El temido Silbón y su pavorosa mirada
(Archivo del IACEB)
Un texto fundamental, pero muy poco conocido en la cultura llanera
(Detalle de la portada del libro "El Silbón: Realidad y Leyenda",
(Detalle de la portada del libro "El Silbón: Realidad y Leyenda",
de Dámaso Delgado, publicado en Acarigua, 1998)
Fuente y elenco: Dámaso Delgado (José Juan)
Victorino
Castellanos (Juan Hilario y Coplero 2; C2)
Joseíto
Herrera (Coplero 1; C1); Alfredo
Acuña Zapata (Narrador y el Visitante); Víctor
Morillo (Declamador; D); José
“Catire” Carpio (Llanero Conversador y José Alí); Norma
Suárez (Coplera); Ramón
C. Martínez (Peón); Ramón
Toribio Egaña (Peón); Benilde
González (Rosita); Teresita
Vega (Josefa) y Josefina
Villarroel (Aurora)
C1: Esto
era lo que contaban
del
Silbón y la parranda
una
noche se encontraron
Hilarión
y el Desanda
una
noche se encontraron
Hilarión
y el Desanda,
Narrador: Este
álbum realizado para todos los estados de Venezuela, va dedicado con especial
cariño a la tierra de Páez.
Declamador: ¡Portuguesa!
Narrador: Nuestra
más alta aspiración, que esta producción artística – cultural hecha con cariño
y con esfuerzo, sea como un llamado de voluntad y esperanza para todos los
niños de Venezuela, para ellos el mensaje:
cada vez más a la patria
a través de sus escuelas
y que nada les detenga
en su afán de superarse
para hacerla cada día más libre.
Copleras: Yo nací en esta ribera
del Arauca vibrador…
D: Canción y letras
dignidad y altruismo
han de ser las sendas
por la que se conduzcan
los hombres de Portuguesa
y de Venezuela toda.
Narrador: Un
mensaje musical y amistoso de tres pueblos vecinos para hacerse más hermanos.
C1: No vayas para la fiesta
te dijeron Juan Hilario,
que en tierras de Portuguesa
va un espanto desandando,
que en tierras de Portuguesa
va un espanto desandando.
C1: No vayas para la fiesta
te dijeron Juan Hilario,
que en tierras de Portuguesa
va un espanto desandando,
que en tierras de Portuguesa
va un espanto desandando.
Narrador: Portuguesa,
Barinas, Cojedes; Horizonte extendido por caminos polvorientos, tierra generosa
donde la leyenda es copla y donde la copla es sabana, Llano adentro, corazón de
patria, sabanas inmensas y pajonales abiertos, arrieros del verso, baquianos de
la conversa.
Declamador: ¿Pa´
ónde va por´hay, Juan Hilario?
Narrador: Es
la pregunta del Llano contestador y bravío, retador y andariego.
Llanero Conversador: Epa
compañero, pero, ¿eso es cierto?
José Juan: Sí
compa, ciertico, dicen que nació en Guanarito o en Bijal, lo cierto es que en
Portuguesa y Barinas se ha criao, y Cojedes lo ha visto pasá.
Narrador: Son
las cinco y media de la tarde, el sol agonizante y rojizo desaparece lentamente
en la quietud del horizonte y por el camino polvoriento un hombre a pie con el
rostro sudoroso y el andar cansado; atrás el camino andado, por delante el
paisaje casi desierto: sabanas, cielo, vacas y garzas. Es el llanero mismo con
su estampa recia hundiendo su huella sobre la tierra brava, un Florentino, un
baquiano, o un caporal de hato, hijos siempre del inmenso Llano, hermanos de la
sabana.
sabanas que tanto quiero
voy con los pasos del día.
Narrador: Es casi
de noche, cuando se detiene ante una
Cruz del camino, se arrodilla ante ella
y le enciende una vela que trae en el bolsillo de la blusa, luego se persigna y se dispone a
reanudar la marcha, cuando alguien que camina en dirección contraria se le
acerca.
El
Visitante: Mire señor, usted, ¿es de por aquí?
José
Juan: Sí, de por aquí mismo ¿Qué se le ofrece?
