SOLO CON SUS EXPLICACIONES
Sólo con su Explicación,
Al pié de un bendito templo,
Para tener el abrigo,
Santísimo Sacramento.
I
Quisiera tener, quisiera,
Dentro de mí un Altar,
Yo te quiero explicar,
En aquél celestial día,
Para decir con alegría,
De todo mi corazón,
En ésta santa pasión,
Me santiguo con la cruz,
Y digo a mi buen Jesús,
Sólo con su Explicación.
II
Llévame a tu santa casa,
A ver si puedo alcanzar,
A recibir el manjar,
De aquél señor poderoso,
Y de aquellos misteriosos,
Quisiera tener el premio,
Los que cantan merecemos,
Un extremo tan sagrado,
Y siempre como somos amado,
Al pie de un bendito templo.
III
A Malaya, quién pudiera,
Con los llantos subir al Cielo,
Para decir los misterios,
Con voz tan dolorosa,
Hacer cosas primorosas,
Como las que hay en el mundo,
De las que salvan a uno,
Y le dan felicidad,
Adoro la majestad,
Para tener el abrigo.
IV
Deseo con mi corazón,
La dichosa majestad,
Y con voces de declarar,
De aquellas Santas Palabras,
A donde Cristo encarnaba,
Sus divinos mandamientos,
Y cada vez que lo miento,
Me encuentro favoreciendo,
A venerar he venido,
Santísimo Sacramento.
EN EL CIELO HAY TRINIDAD
En el Cielo hay Trinidad,
En la iglesia hay sacramento,
En el purgatorio hay pena,
En el infierno hay tormento.
I
Éste primer consejo,
Que está al pie de la cruz,
Alabo a mi buen Jesús,
Del Cielo Gloria y espejo,
Yo lo sigo y no lo dejo,
Y no lo puedo olvidar,
Mi alma debo entregar,
Cuando de mi cuerpo se abra,
Que me encanta la palabra,
Que en cielo hay trinidad.
II
Éste segundo consejo,
Que María,
Estando su hijo en agonía,
Levantó un llanto profundo,
Adiós redención del mundo,
Dolor de mi corazón,
Después de la redención,
Me convertí en un convento,
Diciendo sepan señores,
Que en la iglesia hay sacramento.
III
Éste tercer consejo,
Que aconsejaba Simón,
Para que todo el mal corazón,
Cuando ya llegase a viejo,
Se metiese un buen consejo,
Para tener una vida buena,
Mi alma la blanca Azucena,
Como lo puedo decir,
Por eso debe sufrir,
En el purgatorio pena.
IV
De cuatro nacles distintos,
Hizo Dios su redondez,
Nada le quedó al revés,
Todo quedó puro y tinto,
Bien lo dijo San Jacinto,
Y quedó pronosticado,
De que le sirve a un malvado
De vivir a lo ancho y contento,
Pasando en el mundo Gloria,
Y en el infierno tormento.
BUENAS NOCHES DOY, SEÑORES
Buenas noches doy, señores,
Rompan mis ojos un llanto,
Rompan mis voces el silencio,
Saludo a todos los santos.
I
Saludo este altar sagrado,
Venero en templos mayores,
Y saludo a los señores,
Que están en este velorio,
Saludo en este oratorio,
A los Santos y a las Cruces,
Saludo a todas las virtudes,
Que está dentro de este altar,
Y para entrar a cantar,
Buenas noches doy señores.
II
Voy a saludar éste altar,
Donde yo siempre he adorado,
Saludo este altar sagrado,
Saludo este altar bendito,
Saludo al cuerpo de Cristo,
Que aquí lo estoy venerando,
Y con fe, estoy saludando,
La dichosa majestad,
Señores como lo va,
Rompan mis ojos un llanto.
III
Saludo al bendito altar,
Con humilde devoción,
En la mesa de comunión,
Está el cuerpo de Dios inmenso,
Saludo a los sacramentos,
En la mesa con honor,
Saludo éste Altar Mayor,
Muy humilde y humillado,
Debe de ser arrodillado,
Rompan mis voces el silencio.
IV
Voy a saludar este altar,
Con humilde y devoción,
Saludo con devoción,
Todos los que están presentes,
Saludo a todas las gentes
Con el sombrero quitado,
Con la cruz me he persignado,
Y saludo para entrar,
Y para entrar a cantar,
Saludo a todos los santos.
¿QUIÉN HIZO LA TRINIDAD?
Quién hizo la Trinidad,
Quién hizo el verbo encarnado,
Él hizo el Cielo y la tierra,
Jesús Sacramentado.
I
Repara la Santa Cruz,
Y veréis crucificado,
De pies y manos clavado,
Abofeteado Jesús,
Por darle al pecador luz,
Y de su sangre verdad,
Y con profunda humildad,
A todos nos redimía,
Y en su pasión decía,
Quién hizo la Trinidad.
II
También veréis como viene,
Jesucristo arrodillado,
De sangre todo derramado,
Por sus delicadas sienes,
Y herido como viene,
Con su rostro acorralado,
Mira como lo han llevado,
A la cruz aparecer,
Para enseñarnos a creer,
Quién hizo el verbo encarnado.
III
Párate sabio cantor,
Que no te había preguntado,
Donde estuvo Dios parado,
Mientras el mundo formó,
Que transformaciones dio,
Y de que hizo la puerta,
Dime si venís alerta,
Con su maravilla bella,
Y con su poder dichoso,
Él hizo Cielo y tierra.
IV
Dime en tus argumentos,
En vuestra sabia memoria,
Quién hizo la eterna gloria,
El credo y los mandamientos,
Con tan divino talento,
Quién hizo el pan consagrado,
Como fue santificado,
En la dulce compañía,
Hizo a Dios, hizo a María,
A Jesús Sacramentado.
BUENAS NOCHES NOS DÉ DIOS
Buenas noches nos dé Dios,
Con sus manos poderosas,
Que a todos nos bendició,
Con sus palabras misteriosas.
I
Saludo a La Santa Cruz,
Con devoción y contento,
Y saludo al sacramento,
Cuerpo y sangre de Jesús,
Saludo esta gran virtud,
Que se ven en el altar mayor,
Y digo con devoción,
Buenas noches nos dé Dios.
II
Saludo el sagrado Altar,
Donde se encuentra María,
Saludo con alegría,
Éste divino manjar,
Para entrar a explicar,
Un saludo como debo,
Vuelvo a saludar de nuevo,
A La Santa Encarnación,
Que me eche su bendición,
Con sus manos poderosas.
IIl
Saludo La Santa Cruz,
Donde reposó el Señor,
Saludo con gran fervor,
A la santa y doctrina,
Saludo cosas muy fina,
Que se ven en el altar,
Saludo un Dios celestial,
Con amor y reverencia
También la humildad paciencia,
Que a todos ha de amparar.
IV
Saludo a La Cruz de Mayo,
Figura de paloma,
Saludo las tres personas,
A corpo y su novenario,
Y la virgen del Rosario,
Que se ven tan primorosa,
Saludo clavel y rosa,
Con que adornan el Altar,
Para entrar a cantar,
Con palomas misteriosas.
POR SER LA PRIMERA VEZ
Por ser la primera vez,
Que yo en esta casa canto,
Gloria al Padre, Gloria al Hijo,
Gloria al Espíritu Santo.
I
Saludo al Sagrado Altar,
Donde está mi buen Jesús,
Clavado en la santa Cruz,
Como espejo cristalino,
Donde con amor divino,
Le pusieron clavos tres,
Pido señor que me des,
La gracia para cantar,
En este Sagrado Altar,
Por Ser la primera vez.
II
Yo pido a la redención,
Permiso para cantar,
Para entrar a explicar,
De mi Jesús la pasión.
Porque la veneración,
Es muy precisa en los santos,
Tengan todos placer tanto,
De oír un cantor prudente,
Para decir dignamente,
Que yo en esta casa canto.
III
Dame la gracia Señor,
En toda ocasión presente,
Para cantar reverente,
Siempre como pecador,
Y tener en ti Señor,
En mi canto le dirijo,
Señor las gracias a bien,
Que antes de decir amén,
Gloria al Padre, Gloria al Hijo.
IV
Aquí he venido a adorar,
Con el corazón contristo,
La semejanza de Cristo,
Tenemos en el Altar,
Y debemos de adorar,
Con vuestro armónico canto,
Pidiéndole con encanto,
Con amor y con esmero,
Que me de el trance postrero,
Gloria al Espíritu Santo.
YO VIENE A VER A JESÚS
Yo vine a ver a Jesús,
Llorando con tiernos llanto,
Terreno de todas las flores,
Voy a terminar mi canto.
I
Las flores en los jardines,
Se miran de frente en frente,
Con un carácter sonriente,
Conversaron los jazmines,
Del cielo de los serafines,
Nos dan su brillante luz,
Al pie de la santa cruz,
Donde estoy muy complacido,
Amigos y conocidos,
Yo vine a ver a Jesús.
II
Verán los campos floridos,
Las flores en ejecución,
Y verán mi corazón,
En pedazos compartido,
Y mirarán los gemidos,
De aquél que nos ama tanto,
Y si van al camposanto,
Donde mi cuerpo es difunto,
Se fijaron en el punto,
Llorando con tiernos llanto.
