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miércoles, 29 de abril de 2020

TINAQUILLO Y SUS ORÍGENES (Juan Ignacio Herrera Requena)




De nobles esfuerzos permanentes surge el amor por la comunidad, por los pueblos, por el lar nativo. Imagen en el archivo de Onel Dominguez

Tinaquillo es uno de los pocos poblados antiguos de Cojedes que no tiene una partida fiel de nacimiento. Unos historiadores señalan que su nombre es un diminutivo de Tinaco, antigua y vecina población colonial, porque se emplea el sufijo “-illo”, que como “-ito”, son usados como diminutivos; otros, como el Dr. José Ramón López Gómez, señala: “Tinaquillo es un vocablo derivado de la voz caribe “Tunapurier” (aguas fétidas), voz que está en relación con “Tunayemar” (fuente), “Tunantal o Tunantar” (boca de río). El radical caribe “Tuna” es equivalente a agua. Por lo que resulta fácil comprender que por derivación “Tinapú” “Tinapui” son palabras íntimamente ligadas al nombre Tinaco, Tinaquito y Tinaquillo; fonemas que los conquistadores españoles continuaron usando.” (1)
La mayoría de  las poblaciones del estado Cojedes han sido fundadas por sacerdotes misioneros capuchinos, entre ellas El  Pao (1661), San Carlos de Austria (1678), la Misión del Tinaco (1679), San Diego de Cojedes (1700), la Divina Pastora del Jobal (Lagunitas, 1751). Tinaquillo es una excepción entre estos casos, porque ha sido una población con voluntad propia, que fue creciendo de manera natural a medida que sus pobladores fueron creciendo en número y poblando estas hermosas y fértiles tierras.
En esta oportunidad el comienzo es sencillo, me remitiré a una parte del trabajo presentado por el historiador y antropólogo Argenis Agüero en su libro “Historia Oculta” en el capítulo “El verdadero origen de Tinaquillo”, que cito a continuación:
“…se evidencia que el primer contacto de los europeos con las tierras donde actualmente se asienta Tinaquillo tuvo lugar en la primera mitad del siglo XVII cuando varios conquistadores españoles anduvieron en esos predios: Pedro Sevilla y Antonio Luis Reyes (aunque no llegaron juntos); los dos visitaron la zona a comienzos de 1629 y posteriormente hicieron (por separado) una solicitud de tierras a Don Juan de Meneses, Gobernador y Capitán General de Venezuela, asentado en la ciudad de Nuestra Señora del Prado de Talavera de Nirgua (actual Estado Yaracuy). Dicho funcionario envió una comisión a la zona para verificar que la misma no estuviese ocupada por algún otro súbdito, y luego de comprobar que no lo estaba les concedió, en nombre del Rey de España, las tierras solicitadas. A Sevilla le otorgó el área comprendida “entre el cerro de Las Tetas, Casupo y el río Tirgua”, mientras que a Antonio Luis Reyes le concedió el área comprendida por “las sabanas de los Taguanes limitadas por los ríos Chirgua y Tirgua”, zona donde luego se asentó Tinaquillo. Veamos a continuación los detalles.
La solicitud de Antonio Luis Reyes fue por las tierras comprendidas entre “los ríos Chirgua, Tirgua, la boca de Casupo, el cerro Las Tetas, el cerro de Papelón y el boquerón de Chirgua”, con la finalidad de establecer “dos sitios para sus hatos de cría de ganado de 16 fanegadas* cada uno en la sabana de los Taguanes”. El 10 de febrero de 1630 el Gobernador Meneses comisionó al Capitán Juan Tomé de la Gala y al Escribano Público de Cabildo de Nirgua, Don Mauricio Fernández, para realizar una visita de inspección a la zona a objeto de verificar que las tierras se hallaban “valdías y realengas y no se le causaría perjuicio a los naturales” (naturales= indígenas). Dos días después estos regresaron a Nirgua con el visto bueno a la solicitud y el Gobernador Meneses otorgó las tierras al solicitante Reyes el 15 de febrero de 1630.”(2)
Y luego en el libro antes revisado, el antropólogo Agüero da su opinión al respecto, de una manera detallada, la cual transcribo seguidamente:
“El análisis de los textos citados nos lleva a concluir que el poblamiento primario de Tinaquillo ocurrió en el año 1630 cuando Antonio Luis Reyes debió empezar la instalación de sus hatos (lo cual estaba obligado a ejecutar para evitar que otro conquistador lo ocupase o hiciere otra solicitud al permanecer realenga el área). Como es de entenderse, los primeros pasos para el establecimiento del hato se tradujeron en la construcción  de casas de bahareque, el traslado desde Nirgua del ganado y demás animales (caballos, mulas y burros), aves de corral, y lo más importante: la incorporación de mano de obra, consistente básicamente en aborígenes y esclavos negros. Ahí comenzó el poblamiento inicial que con el correr del tiempo se convirtió en el pueblo de Tinaquillo, ubicado a orillas del “río del Tinaquillo”. (3)
Con el mismo sentido que da el antropólogo Agüero, y como si quisiera apoyar ese comentario, lo hace el historiador Dr. José Ramón López Gómez en su libro “Fundaciones de Pueblos de Cojedes” en el capítulo “Sobre el origen del nombre de Tinaquillo, en su aspecto “Orígenes del pueblo”, cuando señala:
