(Imagen de Alfonso Giraldo Calderón)
TÍO CONEJO Y EL PAGO DE LA DEUDA
Este es el cuento
‘e Tío Conejo. Tío Conejo tenía la mujer muy preñá y salió a quitá cinco pesos
prestaos. Llegó a casa ‘e la comadre Cucaracha. Le dijo: -Buenos días, Comadre
Cucaracha.
-Buenos días, Tío Conejo, pase
adelante.
-No, yo no puedo pasá adelante porque yo ando apurao, Vengo pa’ que me
preste cinco pesos y vaya usté mañana pa’ pagáselos, después de pagáselos, le
voy a da una regalía.
-Aquí tiene sus cinco pesos, Tío Conejo.
Llegó a casa ‘e Tía Gallina. -Buenos días, Comae Gallina
-Buenos días, Compae Conejo ¡Adelante!
-No puedo pasá adelante. Vengo a que me preste cinco pesos, porque tengo
la mujé preñaota y quiero cinco pesos pa´ cuidarla. Y vaya mañana a las seis y
media para pagárselos; después de pagárselos le voy a da una regalía.
-¡Cómo no, Tío Conejo! Aquí tiene cinco pesos.
Bueno, entonces fue a casa del zorro. -Buenos días, Compae Zorro.
-Buenos días, Compae Conejo ¡Adelante!
-No puedo pasá adelante. Vengo a que me preste cinco pesos y vaya a las
seis y media pa´ pagáselos; después de
pagáselos le voy a dar una regalía.
Después fue a casa ‘el perro. -Buenos días, Compae Perro.
-Buenos días, Compae Conejo ¡Adelante!
-No puedo pasá adelante. Vengo a que me preste cinco pesos y vaya a las
siete de la mañana, pa´ después de
pagale, me va hacé un trabajito allá.
Después fue casa del Tigre.
-Buenos días, Compae Tigre.
-Buenos días, Tío Conejo. Pase adelante.
-No puedo pasá adelante. Vengo a que me preste cinco pesos pa’... y vaya
a las ocho de la mañana, que después de
pagáselos le voy a da una regalía.
-¡Cómo no, Tío Conejo! Aquí tiene cinco pesos.
Ai fue casa el Hombre. -Buenos
días, Tío Hombre.
-Buenos días. Adelante, Tío Conejo.
-No puedo pasá adelante porque ando apurao. Ando que me preste cinco
pesos pa’... cuidá a Coneja que ya está en el mes y... y estoy esperándole el
parto.
-Aquí tan los cinco pesos.
-Después que le pague los cinco pesos, me va hacé dos favores allá.
-¡Cómo no, Compae Conejo, lo que usted quiera!
A las cuatro de la mañana se presentó el Mono: -Buenos días, Tío Conejo.
-Adelante, Tío Mono, móntese en ese mamón. Cómase los mamones que usté
quiera y avíseme to’ el que venga por ese camino. Al ratico dijo el Mono:
-¡Uuujúu! (grito agudo), allá viene un bicho con los bigoticos a rastras
y las alas a rastras.
-Esa es mi Comae Cucaracha... Adelante, Tía Cucaracha, aquí le traje un
regalo.
Era una concha ‘e topocho que le pusieron a la cucaracha pa’ que comiera
ai. Entonces dijo el Mono, arriba: -¡Uuujúu!, allá viene un bicho con dos
paticas y un rabito y un piquito.
-¡Esa es mi Comae Gallina, aonde me vea me come! Dice la cucaracha.
-¡Métase en ese baúl de Coneja, que ahí yo la despacho ligero pa’ que se
vaya!
-Buenos días, Comae Gallina.
-Buenos días.
-Mire, ahí le tengo un regalo. En ese baúl de Coneja está una condenada
cucaracha, ¡Cómasela! ¡Zas!., y le puso el pico y se la comió. Entonces dijo el
Mono arriba:
-¡Uuujúu!, allá viene un bicho con cuatro patas, un rabo y un hociquito.
-¡Ese es el Tío Zorro, aonde me vea me come! Dice la gallina.
-Escóndase en esa mata ‘e topocho,
Tía Gallina.