III
Adiós princesa bonita,
La de éste terreno real,
Ya de mí descansarán,
Lo que no es tan necesario,
Le mando a rezar un rosario,
A La Virgen de Dolores,
Le rezarán con primores,
A todos los de ésta orilla,
Adiós pueblo y adiós villa,
Terreno de todas las flores.
IV
Mis amigos se los digo,
Que yo con tristeza canto,
Más se me adelanta el llanto,
Cuando me voy a ausentar,
Y no puedo declarar,
Y decirles lindamente,
Adiós a todas las gentes,
A todo el que sea entendido,
Como vengo enternecido,
Voy a terminar mi canto.
AMPÁRAME JESUCRISTO
I
Ampárate, Jesucristo,
Un Señor Sacramentado,
Que estoy lleno de mis culpas,
Y la hora de mí ha llegado.
II
Yo soy aquél pecador,
Que en el mundo te ha ofendido,
Dame tiempo de confesar,
Las culpas que he cometido.
III
Azotado en la columna,
Castigado sin merecerlo,
Para hacernos herederos,
Y derecho subí al cielo.
IV
Tan pronto como estuviste,
A traernos los sacramentos,
Quién no pudo en ésta vida,
Guardar los diez mandamientos.
V
Los mandamientos son diez,
Ninguno los comprendemos,
Para ganar privilegios,
En el altar nos induelos.
VI
Parece muerta espantosa ,
Que está en el altar mayor,
Para que todos adoremos
Purísimo redentor.
VII
En el querubín del cielo,
Se venera su hermosura,
En tu reino soberano,
Toda la vida y dulzura.
VIII
Líbranos de tempestad,
De guerra y de temblores,
¡OH madre compadecida!
¡Ruega por los pecadores!
IX
Por tu vuestro escapulario,
Que te adorna hermosa palma,
Que nos de vida en la tierra,
Y también Gloria en el Alma.
X
El nacimiento de cristo,
Fue en el portal de Belén,
Amén por todos los siglos
Y de los siglos amén.
CUATRO SON LAS TRES MARÍAS
Cuatro son las tres Marías,
Cinco los cuatros elementos,
Ocho las siete cabillas,
Once los diez mandamientos.
I
Entre varias luces bellas,
Como relucientes aurora,
Creó Dios a nuestra señora,
En un paraíso de estrellas.
Se vio tanta pureza en Ella,
Con tata soberanía
Ángeles y Jerarquía,
Luego con razón refiero,
Y con La Reina del Cielo,
Cuatro son las tres Marías.
II
En un suspiro veloz,
Al fene se arrebataba,
Cuando por el mundo andaba,
El espíritu de Dios,
Y se oyó una fuerte voz,
De un Divino Sacramento,
Y de allí creció el aumento,
De cristo nuestro Señor,
Son para nuestro favor,
Cinco los cuatro elementos.
III
Cuando expiró el Redentor,
Por un humano consuelo,
Se vio en el medio del cielo,
Una estrella superior,
Y los reyes a su alrededor,
Alumbrando que maravilla,
El portal y sus orillas,
Dándole prueba constante,
Y son con estos diamantes,
Ocho las siete cabillas.
IV
Cristo al paraíso bajó,
A nuestro Adán trasladó,
Luego el fruto le encargó,
Y fue lo primero que hizo,
No lo hizo porque quiso,
Sus divinos mandamientos,
Y de allí crecía el aumento,
Del pecado original,
Y son por lo regular once,
Los diez mandamientos.
PRECISO ES PONER CUIDADO
Preciso es poner cuidado,
Miren que ha llegado el gallo;
El cantador de donde quiera
Que gana en todos los barrios.
I
Venga cualquier cantador,
Pero si ténganse duro,
Que tengo el poder seguro
Para sostener el punto,
Soy el que arreglo tu asunto,
En disputa de cantar,
No se vallan a asustar,
Cuando lo apreto con fuerza,
Que aunque se halle fortaleza,
Preciso es poner cuidado.
II
Salga todo el que sea poeta,
Que se halle con facultad,
Para enseñarle a tratar,
En amistad y alegría,
Para igualarlo en poesía,
Y también en el alcance,
El cantador que se espante,
Lo llamo con humildad,
Le digo vuelva para acá,
Mire que ha llegado el gallo.
III
Salga todo el que sea cantor,
Haber que esto que contiene,
Haber que punto sostiene,
Al pie de un bendito altar,
Yo digo que para cantar,
Es preciso un juicio eterno,
Ajunto una letra y otra,
Aquí está para que conozcan,
Al cantador de donde quiera.
IV
Salga cualquier afamado,
De trova y contaduría,
Para dejarlo arrepentido,
Y darle a reconocer;
Esta noche se ha de ver,
Los cantores de fama,
Yo voy donde me llaman,
Por defender mi opinión,
Mire que llegó el cantor,
El que gana en todos los barrios.
ES EL PADRE SAN MIGUEL
Es el Padre San Miguel
El hijo de Cerro Blanco;
San Rafael y La Aurora
Y el Espíritu Santo.
I
Dios bendiga éste lugar,
Lo mismo que la custodia;
Como bendigo la gloria,
Donde está La Virgen Pura;
Dios bendiga las criaturas
Y el pueblo de Israel;
Pues es tan necio Lucifer
Por haber hecho traición,
Amemos, pues en unión
Es el Padre San Miguel.
II
Por estos cuatro lugares,
Voy a formar un calvario,
Les haremos los novenarios,
Vestiremos los altares;
La Virgen con sus pesares
Todo abnegado en un llanto;
Sufriendo por sus quebrantos
De la muerte de Jesús,
Y clavado en una cruz,
El hijo de Cerro Blanco.
III
A mi Dios pido contento,
Una cruz quiero formar,
Yo te quiero explicar,
Éste pensamiento ahora,
Que si el cristiano no ignora
De una luz tan clara y bella;
Declarasen las estrellas,
Entre la luna y el sol,
Bajó la luna y el sol,
Bajó Manuel Salvador,
San Rafael y La Aurora.
IV
¡OH que tierra tan sagrada!
Como la Jerusalén;
Quiero confirmar también,
Una cruz tan consagrada;
Reduciéndome a la nada
Del mundo triste en un llanto;
Allá se reducen los santos,
Con La Santa Trinidad,
Tercera la majestad,
Y el Espíritu Santo.
EN LA CALLE DE LA AMARGURA
En la calle de la amargura,
Cristo le dijo San Juan,
Recemos la letanía,
Que hoy me van a ajusticiar.
I
Cuando bajó el redentor,
A aparecer a éste mundo,
Padeció un dolor profundo
Por salvar al pecador;
Aquél divino Señor,
Hijo de La Virgen Pura,
Y padeció con ternura,
Por librarnos de la mancha,
Sufrió con eficacia,
En La Calle de La Amargura.
II
Llegando al Monte el Calvario,
Donde fue crucificado,
Su cuerpo le han hallagado,
Aquellos judíos temerarios,
Le abrieron un gran sumario,
Sacrificando aquél van,
Grandes martirios les dan,
Desde el vientre de María,
Y estando en agonía,
Cristo le dijo a San Juan.
III
Llevan al niño Jesús,
En la sentencia de muerte,
En Judío por inocente,
Lo puse en La Santa Cruz,
Una establecida luz,
Le alumbraba en su agonía,
Estando en su jerarquía,
Predicando el evangelio,
Y para subir el cielo,
Recemos la letanía...
IV
Qué corazón tan bendito,
De Jesús Sacramentado,
Herido y ensangrentado,
De Jesús amabilísimo,
Y siendo tan perfectísimo,
Un corazón celestial,
Estando en ansia mortal,
Fuertemente le decía,
Abrí los brazos María,
Que hoy me van a ajusticiar.
Al pié de un bendito templo,
Para tener el abrigo,
Santísimo Sacramento.
I
Quisiera tener, quisiera,
Dentro de mí un Altar,
Yo te quiero explicar,
En aquél celestial día,
Para decir con alegría,
De todo mi corazón,
En ésta santa pasión,
Me santiguo con la cruz,
Y digo a mi buen Jesús,
Sólo con su Explicación.
II
Llévame a tu santa casa,
A ver si puedo alcanzar,
A recibir el manjar,
De aquél señor poderoso,
Y de aquellos misteriosos,
Quisiera tener el premio,
Los que cantan merecemos,
Un extremo tan sagrado,
Y siempre como somos amado,
Al pie de un bendito templo.
III
A Malaya, quién pudiera,
Con los llantos subir al Cielo,
Para decir los misterios,
Con voz tan dolorosa,
Hacer cosas primorosas,
Como las que hay en el mundo,
De las que salvan a uno,
Y le dan felicidad,
Adoro la majestad,
Para tener el abrigo.
IV
Deseo con mi corazón,
La dichosa majestad,
Y con voces de declarar,
De aquellas Santas Palabras,
A donde Cristo encarnaba,
Sus divinos mandamientos,
Y cada vez que lo miento,
Me encuentro favoreciendo,
A venerar he venido,
Santísimo Sacramento.
EN EL CIELO HAY TRINIDAD
En el Cielo hay Trinidad,
En la iglesia hay sacramento,
En el purgatorio hay pena,
En el infierno hay tormento.
