío
en mi casa, prisionero,
pero se acordó del río
y se fue para el estero.
En esta segunda estrofa, el discurso refiere la libertad
del gabán lograda por sus propios medios, no por voluntad de su opresor, quien
lo tenía sometido a una prisión, como si se tratara de un ave canora: turpial,
arrendajo, canario o paraulata.
3). No te duermas, mi gabán
en mangles de Juanaparo,
no anides en Chamizal
porque hay mucho cunaguaro.
4). No te quedes en el Meta,
cuídate, mi gabancito.
Mira que la gente es mala
y le gusta el gabán frito.
Ignacio "Indio" Figueredo considerado el "padre" del ritmo Gabán
Las últimas dos coplas son consejos de padre a hijo,
acompañadas de las frases cordiales: “mi
gabán”, “mi gabancito”, que es como interpretar “hijo mío” o “mijito”.
Expresan, además, cierto sentido de pertenencia.
En torno a este discurso poético-musical, Hernández (Ídem) considera que el
llanero, por naturaleza, es cazador, y, como una de sus presas preferidas es
ésta zancuda emblemática, opina que “al gabán se precia por el hecho de hacer
muchos platos de su carne, especialmente el guisos, que dice el llanero, es muy
exquisito”.
El gabán
vagabundo: especie de hijo pródigo
Es el prototipo del hombre joven tarambana, holgazán, de
vida parasitaria, que vive del trabajo de su padre, que es quien produce, mientras
el hijo pródigo malbarata la fortuna, a manos llenas. Es esa la idea que
expresa José Vicente Rojas (s / f
Trak16), en la primera parte del joropo, en voz de “El Carrao de
Palmarito”:
Qué gabán tan vagabundo
el que traje de Barinas.
Lo traje pa Calabozo
a cuidar una cantina,
porque allá vivía to el día
metido en “La Vizcaína”,
metido entre el aguardiente,
los bordones y las primas,
enamorando a las chicas
que por las calles caminan.
Es el azote, señores,
de los padres de familia
y no quiere trabajar
para ganarse la vida.
En la segunda parte hay un cambio de rima, y el discurso
sigue representando al tunante incorregible, ya no en Barinas, sino en
Calabozo:
Como el gabán es bonito,
bailador y embustero,
ahora se gasta una novia
que es hija de un parcelero,
en todas partes comenta
que tiene mucho dinero,
ganados en la sabana,
carros de último modelo.
A las muchachas les gusta
como baila el parrandero,
pero yo, que pago el pato,
porque me gasta el dinero,
lo voy a volvé a mandá
de nuevo a sus
correderos.
Gabán alzando el vuelo (archivo de Joropo, Llano y Leyenda)
“El gabán
camorrero”: un hijo incorregible
Pendenciero, buscabulla, farrusquero, fanfarrón,
camorrista –entre otros- son los distintos epítetos que recibe en cualquier
parte de Venezuela, el individuo que se dedica a formar riñas públicas. En el
llano, preferiblemente, se le llama “CAMORRERO”, y a la riña –por consiguiente-
se le dice camorra.
“El gabán camorrero” de Nelson Morales (2003 Trak 20), a
diferencia de “El gabán vagabundo”, agradable a las muchachas, bebedor y parrandero,
es el negativo modelo del hombre, temido, rechazado por la sociedad, por sus
hechos delictivos. Es –como el “Gabán vagabundo”- otro gabán pertinaz, un árbol
que nació torcido, difícil de enderezar:
Señores, tengo un gabán
por cierto, muy camorrero.
Se mete a los botiquines,
bebe cerveza y añejo.
Cuando dice a echarse palos
forma pleitos que da miedo.
A mí la lengua me duele
de tanto darle consejos
que se aparte de lo malo,
que el tiempo no está muy bueno
y me dice el condenao:
déjeme seguir bebiendo,
no me venga a criticar
la vida como la llevo.
Su mismo mecenas, autor e intérprete, describe el regreso del camorrero derrotado:
Por ahí como a los tres días
volvió a casa de regreso
con los dos ojos morados
y una herida en el pescuezo;
que se la dio el Golillú
porque le faltó el
respeto,
y sin embargo, mi amigo,
más parrandero se ha puesto.
Dice que deja la caña
el día que amanezca muerto.
Gabana con sus crías (archivo de César Martínez)
¡Este es el
gabán golillú:
Padre de todos los gabanes de Venezuela!
Con esa frase recitada, comienza Loyola su canción
emblemática. El “Golillú” –coloquialmente hablando- es un individuo amigo de lo más fácil, poco
le gusta el esfuerzo. En el lenguaje popular,
connotativamente, GOLILLA es hallar una cosa fácil; “coger golilla”, y
al que tiene esta tendencia facilista se le dice “Golillero”. Es posible
que, orientado por este vocablo, Loyola
(1972 Lado A Surco 3) haya creado su “Gabán golillú”, el que confiesa no
alejarse del llano porque allí tiene a su alcance las guaruras y el sabroso
pescao.