El
Visitante: ¿Me podría indicar el camino que conduce a Los Jeyes?
José
Juan: Ese mismo que lleva ¿Pa´ qué casa va por´hay?
El
Visitante: Bueno, voy pa´l fundo del señor Montenegro, Juan José
Montenegro, que tiene una fiesta por ahí.
José
Juan: Ah, eso es allá alante;
siga por hay derecho, pero tenga cuidao con el peasito aquel de La Vuelta ´e Los Mangos, ahí mismo, al pasá el cañito, que
ahí sale el Silbón.
El
Visitante: ¿El Silbón?
José
Juan: Sí, el Silbón.
El
Visitante: No, no, no, pero, eso no existe.
José
Juan: Sí existe, señor y mucho, mire, por to´ estos caminos, por to´
estas sabanas y por to´ estas soledades, se va a encontrá con mucho más de lo
que usté ha visto en los libros.
El
Visitante: Bueno, yo he oído hablar algo de eso, pero, dicen que es una
leyenda. José Juan: Jmmm ¿Una leyenda?, una leyenda debe se´ lo que
cuentan del Silbón antes de se´ Silbón.
El
Visitante: ¿Cómo es eso de que el Silbón, antes de ser Silbón?
José
Juan: Pues, que dicen que, el Silbón es el ánima en pena de un hijo que mató
al papa pa´ comele la asadura, y que la mama lo maldijo pa´ to´a la vida.
El
Visitante: Ah…ya entiendo, ¿ y dicen que
nació en el Llano?
José
Juan: En Guanarito, compa, y Guanarito es Llano, y Llano es to´ esto que
estamos pisando.
El
Visitante: No, no, yo creo que eso es sólo
una leyenda, como dice la gente, lo que pasa es que, ustedes, los llaneros,
tienen un espíritu demasiado supersticioso.
José
Juan: Llano es Llano, compa, y a nosotros nos gusta de esa manera,
supersticiosos y to´ pue´ que seamos, pero con un corazón que no nos cabe en
to´ el ancho ´e la sabana, y en esa misma sabana que no alcanza pa´ arropale el
corazón al llanero es ´onde se ven to´
estas cosas que le estoy contando.
C1: Con
la claridad de un rayo
que alumbraba
la sabana
miró una sombra de lejos
con un maleto terciado,
miró una sombra de lejos
con un maleto terciado.
El
Visitante: Caray, pero ha de ser muy grande ese espanto del Silbón, pa´
que, pa´ que, ustedes, los llaneros, le tengan tanto miedo.
José
Juan: Uunnn…Canillú es lo que es el hombre, compa, canillú, mire, le digo que
lo han visto sentao y las rodillas le pasan del lao arriba ´e la cabeza.
El
Visitante: Y dígame una cosa; usted, ¿lo ha
visto?
José
Juan: De refilón, compa, de refilón, pero mire, lo he escuchao silbá y le
digo que no es pa´ juego la cosa.
El
Visitante: No, no, yo insisto en que eso no es más que una leyenda, amigo.
José
Juan: Amm., lo mismo decía Pacheco, lo mismito decía Pacheco.
El
Visitante: Bueno, y ¿quién es Pacheco?
José
Juan: Uno, que peleó con el Silbón.
El
Visitante: ¿Con el Silbón? ¿Y peleó, de verdad, con el Silbón?
José
Juan: Sí, pero lo dejó con una
calentura que lo tulló pa´ to´a la vida. Mire, cuenta el pasaje que al Silbón
le sonaban las costillas como a saco de algodón, pero lo cierto es que Pacheco
no púo caminá más de la calentura que le pegó.
El
Visitante: ¿Y usted, vio eso?
José
Juan: Bueno, eso es lo que cuenta la gente, pero mire, si usté, no quiere
cree, le voy a contá un caso que yo vi con mis propios ojos y que sucedió aquí
mismo, aquí mismito, en el camino ´e Quebrá Seca.
Narrador: Era
el mes de mayo, mes de espantos y de aparecidos, época de lluvia, cuando la
sabana se viste de flores y el terronal se remoja: Llano en mayo, con sus
noches oscuras y caminos llenos de agua. El caney estaba de fiesta, la alegría
se volvía copla y la copla se hacía romance; Llano adentro, caminante sin rumbo
por sabanas de Portuguesa y al compás de una bandola, desde el tranquero de un
rancho, fue surgiendo esta leyenda.