I
Éste primer consejo,
Que está al pie de la cruz,
Alabo a mi buen Jesús,
Del Cielo Gloria y espejo,
Yo lo sigo y no lo dejo,
Y no lo puedo olvidar,
Mi alma debo entregar,
Cuando de mi cuerpo se abra,
Que me encanta la palabra,
Que en cielo hay trinidad.
II
Éste segundo consejo,
Que María,
Estando su hijo en agonía,
Levantó un llanto profundo,
Adiós redención del mundo,
Dolor de mi corazón,
Después de la redención,
Me convertí en un convento,
Diciendo sepan señores,
Que en la iglesia hay sacramento.
III
Éste tercer consejo,
Que aconsejaba Simón,
Para que todo el mal corazón,
Cuando ya llegase a viejo,
Se metiese un buen consejo,
Para tener una vida buena,
Mi alma la blanca Azucena,
Como lo puedo decir,
Por eso debe sufrir,
En el purgatorio pena.
IV
De cuatro nacles distintos,
Hizo Dios su redondez,
Nada le quedó al revés,
Todo quedó puro y tinto,
Bien lo dijo San Jacinto,
Y quedó pronosticado,
De que le sirve a un malvado
De vivir a lo ancho y contento,
Pasando en el mundo Gloria,
Y en el infierno tormento.
BUENAS NOCHES DOY, SEÑORES
Buenas noches doy, señores,
Rompan mis ojos un llanto,
Rompan mis voces el silencio,
Saludo a todos los santos.
I
Saludo este altar sagrado,
Venero en templos mayores,
Y saludo a los señores,
Que están en este velorio,
Saludo en este oratorio,
A los Santos y a las Cruces,
Saludo a todas las virtudes,
Que está dentro de este altar,
Y para entrar a cantar,
Buenas noches doy señores.
II
Voy a saludar éste altar,
Donde yo siempre he adorado,
Saludo este altar sagrado,
Saludo este altar bendito,
Saludo al cuerpo de Cristo,
Que aquí lo estoy venerando,
Y con fe, estoy saludando,
La dichosa majestad,
Señores como lo va,
Rompan mis ojos un llanto.
III
Saludo al bendito altar,
Con humilde devoción,
En la mesa de comunión,
Está el cuerpo de Dios inmenso,
Saludo a los sacramentos,
En la mesa con honor,
Saludo éste Altar Mayor,
Muy humilde y humillado,
Debe de ser arrodillado,
Rompan mis voces el silencio.
IV
Voy a saludar este altar,
Con humilde y devoción,
Saludo con devoción,
Todos los que están presentes,
Saludo a todas las gentes
Con el sombrero quitado,
Con la cruz me he persignado,
Y saludo para entrar,
Y para entrar a cantar,
Saludo a todos los santos.
¿QUIÉN HIZO LA TRINIDAD?
Quién hizo la Trinidad,
Quién hizo el verbo encarnado,
Él hizo el Cielo y la tierra,
Jesús Sacramentado.
I
Repara la Santa Cruz,
Y veréis crucificado,
De pies y manos clavado,
Abofeteado Jesús,
Por darle al pecador luz,
Y de su sangre verdad,
Y con profunda humildad,
A todos nos redimía,
Y en su pasión decía,
Quién hizo la Trinidad.
II
También veréis como viene,
Jesucristo arrodillado,
De sangre todo derramado,
Por sus delicadas sienes,
Y herido como viene,
Con su rostro acorralado,
Mira como lo han llevado,
A la cruz aparecer,
Para enseñarnos a creer,
Quién hizo el verbo encarnado.
III
Párate sabio cantor,
Que no te había preguntado,
Donde estuvo Dios parado,
Mientras el mundo formó,
Que transformaciones dio,
Y de que hizo la puerta,
Dime si venís alerta,
Con su maravilla bella,
Y con su poder dichoso,
Él hizo Cielo y tierra.
IV
Dime en tus argumentos,
En vuestra sabia memoria,
Quién hizo la eterna gloria,
El credo y los mandamientos,
Con tan divino talento,
Quién hizo el pan consagrado,
Como fue santificado,
En la dulce compañía,
Hizo a Dios, hizo a María,
A Jesús Sacramentado.
BUENAS NOCHES NOS DÉ DIOS
Buenas noches nos dé Dios,
Con sus manos poderosas,
Que a todos nos bendició,
Con sus palabras misteriosas.
I
Saludo a La Santa Cruz,
Con devoción y contento,
Y saludo al sacramento,
Cuerpo y sangre de Jesús,
Saludo esta gran virtud,
Que se ven en el altar mayor,
Y digo con devoción,
Buenas noches nos dé Dios.
II
Saludo el sagrado Altar,
Donde se encuentra María,
Saludo con alegría,
Éste divino manjar,
Para entrar a explicar,
Un saludo como debo,
Vuelvo a saludar de nuevo,
A La Santa Encarnación,
Que me eche su bendición,
Con sus manos poderosas.
IIl
Saludo La Santa Cruz,
Donde reposó el Señor,
Saludo con gran fervor,
A la santa y doctrina,
Saludo cosas muy fina,
Que se ven en el altar,
Saludo un Dios celestial,
Con amor y reverencia
También la humildad paciencia,
Que a todos ha de amparar.
IV
Saludo a La Cruz de Mayo,
Figura de paloma,
Saludo las tres personas,
A corpo y su novenario,
Y la virgen del Rosario,
Que se ven tan primorosa,
Saludo clavel y rosa,
Con que adornan el Altar,
Para entrar a cantar,
Con palomas misteriosas.
POR SER LA PRIMERA VEZ
Por ser la primera vez,
Que yo en esta casa canto,
Gloria al Padre, Gloria al Hijo,
Gloria al Espíritu Santo.
I
Saludo al Sagrado Altar,
Donde está mi buen Jesús,
Clavado en la santa Cruz,
Como espejo cristalino,
Donde con amor divino,
Le pusieron clavos tres,
Pido señor que me des,
La gracia para cantar,
En este Sagrado Altar,
Por Ser la primera vez.
II
Yo pido a la redención,
Permiso para cantar,
Para entrar a explicar,
De mi Jesús la pasión.
Porque la veneración,
Es muy precisa en los santos,
Tengan todos placer tanto,
De oír un cantor prudente,
Para decir dignamente,
Que yo en esta casa canto.
III
Dame la gracia Señor,
En toda ocasión presente,
Para cantar reverente,
Siempre como pecador,
Y tener en ti Señor,
En mi canto le dirijo,
Señor las gracias a bien,
Que antes de decir amén,
Gloria al Padre, Gloria al Hijo.
IV
Aquí he venido a adorar,
Con el corazón contristo,
La semejanza de Cristo,
Tenemos en el Altar,
Y debemos de adorar,
Con vuestro armónico canto,
Pidiéndole con encanto,
Con amor y con esmero,
Que me de el trance postrero,
Gloria al Espíritu Santo.
YO VIENE A VER A JESÚS
Yo vine a ver a Jesús,
Llorando con tiernos llanto,
Terreno de todas las flores,
Voy a terminar mi canto.
I
Las flores en los jardines,
Se miran de frente en frente,
Con un carácter sonriente,
Conversaron los jazmines,
Del cielo de los serafines,
Nos dan su brillante luz,
Al pie de la santa cruz,
Donde estoy muy complacido,
Amigos y conocidos,
Yo vine a ver a Jesús.
II
Verán los campos floridos,
Las flores en ejecución,
Y verán mi corazón,
En pedazos compartido,
Y mirarán los gemidos,
De aquél que nos ama tanto,
Y si van al camposanto,
Donde mi cuerpo es difunto,
Se fijaron en el punto,
Llorando con tiernos llanto.
III
Adiós princesa bonita,
La de éste terreno real,
Ya de mí descansarán,
Lo que no es tan necesario,
Le mando a rezar un rosario,
A La Virgen de Dolores,
Le rezarán con primores,
A todos los de ésta orilla,
Adiós pueblo y adiós villa,
Terreno de todas las flores.
IV
Mis amigos se los digo,
Que yo con tristeza canto,
Más se me adelanta el llanto,
Cuando me voy a ausentar,
Y no puedo declarar,
Y decirles lindamente,
Adiós a todas las gentes,
A todo el que sea entendido,
Como vengo enternecido,
Voy a terminar mi canto.
AMPÁRAME JESUCRISTO
I
Ampárate, Jesucristo,
Un Señor Sacramentado,
Que estoy lleno de mis culpas,
Y la hora de mí ha llegado.
II
Yo soy aquél pecador,
Que en el mundo te ha ofendido,
Dame tiempo de confesar,
Las culpas que he cometido.
III
Azotado en la columna,
Castigado sin merecerlo,
Para hacernos herederos,
Y derecho subí al cielo.
IV
Tan pronto como estuviste,
A traernos los sacramentos,
Quién no pudo en ésta vida,
Guardar los diez mandamientos.
V
Los mandamientos son diez,
Ninguno los comprendemos,
Para ganar privilegios,
En el altar nos induelos.
VI
Parece muerta espantosa ,
Que está en el altar mayor,
Para que todos adoremos
Purísimo redentor.
VII
En el querubín del cielo,
Se venera su hermosura,
En tu reino soberano,
Toda la vida y dulzura.
VIII
Líbranos de tempestad,
De guerra y de temblores,
¡OH madre compadecida!
¡Ruega por los pecadores!