“El historiador Arcila Farías, señala que para 1560 había algunos hatos en Valencia, y no es de extrañar, que los vecinos de esta ciudad y los de Nirgua, población situada al noreste buscó las altas sabanas de Tamanaco, Pegones y Taguanez, para establecer los primeros hatos en estos lugares, alrededor de los cuales comenzaría a formarse un pueblo que estaría arreglado a la presencia de algunos blancos, pardos, indios, negros y mestizos…”(4)
Y más adelante continúa el Dr. López Gómez, en el libro citado, en el aspecto “Menciones al pueblo de Tinaquillo”, señala lo siguiente:
“Según el Diccionario Geográfico-Histórico de las Indias Occidentales ó América: Tinaquillo es una población perteneciente al nuevo reino de Granada situado a las orillas y cabeceras del río Coxedes al sur la ciudad de Valencia. Este pueblo aparentemente no tiene partida de nacimiento exacta; no hay ningún documento, edicto o acta de fundación que nos haga pensar lo contrario, tampoco fue creado como pueblo de Indias, ni como misión. Por tanto, cobra cada vez más partido la idea de que este pueblo se fue formando como ya lo hemos dicho, alrededor de vecinos que juntaron sus casas y sus solares, para formar un poblado, durante las últimas décadas del siglo XVII…”(5)
Sin embargo, a pesar de estas investigaciones (más recientes) y con mayor documentación que las sustenten; en el pasado, otros investigadores habían señalado que si hubo fundación. “Las indagaciones sobre el origen de Tinaquillo nos han llevado a señalar –según el Dr. J. R. López Gómez- una serie de fechas que no constituyen un dato definitivo acerca de su fundación como pueblo; así para 1680 Fray Luis de Salavarría “funda un pueblo intermedio entre San Carlos y Valencia, al cual llamó “Nuestra Señora del Tinaquito”(6), documentación extraída por este autor del libro “Estudios Indígenas” de Arístides Rojas.
Más adelante, el mismo cronista de Tinaquillo, Dr. López Gómez, comenta también sobre otra documentación, y dice: “Por otra parte, Don Eloy Fernández, maestro que fue de este pueblo, en su trabajo “Tinaquillo ante el espejo de la Patria”, menciona que Tinaquillo fue fundado por colonos venidos del Cantón del Pao en 1705.”(7)
Indagando un poco más, sobre el trabajo de estos investigadores, vemos que toma mayor fuerza la tesis del poblamiento espontáneo de Tinaquillo. El antropólogo e historiador Agüero, en su obra citada, en el capítulo: “Tinaquillo: El origen y sus primeros años de existencia” señala al respecto:
“El inicio de actividades de esta unidad de producción agropecuaria conllevó a la ocupación del territorio y, en consecuencia, se fueron construyendo viviendas para uso de los esclavos y peones que constituían la mano de obra, conllevando al surgimiento de una pequeña aldea en la ribera del río del Tinaquillo. No se tiene información precisa de las actividades humanas allí hasta el 31 de marzo de 1734, cuando hay una referencia reflejada en la cláusula testamental N° 19 de Joseph Hernández de Villegas, donde declara que:
 Feliz Bentura Quiñones, debe trescientos y veinticinco pesos que constan de vale que tiene hecho (…) y manda se cobren con más de diez pesos de una res, y el maíz de diezmo que recogiese en el valle de El Tinaquillo, el que le vendió el otorgante al precio que dicho Féliz Bentura le pareciese”(8)
Esto da a entender que Tinaquillo tenía una población dispersa motivado a sus medios de producción, que para la época requerían de espacios suficientes para ejecutarlos. También se puede apoyar esta tesis, respaldado por la bitácora de viajero Don Miguel de Santiesteban, en su relación de viaje de Lima (Perú) hasta Caracas (1741) que reseña parte de la actividad que presenció en su viaje:
“El martes 12 partimos de Tinaco y llegamos a Tinaquillo que es un sitio que toma el nombre de un pequeño río que pasa inmediato a él, en que se han congregado algunos vecindarios de gente pobre que vive de la cría del ganado vacuno, algún maíz y legumbres que siembran, y mantienen un sacerdote prorrateando entre ellos la congrua para su sustento…” Y más adelante agrega: “Este día fue muy caluroso y nos hospedamos en casa de una mulata llamada Catalina, que nos asistió con mucho agrado; compramos una docena de pollos a medio real al recogedor de diezmos, y también hay muy buenos quesos…”(9)
Citamos de nuevo al Dr. López Gómez en su libro Fundaciones de Pueblos de Cojedes en el aparte dedicado a Tinaquiilo, “La Condición de Pueblo”:
“En el año de 1759, Fray Phelipe de Marchena, escribe al Sr. Gobernador y Capitán General de la Provincia, señalando que se le había nombrado en calidad de cura del pueblo de Tinaquillo, que para aquel entonces tenía 250 almas “sin concurrencia a doctrina christiana y sacrificio de la Misa en los días solemnes y calendas ni instrucción política y christiana”; y en tal razón, solicita el auxilio real y el apoyo necesario para que los indios y vecinos dispersos de aquel parage sean traídos y reducidos a población debajo de aquella campana donde puedan ser instruidos política y cristianamente, a cuyo logro aplicaré todo mi cuidado por los medios conducentes hasta que queden fundados y poblados. Hechas estas diligencias, se cumplieron los deseos del Fraile cuando el Señor Phelipe Ramírez Estenor, Brigadier de los Reales Exercitos de su Magd. Govdr. Y Cap. Gral. De esta provincia, con acuerdo del señor Tte. Gral. Dr. Joseph Ferrer así lo firmaron en auto original de despacho…” en Caracas a veinticinco de Abril de mil setecientos y sesenta años” (10)