C2:
Toma el agua, Paso Real,
Paso Real, el pozo viene clarito
toma el agua, Paso Real, Paso Real.
Rosita: ¿Nos
llevas al baile, José Juan?
Josefa: Sí, José
Juan, llévanos.
Aurora: Sí,
hombre.
José
Juan: Bueno, cómo no; pero se arreglan temprano que todavía hay mucho que
hacé y el patio no se ha barrío.
Narrador: El
día había comenzado entusiasmado y alegre, salpicado de bullangueros
comentarios sobre la fiesta de joropo que daría don Encarnación en el Hato
Quebrá Seca, todos parecían haberse levantado con el corazón de fiesta y el
entusiasmo en los labios, al despuntar de aquel día, la sabana, los caminos,
los caneyes y los ranchos fueron saturados con el rumor de la fiesta que
todavía no llegaba, las muchachas visitaron tempranito el espejo del jagüey y
las frases invitadoras se quedaron retozando a la orilla del camino.
José Alí: Nos
vemos en el baile esta noche, catira, al comenzá el joropo.
Rosita: Bueno, si
nos lleva José Juan.
José Alí: Mire
compa, aclárece la garganta pa´ que le eche una entraíta al joropo esta noche,
no más que reviente el arpa.
José Juan: Si
hombre, compa que por allá nos veremos.
Si Dios quiere.
Narrador: Pero algo
había querido decir que no, al encuentro de la cita. La tarde llegó con
nubarrones de lluvia y viento fuerte que sacudía los chaparrales asustando la
sabana. Los caminos fueron llenándose de agua y las aves se recogieron
temprano. (Efectos especiales: se oye caer un aguacero, luego una breve pausa
de silencio y después el sonido de afinación de un cuatro) Agoniza la tarde
callada y llena de presagios, mientras el caporal del Hato Los Malabares
rasguea las cuerdas de un cuatro, al tiempo que deja escapar la vista más allá
del camino, contemplando el morir de aquella tarde, que no se había hecho
anunciar, allá, por Los Malabares y se despide silenciosa en medio de charcos
de agua.
Juan Hilario: Jumm.
Narrador: Se aclara el pecho aquel hombre y José Juan
reconoce en la silueta del que se acerca al pequeño Juan Hilario, hombre de los
mil caminos por llegar a una parranda, Hilarión o Juan Parrandas, como todos lo
llaman (se oyen ladridos de perros); los perros ladran y la noche llegó
silbando.
José Juan: ¿Pa´ ónde
va por´hay, Juan Hilario, con esa noche tan fea?
Juan Hilario: Pa´
la fiesta, mi compa, pa´ la fiesta ´e
Quebrá Seca, que dicen van a está muy buena. Usté, ¿no se anima?
José Juan: Caray,
con tanta agua y esa noche tan oscura, mire como está el camino: ¡anegaiíto!
Juan Hilario: No
hombre, compa, el camino es lo de menos, otras veces ha llovío más y más lejos
todavía he andao, a mí el agua no me asusta, pa´ eso cargo mi chamarra,
anímese, compa Juan, échele los pies al barro que allá cogemos calor.
José Juan: Nooó,
compita, ni que estuviera enamorao pa´ cogé pa´ un baile con ese camino tan
barrialoso y lo que viene es agua, ¿sabe?, mire como está el relámpago:
¡Apuraiiíto! ¿Por qué, más bien, no se regresa pa´ la casa?
Juan Hilario: Nooo, ñerito, ese baile no me lo pueo
perdé, mire, si usté juera visto el bojote ´e
mujeres que han pasado pa´ esa fiesta, no estuviera horita parao en ese
tranquero.
José Juan: Mire que estamos en mayo, Juan Hilario, el
mes del Silbón, y en una noche como esta, jmm, no es pa´ uno anda buscando lo
que no se le ha perdío. Usted, ¿no ha escuchado mentá lo que le pasó a
Pacheco?