IX
Por tu vuestro escapulario,
Que te adorna hermosa palma,
Que nos de vida en la tierra,
Y también Gloria en el Alma.
X
El nacimiento de cristo,
Fue en el portal de Belén,
Amén por todos los siglos
Y de los siglos amén.
CUATRO SON LAS TRES MARÍAS
Cuatro son las tres Marías,
Cinco los cuatros elementos,
Ocho las siete cabillas,
Once los diez mandamientos.
I
Entre varias luces bellas,
Como relucientes aurora,
Creó Dios a nuestra señora,
En un paraíso de estrellas.
Se vio tanta pureza en Ella,
Con tata soberanía
Ángeles y Jerarquía,
Luego con razón refiero,
Y con La Reina del Cielo,
Cuatro son las tres Marías.
II
En un suspiro veloz,
Al fene se arrebataba,
Cuando por el mundo andaba,
El espíritu de Dios,
Y se oyó una fuerte voz,
De un Divino Sacramento,
Y de allí creció el aumento,
De cristo nuestro Señor,
Son para nuestro favor,
Cinco los cuatro elementos.
III
Cuando expiró el Redentor,
Por un humano consuelo,
Se vio en el medio del cielo,
Una estrella superior,
Y los reyes a su alrededor,
Alumbrando que maravilla,
El portal y sus orillas,
Dándole prueba constante,
Y son con estos diamantes,
Ocho las siete cabillas.
IV
Cristo al paraíso bajó,
A nuestro Adán trasladó,
Luego el fruto le encargó,
Y fue lo primero que hizo,
No lo hizo porque quiso,
Sus divinos mandamientos,
Y de allí crecía el aumento,
Del pecado original,
Y son por lo regular once,
Los diez mandamientos.
PRECISO ES PONER CUIDADO
Preciso es poner cuidado,
Miren que ha llegado el gallo;
El cantador de donde quiera
Que gana en todos los barrios.
I
Venga cualquier cantador,
Pero si ténganse duro,
Que tengo el poder seguro
Para sostener el punto,
Soy el que arreglo tu asunto,
En disputa de cantar,
No se vallan a asustar,
Cuando lo apreto con fuerza,
Que aunque se halle fortaleza,
Preciso es poner cuidado.
II
Salga todo el que sea poeta,
Que se halle con facultad,
Para enseñarle a tratar,
En amistad y alegría,
Para igualarlo en poesía,
Y también en el alcance,
El cantador que se espante,
Lo llamo con humildad,
Le digo vuelva para acá,
Mire que ha llegado el gallo.
III
Salga todo el que sea cantor,
Haber que esto que contiene,
Haber que punto sostiene,
Al pie de un bendito altar,
Yo digo que para cantar,
Es preciso un juicio eterno,
Ajunto una letra y otra,
Aquí está para que conozcan,
Al cantador de donde quiera.
IV
Salga cualquier afamado,
De trova y contaduría,
Para dejarlo arrepentido,
Y darle a reconocer;
Esta noche se ha de ver,
Los cantores de fama,
Yo voy donde me llaman,
Por defender mi opinión,
Mire que llegó el cantor,
El que gana en todos los barrios.
ES EL PADRE SAN MIGUEL
Es el Padre San Miguel
El hijo de Cerro Blanco;
San Rafael y La Aurora
Y el Espíritu Santo.
I
Dios bendiga éste lugar,
Lo mismo que la custodia;
Como bendigo la gloria,
Donde está La Virgen Pura;
Dios bendiga las criaturas
Y el pueblo de Israel;
Pues es tan necio Lucifer
Por haber hecho traición,
Amemos, pues en unión
Es el Padre San Miguel.
II
Por estos cuatro lugares,
Voy a formar un calvario,
Les haremos los novenarios,
Vestiremos los altares;
La Virgen con sus pesares
Todo abnegado en un llanto;
Sufriendo por sus quebrantos
De la muerte de Jesús,
Y clavado en una cruz,
El hijo de Cerro Blanco.
III
A mi Dios pido contento,
Una cruz quiero formar,
Yo te quiero explicar,
Éste pensamiento ahora,
Que si el cristiano no ignora
De una luz tan clara y bella;
Declarasen las estrellas,
Entre la luna y el sol,
Bajó la luna y el sol,
Bajó Manuel Salvador,
San Rafael y La Aurora.
IV
¡OH que tierra tan sagrada!
Como la Jerusalén;
Quiero confirmar también,
Una cruz tan consagrada;
Reduciéndome a la nada
Del mundo triste en un llanto;
Allá se reducen los santos,
Con La Santa Trinidad,
Tercera la majestad,
Y el Espíritu Santo.
EN LA CALLE DE LA AMARGURA
En la calle de la amargura,
Cristo le dijo San Juan,
Recemos la letanía,
Que hoy me van a ajusticiar.
I
Cuando bajó el redentor,
A aparecer a éste mundo,
Padeció un dolor profundo
Por salvar al pecador;
Aquél divino Señor,
Hijo de La Virgen Pura,
Y padeció con ternura,
Por librarnos de la mancha,
Sufrió con eficacia,
En La Calle de La Amargura.
II
Llegando al Monte el Calvario,
Donde fue crucificado,
Su cuerpo le han hallagado,
Aquellos judíos temerarios,
Le abrieron un gran sumario,
Sacrificando aquél van,
Grandes martirios les dan,
Desde el vientre de María,
Y estando en agonía,
Cristo le dijo a San Juan.
III
Llevan al niño Jesús,
En la sentencia de muerte,
En Judío por inocente,
Lo puse en La Santa Cruz,
Una establecida luz,
Le alumbraba en su agonía,
Estando en su jerarquía,
Predicando el evangelio,
Y para subir el cielo,
Recemos la letanía...
IV
Qué corazón tan bendito,
De Jesús Sacramentado,
Herido y ensangrentado,
De Jesús amabilísimo,
Y siendo tan perfectísimo,
Un corazón celestial,
Estando en ansia mortal,
Fuertemente le decía,
Abrí los brazos María,
Que hoy me van a ajusticiar.
BUENAS NOCHES NOS DE DIOS (II versión)
Buenas noches nos dé Dios,
Saludo a todos, señores,
Mandamás y señoritas,
Y los seres entrovadores.
I
Saludo al sagrado altar,
Pendiente del redentor,
Donde murió mi señor,
Cruelmente crucificado.
Doy las noches predicando,
Saludo con suave voz,
No distingo uno, ni dos,
Entre personas decentes,
Entre todos los presentes,
Buenas noches nos dé Dios.
II
Saludo con alegría,
Y mi fino acantamiento,
Les doy mi saludo atento,
Mi antigua sabiduría,
Sea de noche, o sea de día,
Yo distingo los colores.
Soy una persona de flores,
Cuando toco mi sombrero,
Y digo muy placentero,
Saludo a todos, señores.
III
Yo saludo en general,
A las bellísimas damas,
Y doy de muy buenas ganas,
Un saludo al bello altar.
Les voy a manifestar,
Con palabras muy gratuitas,
Y doy gracias infinitas,
Que nadie reirá de mí,
Me dirán sino es así,
Mandamás y señoritas.
IV
Si porque entro saludando,
Me dirán que soy sumiso,
Y me estarán criticando,
Si el saludar no es preciso,
Entro en mi entero juicio,
A examinar los cantores;
Me dirán disputadores,
Si esto que digo es verdad,
No me han podido ganar,
Los seres entrovadores.
TODAS LAS TRES PASCUAS LLORAN
Todas las Tres Pascuas Lloran,
Cuando tres cantando están,
Todas se les vuelvan flores,
La mañana de San Juan.
I
Un corazón afligido,
Traspasado de dolor,
Un sentimiento de amor,
Quita el placer de la vida,
Años de le vuelvan días,
Días se les vuelven horas,
Y mi alma pecadora,
Pidiéndole a Dios perdón,
Por esta santa pasión,
Todas las tres pascuas lloran.
II
Es tan estrecha partida,
Si me viera en esta puerta,
Por amarga la muerte,
Y por ser tan dulce la vida;
Yo quisiera este día,
Llegar al seno de Abraham,
Pedirle sin excepción,
Que me preste su atención,
Cuando tres cantando están.
III
Santa Teresa tenía,
Un jardín para su iglesia,
Y como estaba a su diestra,
Ella misma la asistía,
Flores por tiempo recogía,
En penitencias mayores,
Así mismo con su olor,
Ella nos daba consuelo,
Porque en las puertas del cielo,
Todas se te vuelven flores.
IV
Hoy de Lima a Santa Rosa,
De espina fue la corona,
De la ciudad de la patrona,
La llave y la más hermosa
Y como madre piadosa,
Nombre de rosa le dan;
Así las flores serán,
Como se les dio el placer,
Como hizo Santa Isabel,
La mañana de San Juan.
EL INOCENTE LUCIDO (Picotera)
El Inocente Lucido,
Tiene que rendirme cuenta,
Hasta verlo arrepentido,
El que conmigo se meta.
I
Quién es ese cantador,
Que en argumento me canta,
Sus voces a mí no me espanta,
En el cantar soy primero;
Yo canto de enero a enero,
Un año tan ejecutivo,
Y como soy entendido
Se me aclara la garganta;
Por eso a mí no me espanta,
El inocente lúcido.
II
Canto con filosofía,
De notas y de memoria;
Me atrevo a cantar historia,
Toda la noche y el día.
