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lunes, 24 de agosto de 2020

Arnulfo Quintero López. Algunos poemas

 

El poeta Arnulfo Quintero López (2013). Falta que nos hace. 


PINTOR DE ABRIL (Dory Rojas Huiza)

Por esas cosas propias del tiempo

tu rostro se irá haciendo tenue

y envejecerán los recuerdos

corriente abajo

interrumpiendo los colores de abril.

Si es posible

Pinta los tonos de tu sonrisa

en el lugar del reencuentro.

Pinta tu rostro en el centro

donde los hermanos

te comparten y comprenden.

Pinta cada amanecer

la hermandad y la gracia de dar

aún sin tener.

Pinta

siempre abiertas

puertas y ventanas de la casa

para que siga siendo templo de comunión.

Pintor de abril

píntanos los caminos del amor.

 

 Con el más profundo afecto presentamos algunos, dentro de una amplia trayectoria de décadas enteras,  de los poemas del insigne poeta Arnulfo Quintero López, maestro de la poesía venezolana, reciente fallecido. 

Gracias por su visita. Isaías Medina López



MIENTRAS PUEDAS

Mientras puedas cantar una canción

ve al corazón de la serpiente.

Cuando no haya lugar para tu risa

que cada quien cargue

su sueño

 

En el ataúd

el grito es más simple

si ocultas el temor

en el animal que sangra

 

Abre pues la puerta

y dispara a la sombra

pero antes que nada

ve al corazón de la serpiente

pues la bestia

desde su sueño

no entiende de canciones

pero acecha

 

DESENTENDIDO DE SEÑALES

PARA TANTA SOLEDAD ME SOBRA TIEMPO

y en ese instante atravesaste

la niebla

de mis

días

buscando en mis pasos

la forma de descifrar

tus sueños

ALLÍ

ligada a mi silencio

mirabas el sudor de mi frente: SEÑAL DEL DESTIEMPO

 

Tus manos perdidas en las mías

señalaban otro punto

NUESTRAS SOMBRAS ERAN FILTRADAS POR LA LUNA

 

Creamos un espacio

del silencio

a tus ojos

 

El sueño

partió

 

Sin embargo buscaba asirte a algún lugar…

EL OLVIDO

LEÓN HAMBRIENTO

FUE MÁS TRASPARENTE

 

DISYUNTIVA

Ángel Muñoz Delgado

Celebrando la vida con aroma de café

 En la silente música que lleva el viento

viene algo extraño en la tormenta

pero estoy hundido en un lugar

junto a un árbol que perdió sus ramas

y sólo el verano marcado por el sol sabe el secreto.

 

En otro extremo

una campana desde un punto lejano dice adiós

agregando un tono de nostalgia

para un reencuentro posible en la penumbra.

 

Lo que temo, en todo caso, es que un día

se reflejen en el mar otras señales

y en esa confusión

me quede al acecho del amor

buscando pistas en mi aliento

de un cuerpo festejado por mis besos

 

Así, tal vez de esa manera

me quede abandonado como palabra oculta en la memoria,

lo extraño en todo caso, será la lluvia

la esperanza ausente

y esa disyuntiva de llorar en el silencio que se anuncia

en la sosegada música que lleva el viento. Ver menos

 

ADIOSES AZULES 

Acaso los adioses envueltos en fábulas azules nos despierten un día de los sueños y estemos sentados en algún camino esperando la vuelta, apartados de risas disolubles, en franca armonía con nuestras cosas, desmitificando el instante impreciso cuando atravesamos el recuerdo y tomados de la mano en el oscuro vuelo, depositamos la primera flor en el vientre de la brisa.

 

PARTIRÉ CANTURREANDO

No te olvides

que un día vendrán pájaros

en lo solo de la sabana

desde el rumbo de mi corazón

hasta el momento de la ternura.

Espéralos en mitad del campo

te traerán las canciones

que canturrié

mientras la noche

te ocultaba en mi sueños.

O tal vez venga otro destino

a mis espaldas,

tú sabes cómo son los pájaros

cuando vienen del mar

con su anuncio de muerte.

 

RECUERDO POSTRERO

Muchacha que te vas lejos

cuando me alcanza el otoño

no te importen los retoños

en el rancho triste y solo

ni mires si estoy llorando

por donde pasó tu sombra,

porque de todas maneras

la luna marcó el asombro

y en el recuerdo postrero

que tengo de tu regazo

lancé mis coplas al viento

pensando en buscar tu abrazo.

 

Corazón en el remanso

del rio de tu despedida

mi llanto tiene el amargo

que deja el viento en la ida

y en el afán de tenerte

yo te inventé una quimera

para ofrecerte mañana

una hermosa primavera

 

Mi corazón en la trocha

también va dejando estelas

cuando escucha que tu gritas

que te vas de Venezuela,

y no sé, hoy lo confieso,

dónde titila la estrella

que tiene en su resplandor

esa luz que me acompaña

cuando yo siento el dolor

por tu amor que sin mañana

me deja el rancho sin flor.

 

Y en la vuelta del espanto

con duda pena y quebranto

le solté mis sentimientos

a las garzas que miraban

cómo iba dejando llanto

a la vera del mastranto,

y el arpa calmó el horror

y también el desaliento

de estar sin ti en un barranco

buscando en brazos extraños

el recuerdo de tu encanto

 

INSOMNE DESTINO 

Cuando me miraba se podía medir la ternura

que iba de sus ojos hasta el borde del amanecer,

en esas noches donde lo menos que importaba

era el orden alfabético de las formas de amar.