Juan Hilario: A caray,
ñero ¿Va a está usté creyendo en esa pendejá? Esos son embustes; cuentos de
camino.
José Juan: ¡Jmm!
¿Cuentos de camino? Lo que pasa es que, usté, no sabe lo espantoso que es ese
aparato, ñero, y lo feo que silba, mire, le digo que se le paran a uno los
pelos de punta.
Juan Hilario: A caray, compa, yo soy hombre pa´ echale
cuatro palos a cualquiera, que me salga el largurucho ése, pa´ que, usted, vea
la revolcá que le voy a echá.
José Juan: Mire Juan
Hilario, yo mejor lo dejo solo, usté será lo que sea, pero lo que es pa´ mí, el
Silbón no es juego.
Juan Hilario: Ja, ja, ja, ja, ja ¡Qué compa pa´ vainero!¡ Y
que teniéndole mieo al Silbón, no juegue! prosigue las risas de burla; ja, ja,
ja.
Narrador: Juan Hilario, burlón e incrédulo, se
aleja por la oscuridad del camino, mientras José Juan, persignándose, se
introduce en el rancho. La noche negra y teñida
ahoga el aullido de los
perros (se oyen aullidos de perros y un
silbido penetrante); Un
raro silbido penetrador y espeluznante
comienza a dejarse oír tras los pasos de Juan Hilario (se oye un silbido
penetrante), aquél extraño silbido se
repite, una y otra vez, en persecución del parrandero, pero éste creyendo que se trata de alguna treta de su amigo para asustarlo, continúa adelante
sin hacer caso de la proximidad del
espanto (se oye un silbido penetrante).
Juan Hilario: No hombre compa, sálgase de ese
mogote que lo que anda buscando es que lo pique una mapanare, ñero, váyase pa´
la casa, a mí, no me va usté a meté mieo (se oye un silbido penetrante).
Narrador: Un nuevo silbido, esta vez más
espeluznante y agudo, hace que Juan Hilario se detenga, un poco receloso, para enfocar con la linterna en todas
direcciones tratando de descubrir el misterio de aquellos silbidos, pero, no ve
nada y continúa adelante, recuerda las advertencias de su amigo y su propia
carcajada sacude el silencio de la noche.
Juan Hilario: Ja, ja, ja.
Narrador: Pero, aquellos silbidos se repiten
insistentemente (se oye un silbido penetrante) y Juan Hilario presa de los nervios empuña el garrote como único medio para defenderse
del extraño y misterioso perseguidor,
mas no ha terminado de empuñar el garrote, cuando un golpe en la espalda lo
hace rodar por el suelo, lanzando un grito de dolor se levanta con gran
rapidez, y como si estuviese viendo a su atacante, comienza a lanzar garrotazos
al revés y al derecho,
encogiéndose de dolor a cada golpe que recibe, rueda varias veces por el
suelo, pero continúa defendiéndose, hasta que agotado, ya sin fuerzas, lanza un
último grito y cae desmayado frente al tranquero de Los Malabares.
Juan Hilario: “Haaaaaa” (Se oye un silbido y luego aullidos
de perros).
Peón: Hey,
muchachos es Juan Hilario, corran, vengan pronto que es Juan Hilario, es Juan
Hilario.
Narrador: José Juan y el resto de los que han
oído el grito salen corriendo hasta el tranquero y al ver a Juan Hilario
tendido en el suelo se apresuran a prestarle auxilio (se oye un silbido
penetrante) pero, un nuevo silbido se deja escuchar casi encima de ellos y es
entonces cuando comprenden lo que sucede, inmediatamente comienzan a proferir
una serie de palabras al aire con las que pretenden ahuyentar al espanto.
Peón: Cuje,
Tureco, es el Silbón, ¡La tapara de ají y el mandador! ¡La tapara de ají y el
mandador!, es el Silbón, cuje, cuje, Tureco cuje, cuje.
Narrador: Aquellas palabras inundan todo el
ambiente y una espantosa sombra con la figura de un hombre ensombrerado y
extraordinariamente alto, pasa como un celaje, perdiéndose ante el asombro de
todos (se oye un silbido penetrante), el patio ha quedado en silencio y Juan
Hilario, volviéndose a la realidad, cuenta lo que le ha sucedido. Unos músicos
que regresan del baile de Quebrá Seca y que pasan en aquel preciso momento por
el lugar, son testigos de la confesión de Juan Hilario.