Si hay quién siga la porfía,
Y que conmigo se meta,
Yo le llevaré la letra,
A lo divino y humano;
Que sea tarde, o sea temprano,
Tiene que rendirme cuenta.
III
El que cantare conmigo,
Un gusto se debe dar,
Tengo voces enseñadas,
Me tratará como amigo,
A donde vaya la sigo,
Es el camino mejor,
Yo le mostraré rigor,
Hasta que lo haga callar,
Y me daré a respetar,
Hasta verlo arrepentido.
IV
Yo conozco la moral;
Algo de filosofía,
Tengo mucha astronomía,
Y regla para cantar,
Si queréis argumentar,
Regístrame por la letra,
La entonación no me cuesta;
Yo tengo pecho y garganta,
Y no sabrá lo que canta,
El que conmigo se meta.
UNA MONJA LO VEÍA
Una monja lo veía,
Todito de pelo lleno;
Al punto de mediodía,
Yo comí, pero qué bueno.
I
Quisiera en ésta ocasión,
Manifestar lo que he visto;
Un redentor Jesucristo,
Toda su mente y pasión,
También vi la aflicción,
De muestro amado Jesús,
Ví oscurecer la luz,
Justamente con el día,
Y cristo al pie de a cruz,
Una monja lo veía.
II
A San Juan vi adorando,
Junto a María estaba,
Y ella lo consolaba,
Con terremotos y truenos,
Con la cruz hizo lo bueno,
Que Cristo manifestó;
Pilatos se presentó,
Decía: "Señores volvemos",
Aquél dragón se mostró,
Todito de pelo lleno.
III
Quién pudiera divisar,
A Dios y la Magdalena,
Que antes de acusar mis penas,
la vide amarga llorar,
Porque mi señor está,
Al pie de la cruz patente,
San Jacinto y San Vicente,
Lloran como Jeremías,
Aunque las gentes me vean,
Al punto del mediodía.
IV
Estando en un oratorio,
De un crucifijo adornado,
De Dios serás perdonado,
A los pies de un confesor,
Y bajó nuestro señor,
A recibir un manjar,
Y para manifestar,
Las bonituras del cielo,
Al tiempo de comulgar,
Yo comí, pero qué bueno.
TOCA ESA TROMPETA DE ORO
Toca esa trompeta de oro,
Con muchísima humildad,
Salgan con todos los santos,
Que viene la majestad.
I
Bajará el Rey de los Cielos,
A la calle con extremo,
A visitar un enfermo,
Que lo pide con anhelo,
Yo con verlo me consuelo,
En reverencia lo adoro,
Antes de suspirar lloro,
Como era mi redentor,
Y para que veas mi primor,
Toca esa trompeta de oro.
II
Salí un día del encanto,
Para iglesia por ti,
Luego en la columna vi,
A Jesús el Jueves Santo,
Y vi con gran quebranto,
Que hasta lástima me da,
En ver aquella maldad,
Que sucedió en esta hora,
Toca bien esta tambora,
Tócala con humildad.
III
El martes con gran dolencia,
Lo vio todo fiel cristiano,
Con una cesta en la mano,
Sufriendo humildad y paciencia,
Pidió a la madre licencia,
Su majestad en que se encierra,
Dios me libre de la guerra,
Del infierno y el pecado,
No estoy tan exagerado,
Hinco la rodilla en tierra.
IV
Miércoles con gran dolencia,
De amargura y azucena;
Lo visten de Nazareno,
Y lo carga un Sirineo,
Sogas al cuello le veo,
En esto contemplará,
Viendo a Jesús como va,
Dando clamores y llantos,
Salgan con todos los santos,
Que viene la majestad.
SOBRE LA SILLA DORADA
Sobre la Silla Dorada,
Bajo un gavilán hambriento,
Largando voces al aire,
Santísimo sacramento.
I
Hoy se arrepiente San Juan,
Con su libro de memoria,
Los ángeles de la gloria,
Que pasean por el Jordán,
Purificado que van,
En la hostia consagrada,
Allí todos confirmaban,
Lleno de sangre su manto,
Bajó el Espíritu Santo,
Sobre la silla dorada.
II
Yo vi en Jerusalén,
Al Padre Eterno sentado,
Allí se les arrodillaban,
Los ángeles de Belén,
Como adoraban también,
A un divino sacramento,
Sobre aquél monumento,
Donde mi Dios esperaba,
Cuando la vida cambiaba,
Bajó un gavilán hambriento.
III
Santísimo Sacramento,
Las Tres Divinas Personas,
En figura de paloma,
Bajó el Espíritu Santo,
Largando aquél fuerte llanto,
Por danos el bendito fraile,
Comunicando sus males,
Un cura que le veía,
Un lucero que venía,
Largando voces al aire.
IV
Las tres divinas personas,
Santísimo sacramento,
En las puertas de la gloria,
Están los diez mandamientos;
Con el alma en la memoria
El hijo de Dios eterno,
Por librarnos del infierno,
Al que sea buen corazón,
Aquí pongo mi afición,
Santísimo sacramento.
SOY HIJO DE LA FORTUNA (picotera)
Si queréis saber mi nombre,
Yo te lo diré cantador;
Soy hijo de la fortuna,
Por eso la ando buscando.
I
La tierra donde nací,
Es una tierra sagrada,
De todo el mundo es amada,
Lo puedo decir así,
Allí fui que conseguí,
Mi dichosa amabilidad,
Y dime con claridad,
Haber con quién ´toy tratando,
Y te diré con quién ando,
Si queréis saber mi nombre.
II
Tengo un tiempo convertido,
Yo cantando en los altares,
También suelo andar pueblos,
Ando villas y ciudades,
Y presto mis amistades,
Todo el que sea amigo mío,
Nadie puede resentío,
Ayer, ni mañana, ni hoy,
Y de la opinión que soy,
Yo se lo diré cantando.
III
Soy un hombre caballero,
Conocido en el Estado,
Ando sin ningún cuidado,
Por donde quiera que salga,
De lo malo no me salgo,
Yo soy de buen corazón,
Y me ven con atención,
En verme mí proceder,
Pero si acaban de crecer.
IV
Póngale buena atención,
Que si hubiere proporción,
Conocer la buena fe,
Lo que deseo es tener,
Conocencia en el mirar,
Haber si puedo tratarte,
Y como amigo tenerte,
Yo lo que deseo es suerte,
Y por eso la ando buscando.
JESÚS ANDUVO EN EL MUNDO
Jesús anduvo en el mundo,
Predicando con San Juan,
Cuando se apartó del hombre,
Se convirtió en vino y pan.
I
Tres horas de resplandor,
Se vieron en el momento,
Que fue el día de nacimiento,
De Jesucristo el creador,
Para explicarnos mejor,
Tocante lo que es el mundo,
Con un dolor sin segundo,
Murió mi Jesús amado,
Con dolor desconsolado,
Jesús anduvo en el mundo.
II
Se halló consultando,
Dentro de cuatro Doctores,
Donde había depositores,
De los que estaban enseñando,
Ni tan poco reparando
De Dios su suma bondad,
A donde terminó ya,
Dando sentencia de muerte,
Estaba Cristo de tal suerte,
Predicando con San Juan.
III
Cuando a los cielos se fue,
Nos dejó la ley divina,
También nos dejó la insignia,
Que fue donde se clavó,
Visto que en ella murió,
Allá nadie se escondía.
Los apóstoles cuando,
En el pan se los mostró,
Y siempre el mando quedó,
Cuando se apartó del hombre.
IV
Explicarán tanto más,
Disminuido en mil especies,
Pedro lo negó tres veces,
Sin el mayor interés,
Mira qué lindo se ve,
Con el amoroso afán,
Y se explica en San Juan,
Con su explicación tan buena,
En el jueves de la cena,
Se convirtió en vino y pan.
MAYO ES EL MES DE LAS FLORES
Mayo es el mes de las flores,
Y mayo el amor te brinda,
Es natural que tú seas,
De mayo la flor más linda.
I
En Mayo se viste el cielo,
Con estrellas relumbrantes;
Si tu lugar es brillante,
Y lo quieres con anhelo,
En mayo se viste el suelo,
De amarizados colores
Con su dulce sinfonía,
Dicen llenos de alegría,
Mayo es el mes de las flores.
II
En Mayo todos se alistan,
En todos los territorios,
Para ir a tu velorio,
Complaciente y exquisito,
A ofrecerte la visita,
Sin que ninguno prescinda,
Y tú llegas y me brindas,
Tus vestuarios y tus cantares,
Mi pueblo te ofrece altares,
Y mayo el amor te brinda.
IV
Estando los doce Apóstoles,
Es aquél templo de Roma,
Y llegaron los pastores,
Junto con las tres personas,
A ponerle la corona,
De pelos resplandecidos,
Como se acercaba el día,
La noche se quedó en calma,
Y será querida mi alma,
De Mayo la flor más linda.
III
Mayo es el querido mes,
De gallarda siempre viste,
Es el mes que tú escogiste,
Para adornarte tus pies,
Cuando se llegue el día tres,
Tus altares relumbran,
Y con mi cristiana idea,
Busco la reina de Mayo,
Para cantar con ensayo
Es natural que tú seas.