Tomando como referencia lo citado anteriormente, en la actualidad la Municipalidad local celebra cada 25 de abril como Día de Tinaquillo; pero podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que no se puede hablar de la fundación de Tinaquillo para esa fecha.
El Obispo Mariano Martí en sus Documentos relativos a su visita Pastoral de la Diócesis de Caracas (1771-1784) Tomo II Libro Personal, describe su entrada al territorio de Tinaquillo, de la manera siguiente:
“Día 27 de dicho mes de febrero de 1781 salimos al amanecer de dicho sitio o sabana de Carabovos, pasamos el territorio o cerros de las hermanas, y a las diez de la mañana llegamos a este pueblo de Tinaquillo” (11)
Esta fecha, 27 de febrero, fue la primera fecha escogida por la Municipalidad de Tinaquillo como si fuese la fecha de su fundación y así se  celebraba, cada año, el Día de Tinaquillo. Con el transcurrir del tiempo fue modificada esta decisión. Al respecto el cronista local Dr. López Gómez, en su libro de crónicas señala:
“Esta fecha se  ha venido teniendo en Tinaquillo como fecha lustral de su existencia como pueblo, celebrándose cada 27 de este mes, la fiesta recordatoria de este hecho. Sin embargo, estamos seguros de que hay un error de tipo histórico, mal puede hablarse de un primer bautizo para esta fecha, si con anterioridad de más de 30 años ya existía iglesia y oficiantes.”(12)
Continuando con la información aportada por el Obispo Mariano Martí, respecto a Tinaquillo y sus alrededores, en lo referente a las características,  medios de producción y costumbres, al respecto dice:
“Este pueblo se compone de blancos, mestizos, mulatos, negros y también tres indios casados, aunque pueda ser que no hayga más que dos indios casados, porque de los tres ha desaparecido uno (…)
Me dice este religioso que muchos de estos vecinos tienen trapiches, aunque cortos. Unos los tienen a caballos, otros de mano, donde hacen papelones y también aguardiente, y una y otra cosa o la venden acá o la llevan al Pao. Haze acá mucha falta el tabaco con el qual compravan vestido para cubrirse y era de buena calidad este tabaco. Acá se coge maís, yuca, plátanos, arroz, algodón y algunas legumbres y todo quanto se siembra”
Y más adelante continúa sobre el tema: “Me dice este religioso que un vezino tendrá unas trescientas reses vacunas en la sabana por donde pasé desde Chirgua hasta este pueblo, y otro vezino tendrá unas ducientas reses en las sabanas de los Pegones; unos ocho vecinos tienen también algunas reses vacunas, unos diez vacas, otros veinte y otros poco más o menos. Muchos tienen su vaca de leche cerca o dentro de este mismo pueblo” (13)
Lo descrito anteriormente nos permite confirmar que por el tipo de actividad económica que se desarrollaba para la época, la población de Tinaquillo estaba dispersa y no creada alrededor de la Iglesia y la Plaza Mayor como en las poblaciones que tienen actas de fundación; sino que fue creciendo lenta y espontáneamente. Y más adelante aporta un dato importante, al respecto:
“Estas tierras donde está situado este pueblo eran de don Juan Antonio Monagas, quien tenía una capilla a la otra banda de la quebrada, separada de su casa como unas tres o quatro quadras. Siempre fue Capilla pública en donde se hazían bautismos, y este padre Vicario de San Carlos, que entonces era Teniente de Cura de la Parroquia de San Carlos, me dize que dos vezes bautizó solemnemente a alguno en dicha Capilla, y que en ella se hazían entierros” (14)
Apoyándome en la investigación de Agüero, es conveniente finalmente agregar el aporte siguiente:
“Otros datos de significación los ofrece el Dr. Eloy Guillermo González en su obra Historia Estadística del estado Cojedes (1911), en la cual hace un análisis de la información aportada por el Obispo Martí en 1781:
El de Tinaquillo era de españoles, aunque la principal población la formaban los pardos; no había negros libres, aunque sí 41 esclavos. No se supo la época, de su fundación, ni existe dato que la haga presumir, pero verosímilmente fue en los mismos años en que los misioneros comenzaron a poblar a Cojedes, a fines del siglo XVII, en la década de 1680 a 1690. Para 1769 ya el cura de San Carlos administraba los sacramentos en la capilla o iglesia de Tinaquillo.”(15)
Las documentaciones que apoyan a los historiadores e investigadores referentes a los orígenes de nuestro pueblo, más el trabajo que por años  hemos venido haciendo al respecto, nos permite inferir que Tinaquillo es uno de los pocos poblados antiguos del estado Cojedes que no tiene una partida de nacimiento, certificación de principio o acta fundacional; es una ciudad cuyo origen exacto se desconoce, aun cuando se sabe, por todos los datos aportados, que éste se remonta a la primera mitad del siglo XVII, como un poblado de generación espontánea.