Juan Hilario: ¡Ay, compañero! Ya me mataba ese animal, mire usté,
compa José, ¡cómo me ha dejao! no me deje solo, no me deje solo, que me está
esperando en el camino, ¡Ay, que animal más horrible! ¡Ay, compa!, no me deje solo, que me está
esperando en el camino.
José Juan: Se lo dije, compa, se lo dije, compa
Hilario, se lo dije, eso le pasó por porfiao, por porfiao.
Juan Hilario: ¡Ay, compa!, si, usted, juera visto lo
feo que es ese aparato, ¡Sí! Si lo juera
visto, no vuelvo, ñero, palabrita ´e
Juan Hilario que no vuelvo a baile de noche, palabrita.
Narrador: José
Juan y sus amigos, después de oírle en silencio, lo ayudaron a levantarse para
que pasara aquella noche en el rancho de Los Malabares. Días después, el
corrido de Juan Hilario andaba de boca en boca, entre músicos y cantadores.
C1: Víspera de un tres de mayo
como a las seis de la tarde,
fueron grandes tempestades
y relámpago en el aire,
fueron grandes tempestades
y relámpago en el aire.
No vayas para la fiesta
te dijeron, Juan Hilario,
que en tierras de Portuguesa
va un espanto desandando,
que en tierras de Portuguesa
va un espanto desandando.
C1: Víspera de un tres de mayo
como a las seis de la tarde,
fueron grandes tempestades
y relámpago en el aire,
fueron grandes tempestades
y relámpago en el aire.
No vayas para la fiesta
te dijeron, Juan Hilario,
que en tierras de Portuguesa
va un espanto desandando,
que en tierras de Portuguesa
va un espanto desandando.
El Visitante: ¿Y
usted, vio todo eso?
Juan José: Sí,
compa, que yo era el caporal de Los Malabares y no es que yo quiera hacé la
cosa más grande, y si, usted, quiere, pregúntele a la gente del hato pa´ que
vea que le dicen lo mismito que le acabo de contar.
Narrador: Caray, nunca creí que fueran ciertas
todas esas cosas que se decían en el Llano.
José Juan: ¿Todavía no me cree?
El Visitante: No, ahora sí le creo. ¿Sabe cómo se
llama eso?
José Juan: ¿Qué?
El Visitante: Eso que, usted, me acaba de contar.
José Juan:
Pues, “Pasaje”, lo llamamos por aquí.
El Visitante: No, eso se llama folklore, y folklore
es el alma misma del pueblo, sus creencias, su sentir, sus costumbres.
José Juan:
¡Ha! pues, por aquí hay mucho de eso,
por donde quiera que usté camine se encuentra con corríos y con pasajes nacidos de aquí mismo, en esta
misma tierra; en el camino, en la laguna, en el caño, ´onde quiera que usté
arrime las huellas, ahí encuentra un peacito de eso, que como usté dice, es el
alma de los que vivimos por acá.
El Visitante: Esta tierra es maravillosa.
José Juan: ¿Ya
se va?
El Visitante: Sí, sí, sí.
José Juan: ¿Pa´ la fiesta?
El Visitante: No, no, no, voy a escribir sobre el
folklore de Portuguesa.
C1: Esto era lo que contaban
del Silbón y la parranda
una noche se encontraron
Hilarión y el Desanda,
una noche se encontraron
Hilarión y el Desanda.
Víspera de un tres de mayo
como a las seis de la tarde,
fueron grandes tempestades
C1: Esto era lo que contaban
del Silbón y la parranda
una noche se encontraron
Hilarión y el Desanda,
una noche se encontraron
Hilarión y el Desanda.
Víspera de un tres de mayo
como a las seis de la tarde,
fueron grandes tempestades
y relámpago en el aire,
fueron grandes tempestades
y relámpago en el aire
No vayas para la fiesta,
te dijeron Juan Hilario,
que en tierras de Portuguesa
va un espanto desandando,
que en tierras de Portuguesa
va un espanto desandando.