SALUDO AL SAGRADO ALTAR
Saludo al Sagrado Altar,
A las imágenes presentes;
Con que entré a saludar
En éste Altar Reverente.
I
Con mucha fe y devoción,
Saludo al rey de los cielos;
Dios y hombre verdadero,
En alta veneración,
Un árbol de confesión,
Que ya por ruego rezar;
Enseguida continuar,
El Rosario de María,
Oigan que con alegría,
Saludo al Sagrado Altar.
II
Saludo a todos los Santos,
Al corazón de Jesús,
A la Santísima Cruz,
Le pido lo que le canto,
Que me libre con su manto,
De aquella infernal serpiente,
Que anda tan inteligente,
Trastornando con dolor,
Cuando adoran con fervor ,
A las imágenes presentes.
III
Yo saludo a los señores,
Todos los Santos Benditos;
En compañía de Jesucristo,
Es María la auxiliadora,
Con ramilletes de flores,
Con que adornan a un Altar,
Que yo pudiera explicarme,
Con mi lengua y corazón,
Con la fe y la devoción,
Con que entré a saludar.
IV
Saludo, Reina del Altar
Virgen y Madre de Dios,
Que me de muy fina voz,
Garganta para cantar;
Aquí debemos esperar,
La fuerza omnipotente,
Que se ve tan claramente,
A los pies del lindo Altar,
Lo vamos a celebrar,
En este Altar Reverente.
LA CRUZ PARA CONSAGRAR
La Cruz para consagrar,
Los Sacramentos Divinos,
La Cruz santifica el vino,
Al mismo tiempo de alzar.
I
La Cruz tiene la paterna,
Que el cáliz y el agua bendicen,
Porque el mismo Cristo dice,
Con la Cruz no siento pena,
Sin la Cruz no hay cosa buena,
La que debemos de adorar,
Colocada en el Altar,
Porque precisó en la misa,
La Cruz para consagrar.
II
La Cruz a Jesús imita,
En su sagrada pasión,
Sin la Cruz no hay religión,
En todo se necesita,
El mismo San Juan Bautista,
Cuando sirvió de padrino,
Puso La Cruz de continuo,
Cuando a Cristo Bautizó,
Y con ella administró,
Los Sacramentos Divinos.
III
Cuando Cristo hizo el mundo,
Hizo los cuatro elementos,
Hizo la gracia y el templo,
La Gloria y el Paraíso,
La Cruz es un artificio,
Que hizo el templo divino,
Yo con ella me persigno,
Y con ella voy a la iglesia,
Para ver con gran grandeza,
La Cruz Santifica al mundo.
IV
La Cruz venció a Lucifer,
Cuando en el cielo se alzó,
Con ella lo derribó,
El arcángel San Gabriel.
La Cruz no se vio nacer,
Pero se vio de triunfar,
La debemos de adorar,
Con alegría y contento,
Porque está en los sacramentos,
Al mismo tiempo de alzar.
BENDITO ALABADO SEA
Bendito alabado sea,
Sacramento del Altar,
Y la virgen concebida,
Sin pecado original.
I
Hoy, por esta Santa Cruz,
Se principia el alabado,
Un señor sacramentado,
Lleno de gracia y virtud,
Alabado mi Buen Jesús,
Para que en gracia nos vea.
Así hay bruto que no crea,
En su poder infinito,
En la Santa Mesa de Cristo,
Bendito, Alabado sea.
II
Hoy se celebra en la Iglesia,
En su gran consagración,
En la mesa de comunicación,
Está su cuerpo Bendito;
Alabado a Dios Contristo
Para poder alcanzar,
De su cuerpo celestial,
El perdón cuando muera,
Un Señor de cielo y tierra,
Sacramentado de Altar.
III
Señor te pido merced,
Por tu santísima gloria,
Te pido misericordia,
Diciendo Señor Pequé;
Fue tan grande su merced,
Que hiciste noche y día,
Desde el vientre de María,
Pasando crudos tormentos,
Nació el Santo Sacramento,
De la Virgen Concebida.
IV
Hoy se celebra en la iglesia,
Los sacramentos divinos,
De aquél Señor Peregrino,
Que vació de María Bella,
Resplandecen las estrellas,
La reina más principal,
Como se pudo mirar
Con anhelo de eficiencia,
María llena de gracia,
Sin pecado original.
ADIÓS PORQUE ME DESPIDO
Adiós porque me despido,
De los dueños de la casa,
Con mi instrumento en las manos,
A todos les doy las gracias.
I
Señores voy a advertirles,
Que yo cantando no sigo,
Tengo el pie en el estribo,
Porque ya me voy a ir;
No es preciso discutir,
Entre personas unidas;
Ni tampoco es preferible,
Entre persona amadas,
Porque ya yo me separo,
Adiós porque me despido.
II
Los que todos veneramos,
La figura del Señor,
Nos echaremos los brazos,
Por si en alguna ocasión,
Un acto de contrición,
He tenido la atención,
Por eso les doy las gracias,
Y me despido en unión,
De los dueños de la casa.
III
Los pajaritos y yo,
Cantamos con alegría,
Ellos cantan de mañana,
Yo canto mi despedía,
Adoremos a María,
Madre del ser soberano,
Adiós amados cristianos,
Vuelvo a decir arrepentido,
Porque siempre me despido,
Con mi instrumento en las manos.
IV
Cuando pasé por la iglesia,
Me dio un consejo sagrado,
Que debía de saludarla,
Con el sombrero quitado,
Y se me quedó estampado,
Como género humano,
Porque ella me hizo cristiano,
Y me ha dejado sin manchas,
Después de padrinos de agua,
A todos les doy las gracias.
SACRAMENTADO SEÑOR
Sacramentado Señor,
Dijo la pluma divina;
Cristo para salvar al hombre
Se quiso volver harina.
I
Santísimo Saamento,
Santísima Cruz de Mayo,
A Cristo le dio un desmayo,
Y quedó desfigurado.
¡Oh, qué caro le ha costado!
Al Divino Redentor
Y sufriendo aquél dolor
¡Qué Longino lo ha alcanzado!
Por librarnos del pecado
Sacramentado Señor.
II
Un Santísimo en la iglesia,
Adorando al mismo Dios,
Un ángel le respondió,
Dios mío, qué pena es esa,
Sobre su santa cabeza,
Una corona de espinas,
Y decía en letras muy finas,
Que escrito tenía en el arca,
Conmigo hiciera la carta,
Dijo la pluma divina.
III
Cuando preso lo llevaron,
A presencia de Pilatos,
Sufriendo dos mil quebrantos,
Jesús con toda paciencia,
No le temía a la sentencia,
De verse en la guardia doble,
De mi muerte no se asombre,
Un misterio en mí se encierra,
Tuvo que venir a la tierra,
Cristo por salvar al hombre.
IV
Ya resucitó a Jesús,
Y se fue al cielo divino,
Pero nos dejó el bautismo,
Que fue el que nos redimió,
A San Pedro lo dejó,
Predicando su doctrina,
Hizo oraciones divinas,
Como lo hizo San Juan,
Cuando fue a partir el pan
Se quiso volver harina.
TODOS PODEMOS CANTAR
Todos Podemos Cantar,
Vengamos con religión,
Versos que sean convenientes,
Delante el altar mayor.
I
Para adornar un altar,
Se viste de muchas flores,
Se invita varios señores,
Para que entren a cantar.
Adornado está este altar,
De rubíes y diamantes,
Y cantores bastantes,
Al pie de la Cruz María,
Hay una voz que decía,
Todos podemos cantar.
II
Rómpase para cantar,
El velo de la vergüenza,
Primero pido licencia,
Para cantar en el altar,
Porque vine a saludar,
Éste divino Señor.
El sombrero patrón,
Gobierna los elementos,
Sol luna, mar y viento,
Vengamos con religión.
III
Me rindo con obediencia,
Para entrar a cantar,
Porque yo vine a adorar,
En los Santos Sacramentos,
Me persigno en el momento,
Con la señal de la cruz,
Adoro a mi buen Jesús,
Por haber si tengo gloria,
Tengamos en la memoria,
Versos que sean convenientes.
IV
Vengan todos a adorar,
Delante de la sacristía,
A rezar con alegría,
Diciendo señor pequé
Y toda la santa fe,
Y la grande devoción,
Buscando la salvación,
Esa es la perfecta guía,
Delante al altar mayor.
ANDA HOMBRE CON ATENCIÓN
Anda hombre con atención,
Después de haber confesado,
A comer de aquél bocado,
Que brinda la comunión.
I
Si tenéis firme conciencia,
Harás contrición devoto,
Que Dios con amor le dice,
Que haga la penitencia,
Con rendida obediencia,
Vez aquella adoración,
Con dolor de corazón,
Propósito de la enmienda,
Y para que Dios atienda,
Anda hombre con atención.
II
Apártate del terror,
Poniendo la fe en Cristo,
Pone el corazón contristo,
Y serás merecedor,
De la sustancia y sabor,
De aquél Dios Sacramentado,
Con amor y con agrado,
El se mostró satisfecho,
Colocándose en el pecho,
Después de haber confesado.
III
Ya tienen la mesa lista,
De la celestial comida,
Anda pues que te convidan,
Para que a la misa asista,.
Daréis gracias infinitas,
Limpias de todo pecado,
Ya Cristo representado,
Quedando así arrepentido,
Y llegan sus escogidos,
A comer de aquel bocado.