No obstante, el significado denotativo, original de
GOLILLA es Cuello, gorguera, gargantilla; y el Diccionario de la Real Academia
la detalla como “especie de cuello de los togados. Plumas del cuello del
gallo”; es decir, un adorno. Esta descripción coincide con la figura física del
“Gabán golillú” o “Garzón Soldado”, el más grande de las tres especies, cuyo
pescuezo es de plumas negras, y su especie de cresta parece una boina vasca de
color rojo.
Este gabán de Loyola, “Padre de todos los gabanes de
Venezuela”, uno de los pocos narradores
protagonistas, del universo poético del joropo en género de “Gabán”,
logra someter al “Camorrero” en una riña.
Esta expresión
creó –como era de esperarse- disyuntivas
en la competencia artística de aquellos cantautores, generando
enfrentamientos y contestaciones que fueron consideradas como innovaciones
dentro de los medios discográficos y de radiodifusión sonora. Loyola llegó a
decir que Nelson Morales había muerto por la boca, como el pez, al relatar que
su “Camorrero” había sido “acoplao” por el “Golillú”. Tomando como base las
coplas de Morales, responde Loyola, en
primera persona:
Una vez el Camorrero
que se la echa de apretao,
se me presentó a faltarme
a cuenta de andar rascao.
Según sus propias
palabras,
llegó a su casa
acoplao,
con una hería en el pescuezo
y los dos ojos
moraos,
porque eso si tiene este negro,
que el que lo busca,
lo ha hallao
y le dice la verdad
en la cara al más
pintao.
“El gabán malandro”:
la jerga estrafalaria de los años 70
A principios de la década de los setenta el cantautor de
Agua Blanca Estado Portuguesa, Julio Salas (s / f Trak 4), ante la avalancha de gabanes de todo
tipo, crea su “Gabán malandro” en un discurso hilado con parte de la jerga
estrafalaria que para esos años del siglo XX utilizaban los delincuentes de
bajos fondos. En su letra, el portugueseño alude al cantor argentino de
baladas: Sandro, más para rimar el
término malandro, que para
descalificar al baladista de moda en América Latina:
“Voy a ensillar mi gabán
pa darle un parao a Sandro.
habla es de panita burda,
y es que el gabán es malandro.
raja curda, es “jipi”, choro
y atracador de los
bancos.
No hace tanto le quitó
la guardia un gran contrabando
donde traía “pinta” y “pisos”,
yerba maldita ocho sacos
lo precisó un “cachanota”
hasta la entrá de El Dorado,
pero él se la sabe toda
y de allá se vino
“pirado”.
El viernes lo conseguí
con “senda”
“cotorra”, bravo:
¡Mira, “pana”, con la “geva”
y en mi “rufa” pa
mi “gajo”.
En la segunda parte, el mecenas del gabán, igual que en
los casos de “El gabán vagabundo” y “El gabán camorrero”, que aconsejan a sus
maulas discípulos, éste gabán, más allá de inmolarse en el delito, aspira
sembrar en su prole los anti valores socioculturales que lo caracterizan:
Le dije a mi gabancito
vámonos para los llanos
y me contestó: -“Pureto”:
en Capucha estoy casado,
voy pa la zona
macabr
a buscar unos
centavos
que me los manda Fidel
juntito de El Guarataro.
Después me vengo a Acarigua
porque allí estoy empatado
con la hembra que conocí
en Agua Blanca, en los baños.
Las esperanzas que tengo
es que esa geva me dé un chamo
pa enseñarlo igual que yo,
a mariguanero y malandro
*El Gabán y la Gabana (Héctor Hernández) Disfrute audio-video en https://www.youtube.com/watch?v=NGhu09Esg3o
Referencias
Loyola, A. C. (L.). Folklore (M.). (1972). El gabán golillú. En
Ángel Custodio Loyola (Intérprete). Éxitos
de Ángel Custodio Loyola. [LP Lado A Surco 3]. Caracas: Discomoda.
Morales, N.
(L.). Folklore (M.). (2003).
El gabán camorrero. En Nelson Morales (Intérprete). Puros gabanes [CD Trak 20]. Caracas: Discos Cachilapo.
Rojas, J. V. (L.) Folklore (M.). (s / f). El gabán vagabundo. En El
Carrao de Palmarito (Intérprete). Puras
criollísimas, varias. [CD Trak 16]. Caracas: Discos Cachilapo.
Salas, J. (L.). (M. Folklore). (s. / f.). El gabán
malandro. En Julio Salas (Intérprete). El
Disco de Oro, Julio Salas. [CD Trak 4]. Datos No Publicados.
1 comentario:
Superb publication /photos
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