D: Esto era lo que contaban
del Silbón y las parrandas
una noche se encontraron
Hilarión y el Desandas.
No vayas para la fiesta,
te dijeron Juan Hilario,
que en tierras de Portuguesa
va un espanto desandando.
C1: El que vaya de parranda
que se vaya preparando
que si la noche lo agarra
el Silbón lo ´tá esperando,
que si la noche lo agarra
el Silbón lo ´tá esperando.
D: Y por todos los caminos de Portuguesa
se comentaban el corrío y la leyenda.
fueron grandes tempestades
y relámpago en el aire
No vayas para la fiesta,
te dijeron Juan Hilario,
que en tierras de Portuguesa
va un espanto desandando,
que en tierras de Portuguesa
va un espanto desandando.
D: Esto era lo que contaban
del Silbón y las parrandas
una noche se encontraron
Hilarión y el Desandas.
No vayas para la fiesta,
te dijeron Juan Hilario,
que en tierras de Portuguesa
va un espanto desandando.
C1: El que vaya de parranda
que se vaya preparando
que si la noche lo agarra
el Silbón lo ´tá esperando,
que si la noche lo agarra
el Silbón lo ´tá esperando.
D: Y por todos los caminos de Portuguesa
se comentaban el corrío y la leyenda.
Narrador: Ha
sido una obra escrita, producida y
dirigida por el escritor, poeta y compositor portugueseño Dámaso Delgado y
realizada por un grupo de músicos y actores de Portuguesa, Guárico y Apure, con
la participación especial de “el Tricolor de Venezuela”; Víctor Morillo y quien
les habla Alfredo Acuña Zapata. ¡Buenos Días Venezuela!
Texto tomado de: ANÁLISIS
DE FIGURAS ESPECTRALES EN EL CORRÍO Y LEYENDAS DEL CANTO LLANERO TRADICIONAL de Isaías Medina
López, Duglas Moreno y Carlos Muñoz (Trabajo de Investigación aprobado en la
UNELLEZ-VIPI)
Luis Bazán García, en el prólogo que escribió sobre la obra de Dámaso Delgado afirma: "Dentro de lo más hondo del espíritu de los pueblos, en esa profundidad intima donde se unen y se entrelazan la realidad y la leyenda". Esto es muy cierto, realidad y leyenda van tomadas de la mano. El uno no puede vivir sin el otro. No son agentes separados sino dos aspectos de un mismo fenómeno. La leyenda EL SILBÓN vivifica el imaginario popular de forma tal que la sentimos parte de nosotros.
ResponderEliminarUna de las historias más conocidas actualmente a nivel nacional, leyenda que ha transcurrido la historia de nuestros pueblos llaneros ,Portuguesa casa de ésta historia que se ha convertido en folklore no solo para el estado Portuguesa sino también para los estados vecinos Cojedes y Barinas , y más allá de nuestras latitudes llaneras,¿Qué llanero no conoce la historia del silbón? no ha escuchado hablar de Juan Hilario , la riqueza cultural de éstas leyendas de un llano lleno de mitos y leyendas en cualquier rincón , en cualquier lugar de ésta extensa llanura pues llanero que nunca haya escuchado la historia del silbón no puede llam arse llanero. Que viva Portugesa Mi tierra querida,carajo...
ResponderEliminarEsta es una de las leyendas más notorias en la literatura venezolana y en la oralidad de nuestros pueblos; leerla seria una de las costumbres emblemáticas de nuestra lengua popular.
ResponderEliminarComo venezolana y llanera he oído estos relatos, ya que es una leyenda de suspenso y emoción de nuestro llano portugueseño.
Esta historia es un relato popular del llanero, y como toda leyenda venezolana forma parte de nuestro folklor y de nuestra identidad, para nosotros los llaneros es muy importante no perder la tradición de contar esta historia. "La Leyenda del Silbón".
En Guanarito,compa;y Guanarito es llano Y llano es todo esto que estamos pisando.