IV
Este manjar consagrado,
De la Santa Eucaristía,
Que un ministro repartía,
Después de haber confesado,
Para ayudar el pecado,
Con benigna devoción,
Un acto de contrición,
Muestra un ser exquisito,
Un sacerdote bendito,
Que brinda la comunión.
AYER TARDE ME MORÍ
Ayer tarde me morí,
Yo vide quién me lloró,
Dios se lo pague en el alma,
Al que de mí se acordó.
I
Dijo Cristo en despedida,
Siglos vivirán por años,
No me tengan por extraño,
Ni mi nombre aventurozo,
Soy un patriarca famoso,
Lleno de cetro y corona,
Retrato de mi persona,
Como lo puedo decir,
Siendo un Dios tan poderoso,
Ayer tarde me morí.
II
Cuando lo vieron venir,
Que lo traían los sayones,
Se aflijan a sentir,
Ayudándolo a sentir,
Pidió permiso en decir,
Estoy rendido en esta hora,
¡Oh, Virgen Consoladora!
Dame de un consuelo por Dios,
Que a la hora de la muerte,
Yo vide quién me lloró.
III
La han negado tres veces,
Antes de cantar el gallo,
San Pedro se acobardó,
Siendo su mejor vasallo,
Cuando lo llevó al calvario,
Pidió perdón a Jesús,
Dame de tu eterna luz,
Misericordia con calma,
El que lo bajó de la cruz,
Dios se lo pague en el alma.
IV
Doce Apóstoles bajaron,
Con grande acompañamiento,
Y se llenan de contento,
Ver que Cristo resucitó,
En este mismo momento
La tierra toda tembló,
El sol de luto visitó,
Ayudando el sentimiento,
Dándole agradecimiento,
Al que de mí se acordó.
SALUDO A TODOS LOS PRESENTES
Saludo a todos los presentes,
Saludo a todos los señores,
Saludo a todas las gentes,
Saludo a los cantores.
I
Señores dueños de hogar,
Dispensarán lo tardado,
Salí con pasos contados,
Sólo para saludar,
Les envío en mi cantar
Un saludo atentamente,
Yo sé que soy imprudente,
Porque cantando llegué,
Pero ya que principié,
Saludo a todos los presentes.
II
Ustedes perdonarán
Porque no me he presentado,
Pero no tengan cuidado,
Pronto me conocerán,
Oigan mis notas que van,
Con honor a los cantares,
Perdonarán los errores
Que en mi canto hayan oído,
Como soy desconocido,
Saludo a todos los señores.
III
Saludo con eficiencia
Al divino altar sagrado,
Porque creo que fue adornado,
Por los dueños de esta casa,
Con su distinguida gracia,
Le colocaron al frente,
Es el más sobresaliente,
Entre todos los altares
Y les digo en mis cantares,
Saludo a todas las gentes.
IV
Ya que mi saludo di,
Al público con cariño,
Voy a coger mi camino,
Que me concluyó hasta aquí,
Mientras viva tendré en mí,
Recuerdos halagadores,
Porque tuve admiradores,
Sin yo ser de este lugar,
Ahora para terminar,
Saludo a los cantadores.
DÁMELO, POR VIDA DE DIOS
Dámelo, por vida de Dios,
Que vengo muerto del hambre,
No señor que soy doncella,
Y vengo estilando sangre.
I
Cuando la Virgen María,
Al niño Jesús perdió,
Con lágrima lo buscó,
El corazón le gemía,
Llegó a un templo que se oía,
Un niño con suave voz,
Y ella su llanto alzó,
Al Padre Simón le dijo,
Aquél que lamenta es mi hijo,
Dámelo por Vida de Dios,
II
Con licencia de Israel,
Satanás se presentó,
Con su ejército pecó,
Sobre un panal de miel,
El hombre como era cruel,
Y su fe tan dura y grande,
En el momento regresó,
Le dijo al ejército ande,
Mientras me como un pedazo,
Que vengo muerto de hambre.
III
Anás le dijo a su hermana,
Con amor y muy honesto,
Que le abriera un intento,
En contra de la ley cristiana.
Ella en la furia tirana,
Se violenta y se atropella,
Y bien entendida es ella,
De lo que prometía,
Y llorando le decía,
No señor que soy doncella.
IV
Aquél divino Jesús,
En la cruz iba clavado,
Se paró que iba cansado,
Pendiente de aquél madero,
Y le dice el pueblo entero,
Su pasión porque no anda,
Es que Pilatos me manda,
Que acabe de destruir,
A tus pies vengo a morir,
Y vengo destilando sangre.
LOS PÁJARITOS Y YO
Los pajaritos y yo,
Nos levantamos a un tiempo,
Ellos cantan en el árbol,
Yo a llorar mis sentimientos.
I
Se levantó el tucusito,
Con muchísima alegría,
Diciendo ya viene el día,
Ya cantan los pajaritos,
Dichosos animalitos,
Con que me divierto yo,
Mi corazón palpitó,
Y me despertó por eso,
Hemos puesto de profeso,
Los Pajaritos y yo.
II
Cantan pájaros sonoros,
Aletean y se pasean,
Y yo los llamo que sean,
Estas lágrimas que lloro,
Por eso me tienen sólo,
En este oscuro aposento,
Y oyendo mis lamentos,
Un pájaro me sacó,
Y por eso ellos y yo,
Nos levantamos a un tiempo.
III
Se levantó el turpial,
El arrendajo y conoto,
Se saludan uno y otro,
Y se ponen a cantar,
Y le responde el Gonzal,
Con una canción tan larga,
Oyendo con dulce calma,
El arrendajo y tordito,
Únanse los pajaritos,
Ellos a cantar en el árbol.
IV
Despierto desconsolado,
Pensando si me levanto,
Oyendo estos dulces cantos,
Vivo desesperanzado,
Triste, sólo y encerrado,
En éste oscuro aposento,
Perdiendo juicio y talento,
Y el modo de sentir,
Pero me va a deprimir,
A llorar mis sentimientos.
MORENITA SOY, SEÑORES (Quebrada)
Morenita soy, señores,
Yo no niego mi color,
Pero tengo mi alma blanca,
Como cualquier señor.
I
Mi buen Dios con su poder,
Y la máquina del mundo,
Hizo el misterio profundo,
Para enseñarnos a creer,
Hizo el hombre la mujer,
Y la virgen gran señora,
Hizo la divina autora,
Con grandeza terminó los dos,
Y con voluntad de Dios,
Morenita soy, señores.
II
Tan sólo mi buen Jesús,
Sólo con su explicación,
Hizo la consagración,
El credo y los mandamientos,
Con tan divino talento,
Hizo el cielo con sus llaves,
Hizo las siete cabillas,
La tierra con gran amor,
Como todo el mundo sabe,
Yo no niego mi color.
III
Cristo Dios con su poder,
De valor su grande esencia,
Hizo tales consecuencias,
Cada cual con su temor,
Hizo la divina flor,
De la vara de San José,
Hizo el sol, hizo la luna,
En Belén que es tierra santa,
Como la gente no cree,
Pero tengo mi alma blanca.
IV
Cristo dejó los problemas,
Terso a tres, a dos en uno,
Y dejó sin distinción,
Los colores en el mundo,
En presencia todo igual,
De Jesucristo el creador,
Hizo la divina flor de su vientre original,
Me hizo a mi sangre igual,
Como cualquier señor.
YO PENSÉ DE HABER VENIDO
Yo pensé de haber venido,
Justamente con la aurora,
Pero me quedé dormido,
Por eso vengo a esta hora.
I
Cansada de este camino,
He llegado a saludar,
Al preciosísimo altar,
Un trono del Dios Divino,
Su altar tan precioso y fino,
Está bueno y bien lucido,
A donde hayan invertido,
Honran varios inventor,
Antes de salir sol,
Yo Pensé de haber venido.
II
Pero quién podrá saber,
Lo que dispone el señor,
Sabiendo que es autor,
Rey del supremo poder,
Su voluntad ha de ver,
Y se cumpliese sin demora,
El tarda pero no implora,
Porque es un Dios Divino,
Yo seguiré mi camino,
Justamente con la aurora.
III
Saludo a los de la casa,
Con muchísima frecuencia,
También a la concurrencia,
Saludo con eficacia,
La reunión toda en masa,
A nadie echaré en olvido,
Pensé de quedar lucido,
Mostrando un talento humano,
Dije que venía temprano,
Pero me quedé dormido.
IV
Me deben de perdonar,
Que no lo hice intencional,
Pues yo pensé de llegar,
Antes que versos cantaran,
O antes que principiara,
Una conversación sonora,
Para ver como se implora,
En tan precioso lugar,
Vine a saludar el altar,
Por eso vengo a esta hora.
SALIÓ UN CURA DE UN PAJAL
Salió un cura de un pajal,
Limpiándose las rodillas,
Una monja las costillas,
Y se lo achacan a mal.
I
Yo estuve en Jerusalén,
Al pie de La Santa Cruz,
Donde padeció Jesús,
Con mucho recato y bien,
Cuerpo de Cristo también,
En un adornado altar,
Sin pecado original,
En aquél celestial día,
A saludar a María,
Salió un cura de un pajal.