Entonces, en lo que llegó el zorro le dijo: -Ai le tengo su regalo. En
esa mata é topocho está una gallina gorda. -¡Pas! Fue y entonces se la comió.
Dice el mono:
-¡Uuujúu!, allá viene un bicho con cuatro paticas, un rabito y un
jociquito
-¡Ese es mi compae Perro, aonde me vea me mata! Dijo el zorro.
-¡Hum! Métase aonde estaba la gallina, que ahí no lo encuentran. Yo lo
despacho
ligero pa’ que se vaya.
-Compae Perro, ái le tengo ¡carajo!, un trabajo que me va hacé. Un
condenado zorro no me deja gallina a...
a Coneja. Y ya usté ve cómo está. ¡Máteme ese condenado Zorro! ¡Pas! Fue y lo
mató. Dijo el Mono arriba:
-¡Uuujúu!, allá viene un bicho, un bicho pintaote, con el rabote.
-¡Ese es Tío Tigre, Compae Conejo!
Aonde me vea me mata.
-No, Compae, escóndase allá, ande estaba el zorro. Que yo lo despacho ligero
pa’ que se vaya.
-Mire, Compae Tigre, ái le tengo un condenado perro que no le deja un
gueso a Coneja, que no lo coma. Vaya y
mátelo. ¡Pas! Y lo mató.
Dijo el mono allá arriba: -¡Uuujúu!, allá viene un bicho con dos paticas,
un sombrerito y un palito en el hombro.
-¡Ese es mi Compae Hombre, aonde me vea me mata! – Dijo el Tigre.
-Métase ahí en el cuarto ‘e coneja. Ai tie que respetarlo él, porque ái
está en el cuarto ‘e Coneja. No me lo puede echar a perdé.
-Mire, compañero Hombre, ai ese condenado Tigre me ha cogío el cuarto ‘e
Coneja desde esta mañana. Y no es posible... ¡Echámele un tiro!
¡Pan! Lo mataron. -Vuelva a cargá la escopeta pa’ que me mate a un
condenado mono... Já, Já, Já (risas del
informante)
CASO DEL GALLO Y EL ZORRO
Ah!... Una vez estaba un zorro esperando que se bajara un gallo de... de un jobo... que estaba durmiendo el gallo. Y entonces, el gallo veía el zorro abajo, y decía:
-Yo no me bajo ni de casualidad. Ese zorro me puede comé.
Entonces, cuando llegaron las doce, hizo el gallo: paquí! paquí! paquí! Cujúuu
-¿Por qué se alegra usté tanto ahora a las doce, que son las doce, compañero?
-Porque no dilata mi café.
-¿Quién le trae su café?
-Las dos perras viejas cazadoras y el perro macho.
-A mí me está sabiendo la boca a café. Yo me voy a ir, porque el mío debe estar colao ya... Dijo el zorro, y se fue, cará.
EL TIGRE, EL ZORRO Y EL HOMBRE
Una vez el Hombre iba para su conuco por un camino anieblao. Entonces el
Tigre decide comerse al hombre; pero el Zorro lo oye cuando dice lo que va
hacer. El Tigre se pone a esperar al
hombre. Pero el Zorro se coloca más adelante, y cuando ve al Hombre le dice:
Tío Hombre, no vaya al conuco. ¡Ahí está el Tigre esperándolo!
-¿Qué vamos a hacé? – Pregunta el Hombre.
-Con “albitrio” se hace todo, Le contesta el Zorro
-¿Cómo hacemos? A Tío Tigre no hay quien se lo gane. -Entonces le
contesta el Zorro:
-Yo me voy adelante y grito: “¿Ya llegaste?” Y usted me contesta: “¡No!”
Así fue, y cuando el Tigre oyó los gritos, se asombra, extrañado. Se
repite el grito, y la respuesta fue: “¡Sí!”. Y entonces el Tigre pregunta:
-¿Quién grita por ahí?
-Y el Hombre contesta: -El defensor del mundo – (que era lo que el Zorro
le había indicado que contestara). Pregunta el Zorro: -¿Ya lo amarraste? ¿Qué
hacés que no lo amarrás?
-¿Amarrame a yo? Esa vaina sí que no – Dice el Tigre asustado.