Las costumbres y los temores de la gente del llano cobren vida, de forma tal que nos es imposible distinguir el uno del otro. los pueblos se unen y se entrecruzan la realidad y la leyenda, el silbón es una de las historias más conocidas a nivel nacional e internacional
ResponderEliminarhola buenas tardes creo que la leyenda del silbon es como una costumbre del cojede#o,porque a pesar de que cuando la escuchas se te pone la piel de gallina ,quieres seguir escuchandola,es como un sustico gustoso y tambien es una historia o leyenda muy jocosa y provoca seguirla escuchando.
ResponderEliminarEl silbon es una leyenda que sin duda es una de las mas populares del llano. En el mes de mayo se hace mas popular entre las comunidades que se unen y entrelazan pasajes y corridos nacidos aqui en nuestro llano. ¿Quien no ha oido hablar de juan hilario?que se desarrollo en tierras de portuguesa y es parte de nuestra cultura llanera. El silbon que por todos los caminos se comentaba esta espeluznante leyenda.
ResponderEliminarLa leyenda del Silbón es una de las historias mas populares en Venezuela y el mundo ya que nos lleva a una historia que ocurrió en los llanos venezolanos. Es otra de las leyendas mas importantes de la literatura venezolana, formando parte de nuestro folklore y nuestra identidad nacional.
ResponderEliminarYO PIENSO Q LA LEYENDA DEL SILBON ES CIERTO XQ DICEN Q EL Q VUELA VUELA Y DICEN Q EL SILBON LES SALE A LOS HOMBRE BORRACHOS Y NECIOS QUE ANDADN EN BUSCA DE MUJERES EN LA CALLE YO LES DOY UN CONSEJO AQUELLAS PERSONAS Q TOMAN Y ANDAN EN BUSCA DE LO Q NO C LE HA PERDIDO POR LE PUEDE PASAR LO Q LE PASO A JUAN HILARIO PORQUE LE PASO ESO POR FIAOO POR FIAOOO.
ResponderEliminarSi bien es cierto que la leyenda del silbon es algo que viene de atrás un mundo fantástico y a la ves real, una historia que deja plasmado terror y admiración, como muchas otras una marca de la historia venezolana..
ResponderEliminarEl Silbón es un personaje legendario de Venezuela y Colombia, especialmente de Los Llanos; descrito como un alma en pena. La leyenda del Silbón habría surgido a mediados del siglo XIX
ResponderEliminarSe trata, según la leyenda, del fantasma de un joven que asesinó a sus padres, y por ello está condenado a vagar como un alma en pena eternamente con un saco lleno de los huesos de sus progenitores.
Tiene un silbido característico que se asemeja a las notas musicales do, re, mi, fa, sol, la, si, en ese mismo orden subiendo el tono hasta fa y luego bajando hasta la nota si. Se dice que cuando su silbido se escucha muy cerca no hay peligro, ya que el silbón está lejos, pero si se escucha lejos es porque está cerca. También se dice que escuchar su silbido es presagio de la propia muerte. Puede estar en cualquier sitio en cualquier hora.
Hablar de La leyenda EL SILBÓN, es referirse a lo cultural- religioso, ya que esta leyenda esta cargada de una creencia popular. Algunos podrían afirmar que esto es real; sin embargo para otros no deja de ser una historia popular. Lo cierto es que forma parte de nuestra identidad nacional.
ResponderEliminarReferirnos a la leyenda del Silbon, es hablar de cultura popular, ya que este relato esta cargado de una connotación cultural-religioso, que forma parte de esta cultura llanera. Esta leyenda es contada de diferentes formas en nuestro país; en lo que si se coincide es que el personaje mato a sus padres y anda errante cargando sus huesos.
ResponderEliminarMuy buen trabajo, felicito a los autores de toda esta transcripción.
ResponderEliminarMuy buen trabajo de esta transcripción, felicitaciones a los autores.
ResponderEliminarSaludos! De parte del equipo del Libro Real, necesitamos datos biográficos de Joseito Herrera, específicamente año en que nació y año en que murió (o aclarar si aún vive), Estado donde nació. Si alguien tiene la información mucho sabremos agradecer. Pueden ponerse en contacto a través de mi persona o también visitando www.libroreal.com Gracias
ResponderEliminarHola me gustaría saber cómo se llaman los pájaros de cantan en el relato de la leyenda
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