II
Domingo de Resurrección,
Ví la hostia consagrada,
Y la limpia inmaculada,
En grande veneración,
Un cura en su adoración,
Adorando a su capilla,
Todo cristiano se humilla,
De ver un sacerdote alzado,
Y de allí se van parando,
Limpiándose las rodillas.
III
En una encumbrada palma,
A donde Cristo murió,
Que por redimir su alma,
De sangre se derramó,
Cuando al calvario llegó,
Azotado y de rodilla,
Iban cien mil candelillas,
Alumbrando al penitente,
San Juan se limpió la frente,
Una monja las costillas.
IV
A la Santa Trinidad,
Le rezaban los misterios,
Con alta veneración,
Le cantan los evangelios,
Dios soberano y eterno,
Sin pecado original,
El paraíso terrenal,
Donde se pronosticó,
Adán y Eva pecaron,
Y se lo echaron en cara.
UNA ENTREVISTA REVELADORA (Por Nelka Malaver)
Introducción
El presente texto se nutrirá de una de las principales figuras del folklore venezolano especialmente de nuestro Llano, desde San Carlos, Cojedes: el tan gentil, siempre sonriente y queridísimo Cruz Antonio Torres, como parte de la publicación de algunos de sus mas hermosos Cantos de Velorios de Cruz para compartir a través de una entrevista exclusiva desde su hogar realizada para complementar esta antología, donde se conocerán detalles de su vida cultural.
Aspiramos entregar un mínimo de conocimientos necesarios y de utilidad para diversos lectores interesados en el tema, en especial para quienes buscan detalles sobre la Cultura Llanera. Cruz Antonio Torres es un Vigilante (jubilado) del Ministerio de Agricultura y Tierras. Cantor y realizador de Velorios de Cruz de Mayo.
Entrevista:
¿Cómo Aprendió a Cantar?
Había un señor llamado Lázaro Tarazona y Guillermo Tarazona, era muy cantador de Velorio y por supuesto Sabas Quintero que era mi papá, él era Decimista y yo aprendí de él a Cantar desde los doce años de edad, otro cantador de Velorios era el señor Pampilo González.
Para cantar los Velorios primero empezábamos saludándonos, luego unos cantaban Décimas luego decían ellos vamos a improvisar y así era.
Comidas que se consumían:
Entre las comidas que comíamos estaba el marrano frito con yuca y a veces con arepa, gallina en sopa y asada. También mucho aguardiente claro y pura caña.
En cuanto a si se comía primero y luego se cantaba se puede decir que no había regla, antes se cantaba y bebía aguardiente luego bailaban yo de baile no sé nada de verdad, a mí me criaron muy humilde y decentemente y considero que el baile es algo irrespetuoso para un Velorio de Cruz. El aguardiente de antes prendía con un fósforo y no emborrachaba como antes, el de ahorita es el que emborracha porque le echan agua, y antes era puro alcohol.
Anécdotas:
“Si no se sabía bastante décima, no lo dejaban cantar” (Ja, ja, ja, já risas)…Por eso yo siempre cantaba, a mí nunca me dejaron sin cantar, a varios no lo dejaron cantar. Yo tenía 130 Décimas pá cantá, antes cantaban argumentos, que son como las décimas pero es picante, chocando al otro y si el otro no sabía responderle tenía que quedase callao. Otro que cantaba bueno también era Pampilo Chávez".
Cuando en un Velorio venía alguien que cantaba, entonces decían ya sabe viene fulano y todos se entusiasmaban e iban por eso…Ahorita no hay quién cante ese Velorio…
Esto del Velorio era como tradición una promesa que se pagaba al Padre Eterno invitaban a grandes cantadores y a La Cruz Aparecida para que lloviera para el maíz cuando se estaba en verano. El tres de Mayo como ahora lo hacen para amanecer el tres.
En Velorios no se amarra a nadie, es en el tamunangue donde se amarra a la gente…En El Velorio salimos en Cruz. Se cantan salves hoy en día no hay quién los cante.
¿En qué se inspira para cantar?
En las vivencias…
¿Cómo aprendió el oficio de cantor de décimas?
Desde muy pequeño me había gustado la cantaduría y como mi papá es decimista, aprendí así…El que se lo decía a uno iba para allá, uno iba a estar con el que sabía.
Sus familiares: Los hermanos no les gusta cantar…Mi esposa María Pérez no canta tampoco; tengo siete hijos entre los cuales salieron dos abogados, y los demás uno estudia Ingeniería y los otros dos estudian Derecho, el único es el que tengo que no quiere estudiar.
Mis hijos son: Javier Torres, Elí Torres, Héctor Torres, Nancy Torres, Omaira Torres y María Pérez de Torres que es mi esposa. En cuanto a mi abuelo no cantaba lo que era es trabajador de conuco.
Viveza Criolla: Nunca me ronquearon ni me hicieron daño, con alguna bebida que le dan a uno los malintencionados, les daban para ronquear un ensalme se los daban a algún inocente y entonces mi papá me daba para que no me cayera, siete granos de salvia bajo la lengua que es chiquitica y verdad tan chiquitica que se parece a un grano de mostaza en tamaño.
Recuerdos: Recuerdo que una vez estábamos cantando como antes lo hacíamos en Santa Rosa y se formó un brollo y no estaba borracho y me acosté a dormir en la mata de una mora y no me hinqué y no me puyé y no me puyé ni una puya. Antes cuando uno llegaba era una gran alegría por ná, y me lleva el canal El Rincón Moreno, y que vino una ola y lo zumbó y “Cuando que le dije al Padre Santo que venga una ola, sálvame y me salvó” porque con esa ola yo llegué a la orilla.
En Cuanto a sus Décimas: Dámelo por Vida de Dios esa me la enseñaron pero La Décima es bonita…En La Calle de la Amargura esa sí la hice yó y una que dice:
Nació un hombre caminando
Por sobre la tierra dura
Y en cada paso que da
Se acerca a la sepultura.
Sus Santos: El Santo Devoto de la familia es “El Padre Eterno” con altar se sacaba con procesión pá llegá a la casa del Velorio y a La Cruz Aparecida. El Padre Santo lo tienen en el cacao, es un santo que apareció en una piedrita, es un hombrecito, lo encontró el señor que se murió. No me acuerdo el nombre en estos momentos lo único que sé es que es el papá de Nelson Ríos, ya me acordé Vicente Cuevas se llamaba y lo encontró en un camino de día y se lo metió en la boca y le apareció y el cura dijo que era El Padre Eterno.
Su Señora (María Pérez): En vista de que estaban hablando de Los Velorios de Cruz… señaló: "Yo he hecho Las Cruces y antes se hacen de palmas con cogollo de caña brava, y se arman con tela nueva y uno pone los santos que uno cree…"
El señor Cruz Antonio Torres tiene una gran y bella trayectoria en toda su etapa de cantante de velorios ya que anduvo en los tiempos de niño tras su papá en la búsqueda de experiencias para formarse y las tuvo entonces le impresionó tanto que siguió sus pasos y todavía puede, a pesar de no tener una edad no muy prematura goza de mucha salud y de su tan feliz sonrisa tan amena que contagia…Digna de haberla pasado muy bien durante su juventud y de cumplir con las mandamientos de Dios.
En su mayoría sus cantos son producto de la Literatura Oral transmitida de generación en generación, por su papá Sabas Quintero. Son la evidencia existencial de una Cultura Llanera Espiritual lista para la ser transmitida por los condescendientes pero ellos no se muestran en servicio ni disponibilidad para con ello…
Considero que el objetivo de este informe ha sido logrado con efectividad y gran esmero. Gracias a todos los conocimientos adquiridos en este momento contamos con la fantástica oportunidad de ofrecer a la comunidad oportunidad de conocer lo que antes estuvo hoy está, pero mañana quién sabe si estará si no se difunde más…
saludos me parecio muy interezante que se sigan difundiendo las letras de cojedes...
ResponderEliminarorlando andrades
Todos podemos cantar vengamos con religion para adornar un altar se viste de muchas flores... Vengan todos a adorar delante de la sacristia a rezar con alegria diciendo senor peque y toda la santa fe..Considero que son excelente poesia del senor Cruz Antonio Torres tiene una gran y trayectoria en sus poesias....
ResponderEliminarOdalis Diaz Tinaco...
Muy buena decima mayo el mes de las flores naturalez ya que los altares de la cruz de mayo relumbran con las flores mas lindas de mayo se viste el suelo de marisados colores,los altares se visten para cantarles con ensayo al altar sagrado..
ResponderEliminarHOSMERY DIAZ TINACO
Muy buen trabajo de divulgación de la cultura Venezolana que está haciendo. Siempre me han maravillado los decimistas con su agudeza mental para crear versos espontáneamente, con su poder de improvisación.
ResponderEliminarMe parece fascinante esta manera de ensalzar las tradiciones. Te felicito porque creo que es maravilloso conocerlas y que no se pierdan. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Bonitos versos! Disfrute al leer estos poemas. Le agradezco por lo que hace, es muy importante compartir y hacer conocer lo que es la cultura de un país. Cordiales saludos.
ResponderEliminarNo soy religioso pero aprecio lo bello y lo artístico. Y es de admirar la selección de poema que siempre nos propone... Un abrazo!
ResponderEliminarIncreíble facilidad la de estos poetas, muchas gracias por este gran trabajo de recopilación, saludos Isaías.
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