-Vuelve a preguntar el Zorro: ¿Ya lo amarraste?
-Aquí dice que no se deja amarrá; contesta el Hombre.
-¿Qué le dice?; Pregunta el Tigre.
-Que usted no se deja amarrá.
-Amárrame, pero con cuidao.
-Entonces el Zorro pregunta al hombre: ¿Ya lo amaniaste? ¿Qué hacés que
no lo amaniatás?
-¿Amántame a yo? ¡Esa vaina sí que no!; dice el Tigre, hasta que por fin
acepta: -Amaniatáme, pero con cuidao.
Cuando ya el tigre está amarrado y amaniatado, el Zorro pregunta al
Hombre: -¿Ya lo capaste? ¿Qué hacés que no lo capás?
-¿Capame a yo? Esa vaina sí que no! – Dice el Tigre, lleno de miedo.
Sucede lo mismo de la vez anterior, y por fin el Tigre le dice al Hombre:
-Cápame pero con cuidado.
Entonces pregunta el Zorro: -¿Lo capaste?
-Sí, ya lo capé- - Contesta el Hombre.
-Y el Zorro le replica: -¿Y que hacés que no lo degollás?
-¿Qué dice? – Pregunta el Tigre.
-Que si no se deja degollá - Le contesta el Hombre.
-Hasta ahí llegué yo. – Dice el Tigre
Entonces el Hombre lo amenaza con que saldrá el defensor del mundo y
vendrá donde están ellos: “Ahí viene”.
Entonces el Tigre se asusta, y le dice al Hombre:
-Dególlame, pero con cuidaíto
-El Tigre muere degollao, y el Hombre se muestra agradecido a Tío Zorro
-¿Cómo le pago, Tío Zorro?- Le pregunta
-Eso es nada. ¿Pero, vos tenés gallinas gordas?
-Y salen el Zorro y el Hombre a buscar las gallinas. Cuando llegan a la
casa, les sale la mujer y le pregunta al Hombre: -¿Qué traes ahí?
-El Zorro me hizo un gran favor. – Dice el Hombre, y le explica a la
Mujer a lo que vienen. Entonces la Mujer le dice que allí cerca en el monte
tiene una pava clueca y que se la va buscar. Pero lo que trajo en un saco fue
una perra cazadora, que empezó a perseguir al Zorro.
-Un bien con un mal se paga! – Decía el Zorro mientras iba corriendo.
-Hasta que la perra lo alcanzó y lo mató en el mismo sitio donde
degollaron al Tigre.
Estos
relatos son del registro de Heriberto Jesús Vidal Hernández. Narrador
cojedeño, nacido el 1 de junio de 1912 en Arismendi, estado Barinas y fallecido
en San Carlos, el 19 de marzo de 1980. Trashumante de las sabanas, experto en
muchos oficios y prácticas campesinas, vivió en Lagunitas, donde se recopilan
estos cachos. Poeta reconocido, humorista
y forjador de refranes, es casi un mito cojedeño del donaire del lenguaje popular y de la conseja criolla.
Desde 1959, su obra es una de más compiladas en la historia literaria de
Cojedes (oral o escrita), e incluso, en la narrativa oral venezolana, en obras
de investigadores como: Milton Cardona, Luis Felipe Ramón y Rivera, Isabel Aretz, Gustavo Luis Carrera, Yolanda Salas de
Lecuna, María del Rosario Jiménez Turco, Josefina
Acuña Colmenarez y Pedro Rafael Manzanero. De este verdadero “clásico” de la
oralidad venezolana, se toman las versiones de: Digitalización, catalogación informática y estudio
Transinterdisciplinario de manifestaciones de literatura oral, UCV (Jiménez
Turco, Medina López y Sandoval, UCV 2007), compiladas por Gustavo Luis
Carrera, Miguel Cardona y Abilio Reyes, entre 1958 y 1970, siendo su
transcriptor Alvaro D’Marco.
Textos tomados del libro: 100 CACHOS:
ANTOLOGÍA DE LA NARRATIVA FANTÁSTICA
ORAL DE COJEDES (Compilación, Prólogo-Estudio, selección y notas de Isaías Medina López; 2013)
Publicado por la UNELLEZ-VIPI, en San
Carlos, Cojedes, Venezuela. Edición de la Coordinación de Postgrado y la Coordinación de Investigación
BUENOS LOS RELATOS, MI PREFERIDO FUE TÍO CONEJO Y EL PAGO DE LA DEUDA. EL HOMBRE ES MALO.