Cincuenta años han pasado desde entonces.

En el barrio

otras miradas se entrecruzan

y frente a ellas

el horizonte convoca

al obstinado silencio

de las almas vanas.

En ese cruce de destinos

tu rostro viene al compás de la lluvia

a calmar mi fatiga y la espera.

Sabes que en estos umbrales del adiós

sólo tu regreso y tu ternura

pueden cambiar el curso de mi insomne destino.

Pero en las calles no queda ni el murmullo

todo es vacío

mientras el almanaque vuelve

con su realidad cruel

fielmente unida a mi sombra

y espero entonces que amanezca

 

LAS PENAS DEL HASTA CUÁNDO·

Pasó silbando la canta

camino del no sé dónde

con la tristeza en el alma,

y con el nunca en sus manos

sintió de pronto en el viento

las penas del no sé cuándo.

Corazón en el camino

bordeando los horizontes,

lanzó las penas al monte

como quien rompe su canto

pues en el esperar tanto

la pena se vuelve llanto.

Silbo de cantos de aurora

para que cuando llores

busques en los sinsabores

el siempre de los antojos

que por mirarse en tus ojos

silva la canta en los campos.

Pasó silbando la canta

con sus penas y quebrantos,

sola, como los espantos

esperando el hasta cuándo

y a la orilla del remanso

le dejé en el porsiacaso

su tristeza y mi alegría

por si regresa mañana

con su fresca lozanía

a buscar en mí regazo

la oferta del amor mío

 

 TU AMOR LOZANO  ·

Llanuras de mis querencias

manantiales de mis versos

me arrejunto en las creencias

que dada tanta insistencia

se te despierten los sueños

y vengas aunque con dueño

a darme lo que he pedido

Sabanas de Palmarito

mastrantales de Pedraza

luceros que cuando pasan

bogan recuerdos de abrazos,

no digan que por buscarla

perdí mi sombra y mis pasos

pues acepto el desafío

de ver que tu amor lozano

se va con libre albedrío

algo lejos de mis manos

Dime qué dolor te llevas

dime qué dolor me dejas

para que el arpa viajera

empiece a cantar mis penas,

penas que no se retratan

en lo bonito del cielo

donde refleja un lucero

que vienes como en un vuelo

a darme algo de consuelo.

Y lo que pido no es mucho

lo sabes cuando disputo

que me quites la condena

que revolotea en mis ojos

y me calmes los antojos

de amarrarte en las cadenas

de este amor que se confunde

en el trinar de una pena

 

PRESAGIO

Ella anda por los parques

con una sonrisa de vitrina rota

y no entiende

de palabras dulces

que aminoren su angustia.

Oculta entre

el follaje de los árboles

el desengaño

le cubre la mitad del rostro

y tienta la carne de sus muslos,

sólo que el pecado

suele algunas tardes

partir de vacaciones,

en esos casos

ella florece como un cactus

y oculta las espinas

entre la hierba del presagio.

 

TEXTO DE VERANO

A Inocencia

Puesto en la disyuntiva de amar o enfrentar el olvido, me coloco en el puesto intermedio. Salto del azar a la lluvia y me diviso

—no siempre— en la confluencia de las aguas que alimentan el mar. Sin ser río discurro por la media noche de la luna y en su aliento me desprendo al infinito.

¿Crees tú muchacha de viento, espejismo triste, que sea esa la forma de destruir el nosotros y revertirnos en un punto huidizo del diamante?

Reanudo el camino de tu cuerpo sin señales de lluvia y tu rostro es la claridad del río cuando el sol juega un poco con los puntos oscuros de mi vaso de vino.

Entre vivir y soñar rasgas tenuemente la ternura de mi cuerpo. Enfrentado al amor, los ruidos desencantan tu abrazo, el celo dormido es la avalancha de sucesos que junto al amor tardío se concentra en mis manos.

Puesto en la disyuntiva de amar o enfrentar el olvido, siento glaciares en el alma.

 

DETERMINACIONES POSIBLES

 Una noche cualquiera es posible determinarse por el sueño, alargar las manos hasta los que nos interrogan en silencio. Perder el temor y establecer la suerte del que vino una tarde a decir cual viento cargaría el reclamo de los hombres que sin suerte no están en el sitio por donde pasaría el vendedor de cielos.

En la misma forma otros se determinan por la muerte y entonces la oscuridad es el pan cotidiano, más, los niños en las calles tergiversan el sentido de su acción y vuelven a sonar cascabeles de fe.

Yo por mi parte extiendo la mirada hasta los nunca que señalan tus ojos creyendo hacer posible lo que aprendí en mis días de infancia, cuando escuché que el amor era posible aún en tardes de tormenta.

Ahora que concurran los que niegan la vida despojando la flor de su sonrisa. Estamos en la ausencia-presencia pero quizás mañana retomemos el canto y entiendan los amigos-enemigos por qué abandoné el odio y amé en ti todas las cosas sencillas de la tierra.

·

PUERTO Y DESTINO

En el puerto

tu nombre será canción de los caminos.

Nuevos sueños

se cobijarán contigo

y los fantasmas del adiós apenas,

si algunas tardes dirán que están

presentes.

En el otoño

un viajero

quizás te comente de un poema escrito

en la pared de un bar de algún camino

que decía tu nombre.

Después cuando ya nada quede

de mis canciones tristes

dibujaré tu cuerpo muy al fondo

de una copa de vino

y tú también serás casi un recuerdo

que se comente

en otras canciones

que entonen los nuevos viajeros

que regresen al puerto


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