JIHR/Tinaquillo 25/04/2020.
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CITAS REFERENCIALES:
(1)LÓPEZ GÓMEZ, José Ramón (1989) Crónicas del Tinaquillo de ayer. p/51-52.
(2) AGÜERO, Argenis (2019) Historia Oculta. p/12.
(3) AGÜERO, A. Ob. cit. p/13.
(4) LÓPEZ GÓMEZ, José Ramón (2001) Fundaciones de Pueblos de Cojedes. p/62-63.
(5) LÓPEZ GÓMEZ, J. R. Ob. cit. p/64
(6) LÓPEZ GÓMEZ, J. R. Crónicas del Tinaquillo…”. p/52.
(7) Idem.
(8) AGÜERO, A. Ob. cit. p/104.
(9) ARELLANO MORENO, Antonio (1970) Documentos para la Historia de la Época Colonial, Viajes e Informes. p/9.
(10) Idem. p/67.
(11) MARTI, Mariano (1998) Documentos relativos a su visita Pastoral de la Diócesis de Caracas (1771-1784) Tomo II Libro Personal. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. p/212.
(12) LÓPEZ G. Ob. cit. p/64.
(13) MARTI, M. Ob. cit. p/215
(14) Idem. p/216.
(15) AGÜERO, A. Ob. cit. p/235
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1 comentario:

  1. Muy buenas noches apreciado Licenciado Juan Herrera Requena, leí con complacencia la didáctica de Tinaquillo, excelente aporte para el conocimiento de mi terruño como zuliano nacido en Cabimas y criado en Tinaquillo, hace falta mucha teoría de la idiosincrasia tinaquillera y cojedeña, me siento un tinaquillero más al leer esta excelente disertación que evoca el sentimiento llanero, yo estudie en la Escuela "GENERAL JOSÉ ANTONIO ANZOÁTEGUI", parte de mi primaria y básica, excelente muy acogedora lectura, saludos, éxitos y un gran abrazo como la inmensidad del llano.

    ABDO PRIETO VALERIO
    Sargento Supervisor
    Armada Bolivariana

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