ResponderEliminarEstas narraciones son cuentos infantiles, donde se relaciona el campo y los animales donde tambièn se refleja el criollismo en la forma del hàbla.
ResponderEliminarEsto nos lleva a una gran reflexion.! que todo lo malo que hagas se te devolvera y algun dia te pasara lo mismo.!
ResponderEliminarme gusto el de TÍO CONEJO Y EL PAGO DE LA DEUDA, aunque todos son un poco grotescos y a la vez lúgubres y funestos. pero igual estan bien. gracias.
ResponderEliminarSon maravillosos cuentos llaneros, entre ellas la historia de tio conejo, el aparenta respetar la legalidad del negocio q hizo con todos los animales, lo cual lo hizo con tanta inocencia, lo cual su objetivo final era no devolver los pesos que obtuvo y evadir el castigo. Tío conejo elimina a todos los testigos que podían denunciarlo y cobrarle la sanción menos al testigo clave, el mono. Estas historia son realmente hermosa, donde podemos analizar que muchas veces, en el quehacer diario de la. Lo esencial en la vida es despertar al tigre que se lleva dentro del alma. Lo que fundamental está en un cambio radical de actitud ante lo que pasa. Y la mente decidirá la configuración que ir tomando la energía ante la vida.
ResponderEliminarexelentes cuentos y historias que nos dan mensajes de reflexiones.
ResponderEliminarA la liebre atribuían los griegos la astucia y agilidad y así se evidencia en la tradición fabularia. Su personificación criolla, Tio Conejo, no se queda atrás. Artero, agudo y muchas veces reflexivo, es la encarnación del llanero taimado, no en vano su enemigo es el tigre. La tradición del fabulador, conocido en nuestras tierras como cachero sigue llenando las tardes de nuestros campos de anécdotas, tradiciones y sabidurías. Son los libros vivientes que no podemos perder. Televisión, cine y otros entretenimientos “modernos” no se le comparan ni de cerca a la experiencia de escuchar una retahila de cuentos al abrigo de un guarapo caliente.
ResponderEliminarmuy interesante cada uno de estos cuentos nos enseñan muchas cosas y nos dejan buenos mensajes me gusto mucho el de TÍO CONEJO Y EL PAGO DE LA DEUDA. gracias por por la información.
ResponderEliminarexcelente muy buena
ResponderEliminarExcelentes narrativas y cuentos los cuales al interpretarlos nos dan maravillosas reflexiones.
ResponderEliminaresto lo leia yo mucho cuando estudiaba la secundaria me encantaba tio conejo
ResponderEliminarestos cuentos es una reflexion para nuestro ambito social
ResponderEliminares una narracion muy interesante ya q sirve para reflexionar en nuestros ambito social ...
ResponderEliminarExcelentes cachos llaneros ... fabulas para la reflexion, muchos son como los zorros, pero siempre encuentran su gallo montados en el arbol...
ResponderEliminarRelatos recogidos a través de la oralidad y también de aventuras de personajes reconocidos de un lugar. Son libros vivientes que se dan a conocer a través de narraciones que son reflexionables y que han pasado en el transcurrir de los años, que a su vez son adaptados a niños para su diversión y alegría.
ResponderEliminarlindos relatos me encantan esos de aventuras
ResponderEliminarfabulas llaneras, son lo mejor para enseñar aun a nuestros niños...
ResponderEliminarfuturos docentes se las recomiendo.
relatos y cuentos para reflexionar muy buenos.
ResponderEliminarMuy buenos todos estos relatos, relatos que muchas veces llegué a escuchar en la llanura por boca de mi abuelo Jesus Manuel Rodriguez y sus viejos amigos. Y que por cierto no sabia, tenian esa denominación de "cachos", ademas de hacerme pasar buenos ratos, siempre los he considerado reflexivos e inquietantes. Agradecido Prof. Isaias por promever y compartir todas estas riquezas literarias.
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