Había tenido una vida igual a la de cualquier llanero
(archivo de Diana Lucía Esteban Unda)
En cuestiones de espantos, hasta un rincón en el cielo puede servir pa` que esos bichos asusten. Sí, en los terrenos de los santos, eso es así; porque espanto y santo a lo mejor resulta lo mismo; claro unos van al cielo y los otros se quedan penando con nosotros.
En Tinaquillo tenemos espacio
pa los aparecidos de sobra, hay quien dice que se le apareció un santo y otros
cuentan que les salió un espanto. Dígame por los laos de La Floresta o por El
Casupo arriba. En cualquier estanque aparece el rostro de un animal del más
allá. Yo me voy a referí a los muertos de las ventanas. Sí, esos que se quedan pegados a la pared como
chupando la sangre que los vivos dejan en cada pasada y de los que son muy
pocos los que quieren acordarse de ellos. Mejor dicho, me referiré a las
muertas de las ventanas, pues en Tinaquillo hay más espantas que espantos.
Esta
es la historia de una mujer que mentaban La Tuerta Gumersinda o tal vez la mía
o de alguien que esté muy cerca de mí. Puede que usted no lo crea, pero a ella
la consiguieron mirando perdida por la ventana. Se había quedado sin tiempo
como un reloj que se le rompe la cuerda.
La noche anterior las estrellas se
metieron en la oscurana del cielo, hasta que los pensares y los recuerdos la
apresaron en su mente. El aguacero se
acercaba, ya tenía avisos desde muchas horas atrás, los truenos casi se metían
en la casa y el rugido del miedo se adueñó de su vista paralizándola. En un
santiamén su mundo cambió, no podía abrir los párpados. Sentía un escozor como
de culebras pasándole por su cuerpo; asustada y desesperada, gritaba sin abrir
los ojos ¡AAAh!, sin embargo nadie vino a darle ningún auxilio.
Se lanzó por la
ventana en su desespero y cayó por un barranco muy oscuro sobre en un barrialón
muy feo, trataba de subir, pero no podía, era como un purgatorio que en vez de
tener fuego estaba lleno de agua. La lluvia caía incesantemente, el viento
soplaba muy fuerte. En El Cañizal los perros y los mochuelos, tronaban sus
oídos.
Empezó a correr, a gritar, pero sus pies se hundían en el pajonal,
tropezó con una vieja cruz incrustada, cayó de bruces. Entonces muchas manos la
atraparon y al querer moverse más se fue hundiendo, hasta quedar inmóvil. Despertó
rodeada de velas y muy rígida ¡Pero qué estaba viendo! Eran unos bichos sin
cara que rebuscaban en su cuerpo. Una luz y fuertes llamas la iluminaron.
Después llegó un espíritu ennegrecido con una guadaña que hacía brillar en una
danza de pasos lentos. Su tamaño y su voz iban aumentando. Ella también gritaba muy
asustada y siente de pronto algo muy raro; la aparición penetró en su cuerpo.
Sus ojos se cargaron de sangre, su aliento retumbaba terriblemente.
“La muerte
se acerca” se dijo pá sus adentros.
Unos campesinos se acercaron al oír la
grizapa y las cabezas de los animales del monte llenaron el alrededor, pero el
ánima maléfica que seguía adueñándose de ella, los espantó como si nada; cuando
escuchó el sonido silbante de la guadaña inmensa calentándole la frente, ya no
podía moverse, las llamas se acercaban y al bajarle por el pecho, pum, se despertó, por fin volvió en sí, el sol
penetró por la ventana y el sudor le recorría su piel de manera incontrolable,
con ansias de salir de ese terror.
La casa estaba toda regada como si hubiese
habido una fiesta de joropo. Me
impactaron tanto las huellas de sus pasos que no he podido escapar de esos
recuerdos. Pueda que usted no lo crea, pero tóqueme la frente, palpe usted
mismo. Míreme pues a los ojos; porque ella, soy yo: Gumersinda Noguera, pa
servirle; siempre a su disposición aquí en Tinaquillo, en cualquier ventana, en
la oscuridad de la noche.
Informante: Anni Raquel
Pérez Infante, nacida en Tinaquillo. Edad; 23 años. Fecha de la muestra 10 de
enero de 2004.
Tomado de Antología de la Narrativa Fantasmal Cojedeña y de Otras Soledades, compilación de Isaías Medina López y Duglas Moreno, publicada por la UNELLEZ-San Carlos (2007) en San Carlos, Cojedes.
Muy interesante, me gustó el ritmo, el tema y el final que me dejo sorprendida.
ResponderEliminarUn placer pasar por aqui y leerles.
Saludos.
Qué sorprendida me dejó este relato!! por cómo se cuenta y el tono en que se desarrolla, muchas gracias, muy peculiar y entretenido.
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